Sigamos en contacto

Nota

Bailar la vereda: la potencia del movimiento, el goce compartido y los cuerpos que sueñan

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Una convocatoria de MU Trinchera Boutique reunió a tres intervenciones perfomáticas en la Plaza de los Dos Congresos bajo un llamado bello y potente: bailar la vereda. El cuerpo eléctrico de Caudal, los anhelos bailables de Siempre Listas y el hip hop visceral de Big Mama Laboratorio fueron parte de una movida que se repetirá el próximo sábado a las 18, también en Congreso: “Un cuerpo que baila es un cuerpo que lucha. Muchos cuerpos que bailan son la revolución. Abrimos los ojos, sacudimos las penas, sentimos la música y a bailar la vereda”.

Video: Bruno Ciancaglini.

Sobre una alfombra de florcitas amarillas caídas de los árboles que envuelven la semi-glorieta convertida durante poco más de una hora en anfiteatro, dos filas de sillas negras formaron la platea al aire libre en la Plaza del Congreso. El espacio que parece un balcón-terraza al ras del suelo con columnas de cemento, fue el escenario de tres intervenciones performáticas que participaron de la convocatoria de Mu Trinchera Boutique: “Bailar la vereda”.

Mientras llegaban les participantes de la muestra de danza y se hacían pruebas de sonido, las sillas se iban ocupando. Una chica le comentaba a otra: “La danza es maravillosa. Con tu cuerpo, ya es suficiente. Bueno, necesitás música, pero podés imaginarla o cantar y acompañar tu danza. No hace falta nada más para bailar”. A las seis y media de la tarde, la actriz Virginia Silva Finguer de la Compañía Teatral Ver Llover, dio inicio con la lectura del texto de bienvenida:

Bailar la vereda: la potencia del movimiento, el goce compartido y los cuerpos que sueñan
Foto: Martina Perosa

Un cuerpo que baila es un cuerpo que sueña. Muchos cuerpos que bailan pueden desatar la catarata del sueño colectivo.

Con zapatillas, zapatos de taco, calzado lustroso, raído o descalzos, los pies portan la información del ritmo y ese registro es tan antiguo como el fuego.

Los pies conectan con la tierra y sus historias. Y así, levantan vuelo y sacuden el aire.

Un cuerpo que baila es un cuerpo que lucha. Muchos cuerpos que bailan son la revolución.

Abrimos los ojos, sacudimos las penas, sentimos la música y a bailar la vereda

Bailar la vereda: la potencia del movimiento, el goce compartido y los cuerpos que sueñan
Foto: Martina Perosa.

Cómo escuchar un cuerpo

La primera intervención fue Caudal. Piezoeléctrico sobre sangre, de Casandra Velázquez, Violeta García y Carlos Quebrada. Casandra desliza por su cuerpo la punta de un cable que, como un sensor emite los sonidos que produce su anatomía. Descarga eléctrica continua propagada por un cuerpo que es piel, huesos, músculos y órganos. Y más. ¿Cómo escuchar un cuerpo? ¿Qué sonidos irradia un cuerpo en reposo? ¿Y en movimiento? Mientras tanto, Violeta toca el violonchelo. Sus acordes parecen chirridos que delatan lo que no se nombra. ¿Solo un corazón que late imprime la esencia de la vida?

“La obra está en proceso de creación –cuenta Casandra-. Inicié una investigación en torno al silencio, en principio, a hacer prácticas de silencio y empecé a percibir mucha pregnancia en los sonidos internos del cuerpo y a hacer un intento de microfonear los sonidos del cuerpo. Hubo algo de este trabajo en particular que fue en contexto de pandemia, en un silencio aturdidor, todo lo que late, todo lo que pulsa, todo lo que golpea, en la quietud, en el silencio, se abre la escucha. Ahí estamos, tratando de ampliar el borde, el limite de la piel para transmutar hacia otros lugares, por eso también incorporamos un recorte de un texto de Paul Preciado y la necesidad de tocar la temática del aborto, en este lugar, frente al Congreso”.

Bailar la vereda: la potencia del movimiento, el goce compartido y los cuerpos que sueñan
Foto: Martina Perosa.

Listas para bailar

Luego fue el momento de salir a la pista para “Siempre Listas”, de Camila Conte Roberts, Bernardita Epelbaum y Eugenia Fontaba. Camila y Bernardita se fueron turnando para leer una lista de deseos: lo que anhelan que vuelva, lo que prefieren que no, lo que necesitan, lo que les sobra, lo que les deben y lo que deben. Mientras una leía, la otra bailaba y sus movimientos respondían a las consignas de la lista. “Este fue un año medio perdido, nos interesó participar para generar un proyecto realizable”, dice Camila. “Surgió de una lista que hicimos con mi novia en la que mezclamos varias cosas que teníamos ganas de hacer, así que bailamos esas listas. Fue pensado para esta participación”, agrega Bernardita.

¿Qué proponen esas listas?

  • Que vuelvan los abrazos y los besos, las casualidades, las marchas, las fiestas, la bici todos los días y todas las noches, las plazas y los parques abiertos, las caricias a perrites que no conozco, la ternura de les desconocides, el café con leche en la esquina, las reuniones con amigues, las caminatas a la noche por el barrio, las muchedumbres, los picnics por ahí, el placer de estar en casa, la mugre, la vagancia, la pepsi twist, la libre circulación, bailar pegados, respirarnos cerquita, la piel, los osteópatas, los chapes colectivos, el diego, los lentos.
  • Que no vuelvan los trámites en persona, el individualismo acérrimo, el subte en hora pico, los paraguas en el ojo, el tráfico y los bocinazos, los empujones y los insultos, los fuegos artificiales, los mosquitos y el dengue, los baños públicos sucios, el macrismo, el hiperconsumo, la contaminación en Venecia, las contracturas, las fronteras, la indiferencia social, el barbijo, el horario laboral regular, el aburrimiento, el hambre, el aislamiento social, la moda de los canutillos, las toreritas y el tiro bajo, tinelli, aquel que fue un cobarde, el celu, carlos saúl.
  • Necesito un paisaje nuevo, plata, amigues, un sentido, comer, coger, mirar y ver, confiar, pensar, hablar, ahorrar, gastar, tocar, concretar, silencio, helado, romanticismo, memoria, gigas, trabajo, que mi gato me dé bola, cobrar lo que valgo, followers, caprichos, canjes, herramientas, mear ahora o me muero, dejarme de joder un poco, reggaetón.
  • Me sobra facha, simpatía, mugre en el piso, las monedas, las cositas, las boludeces, los billetes de 2, el tono muscular, la onda, un poco de acá, un poco de allá, gordofobia, filtro, photoshop, capital afectivo, coraje, juventud, ganas, optimismo, buen humor, voluntad, buena vibra, suerte, bienaventuranza, dicha, glamour, sex appeal, plástico, la ropa (mucha ropa), pelo, deudas, vitaminas, colonialismo.
Bailar la vereda: la potencia del movimiento, el goce compartido y los cuerpos que sueñan
Foto: Martina Perosa.
  • Me deben el 2020, el aborto legal, un homenaje, una canción, guita, un libro, varias disculpas, tener bronca por algunas cosas, la vida, haber visto ya, una explicación, la justicia social, la posibilidad de andar tranqui cuando me pongo un escote, un lugar en las estadísticas, el futuro, la ilusión, la lista de navidad, los deseos de cumpleaños, la vacuna, la ESI, la 125, un subsidio, vacaciones, el aguinaldo.
  • Debo hacer cosas útiles, entrenar más, la luz y el agua, avisar que llegué, relajarme, las expensas, el ABL, la tarjeta, cocinarme más, pagar el monotributo, comprar frutos secos, comer más legumbres, ir al ginecólogo, combatir la injusticia, separar la paja del trigo, llamar al 107, calmarme, cortarme las uñas, nostalgiar menos, tener obra social, lavar los alimentos antes de guardarlos, ponerme alcohol en gel, madrugar, agradecer, gustar, crecer, correr, saludar, soltar, sanar, elongar, resistir, renacer, limpiar los vidrios, llevar adelante mi economía, estar turgente, cambiar las sábanas, haber parecido una idiota, saber si es verdad que en algún lado estás, irme, mi planeta me necesita.

Al compás del cuarteto que sonaba de fondo, Camila y Bernardita, concluyeron su participación saltando al otro lado de las columnas y dejando estampada en las baldosas la tibieza de sus zapatillas imparables.

Bailar la vereda: la potencia del movimiento, el goce compartido y los cuerpos que sueñan
Foto: Martina Perosa.

La esencia de la resistencia

Para el cierre del evento de danza, sonidos, palabras y encuentro, se hizo presente Big Mama Laboratorio, con Laura Zapata, Melisa Patriarca y Juliana Rezzano. Con ritmos de cumbia y hip hop, Big Mama es una experiencia musical que germinó en la villa La Cava, de San Isidro. Laura Zapata, su creadora, contaba a revista MU en el 2013: “Big Mama viene de la Pachamama. Las Big Mamas son las abuelas, las figuras sagradas en las familias negras. Y como en un principio fusionábamos hip hop, un ritmo que es re foráneo, pensé en la Pachamama, que es lo más autóctono y latinoamericano. Son dos extremos que tratamos de unir”.

Bailar la vereda: la potencia del movimiento, el goce compartido y los cuerpos que sueñan
Foto: Martina Perosa.

Ayer, en Plaza Congreso, encendieron la mecha con canto y baile a puro ritmo. Laura contó: “Me discriminaron en la danza por ser gorda. Pará, pará, yo también canto, tengo mis herramientas y compuse este tema que se llama XXXL”. Y se puso a cantar y a menear. Letra: “Marcando tendencia, no me importa mi apariencia, Soy la resistencia, lo llevo en mi esencia, Nadie me lo va a quitar”

Desde el inicio de la pandemia, esta fue la primera vez que se presentaron en vivo ante público. “Nos enteramos de la convocatoria por Instagram, veníamos con muchas ganas de activar, de hacer algo, si bien los vínculos presenciales se pararon, la construcción de crear no paró. Estuve componiendo muchas canciones, afilando ideas, conociendo a otres artistxs, terminé de crear un disco que se llama Engendro, que tiene un laburo musical con artistxs y activistxs, y a la vez el audiovisual va a ser con organizaciones sociales que están vinculadas al arte”. Se puede ver por Alternativa Teatral, “Big Mama Laboratorio (Un movimiento XXXL)”, un streaming que dura diez minutos y es a la gorra, los próximos miércoles 16 y 30 de diciembre a las 21 hs.

Para el último tema musical, Laura invitó a que les presentes de pie y sentades en las sillas, subieran el escalón para bailar juntes. Y así fue. Se armaron coreografías espontáneas, con barbijos y con disfrute Más de dos decenas de pares de pies inquietos sacudieron soledad, aislamiento, miedo y desconcierto.

Y mientras escuchamos qué nos dicen los cuerpos e imaginamos nuestras propias consignas para agregar a las listas propuestas por Camila y Bernardita, volvemos a invocar: Que vuelvan los abrazos, Nos deben el 2020.

Que sea contagioso el fervor infinito de los cuerpos que bailan, de los cuerpos que sueñan.

El sábado 19 de diciembre a las 18 hs, nueva edición de “Bailar la vereda”, en Plaza del Congreso, Hipólito Yrigoyen y Solís.

Bailar la vereda: la potencia del movimiento, el goce compartido y los cuerpos que sueñan
Foto: Martina Perosa.

Nota

Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Más allá de tu vereda.

Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse. 

No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.

El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.

El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto. 

En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.

Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.

Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”. 

Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.

Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”. 

Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.

Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.

Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.

Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.

Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.

«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».

Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración. 

Hay orgullo.

Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera. 

Jorgelina: “Hagamos más radios”.

Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.

Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:

“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.

Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental: 

“Más allá de tu vereda,

hay otra realidad,

atrás de tu puerta”.

Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva: 

“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle, 

allí seguiremos estando”.

Seguir leyendo

Nota

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.

Por Franco Ciancaglini

Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:

  • su salud era cada vez más delicada;
  • los medicamentos oncológicos no llegaban;
  • y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.

Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.

Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Mary junto a Nora Cortiñas.

Contaminada

María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.

Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.

La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.

Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.

Contaminada

La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.

Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.

Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
En Plaza de Mayo, con una bandera contra la megaminería contaminente en Chubut.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:

  • “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
  • “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
    También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».

Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”

Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.

En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Lidia y Mary, durante el acampe del Malón de la Paz en Buenos Aires, hace dos años.

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”

Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:

  • “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
  • Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.

Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.

Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.

Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”

El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Carlos Ponce, Mary y Lidia Campos: una amistad atravesada por la lucha ambiental del sur del país.

Abandonada

Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.

Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.

Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».

Sino miren este video.

María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”

El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.

Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.

Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.

Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”

Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”

La respuesta era obvia: mal.

Insurgente

Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.

Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.

El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».

Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.

Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Un cartelito que le hicieron tras su muerte, Clarisa y Agus, que lo dice todo: «Se lo hicimos porque ella era doña cartelitos, y lo dejamos con ella».

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.

Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.

Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.

Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.

La muerte es el abandono.

La muerte es el olvido.

Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.

odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.

Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.

Mary: gracias.

Hasta mañana.

Seguir leyendo

Nota

Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.

Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año. 

El camino de la in-justicia

En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia. 

La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.

Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero. 

Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10. 

Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo. 

Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.

 La pericia tendrá como objetivos precisar:

-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;

-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil; 

-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.

-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.

El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena. 

Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.

Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.

Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente.

Vistas el día de hoy: 37.022