Nota
Bolivia: Entre el poncho y la corbata
¿Qué errores y ambiciones sembraron el camino hacia al enfrentamiento que hoy sacude a Bolivia? Evo y Santa Cruz, la polarización, y una propuesta para escapar de esa trampa, en el análisis de la feminista boliviana María Galindo, de Mujeres Creando.
El gobierno de Evo Morales es en primer lugar un gobierno populista que pretende garantizarse el apoyo popular a través de bonos (planes) a los niños, aunque las niñas lo reciben también por chiripa, y a los ancianos, aunque las ancianas lo reciben también por chiripa.
Esos bonos tan propagandizados son la expresión de que este gobierno no ha reinventado lo social, sino que se repite tristemente en el clientelismo político como lo hicieron otros patriarcas sabedores de que los bonos son la pedagogía política más barata y más rápida.
El gobierno de Evo Morales es un gobierno de los ponchos surgidos desde la caricatura indigenista de un grupo intelectual encabezado por Álvaro García Linera, donde Álvaro no resulta ser lo peor, sino que hay más decadencia aun en sus otros cuates. Esos que desde su ego intelectual ocupan el lugar mesiánico de ser los únicos que comprenden y gestan y salvan a un indígena de museo, de nación originaria, de usos y costumbres ancestrales.
Lo indígena en Bolivia fue un indígena país que interpeló a la dictadura, que interpeló al Estado, que entró al Parlamento no por la vía de cuotas étnicas y cuya voluntad política fue signicar desde “lo universal” en Bolivia, y no desde lo particular de los usos y costumbres. Entidad por demás dudosa, puesto que si hay algo sujeto a cambios históricos, políticos y culturales son precisamente los usos y las costumbres. Y si hay un lugar donde lo colonial está profundamente enraizado en lo indígena es también en los usos y las costumbres. El sentido reaccionario y retrogrado para lo indígena -lo cristiano, lo masculino, lo femenino- es la costumbre. La costumbre es la indicación de lo estático, de lo que se niega a cambiar, de lo que se niega a ser repensado; es lo que los y las rebeldes cuestionan, es lo que los y las jóvenes cambian en todas las sociedades y colectividades del mundo. La costumbre es lo que alguien -arbitrariamente y desde el poder de lo masculino y de la edad- señala como el deber ser de la comunidad. La costumbre es lo más triste que tienen los pueblos. El cambio es el florecimiento de lo nuevo, y por eso el cambio es la contestación de la costumbre.
En ese contexto, el poncho es la expresión del retroceso político de lo indígena. Es la expresión del disfraz necesario, de la vanalizacion que gratifica a las cámaras de la televisión extranjera. Es la expresión de la Bolivia que no se descoloniza, sino que se folkloriza políticamente porque resulta vistoso y perverso al mismo tiempo.
El gobierno de Evo Morales es un gobierno desesperado, cobarde y errático que no convocó a una asamblea constituyente sino a un plebiscito que le salió muy mal y cuyo mal no quiere ver ni reparar, sino convocando a un nuevo plebiscito que esta vez tendrá como título la aprobación de la nueva Constitución boliviana. Convertir a la Constitución en un plebiscito la vacía de contenidos de antemano, sea lo que sea que allí esté escrito ya no entra en el análisis, porque ese referéndum será una nueva pulsación de fuerzas frente a la derecha.
La vocación de los prefectos no es el poder regional, sino el fracaso del proceso antineoliberal gestado con la revuelta del 2003
En el otro lado del Rin no tenemos un poder regional que se piense como tal. Tenemos a la derecha boliviana encarnada en Manfred Reyes Villa, en Malinkovic, en Cosio y company. Los dueños de las industrias más importantes, de los medios de comunicación más grandes, los ex dueños del país. Corruptos, violentos, manipuladores y mentirosos.
Han gestado comités cívicos, encendido la bandera de la capitalia plena en Sucre. El estatuto autonómico no es la forma de relacionamiento del centro con la región, sino el camino para controlar recursos estratégicos, territorio y para devorar y arrasar lo que puedan en el camino. El estatuto autonómico no expresa sino la voluntad de mutilar el poder central.
La vocación de los prefectos no es el poder regional sino el fracaso del proceso antineoliberal gestado con la revuelta del 2003. La vocación de los prefectos es la mutilación del poder indígena, es llevar a un punto muerto cualquier medida de transformación política que venga desde Evo Morales. Si sus medidas, presiones y estrategias tienen éxito volvemos a punto cero y si desde eso que se llama región se pudiera avanzar sobre el conjunto del país también lo harían para convertir sus propuestas regionales en centrales. Por eso el juego regional es solo un paso de un camino de avance sobre el conjunto de las fuerzas sociales, del territorio nacional y de los recursos estratégicos.
Son eso, pero sus estrategias regionales han trascendido él circulo de poder elitario y se han masificado en Sucre y en Santa Cruz. Han crecido en Cochabamba y en Tarija y su capacidad de multiplicar su discurso ha convertido al grupo de poder en voz regional de masas.
Sobre la mesa de la disputa esta pues la esperanza y el cambio, sobre la mesa de la disputa esta el país, sobre la mesa de la disputa está la palabra mañana.
Propuesta
A nuestro entender ambos actores, – tanto el gobierno de Evo Morales como los comités cívicos- son, por diferentes razones, actores descalificados e irresponsables para gestar una salida esperanzadora a este conflicto que tiene como nombre la nueva constitución política boliviana.
Plantear el diálogo como lo hace la Iglesia es hablar desde ese lugar cómodo que se llama púlpito. No es la ausencia de diálogo lo que nos ha conducido a esta tensión insoportable y peligrosa, es la ausencia de responsabilidad histórica.
Proponemos en ese contexto:
-Declarar el proceso constituyente vivido hasta ahora como preconstituyente, para convocar a nuevas elecciones de asambleístas que tengan como requisito la no filiación partidaria.
-El desglose temático y regional de las discusiones para redactar la nueva Constitución convocando a todos los actores vinculados con cada una de esas temáticas
-Todos los departamentos del país será sede de estas discusiones, funcionando cada mesa temática en un departamento distinto.
-Suspender el referéndum revocatorio y el referéndum del estatuto autonómico hasta que este proceso constituyente culmine su trabajo.
Sabemos que hacemos estas propuestas como parias y como no ciudadanas, como entes indeseables que al no entrar en el juego de la polarizacion son y serán vistas como enemigas por ambos bandos.
Sabemos que hacemos estas propuestas desde los actores políticos que han quedado por juegos arbitrarios al margen del derecho a decidir sobre su propio país. Desde ese no-lugar sabemos que el cambio no es la fácil afiliación a ningún patriarca ni bando. El juego de poder despedaza la tierra y no somos ni seremos parte de ese juego perverso y destructor.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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