Nota
El caso Iván Torres: Imágenes de la impunidad
Desde hace nueve meses María está acampando en la comisaría 1° de Comodoro Rivadavia. De allí desapareció su hijo Iván hace cinco años. En el video que aquí puede verse María cuenta por qué ahora decidió venir a Buenos Aires en busca de las respuestas que la justicia hasta ahora se negó a darle.
[youtube:https://www.youtube.com/watch?v=tm9cRypazC4]
El 17 de marzo de este año María Millacura LLaipen se sentó en el hall de la comisaría 1° de Comodoro Rivadavia con la determinación de no moverse hasta saber dónde está su hijo, Iván Torres. Desde entonces allí estuvo allí y ni el cáncer pudo moverla: iba a hacerse el tratamiento oncológico y regresaba al hall de entrada de la comisaría. El video que acompaña esta nota registra de qué manera se plantó. Creyó que era su último y desesperado gesto por encontrar a su hijo, cuyo caso resume con precisión en un prolijo cartel que colocó a su lado: «Mi hijo Iván Torres fue detenido, torturado y desaparecido forzadamente por policías de esta seccional el 2 de octubre de 2003. El gobierno provincial y nacional no quieren reconocer su desaparición forzada por sus policías y hasta el día de hoy nadie lo busca.»
Pero no: como no obtuvo respuesta, María viajará en los próximos días a Buenos Aires para tratar de ser escuchada. Tiene la intención de reunirse con la Presidente y el ministro de Justicia..
Cinco años sin respuesta
María espera desde hace cinco años que el Estado le diga dónde está su hijo. La última vez que lo vieron con vida fue en la comisaría 1°, a donde lo llevaron detenido, en octubre de 2003. Su abogada, Verónica Heredia, recorrió todos los escalones judiciales para obtener una respuesta. Pero no: en 2007 la jueza federal Elva Parcio de Seleme sobreseyó a todos los policías imputados. Sólo los procesó por incumplimiento de los deberes de funcionario público por una detención de Iván Torres anterior a su desaparición, que no había sido asentada en forma debida en los libros de la comisaría. Sin embargo, el comisario de la 1ª de Comodoro Rivadavia, Fabián Tillerías, y el policía Juan Sandro Montesino fueron procesados por privación ilegal de la libertad de Iván Torres, e incumplimiento de los deberes de funcionario, aunque ambos resultaron sobreseídos respecto de su desaparición forzada.
La impunidad
Desde el 14 de noviembre de 2003, sus defensoras Silvia de los Santos y Verónica Heredia reclamaron ante el Sistema Interamericana de Derechos Humanos. Primero ante la Comisión Interamericana y luego ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que ordenó al gobierno argentino que provea las medidas necesarias para garantizar la vida e integridad psicofísica de María, sus nietas, sus abogadas y los testigos. Más de cuatro testigos perdieron la vida en circunstancias aun no esclarecidas. Dos de ellos declararon haber visto con vida a Iván en la comisaría y haber sufrido ellos mismos golpes por parte de la policía. Denunciaron, también, que temían por sus vidas. Uno de esos testigos, Walter Mansilla, ya protegido por la Corte Interamericana desde el 6 de julio de 2006, fue asesinado en junio de 2007 y asentado en el Libro de la Morgue de Comodoro Rivadavia como ‘NN’.
A este panorama de impunidad se suma el hecho de que el gobierno de Chubut, la jueza Parcio y el Ministerio del Interior distribuyeron dos fotos para obtener información sobre el paradero de Iván que, según su madre, son posteriores a la desaparición y en donde se lo ve golpeado.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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