Nota
Entre Mandinga, el Diablo y Metrochenta

Teatro del presente y presente del teatro para ir a ver, sentir y pensar. Un joven afrodescendiente tiene que explicar que no es extranjero y escuchar una y otra vez que le digan negro de mierda, volvete a tu país. Una marica de barrio estalla de amor y propone hacer Nagasaki con esta ciudad egoísta, acorralada por el odio. El teatro y sus formas de manifestar realidades que queman.
Mandinga, el Diablo que vino de África
Los barcos provenientes de África, los océanos surcados, la tierra añorada, los cuerpos maltratados, las vidas desgarradas. Ese dolor antiguo está presente en Matías, un joven estudiante afrodescendiente. Un día saliendo del subte, su hombro se chocó involuntariamente con el de otra persona que lo increpó diciéndole: Volvete a tu país, negro de mierda. Muchas veces tiene que explicar que no es un recién llegado y que habla tan bien el idioma español porque nació acá.
Un momento de desesperanza provoca la invocación y con la velocidad de un rayo aparece Mandinga, atravesado por el abrigo del humo. Para muchos, la encarnación del mal, el indeseable a quien se le teme y se le huye. “Un dios blanco inventó un diablo negro”, dirá en su descargo. El actor afrouruguayo Mauricio González da vida a Matías y a Mandinga con una versatilidad admirable y con la contundencia del texto escrito por el autor Diego Martinez.
Mauricio y Diego se habían conocido años atrás cuando Mauricio concurrió a un casting para realizar sketchs cómicos y quedó seleccionado. El guión que escribió Diego para él tenía que ver con ese episodio viralizado: en medio de un desalojo en el barrio de Flores, un mantero africano hace volar por el aire a un policía que los estaba reprimiendo. Tiempo después, Mauricio le pidió a Diego que siguiera trabajando con ese guión y lo alargara. Diego se puso a investigar y su conclusión fue: “Esto necesita otro tono. Soy un convencido de que desde el humor se puede hablar de todos los temas pero ya el material me estaba pidiendo otro tono asi que me alejé del humor porque en principio iba a ser un stand up. Tomé conciencia de que el texto iba a caer en manos de un actor muy talentoso entonces me planteé como desafio darle la oportunidad a Mauricio de que se luzca en el escenario”. Su intención fue que estuviera dirigido por alguien del teatro físico o del teatro-danza, así que googleó “teatro fisico Buenos Aires” y el primero que apareció fue Yamil Ostrovsky. Lo contactó para contarle que tenía texto y actor, Yamil leyó, aceptó y pusieron en marcha el proyecto. Para este momento, Diego ya se había ido a vivir a España.
Diego, Mauricio y Yamil trabajaron a la distancia. En octubre del año pasado Diego vino a la Argentina y pudo ver la obra estando presente. “No puedo estar más contento con el trabajo de ellos, es un lujo. Lo ha visto gente de todas las edades y las devoluciones son hermosas, me hacen sentir muy feliz de haber hecho este trabajo, nos gustaria ir a las escuelas, recorrer el pais y ¿por qué no? fuera del pais”.
“La posibilidad de poner en palabras y en el cuerpo las vivencias de las personas afro dentro de esta comunidad, que el teatro sea una herramienta de cambio cultural, de cambio social y que sea una posibilidad de mayor comprensión de los otros” fue lo que le resultó atractivo de la obra a Mauricio. Se siente identificado con el texto porque refleja muchas de sus propias vivencias. “Más allá de que yo soy uruguayo, les sucede a un montón de personas acá. Yo vivo en San Telmo, en las fiestas de candombe de Lindo Quilombo encontré muchos afroargentinos y esto le pasa a muchos”. ¿Qué ven cuando te ven? “Siempre me pasa que lo primero que ven es mi color, después me preguntan de dónde soy. Si es negro, no debe ser de acá, piensan. Hay una creencia de que esta es una ciudad de inmigrantes europeos y no es así”.
Durante el proceso de investigación, a Diego se le aparecía la imagen de Mandinga como inspiración, desfigurado y con movimientos desarticulados. “Lo que surge entre Matías y Mandinga es la reconciliación y el despertar afro que está viviendo nuestro pais”. Vemos un Mandinga que recurre a la memoria, a poner en palabras y gestos una vieja herida que aún sigue abierta. “Esto me parece tambien una reivindiacacion que deberiamos hacer todas las argentinas y argentinos porque es una cuestión de identidad nacional. Se nos ha negado esta parte y tenemos derecho a reclamar para que no quede incompleta. El aporte afro está en la cotidianeidad de nuestras costumbres: el tango, la milonga,el dulce de leche, el candombe, la payada”. A propósito de esta obra, Diego se decidió a investigar en lo personal y supo que por parte de su familia materna tiene raíces de pueblos originarios, del pueblo charrúa.
A los 16 años Mauricio empezó a actuar, hace nueve llegó desde Montevideo para participar de la obra “¿Quién es el señor Schmitt?” en el Paseo La Plaza, con dirección de Javier Daulte. Volvió a Uruguay y al poco tiempo ya estaba nuevamente de este lado del Río de la Plata. “Me sentía como pez fuera del agua y me di cuenta de que me había enamorado de Buenos Aires, de su gente, de los barrios, de la noche, del teatro, de trabajar como actor”. En esta oportunidad, Mauricio es uno y es muchos, es presente y es pasado. Propone reconstruir la historia invisibilizada, soltar prejuicios, abrir los ojos y repensar cuando suene la frase “Cosa de Mandinga”. Quizás sea una posibilidad —como en su caso— de experimentar de una vez por todas, un abrazo reparador.
Hasta Trilce, Maza 177 , CABA
Sábados 21.30 hs hasta el 9 de julio
Bolívar (viernes 12 de agosto) y Tranque Lauquen (sábado 13 de agosto).
@mandinga.teatro
@diegodamian84
@soymauriciogonzalezok
Metrochenta

Esta historia transcurre en la noche. El humo se vuelve compañía, el frenesi del amor, las lágrimas, la rabia de habitar un mundo injusto y la ternura que se descubre debajo de los párpados conviven en un microuniverso de barrio. El texto es poesia continua. Metrochenta y Suspiro se encontraron y se amaron. Dos flores de loto en medio de tanto barro. Acá está Suspiro para contarlo.
Encerrado y sin certezas durante la cuarentena obligatoria, el escritor y director nacido en Allen, Rio Negro, José Guerrero, escribió esta obra. “Escribí y reescribí, mastiqué frases para volver una y otra vez sobre cada palabra”, relata José. En 2021 arrancaron los ensayos y este es un proceso que sigue: “Con todo el equipo seguimos trabajando sobre el material, moldeando a partir de lo que descubrimos luego de los encuentros con el público. Nos gusta imaginar a la obra como un ser vivo, que va pidiendo y descartando”.
El proyecto artistico se fue encaminando: “El eje de trabajo fue crear una obra, por un lado, de claro posicionamiento político y, a la par, desbordante en su imaginación poética: por su musicalidad, por su lenguaje y por sus estallidos visuales. Sobre esa hipótesis fuimos generando pruebas, acopiando referencias musicales, audiovisuales y literarias, con el propósito de desplegar el material y llenar los vacíos que el texto dramático proponía”. La intención de José estaba puesta en la creación de una obra que “desde la rabia oral de su personaje, espejara un universo marginal, a través de una voz tierna y rabiosa a la vez”.
José conocía a al actor, bailarín y docente Eddy García por haber visto sus performances artísticas en distintas obras. Durante la pandemia estaba escuchando el podcast “Pandemonium para la cultura” —conducido por Eddy y la bailarina, coreógrafa y docente Josefina Gorostiza y producido por cooperativa lavaca— y alli le despertaron interés los comentarios y opiniones de Eddy. “Recuerdo bien que en uno de los capítulos del podcast leyó un texto de Urdapilleta y me encantó, al toque pensé: quiero trabajar con él. Justo en ese momento estaba muy metido en el proceso de escritura de Metrochenta y a medida que avanzaba con eso, se me hacía más presente él como el actor para la obra. ¡Tenía que ser él!”. Le hizo llegar el texto por medio de una amiga y Eddy lo leyó esa misma noche: “Leí la obra de corrido dos o tres veces y esa misma madrugada les confirmé que me sumaba al proyecto. Fue un poco mágico, un poco de azar y de necesidad. Así nos conocimos con José”.
La trama lo atrajo al instante de comenzar a leerla: “Me atrapó el desafío de incorporar y apropiarme un texto tan robusto como Metrochenta, que hasta el momento no había tenido esa posibilidad. La cantidad de imágenes cruzadas, densas, potentes. Y en términos sensibles, su temática que me resonó muchísimo, el amor, el deseo y la tragedia en los márgenes, en los bordes del todo. Es de esas obras que a mí me interesa atravesar porque son historias que merecen ser contadas, crudas, sanguíneas y por supuesto políticas también”. Es el primer unipersonal que encarna Eddy, que acaba de terminar funciones junto a la actriz y bailarina Griselda Siciliani en”Pura sangre”.
Eddy es Suspiro. Junto a Metrochenta conoció el perfume del amor, la agitación del cuerpo embebido en deseo en el baño de un boliche, mirada y risa, humo y salvación. ¿Cómo se construyó Suspiro? Detalla Eddy: “Me gusta contar que Suspiro es un Frankenstein trolo, el resultado de cantidad de referencias mariconas, ´Pink Narcissus , ´Vagon Fumador´, ´Brothers of the night´, ´Mala Noche´, ´Fangoria´; entre otras. Pero también me gusta pensar que Suspiro tiene gestos de esas amigas maricas que me rodean siempre. Mis amantes, sus historias, sus tragedias. Pero también la picardía, el comentario oportuno y filoso, ¡El humor! ¡No hay como el humor de las maricas! Porque Suspiro tiene lo dark de nuestras historias, pero también intenté recuperar gesto político conductual de dar vuelta la tragedia como un guante, ponerla afuera y cagársele de risa”.
Suspiro y Metrochenta son los nombres de personajes de una novela que José está escribiendo. Y también esos nombres tienen que ver con que es fanático del escritor chileno Pedro Lemebel: “Él tiene una forma de nombrar a sus personajes que a mí me encanta entonces es algo que tomé de él de haber leído mil veces sus obras. También viene del humor marica, de mencionarnos entre maricas poniéndonos apodos graciosos y sin duda ayudaba a construir personaje. Metrochenta era muy caracteristico y de por si ya te genera una imagen de como puede ser ese cuerpo de ese personaje y Suspiro te instala en otra, me parecia que era un contraste que podia llegar a funcionar”.
Hacer Nagasaki con toda esta ciudad egoista, propone Suspiro, y declara: “Se puede ser familia con cualquiera que te quiera. Que hagan memoria, que revisen sus libros y que vean cuánto nos deben. Que paguen calladitos y que les quede bien clarito que no vamos a dejar que nadie nos diga cómo tenemos que amar”.
Timbre 4, México 3554, CABA
Viernes 23.30 hs hasta el 29 de julio
@metrochenta.teatro
@teatrotimbre4
@guerrerej
@eddygarciactor
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

Nota
Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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