Nota
Es futuro: arte para imaginar lo que viene

Un nuevo ciclo de creación de obras cortas. Un laboratorio de experiencias teatrales para ponerle el cuerpo a la época y asomarse a lo que se viene. La posibilidad de generar ideas y barajar las cartas que develen las promesas de un tiempo que muta a cada instante. Es Futuro convida humor y diversión, una brisa de verano que se instala en la sala de MU Trinchera Boutique de la mano de dos propuestas escénicas: Ela & Donna Liquidación x Cierre y Radio La Pretenciosa, con la tutoría de la actriz, directora y dramaturga Valeria Correa.
Ela & Donna
Ellas se mueven sugestivas, cantan y encantan con sus voces, vestidas de fucsia rabioso. Sobre el vidrio está escrito: Liquidación por cierre y nos preguntamos si entonces estamos en una tienda y ellas son maniquíes que cobran vida en su última noche. Quizás sea la despedida de esos cuerpos rígidos vestidos de gala que al menos por un rato deambulan entusiastas por el lugar dando rienda suelta a su deseo de glamour, fluidez y movimiento. Mientras Ela & Donna regalan canciones, una chica dibuja sobre el vidrio con un marcador fluorescente, los dibujos instalan pequeños mundos que mezclan fantasía y realidad y parecen ser construidos espontáneamente por un conducto invisible entre su imaginación y su mano.

Valentina Cottet, Gabriela Saidón y Catalina Sikorski son las chicas superpoderosas protagonistas de Ela & Dona. Valentina y Gabriela son actrices, músicas y docentes y Catalina es cineasta. “Gaby y yo —dice Valentina— venimos de las artes escénicas y también de la música, Cata viene de las artes visuales. Hay mucho intercambio entre las tres, trabajamos de manera autogestiva, el armado del vestuario, la escenografía, la difusión, acompañadas por MU y por Valeria”.
“El proceso de la obra está vivo—cuenta Gabriela Saidón— Surgió con un disco que nos empezó a devolver a las tres un montón de material escénico, estamos todo el tiempo dialogando con lo actual, con las estéticas”. El disco fue lanzado por Instagram, en Spotify y la intención era volverlo 3D. Por eso cuajó la idea de presentarlo al concurso de obras cortas organizado por MU Trinchera Boutique. “Ela & Donna es investigación, exploración, contacto con lo real y a la vez hay mucho trabajo de composición, de ensayo, de partituras y la improvisación en juego. Cada función nos sigue dando material para que siga creciendo”. Valeria Correa aportó su punto de vista y juntas lograron este colorido y rítmico show. “Vale fue muy precisa, ordenó los momentos y eso nos organizó un montón para en poco tiempo resolver y dar no solamente un recital de música, sino que estamos llegando a donde queremos, es una performance, es teatral, es escénico, es plástico, filosófico y poético”.
Un viaje a lo musical, a romper con lo solemne, lo encorsetado, un momento de libertad que nos coloque en otro universo y enfatice los sentidos. Así es esta obra a pura chispa. Suma Catalina: “Nos adaptamos al espacio, exploramos sus posibilidades y en esa adaptación nos pusimos a dialogar las ideas y conceptos que Ela & Donna viene trabajando. Es todo y es cada cosa, es super singular”.
Radio La Pretenciosa
Las actrices Carolina Saade y Bianca Pujía Levy se enteraron de la convocatoria de MU Trinchera Boutique por Instagram y decidieron enviar su propuesta que comenzó siendo un podcast y se transformó en obra teatral. Durante la pandemia trabajaron en el podcast. “La idea era hacer una radio de ficción. La grabábamos a distancia, armábamos una reunión de zoom y era una excusa para actuar un poco desde nuestras casas. Ahí empezó a dialogar un material que empezó a crecer. Hicimos doce emisiones”. Las entregas se volvieron semanales. Con personajes que llevaban adelante un programa radial y noticias inventadas, lo subían a Spotify. “Queríamos hacerlo en la vidriera de MU y justo apareció la convocatoria. Nos propusieron hacerla en la sala, en formato teatro y nos gustó”.

Radio La Pretenciosa se ubica en Burruyacú, un pueblo del noreste de la provincia de Tucumán. “Surgió porque hablábamos mucho imitando el acento tucumano. Yo tengo mi familia paterna en Tucumán, trajimos anécdotas, leyendas de allá, y así se empezó a armar la historia de esta radio, en un no tiempo, hay cartas, no se menciona a los celulares”, cuenta Carolina. “La radio tiene su espacio físico en una cooperativa de Burruyacú, esa es parte de la ficción. Son dos personajes que viven en el monte, organizan eventos, como peñas con los oyentes, arman fogatas, hay música y baile”, agrega Bianca. Hablan de los oficios, de la flora y la fauna de Tucumán, leen coplas y la música es folclórica.
Tolosa y Condorí son los conductores de este ciclo radial. Al ratito de empezar a hablar, se nota su vínculo amistoso. No usan celulares, no mencionan las redes sociales, parecen salidos de otro tiempo y lugar y a la vez nos son absolutamente familiares. En una época donde reina la velocidad, la ansiedad es moneda corriente y aceleramos los audios de whatsapp, su tono pausado, los silencios prolongados que se toman para pensar las anécdotas que van a contar, nos provocan risa. Bruno Leichman y Tomás Landi musicalizan en vivo con guitarra y acordeón. “La mirada de Valeria colaboró mucho, nos fue muy útil, confiamos en su criterio”, coinciden Carolina y Bianca. “El material se sostiene y se potenció, se apreció a nivel sonoro y estético. La respuesta del público fue muy positiva. Queremos seguir haciendo Radio La Pretenciosa”.

Última función: viernes 17 de diciembre
Más funciones el año próximo
Nota
Mía: Cuando el arte abraza

Mía es una obra de teatro que podríamos encuadrar dentro del biodrama o autoficción. Y es mucho más: es grito, es abrazo y, también es un espejo. La actriz y médica psquiatra Mercedes Bertuzzi expone en escena su propia historia: una situación de violencia machista que sufrió por parte de una ex pareja. Este sábado 18 de marzo y en el marco del 8M, esta obra testimonial se presenta en MU Trinchera Boutique a las 21 hs, entradas a la gorra.
“Los primeros años, luego de salir, fueron de mucha confusión, angustia y mucha bronca. Escribir me permitía depositar esas emociones en el texto. El primer objetivo fue descargar. Siempre estuvo el deseo de poder denunciar a través de ese texto que iba escribiendo, pero no estaba segura de si iba a encontrarle la forma. En el proceso empecé a entrenar con Marina Otero, ella hace autoficción, y ahí algo se destrabó, la vi, vi la obra”, cuenta Mercedes. Al terminar de escribir el texto, tomó conciencia de que no era exclusivamente autorreferencial sino que involucraba la historia de muchas otras. Así tomó coraje para llevarla a la escena. “En cada función se me acercan decenas de mujeres emocionadas a abrazarme diciéndome ‘somos muchas’. Todas pasaron por una situación de violencia o acompañaron a otra mujer que la pasó. Siempre termino la función con ganas de gritar cada vez más fuerte el texto de esta obra. Siento que estoy entregando mi historia al colectivo y eso hace que ya no me pese, ya no lucho contra ella. Cada mujer que se identifica con la historia se la apropia un poquito y le va dando más cuerpo al personaje de Mía”.
Con sus herramientas artísticas, Mercedes logró una obra poética, sin golpes bajos, con ironía y momentos muy divertidos.
En una escena, dos niñas juegan a ser actrices, prueban vestuario y declaman en nombre del amor. Las palabras son extraídas de las típicas canciones románticas de cantantes famosos, las que hemos aprendido y cantado a lo largo de los años. “Para quienes fueron víctimas, no es fácil hablar. La violencia nos deja mudas, vacías, solas, no hay palabras que alcancen para explicar. El arte nos habilita un lenguaje a través del cual poder decir lo indecible, nos devuelve la voz, en la forma que cada una elija expresarse. Y para quienes son público, adentrarse a la temática desde una propuesta artística creo que les permite hacerlo sin tantas resistencias. Te permite escuchar con otra disponibilidad. El relato atravesado por la dramaturgia, la música, los cuerpos. Mantiene su fuerza y su crudeza, pero es amortiguado de ternura, poesía, risa. Y eso permite que hablemos de violencia con personas que quizás no se acercarían de otras formas”.

Cada vez que Mía fue presentada en distintos teatros —Mercedes quiere que la obra circule y abra a la reflexión— los comentarios de personas del publico se multiplican: “Presencié ese mismo diálogo”, “sentí exactamente eso”, “estuve en pareja con un tipo igual”. No solo es reparador para ella sino para muchas. “Romper el silencio es imprescindible. Me sigue sorprendiendo la cantidad de mujeres que se acercan después de la función a abrazarme emocionadas por haber ‘contado su historia’, estuvieron ahí mismo o acompañaron a otra. De todas las edades, todas las clases sociales. Es escalofriante, es triste. Pero es también esperanzador encontrarnos. Ya no nos estamos quedando calladas, estamos denunciando y estamos convencidas de cambiar esa realidad. El haber sido víctima de violencia ya no queda solo como una herida que duele y mejor callar y olvidar. Hoy somos víctimas enojadas, creativas y sobre todo, en red. Compartir Mía me abrió los ojos a eso… Es mi historia, es la de muchas otras y, por suerte, es parte de la historia que estamos modificando”.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143
Sábado 18 de marzo a las 21 hs
Actúan: Mercedes Bertuzzi, Juliana Gotta, Gonzalo Pungitore, María Tibi
Entradas “a la olla”.
Podés reservar en este link:
Nota
Punitivismo y feminismo en el caso de Lucía Pérez: una mirada sobre esa falsa dicotomía

La abogada trans Cristina Montserrat Hendrickse analiza por qué es falsa la dicotomía que pretenden instalar sectores que siempre trabajan para categorizar las divisiones del movimiento feminista. Así crean grietas sociales que les permiten alentar congresos, investigaciones y polémicas de las cuales viven.
Por Cristina Montserrat Hendrickse
Una corriente muy minoritaria de los feminismos entiende que reclamar la sanción penal del femicidio es una actitud punitivista.
Llegan a tal conclusión partiendo del concepto de que el castigo refuerza la violencia.
Evidentemente la idea de la que se parte es correcta, pero el error de la conclusión reside en asociar pena a castigo. En no distinguir la finalidad de la pena que impone nuestro Derecho de la triste realidad de castigo que significa la ejecución efectiva de las penas privativas de libertad.
Los feminismos en nuestro país se encuentran justificados jurídicamente en la Convención Contra Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) incorporada a nuestra Constitución en 1994; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer (Convención de Belem do Pará) que es un tratado internacional de jerarquía superior a las leyes; y las leyes nacionales y provinciales que reglamentan a estos tratados.
Nótese que la convención de Belem do Pará obliga a los Estados a “sancionar” la violencia de género, además de prevenirla y erradicarla. El marco jurídico “sancionatorio” por excelencia es el Derecho Penal.
De allí que en nuestro sistema de derecho pretender eludir o abolir la punición de la violencia de género resulta jurídicamente anticonvencional, y por tanto anticonstitucional.
No por ello se deja de valorar el aporte del antipunitivismo feminista en cuanto sostiene que el castigo refuerza la violencia. Pero el problema del antipunitivismo reside en cuestionar al sistema (de origen convencional interamericano) de sanción de la violencia de género, y no al sistema de castigo que en los hechos (y apartándose del Derecho) sucede con la aplicación de la pena.
En efecto, la finalidad esencial de las penas privativas de la libertad es la reforma y la readaptación social de los condenados (art. 5.6. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también incorporada a nuestra Constitución en 1994), sin olvidar el mandato de que “…Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas…” (artículo 18 de la Constitución Nacional). De ambas reglas de jerarquía superior surge que la finalidad jurídica de las penas no es el castigo, como erradamente lo entiende cierta expresión del feminismo antipunitivista, sino la resocialización.
De allí que se impone una diferenciación entre “antipunitivismo” y “abolicionismo” que permita distinguir: si se pretende que la pena no se constituya en castigo sino como resocialización (antipunitivismo); o si se pretende abolir todo tipo de pena (abolicionismo penal).
La primera debería hacer foco en una reforma penitenciaria feminista, que lejos de reforzar el patriarcado lo deconstruya, no aboliendo las penas, sino modificando su ejecución a la finalidad que el impone el Derecho.
La segunda implicaría la abolición de todas las prisiones; y además, el desafío de construir respuestas ante los crímenes o lo que cada sociedad considera crímenes.
Evidentemente el castigo refuerza la violencia. Por lo que el mismo debe ser eliminado del sistema de ejecución penal, pero no el sistema de sanción; salvo que se sostenga el abolicionismo, teoría también respetable, pero que resulta anticonstitucional en nuestro sistema de Derecho, al menos en materia de violencia de género ya que la República Argentina se obligó ante la comunidad interamericana a sancionarla.
Toda decisión que se aparte de ese compromiso violentaría el sistema jurídico argentino y comprometería a nuestra Nación frente a la Comunidad Interamericana exponiéndonos a ser destinatarios de reclamos, cuando no de sentencias condenatorias, ante el sistema interamericano de Derechos Humanos.
En resumen: debatamos sobre las cárceles, no sobre las penas.
Cristina Montserrat Hendrickse
Nota
Pergamino: sentencia contra los agrotóxicos y triunfo de la comunidad frente a un intendente

La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la distancia de 1.095 metros dentro de las cuales están prohibidas las fumigaciones terrestres con agrotóxicos, y de 3.000 metros para las aéreas. De ese modo denegó el recurso de amparo presentado por el intendente pro agronegocio de Pergamino, Javier Martínez. La denuncia original había sido presentada por Sabrina Ortiz (en la foto principal), vecina de Pergamino, que en su reclamo contra el envenenamiento cotidiano que sufrían ella, su familia y sus vecinos, y sin encontrar quien la defendiera legalmente, terminó recibiéndose de abogada para encarar sus propias causas. La sentencia de primera instancia había sido dictada por el juez del juzgado penal 2 de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo.
Frente a la ratificación de la Corte dijo a Sabrina Ortiz a lavaca, entre otras cosas:
- “Se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa”.
- “Celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.
Publicamos además la nota completa realizada en la revista MU.
Por Francisco Pandolfi

Un fallo de la Corte Suprema de Justicia ratificó la distancia de 1.095 metros de prohibición de fumigaciones terrestres y de 3.000 metros para las fumigaciones aéreas, denegando el recurso de amparo que había presentado nada menos que el intendente de Pergamino, Javier Martínez, pretendiendo fumigar en todas partes, pese a las denuncias sobre los efectos de los agrotóxicos en la comunidad, el suelo, el aire y el agua.
El fallo en primera instancia, apelado por Martínez, había sido del Juez Carlos Villafuerte Ruzo, titular del Juzgado Penal Número 2 de San Nicolás, en septiembre de 2019, como medida protectoria paliativa urgente frente a las masivas fumigaciones.

Quien realizó la denuncia original ante la justicia federal fue la activista ambiental y abogada Sabrina Ortiz, también víctima de los agrotóxicos. Ante este fallo de la Corte Suprema de la Nación, explica a lavaca: “Esperábamos la resolución desde hace bastante tiempo, con muchas expectativas, pese que los últimos fallos que ha tenido la Corte en materia ambiental no han sido para nada alentadores. Sin embargo, para nosotros era casi seguro que iba a fallar a favor. Se me vinieron un montón de situaciones a la cabeza, sobre todo por cómo comenzó esta causa, por la salud de mis hijos, por las afectaciones que tuvieron, con las afectaciones que tuve en mi cuerpo; se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa. Fueron recuerdos muy tristes, muy angustiantes, dolorosos, del vivir cotidiano, de hecho todavía están en controles mis hijos y hay un montón de gente que la sigue sufriendo”.

Relata también con asombro: “Me da mucho dolor, que sea el propio municipio el que intenta ir en contra de la salud de las personas. Me da mucha impotencia que el intendente Javier Martínez sea quien quiere que nos fumiguen en la cabeza. Al mismo tiempo, celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.
Aquí, el viaje, la investigación y la nota completa sobre la situación en Pergamino publicada en la revista MU: La capital del veneno.
https://lavaca.org/mu163/mu-en-pergamino-la-capital-del-veneno/

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