Nota
II Marcha nacional en defensa del medio ambiente
Es una marcha de muchos poquitos. Poquitos que lograron llegardesde los más diversos rincones del país. Entre todos, zurcieron lo largo de Avenida de Mayo un verdadero noticiero de los problemas ambientales que padecemos los argentinos. Convocada por la Unión de Asambleas Vecinales, más de cien organizaciones se manifestaron desde el Congreso hasta la Casa Rosada en la II Marcha Nacional Ambiental bajo el lema “No al saqueo y la contaminación”.
La cita es el 12 del 12 a la 12. Los vecinos de la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú son de los primeros en llegar y, sin duda, los más numerosos. Según sus propias estimaciones cerca del millar de entrerrianos llegaron hasta aquí para exigir que Botnia, la pastera instalada en la localidad uruguaya de Fray Bentos, cese su funcionamiento. Aprovecharon la oportunidad, también, para dejar un petitorio en Balcarse 50, que entre otras cosas incluye la solicitud de audiencia con la presidenta Cristina Fernández..
Los jóvenes de la Asamblea Juvenil de Gualeguaychú encabezan la columna con remeras verdes. Portan una enorme bandera que anuncia: “Marcha por la vida y el medio ambiente”. Detrás, caminan a paso cansino los poquitos que llegaron desde la lejana Santa Cruz: “El agua vale mucho más que el oro”, advierte la banderola que porta Jorge Fagiano, de los Autoconvocados en Defensa del Lago Buenos Aires, el segundo más grande de Latinoamérica después del Titicaca. Sus vecinos informan que está amenazado por los cateos exploratorios en busca de oro y plata en la zona de Monte Cevallos y Paso Roballos. “Queremos proteger el agua dulce, que va a escasear en las próximas décadas”, explicaba Fagiano.
Muy cerquita van los poquitos sanjuaninos que lograron viajar, integrantes de la Asociación de Viñateros Independientes, preocupados por las 181 minas que descargan sus desperdicios en el Río San Juan. Y a la par, camina la Asamblea de los Vecinos Autoconvocados de González Catán, con títeres cadavéricos gigantes que llevan una leyenda: “Asesino”.Se refiere al CEAMSE, un nombre que se repite en los reclamos de otros muchos de los poquitos del Gran Buenos Aires que están allí. Los de Ciudad Evita y los de La Plata, por ejemplo, con globos negros y una enorme bandera que asegura: “CAMSE abrió con la dictadura, los vecinos lo cerrarán en democracia”.
“Paren de Fumigar”, reclama una pancarta que llevan los santefesinos. Van detrás de los Vecinos Indignados de Vicente López porque –denuncian a viva voz- les están privatizando los espacios verdes. Los de Caballito, en cambio, arremeten contra las torres de cemento.
“Peugeot también contamina”
Aquellos que llegaron desde Sierra de la Ventana y desde Andalgalá marchan con una misma bandera: “No a la minería a cielo abierto”. Informan: “Hace un año y medio comenzaron los estudios de exploración y prospección en Sierra de la Ventana, todos sigilosamente”, señala Luis. Se acerca para escucharlo mejor una señora que lleva una remera amarilla con la leyenda que grita una primicia: “Peugeot también contamina”. El volante que entrega lo informa así: “La Autovía 201 arrasará con un barrio residencial e histórico: Ciudad Jardín, del Palomar. Solo tendrá como fin solucionar los inconvenientes de logística de la empresa Peugeot”.
Entre las columnas más grandes se encuentra la de la Asociación Vecinal de la Boca, que lleva una mediasombra de veinte metros que simula ser el Riachuelo. Sobre ella hay botellas, bolsas de nylon, zapatillas viejas y todo tipo de basura. “El Riachuelo es uno de los treinta sitios del planeta con mayor contaminación: su estado actual equivale a la contaminación de 4.000 papeleras”, recita un señor desde un megáfono. Y completa: “Tenemos 500.000 personas en la indigencia al borde del Riachuelo, 3.500.000 sin cloacas y 2.500.000 sin agua potable”.
De la marcha participa un inodoro gigante del que sale una canilla. Lo empujan los miembros del Espacio Intercuencas, un conjunto de organizaciones que incluye a los defensores del Riachuelo, del Río de la Plata, el Reconquista y el Matanza. Están, además los del Foro Hídrico de Lanús y también de Lomas de Zamora.
El cementerio de la soja
La música de fondo es una cumbia cuyo estribillo proclama “no a las papeleras” y una bandera argentina gigantesca se mueve acompañando el ritmo. Pertenece a la Asociación Amigos del Río Uruguay de Colón, entre Ríos.
Adelante están los vecinos de Marcos Paz, que protestan contra un incinerador industrial: “Nuestro municipio es agroalimentario y se instaló un incinerador de residuos peligrosos. Lanza metales pesados al aire, partículas que terminan en nuestros pulmones y dioxinas que provocan cáncer”, explica Ingrid.
Desde Córdoba había llegado una docena de vecinos autoconvocados que se organizaron para frenar posibles emprendimientos mineros. Ya lograron que los municipios de Capilla del Monte y San Marcos Sierras prohíban la minería a cielo abierto, pero temen por Ongamira, donde ya se están haciendo exploraciones.
“Tierra para los pueblos originarios”, exige la enorme bandera portada por la comunidad chaqueña de Nalá. Debajo de ella marcha, taciturno, Venancio, con una remera naranja que proclama: “Soja para hoy, hambre para mañana”. Cuenta que el Estado vendió las tierras de su comunidad a un terrateniente, con 38 familias adentro. “Hasta un cementerio indígena fue arrasado para sembrar soja”.
Sale Meridian, entre Yamana Gold
La pequeña delegación de Esquel también tiene su bandera. La lleva Daniel “Bigote” Perrone, quien informa que la multinacional Meridian Gold vendió la mina que se empeñaba en explotar en Esquel, a pesar de la oposición de la población local. La nueva dueña es la compañía Yamana Gold. “Siguen apostando a que habrá minería, a pesar de la ley que la prohíbe. Por algo siguen pidiendo permisos de exploración. En toda Chubut se concedieron más de 400 permisos”.
Las Madres Jachalinas marchan delante. “El río Jachal ya tiene cianuro por el Proyecto Veladero”, aseguran. Se trata de la explotación minera de la empresa Barrick Bush Gold, que hace poco comenzó la explotación de otro proyecto en tierras sanjuaninas: Pascua.“Será tres veces más grande que Veladero, por eso nos oponemos. Nos va a dejar sin agua, porque usará millones para la extracción: ya ni tendremos agua contaminada”.
Muy cerca, Violeta, de los Autoconvocados de Calingasta denuncia al gobernador José Luis Gioja: “Con los planes sociales busca desarmar a todas las organizaciones: llegó a regalar hasta bolsas de cemento ante de las elecciones”.
El documento
Todos unifican sus voces cuando comienza el acto central en la Plaza de Mayo. Primero entonan el Himno Nacional, después gritan “Argentina, Argentina” y por último, se lee en alta voz el documento de nueve páginas que dice: “A un año exacto de exigir en esta plaza histórica las mismas respuestas, no estamos mejor. Por el contrario, soportamos 365 días más de impacto ambiental y el saqueo a los bienes comunes, responsabilidad de los acuerdos entre los gobiernos y las corporaciones empresariales”, arranca la declaración. “Hoy –continua- reafirmamos nuestra lucha en repudio de la política gubernamental; la destrucción y el saqueo por parte de los monopolios extranjeros y de sus socios locales”.
El documento rescató particularmente la lucha de los vecinos de Gualeguaychú y Esquel, quienes lograron impedir la puesta en funcionamiento del yacimiento de oro gerenciado por Meridian Gold. También subrayó la lucha que Famatina, Pituil, Chilecito y Chañar llevan adelante contra la minera Barrick Gold, así como también la que tiene como protagonista a la comunidad indígena de Lonko Purrán, en Neuquen, contra las petroleras sureñas.
“Como resultado de esta lucha y resistencia, ya son seis las provincias que sancionaron leyes que prohíben la minería a cielo abierto con uso de sustancias tóxicas: Chubut, Tucumán, Río Negro, La Rioja, La Pampa y Mendoza”, enumera el documento.
El escrito hace referencia a los problemas que trae la minería a cielo abierto para la provisión de agua; a la contaminación que provocan las fábricas de pasta de celulosa; a los trastornos que ocasiona la permanente expansión de las fronteras agropecuarias –fundamentalmente con la soja- y al sobrepastoreo que trae como consecuencia la erosión del suelo. Además, hay párrafos dedicados al “saqueo de los hidrocarburos, “a la persecución y el desalojo de los pueblos originarios” y a los polos petroquímicos de Dock Sud, La Plata y Villa Inflamable. No quedó afuera la sobreexplotación de la pesca continental y marítima “en franco proceso de agotamiento”, la contaminación en la cuenca Matanza-Riachuelo ni “el calamitoso manejo del CEAMSE y los rellenos sanitarios”.
Las exigencias
El documento finaliza con casi dos decenas de exigencias al gobierno. Entre ellas, el principio de licencia social o consulta popular previa a cualquier emprendimiento que intente explotar las riquezas naturales. El documento también exige al gobierno que cumpla con el compromiso firmado por Néstor Kirchner el 3 de mayo de 2003, donde asumió los problemas ambientales como ”causa nacional”.
Después de escuchar las canciones de Joselo Schuap, el músico que recorre el país en un micro haciendo campaña por la defensa del agua, los poquitos comienzan a dispersarse y a retornar a su lugar en el mundo. Se van con una promesa: reencontrarse a las 12 del 12 del 12 de 2008
Nota
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
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