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La calle de las ideas
El debate fue una usina de consultas, intercambio e ideas. En el Hotel BAUEN se concretó el inicio de las Primeras Jornadas de Recuperación del Espacio público. Participaron vendedores ambulantes y organizaciones sociales que pudieron hablar mano a mano con la Defensora del Pueblo de la Ciudad, Alicia Pierini; el juez contravencional y presidente de la Asociación de Magistrados porteños, Javier Buján, y el director del Programa de Violencia Institucional del CELS, Gustavo Palmieri. Claves para entender qué se juega en la calle.Bajo la consigna La calle es nuestra, el pasado jueves 13 de septiembre a partir de las 18 comenzaron en el recuperado hotel BAUEN las Primeras Jornadas de Recuperación del Espacio Público. La reunión contó con la presencia de más de cien protagonistas directos de la calle: vendedores ambulantes, mujeres en estado de prostitución y artesanos organizados en distintos espacios. También se sumaron al encuentro el presidente de la Asociación de Magistrados y juez contravencional, Javier Buján; la Defensora del Pueblo de la Ciudad, Alicia Pierini y el director del Programa de Violencia Institucional del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Gustavo Palmieri.
El escenario era inquietante. Sobre un telón rojo, detrás de los funcionarios, colgaban piernas de plástico que sostenían pancartas con fotos. Si se miraba bien, se descubría que las imágenes eran de 2004, cuando desde la calle se construyó la resistencia a la reforma del Código Contravencional que hoy da rienda suelta a los abusos que a lo largo de esta jornada se fueron poniendo sobre la mesa.La actividad fue organizada por lavaca, en conjunto con la Asamblea Popular de San Telmo, la Cooperativa 16 de julio – que tomó su nombre de la fecha de 2004 en la que 15 personas fueron presas por manifestar contra la sanción del Código frente a la legislatura porteña- y Las Locas, espacio creativo para mujeres desobedientes. Marcelo Ruarte, presidente de la cooperativa de trabajadores que, desde 2003, gestiona el hotel BAUEN fue el primer orador. Ruarte resumió el camino recorrido en los cuatro años y medio de una experiencia que hoy da trabajo a 150 personas y que se encuentra en riesgo por un pedido de desalojo que pretende devolver el hotel a los empresarios que lo quebraron. Ruarte dio la bienvenida al grupo: «Quiero que sepan que el BAUEN es de todos. Entendemos que este espacio es para aquellos que intentan pensar una filosofía distinta de trabajo, como es la autogestión. Para ustedes, los que trabajan en la calle, no debe ser fácil sobrellevar esta carga, pero nosotros los trabajadores tenemos bien en claro que la única manera de poder satisfacer nuestras necesidades es compartir, intercambiar y debatir, respaldar y acompañar todo tipo de experiencia que esté pensando en trabajar de otra manera. Gracias por estar en nuestra casa», dijo y cosechó los primeros aplausos.
La siguiente en tomar la palabra fue Sonia Sánchez de lavaca. Como es habitual en sus presentaciones, se puso de pie y preguntó:
«¿Por qué discutir sobre la calle? ¿Por qué discutir el espacio público? Por qué es fundamental e imprescindible que las y los que estamos en la calle sobreviviendo, resistiendo, discutamos de la calle, desde la calle y en la calle. Porque es un espacio privilegiado de la política cotidiana de todas y todos, porque es un lugar no legitimado, no institucionalizado. A la calle hay que defenderla con los dientes, porque desde aquí, desde la calle, tejemos redes sociales las locas, las putas, las travestis, los vendedores ambulantes, los desocupados, para encontrarnos, para juntarnos. Y por qué vamos a permitir que nos quiten la calle, como lo están haciendo ahora. Por qué vamos a tolerar que nos digan dónde podemos y dónde no podemos estar. Pues si toleramos eso, aceptamos que la calle no nos pertenece, la ciudad no nos pertenece. Ni esa maldita esquina donde nos paramos para sobrevivir nos pertenece. Por eso es fundamental empezar a debatir entre todas y todos cómo hacemos para defenderla y defendernos».
El espacio público, un debate políticoLa primera exposición estuvo a cargo del doctor Buján, un juez contravencional que sostiene que el Código que debe aplicar sólo criminaliza a los más pobres. Empezó por el principio y se preguntó: ¿Qué es el espacio público? Contestó: «En su raíz histórica, es el espacio común, el espacio de todos, la cosa de todos. Y por eso es importante tener en cuenta algo que decía Sonia: esta discusión es fundamentalmente política.” Buján, quién además dicta clases en la Facultad de Derecho de la UBA, compartió las preguntas que formula habitualmente a sus alumnos: «¿La prostitución debería ser regulada o es una de las actividades privadas que no pueden ser reguladas por el Estado? ¿Acaso cuando se pretenden crear zonas rojas no se está señalando que el Estado no hace nada con la prostitución bajo techo? ¿Por qué la única que es motivo de control es la que se ejerce en el espacio público, la que tiene que ver con la calle? Obviamente, es la prostitución de los pobres. No la prostitución de las grandes cadenas de explotación», sostuvo.
«Y esta no es la única figura del Código que ejemplifica cuál es el objeto de control. Todas parten de criminalizar al mismo estrato social y en algún sentido creo que esto es lo más rico de la discusión que nosotros podemos compartir hoy acá. Podemos plantear los grandes temas y empezar a debatirlos. Estoy a su disposición».
Avances y retrocesos
A su turno, la doctora Pierini fue más allá. Expresó primero un límite y luego un desafío.
Dijo que tenía la sensación de estar reviviendo discusiones de hace 14 años atrás, de la época de debate de los edictos policiales: «Tendríamos que tener presentes determinadas conquistas y avances en materia de derechos humanos que logramos con la derogación de los edictos. Debiéramos pensar que no se puede retroceder sobre los pasos que se van avanzando. Cuando aparecen ciertas tendencias regresivas no deberíamos retomar debates que ya fueron ganados y sí impulsar el paso sucesivo. ¿Qué quiero decir con esto? Nosotros ya discutimos el tema de la moral pública, y sabemos que nadie puede ser dueño de decidir qué es lo moral y lo no moral en el espacio público. Yo personalmente no estoy dispuesta a volver a dar esta discusión. Como no estoy dispuesta a volver a discutir si las mujeres tenemos derechos, si los chicos son sujetos de derecho o si los indios tienen alma. Porque si no, no terminamos nunca: vamos a volver a discutir la esclavitud», dijo en tono severo. Y avanzó hacia una propuesta: «Lo que no discutimos correctamente, quizás, es qué significa el concepto de orden en las democracias, que no es lo mismo que el orden de las dictaduras. Creo que nosotros tenemos que entender que para jugar partidos es imprescindible que haya reglas de juego. El tema es cómo se fijan esas reglas y quién las hace cumplir. Hay que discutir las nuevas modalidades, nuevas normas para que el espacio público no sea un espacio de tironeo permanente sino que haya reglas de convivencia que sean aceptadas por todos. Pero que se fijen desde la sociedad y no desde una minoría iluminada».
El código contravencional es el código penalAl llegar, el doctor Palmieri pidió disculpas por el retraso y aportó una dosis de actualidad a la charla. Mencionó la gravedad de la situación en la provincia de Santa Cruz, donde el miércoles 12 una periodista fue baleada en la ruta por la Gendarmería Nacional.
Luego, continuó con el razonamiento de la doctora Pierini y retomó el tema de los debates no saldados: «Los edictos planteaban un sistema de regulación policial para todos los que eran vendedores ambulantes, el tema de la oferta de sexo, el juego, etc. Los funcionarios que decidían sobre esto eran funcionarios policiales y muy celosos de esas facultades con las que podían regular a una población objetivo de esa institución. Ese sistema era un pequeño Código Penal inquisitivo. Cuando llegó la reforma, hubieron distintas corrientes que coincidieron en la derogación. Pero tuvo más peso la que planteaba hacer un pequeño Código Penal de la ciudad, que incluía temas tales como el rol de la policía, si iba a estar más controlada y cuáles iban a ser las sanciones que podía aplicar. Es verdad que la reforma sirvió para disminuir la violencia en la población que era víctima de los edictos, pero se reguló como un pequeño Código Penal. Y si hay una característica que tiene el Código Penal es que no resuelve los conflictos. Puede sancionar o no, decidir si es inocente o es culpable, pero el conflicto no lo resuelve. Sigue ahí.” Luego, el doctor Palmieri repasó los engranajes de la máquina contravencional de acuerdo a cómo funcionan en la práctica cotidiana. Dijo: “La justicia contravencional que tenemos hoy incluye a:
- Defensores, que usan la herramienta de la probation en lugar de definir la inocencia o no de una persona. Usan la probation porque es un modo de no discutir;
- – Fiscales que construyen casos a partir de nimiedades, como lo es la vulneración de centímetros de un vendedor ambulante, si se corrió o no se corrió de la zona asignada, etc».
Todos estos vicios, sostuvo Palmieri, son vicios de la justicia penal cuya característica principal es que no permite negociaciones porque sólo hay una parte que acusa y la otra que se defiende. No hay dos partes presentando pruebas. «Y en el debate de hoy, que nos permite reflexionar sobre qué peleas nos quedan por dar, seguramente tenemos que pensar cómo construir un mecanismo que permita estas negociaciones, estas mediaciones, cómo resistir los avances de quiénes quieren hacer más penal, más punitivo y más violento el Código que hoy se usa y por otra parte como reducir los abusos, las violencias.” El doctor Palmieri citó, a manera de ejemplo, el caso de la periodista de lavaca Claudia Acuña. “Es una muestra sobre cómo piensan estos actores, como actúan en la resolución de estos conflictos. El caso se origina por una pintada en una plaza. Uno podría debatir a partir de este hecho si pintar o no una plaza es una contravención o se trata de un ejercicio libertad de expresión, por ejemplo. Pero la fiscalía contravencional no se detuvo en estos debates. Lo primero que se hizo fue ordenar una identificación de la persona a la cual se le había labrado el acta y para hacerlo, ordenó que la policía identifique a todas las personas que entraban y salían del domicilio declarado en el acta. Impulsar una investigación de este tipo… («algo que no hacen para cosas más graves», completó Pierini)… nos está indicando algo sobre cómo piensa los actuales actores. Por eso creo que parte del debate y del desafío de hoy es cómo construimos un espacio de mediación serio».
Zaffaroni, y lo que le hacen a los vendedores
Tras las exposiciones, se leyó una carta que había enviado el juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni con su adhesión a las jornadas. Se abrió entonces la ronda de preguntas e intervenciones:
Carmelo, vendedor ambulante: «Estoy de acuerdo en que este es un debate político, pero creo que aunque se pueda crear la mejor ley del mundo, si no cambia el modo de controlar, el resultado es el mismo, porque en la calle no te encontrás con los fiscales: los ojos de ellos son los de la policía. Y ésos ojos ven sólo lo que les interesa. Entonces ¿de qué justicia podemos hablar, de qué ética podemos hablar, de qué cambio podemos hablar?».
Oscar, vendedor ambulante: «¿Cómo se hace para que los casos de secuestro de mercadería -que ordena el fiscal, sin hacerse presente en el lugar- lleguen hasta un juez y que sea él quién decida?
Fue el juez Buján, el encargado de responderle:
«Es cierto que las medidas cautelares son dispuestas por el Ministerio Público Fiscal. Acá nos encontramos con un vicio, que es el de tratar de parecernos al régimen penal. Se confisca la mercadería como una medida cautelar con la que se intenta interceptar o detener el objeto del delito. Pero en los casos de la venta ambulante, en donde muchas veces las mercaderías secuestradas son perecederas, hay que sopesar otras cuestiones. Por ejemplo, la venta por mera subsistencia no es una contravención. Por lo tanto, hay jueces que consideramos que primera hay que analizar muy bien la conducta antes de disponer una medida de ese tipo.”
La doctora Pierini intervino levantando el tono:
«A mí me tienen que explicar, no sólo los jueces, sino todo el sistema, por qué razón se secuestra la mercadería. ¿Qué es lo que están protegiendo cuando secuestran la mercadería? La mercadería que hay que secuestrar es la que está en mal estado, la que no pasa la inspección bromatológica, por ejemplo, por ésa constituye una medida cautelar que previene un daño. Esa es la que hay que secuestrar».
Hubo aplausos.
En el fondo, apareció una mano levantada y una nueva inquietud:
«El secuestro de mercadería representa en los hechos una extorsión del Estado. Al sacarle a la persona aquello que permite su subsistencia le impiden esperar los dos o tres meses que demora llegar al juicio. Así, sí o sí tiene que agarrar la probation o el juicio abreviado. Es decir, lo obligan a aceptar culpas para recuperar su medio de subsistencia, con lo cual, le quitan la opción de defensa.”
Una vez más fue el juez Buján el encargado de confirmarlo:
«El propio secuestro ya es una medida de coerción. En los hechos, los jueces no tenemos anoticiamiento del secuestro que se ha producido. Recién intervenimos cuando la defensoría pide la intervención del juez y la devolución de la mercadería»
El doctor Palmieri expresó algunas opciones para impedir estas extorsiones: «Si se comprueba que en la mayoría de los casos de decomisos hay un uso abusivo de esa medida cautelar, la Fiscalía General debería instruir a los fiscales para evitarla, ya que produce un daño mayor: lesiona derechos».
El final de esta primera jornada se extendió con decenas de preguntas que los participantes le hicieron a cada uno de los expositores, sobre temas puntuales, abusos concretos. Y un reclamo en común: ¿a nosotros quién nos defiende?
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.
Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.


La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.
El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.
Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.
Pero falta para eso.
Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.
En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.
Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.
Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.
Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.
Fin.


Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.
Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.
Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.
Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.
Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.
Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.


Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.
Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.
Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.
Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.
Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.
¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.
¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.
Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.
¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.
¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.
Fin.

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.
Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.
Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.
De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.
Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.
Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.
Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.
Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.
¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.
Fin.




Otras celebridades que se llevan las miradas:
El Zorro con la bandera de Argentina.
Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.
Lila Lemoine vestida como playera de YPF.
Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:
- Castrá
- Adoptá callejeritos
- Educá
- No compres
- No + piroctenia
Son tatuajes.
En la cara.
Fin.

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?
Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.
La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.
¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.
¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.
Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.
Fin.


Equivalencias y bebidas.
Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.
Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.
Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.
Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.
Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.
Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.
La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.
Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.
Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.
Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.
Le han robado el celular.
Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.
El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.
Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:
-Es que está lleno de negros.
Fin.
