Nota
La sangre derramada: el relato de la comunidad
(lavaca en Bariloche*) Así narra la comunidad mapuche Lafken Winkul la represión que terminó con el asesinato de Rafael Nahuel y dos heridos. El territorio ocupado en Villa Mascardi sigue hoy rodeado de fuerzas de seguridad y agitado por versiones de desalojo, a pesar de la mesa de diálogo que se abrió para negociar el futuro de ese territorio y de esa comunidad. La diferencia es que en estos días se rodeó de acampantes que acompañan el reclamo: son los nuevos Santiago Maldonado. El testigo que cuenta cómo fue el procedimiento de confiscación de armas del grupo Albatros, de la Prefectura, y cómo se tomaron pericias de rastros de pólvora de los uniformados.
A la Lof va llegando, de a poco, cada vez más gente. Saludan “mari mari” y pasan del otro lado de la tranquera que lleva atravesada una bandera que dice “Lafken Winkul Mapu resiste” y una foto de Rafael Nahuel. Estamos en Villa Mascardi, del otro lado de la ruta está el hermoso lago y de éste, el monte donde sigue asentada la comunidad Lof Lawken Winkul Mapu, después de la muerte de Rafael y el congelamiento de la orden de desalojo, que sigue vigente pero detenida por una mesa de diálogo que pretende determinar el futuro judicial de este territorio.
“Se sigue acercando gente de diferentes lugares. Es eso lo que estamos planteando como mapuches: que se levante el pueblo en su honestidad, en su dignidad. Esta es una lucha honesta, no es una lucha armada”.
El joven se tapa la cara con un pasamontañas y se identifica como “un kona del pueblo mapuche”.
Kona en mapuche significa fuerte, valiente.
Es el encargado de llevar la voz de la comunidad estos días convulsionados, aunque no habla con cualquiera. Al contrario: hablan solo con quienes ya conoce. La bandera colgada de cara a la ruta lo deja bien claro: “Winka: no pasar”.
“Winka” es el blanco.
Del otro lado de la ruta un grupo de apoyo acampa y se sostiene en solidaridad con la comunidad “hasta que se vaya la policía”.
Son los Santiago Maldonado de esta nueva toma.
Las fuerzas federales están asentadas a apenas a 100 metros de la entrada a la Lof, con unos conos naranjas en medio de la Ruta 40. A los costados, dos camiones celulares (uno de Policía Federal y otro de Gendarmería), tres camionetas (dos de Gendarmería y una de PFA) y un patrullero de la Federal. Hoy también hay policías de casco y uno con un arma larga: por la mañana hubo un corte provisorio de ruta tras un hecho confuso. “Estábamos buscando leña en el monte”, relata el joven mapuche, “y éstos nos vieron y formaron fila y se pusieron en frente de la entrada de la comunidad como para intimidarnos”.
Este tipo de movimientos son comunes, en medio de rumores y operaciones que no se sabe ya de dónde vienen. El del día: “A las 12 dicen que se terminaría la tregua” y “Patricia Bullrich dijo que las fuerzas podían actuar sin la orden de la justicia”.
A Bariloche también llegó la posverdad.
Corren las 12, las 12:30 y las 13 y no se notan movimientos bruscos que alteren la (a)normalidad de las cosas.
Los coíhues, cipreses y pinos se zarandean con una leve brisa. Pasan camionetas de Gendarmería y Policía Federal que vienen y van hacia El Bolsón y hacia Bariloche. “También puede ser que estén gracias al G20 que continúa el día de hoy”, suma alguien al cuadro de complejidad.
El día de la muerte
La comunidad no habla por hablar: tiene para contar su versión de los hechos del día 25. El día que el grupo Albatros disparó por la espalda a Rafael Nahuel, dos días después de que las fuerzas desataran una represión en el territorio que terminó con mujeres y niños detenidos en la comisaría.
“Lo que podemos contar de ese día es que nos encontrábamos más arriba de acá; no estábamos en este sector, sino mucho más arriba. Y en eso veníamos bajando porque íbamos a concentrar acá con la gente que estaba en la ruta, y cuando emprendemos el viaje para abajo, como a 50 metros de donde estábamos nosotros ya venían fuerzas de Albatros, de Prefectura. En ese entonces, sin mediar ningún “alto”, nada, vienen parapetados y empiezan a tirar. Ahí emprendimos la vuelta al campamento. Al llegar arriba nos pudimos resguardar y ahí defendernos con piedras, gomeras, palos. Y ellos se parapetaron atrás de los árboles y de ahí nos disparaban”.
Sentado sobre un tronco y bajo la atenta mirada de unos pocos que siguen el relato por primera vez –incluidos mapuche que no estuvieron el día de la represión-, el joven calcula que los disparos siguieron por unos 5 minutos. “Ahí cae herido nuestro peñi y una lamien más y un peñi más. Heridos de balas de plomo. En ese momento tiraban solo balas de plomo”.
La evidencia de que eran de plomo quedó desplegada en el terreno, en los cuerpos de dos mapuches heridos y en la muerte de Rafael: “No fue ningún enfrentamiento. Es más, después de que ellos se replegaron nosotros pudimos juntar evidencia de las armas que estuvieron usando. En ningún momento usaron armas de tumulto, solamente encontramos vainas de 9 milímetros”.
Entre el retén policial y la comunidad se encuentra una estación de YPF. Dos de sus empleados tuvieron que oficiar de testigos del procedimiento de incautación de las armas al grupo Albatros. Uno de ellos, que ya declaró ante la justicia, cuenta a lavaca que las armas fueron separadas en dos cajas: en una las letales; en la otra, las no-letales. No recuerda con exactitud cuántas eran, pero sí que llenaron una amplia mesa. Alcanzó a ver armas largas y pistolas. Identifica una MP5. Los cartuchos demostraban que faltaban varias municiones.
El joven empleado –que vive en el mismo barrio que Rafael Nahuel- revela que se le tomaron rastros de pólvora a 8 integrantes de Albatros. Aún no se hicieron públicos los resultados de estos análisis. Su relato coincide en parte con el de la comunidad.
Continúa la descripción de lo ocurrido aquel día: “Un peñi más y yo, que veníamos adelante, lo que pudimos llegar a ver fue un arma larga tipo rifle, y después armas cortas, como sub ametralladoras. Y después con 9 milímetros también. Todos los impactos están en los árboles, están en las barricadas que hemos hecho para que se les ponga más complicado seguirnos. Todos esos golpes de arma están: es parte de la evidencia que nosotros tenemos y hemos entregado a algunas autoridades”.
En pleno día
La autopsia encargada por la justicia federal a la provincial confirmó que Rafael Nahuel fue asesinado por la espalda: la bala le atravesó los intestinos, el hígado, el diafragma y el pulmón, lo que ocasionó una hemorragia interna en el cuerpo del joven.
Además fueron heridos una mujer de alrededor 25 años (presumiblemente Johana Colhuan) y un hombre de treinta años: impacto de bala en el hombro con orificio de entrada y salida; e impacto de bala en el codo, respectivamente. El joven mapuche cuenta que ambos se encuentran bien y fuera de peligro.
Sigue el relato de la comunidad: “Empezamos a gritar con otros peñi que había un herido, que habían matado a uno, y recién entonces empiezan a bajar, a replegarse. Quedan entre 4 y 6, de Albatros, más de eso no eran. Una vez que le gritaron que había heridos de gravedad, ahí emprendieron la huida ellos, hacia abajo, hacia acá. Llegaron acá y nosotros estábamos 10 kilómetros arriba”. Todo esto ocurrió en pleno día. Calculan que Rafael ya estaba herido de muerte a las 16.30.
Fausto Jones Huala y Lautaro Alejandro Gómez fueron los jóvenes mapuche que ayudaron a bajar el cuerpo de Rafael, con la esperanza de salvarle la vida. Relata otro de los jóvenes mapuche que estuvieron ese día: “Estábamos con los tres heridos, había uno de gravedad, tuvimos que hacer una camilla y bajarlo por el camino, venir con cuidado de que no nos embosquen nuevamente. Y cuando llegamos acá estaban enfilados las fuerzas federales y los de Albatros; no sé si eran los mismos, pero vimos las ropas y eran las mismas. También estaban preparados para avanzar. Otros peñi les gritaron que había un muerto y pudieron bajarlo. El resto se quedó acá porque nos iban a llevar a todos en cana”.
En efecto: Fausto y Alejandro, los que llevaron el cuerpo hasta abajo, luego fueron detenidos durante cuatro días.
La cacería
Los distintos testimonios coinciden en que la cantidad de efectivos de Albatros que participaron de la represión no supera los diez, que no dieron la voz en alto y portaban armas letales. El relato mapuche hace hincapié en la escasa pero contundente cantidad de efectivos, redondeada bajo la idea de “un grupo especial”: “No es que venía un batallón para hacer un desalojo: venían a matarnos. Eran seis personas nomás dispuestas a eso, a lo que los habían mandado: a disparar. Si es un grupo mayor vos sabés que te vienen a desalojar, vienen con una orden y la leen. Nunca medió eso; nosotros alcanzamos a ver a 4 ó 6 personas que empezaron a disparar contra nosotros. Y ahí nos replegamos a nuestro campamento y fue cuando hirieron al peñi”, repite el mapuche.
¿Por qué? “El Estado siempre va a buscar generar el miedo entre las comunidades que se están levantando. Y acá estaban buscando que nos vayamos todos. Quieren esperar el momento en que seamos pocos, llegar y matar, y poner armas. Si hubiesen matado 4 o 5 peñis allá arriba íbamos a aparecer todos con fierros en las manos. No pudieron hacer eso porque mataron uno y los sacamos del territorio. Querían decir que éramos una guerrilla. Eso querían vender. Acá nunca hubo armas”.
La propia presentación del juez Villanueva habla de “cuchillos y hondas de revoleo», pero nunca de armas de fuego, como mencionaron sin pruebas funcionarios del Ministerio de Seguridad. Los mapuche dan su versión, y la explican: “Nosotros somos dignos de pelear acá. Y no estamos armados, así como dicen. Nosotros solo nos defendemos con lo que la naturaleza nos da. Con los newenes (fuerzas, energías) que nos da. Con las piedras que nos da. Ellos pueden decir muchas cosas: dicen que tenemos armas de guerra. Si las tuviéramos la hubieran encontrado. Los que tienen armas son ellos. Y mataron a un hermano nuestro”.
Sobre la sigla RAM, pocas y contundentes palabras: “Acá no hay nadie de la RAM. Esta toma no tiene nada que ver con la RAM”.
El porqué
En el libro Argentina originaria, Darío Aranda entrevista a Eugenio Zaffaroni, ex ministro de la Corte Suprema, quien asegura: “Si los pueblos originarios no tienen acceso a la justicia, harán acciones directas”.
La jurisprudencia a favor de los pueblos originarios es vasta e internacional, sin embargo la mayoría de esas leyes se ven incumplidas. La restitución de tierras, el otorgamiento de distintos tipos derechos son temas pendientes que atravesaron a todos los gobiernos democráticos, derrotero que explica en gran parte la complejidad de entender el sentido de la historia.
La Patagonia y Bariloche en particular son puntos neurálgicos. “La ciudad fue encerrando a estas comunidades”, sigue el muchacho mapuche. “Estas comunidades necesitan ahora un territorio apto y suficiente; donde haya newenes, agua, donde criar una gallina, un conejo. A nosotros no nos sirve estar en las ciudades o donde no haya agua, porque vamos a seguir siendo mano de obra barata del mismo Estado. Y eso no queremos nosotros porque los antiguos nuestros no vivían así; vivían de la naturaleza, protegiendo la naturaleza del mundo capitalista que saca los minerales. Esos son nuestros reclamos. Y por eso se decidió que esta familia tiene un territorio para recuperar. Porque este es territorio es ancestral. Quieran o no quieran, todo este territorio es ancestral; fue ocupado por gente antigua antes de que se iniciara el Estado argentino”, asegura.
El segundo punto clave en esta toma de tierras remite a lo sagrado. La explicación: “Dentro de nuestra cosmovisión mapuche, antiguamente nosotros teníamos lonkos (que encabeza la comunidad)y machis (autoridades espirituales) que organizaban a nuestro pueblo. Después que pasó la mal llamada Conquista del Desierto, a los primeros que mataron fueron a los lonkos y las machis. Ahí quedó la gente escondida en los campos, la que se pudo esconder, la que no estuvo cautiva; dentro de eso lo único que podemos decir es que acá nosotros estamos levantando una autoridad y nada más. Eso lo entendemos nosotros. Y eso es lo que menos quiere el Estado: que se levanten esas autoridades. ¿Por qué? Porque tienen miedo de que esto se siga. Pero esto va a seguir”.
El joven mapuche hace una pausa y cierra con una pregunta retórica, que es a la vez un contra-argumento. “¿Para qué quieren las tierras? Para explotar, para enfermar, para ellos mismos. Lo estamos defendiendo del saqueo capitalista, por nuestros hijos, para poder ejercer una vida ancestral como tenían nuestros antecesores. Para vivir en libertad”.
*Esta nota forma parte de la cobertura colaborativa de lavaca, revista Cítrica y el diario Tiempo Argentino
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

Nota
Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
Nota
Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.
Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.


La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.
El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.
Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.
Pero falta para eso.
Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.
En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.
Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.
Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.
Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.
Fin.


Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.
Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.
Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.
Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.
Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.
Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.


Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.
Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.
Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.
Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.
Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.
¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.
¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.
Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.
¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.
¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.
Fin.

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.
Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.
Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.
De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.
Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.
Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.
Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.
Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.
¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.
Fin.




Otras celebridades que se llevan las miradas:
El Zorro con la bandera de Argentina.
Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.
Lila Lemoine vestida como playera de YPF.
Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:
- Castrá
- Adoptá callejeritos
- Educá
- No compres
- No + piroctenia
Son tatuajes.
En la cara.
Fin.

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?
Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.
La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.
¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.
¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.
Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.
Fin.


Equivalencias y bebidas.
Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.
Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.
Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.
Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.
Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.
Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.
La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.
Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.
Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.
Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.
Le han robado el celular.
Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.
El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.
Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:
-Es que está lleno de negros.
Fin.
