Nota
La UBA se abrió al Congreso de Médicos de Pueblos Fumigados
Comenzó este jueves en el Hospital Clínicas y reunió a profesionales de la salud, sindicalistas, víctimas del agronegocio, investigadores e investigadoras, maestros y maestras, estudiantes. Debatieron las consecuencias del modelo transgénico en la jornada de apertura de este evento que se extenderá hasta el sábado.
“Este es un tema que los potenciales presidenciables deben tener en cuenta” dice a lavaca el decano de la Facultad de Medicina de la UBA, Sergio Provenzano, antes de intervenir en el Tercer Congreso de Médicos de Pueblos Fumigados que se está desarrollando en esa Facultad. Y agrega: “La función de la universidad debe ser investigar y establecer vínculos concretos entre una afección, que puede ser el cáncer, y un agente etiopatogénico que lo pudo desencadenar. Hay que pensar el 24 por ciento de la morbilidad tiene que ver con el medio ambiente y que el 23 por ciento de los cánceres se deben al medio ambiente”.
El Congreso comenzó este jueves en la Sala Posadas del Hospital Clínicas y reunió a profesionales de la salud, sindicalistas, víctimas del agronegocio, investigadores e investigadoras, maestros y maestras, estudiantes, que desde las 14 escucharon y debatieron las consecuencias del modelo transgénico a lo largo de las mesas que se realizaron en la jornada de apertura de este evento que se extenderá hasta el sábado. El escenario original iba a ser el Aula Magna de la Facultad de Medicina de la UBA, pero los cortes de luz empujaron su realización al Clínicas, exactamente a media cuadra.
Provenzano fue el primer orador del Congreso, presentado por el médico Medardo Avila Vázquez, coordinador de la Red Universitaria de Ambiente y Salud e integrante la red de Médicos de Pueblos Fumigados, quien cedió la palabra al decano de la Facultad de Medicina.
“Los ámbitos académicos debemos dar una señal clara de dónde está la investigación respecto a todo esto”, había apuntado Provenzano en diálogo previo con lavaca. “Y a partir de una investigación validada con cosas concretas podemos ayudar a que las políticas que se establezcan con respecto a salud sean cada vez más positivas, mejoren la calidad de vida de la gente de nuestro país y protejan a la comunidad de que el medio ambiente sea tan agredido. Este tipo de eventos instalan el tema y lo dejan vigente en la opinión pública en un contexto donde estamos próximos a elegir presidente. Es un tema que los potenciales presidenciables deben tener en cuenta”.
La verdad es la realidad
“Es una realidad que los ámbitos universitarios están preocupados”, sostuvo Provenzano. ¿Cuál es esa realidad? “Hay una cosa muy concreta: cuando el ser humano viene al planeta ya tiene la naturaleza instalada. Su inteligencia debe estar en compartir esa naturaleza y no hacerle perder la vitalidad y las cosas que ofrece”. ¿Algún ejemplo concreto? “Por ejemplo todo lo que significan las intoxicaciones de la tierra, de los alimentos, el cambio climático, el uso inadecuado de desechos químicos como está pasando actualmente en San Juan con el tema del cianuro volcado a los ríos que la gente toma. Todo este tipo de cosas alteran a la naturaleza”.
Provenzano sostuvo que la función de la universidad es investigar. “Y establecer vínculos concretos entre una afección, que puede ser el cáncer, y un agente etiopatogénico que lo pudo desencadenar. Hay que pensar que el 24 por ciento de la morbilidad tiene que ver con el medio ambiente y que el 23 por ciento de los cánceres se deben al medio ambiente”.
¿Qué opina de las declaraciones del ministro de Salud Daniel Gollán? “Todo ministro de Salud tiene que ver la realidad de su país y en función de eso alertar para que aquellas cosas que se están realizando de forma incorrecta funcionen y se organicen lo mejor posible. Por supuesto que traten de agredir lo menos posible a los hábitats donde está la gente de nuestro país”.
El ministro de Salud Gollán, cabe recordar, declaró el mes pasado a La Voz del Interior: ““Cuando la OMS toma posición y sube de categoría a estos agroquímicos diciendo que son peligrosos, hay que poner las barbas en remojo, porque esto quiere decir que ya hay evidencia científica suficiente para categorizarlo de esa manera”.
Y dijo además sobre investigaciones del ministerio: “Lo que estamos encontrando está en consonancia con lo que sostiene la OMS, que hasta hace cuatro o cinco años se decía que no había mayor riesgo y hoy se está reconociendo que el riesgo es palpable”
El nuevo panorama
Los directores del Congreso fueron la licenciada Miryam Gorban, de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la UBA, y el citado Avila Vázquez quien en su exposición compartió la investigación realizada en el municipio cordobés de Monte Maíz, cuyos resultados triplicaban los casos de cáncer según la media nacional en un distrito de sólo 8 mil habitantes. “Se usan aquí casi 1 millón de litros kilo de pesticidas. Eso equivale a 121 litros kilo por persona”, manifestó. También expuso investigaciones de otros científicos como Delia Aiassa y Fernando Mañas (Universidad Nacional de Río Cuarto) sobre los daños del glifosato en la salud.
“Es importante que este congreso se desarrolle en la UBA, que muchas veces le ha dado la espalda al tema”, señala a lavaca Mercedes “Mechi” Méndez, secretaria de prensa del Congreso y especialista en cuidados paliativos en el Hospital Garrahan, donde trabaja desde hace 20 años. “Eso habla de la importancia que está teniendo este tema y su trascendencia. Llega en un momento donde la OMS, un poco tarde y de manera bastante tibia para mi gusto, dijo por lo menos algo: el glifosato y otros agrotóxicos son agentes cancerígenos. De alguna manera respalda lo que los científicos venían viendo en sus laboratorios y salitas a diario, y lo que los vecinos venían denunciando muchos años atrás. Es lo que vio el doctor Andrés Carrasco y salió a denunciar. Se abre un panorama, no sé si alentador, pero que le ha dado la razón a un montón de denuncias que venían siendo ninguneadas”.
Profesionales, peras y olmos
Otra de las voces de apertura fue Jorge Yabkowski, presidente de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA), que sumó una visión interesante desde el campo sindical: “Ya no encontramos sentido a las reivindicaciones salariales sin atender la salud del usuario”. ¿Es común una afirmación de estas características desde el sindicalismo? “Estos problemas socioambientales realmente se introdujeron en la agenda de nuestra organización por la voluntad de los propios trabajadores y el imperio de las circunstacias”, subrayó Yabkowski a lavaca. “Nuestra federación está implantada en 22 provincias, entre ellas las sojeras, las mineras, y los dramas de la gente que atienden nuestros afiliados comenzaron a golpear y nos empujó a sumarlos a nuestra agenda. En 2011 mandamos una carta a los candidatos presidenciales donde hablamos de los derechos de los trabajadores y de los problemas de la salud pública. Hoy incorporamos fuertemente el tema de los agrotóxicos y la megaminería porque es muy importante, para construir un sindicalismo ciudadano, no encarar solamente nuestros derechos laborales sino también el problema del modelo extractivista. Por eso creo que va a ser muy importante este congreso para la sociedad en la medida en que esto ponga sobre la superficie lo que los candidatos mayoritarios socios del modelo están silenciando en la campaña”.
Yabkowski agregó que FESPROSA fue uno de los actores que se movilizó en los envíos de bidones de agua en solidaridad por el derrame de un millón de litros de agua cianurada de la corporación Barrick Gold en Jáchal, San Juan. Años atrás había participado en los cortes de ruta en Famatina (La Rioja) contra los proyectos de las multinacionales mineras. Y contó que hace un mes tuvo un diálogo con el propio ministro de Salud, Daniel Gollán. “Yo estoy en contra del extractivismo, pero ¿de dónde saco 30 mil millones de dólares para las cuentas públicas?”, fue el razonamiento del funcionario. Yabkowski acentuó: “Esa es la discusión que tenemos que dar”. Y sobre las declaraciones públicas de Gollán, agregó: “Hago la diferencia respecto de Manzur (Julio, ex ministro). No hablaba: es un cómplice absoluto. Necesitamos ministros de Salud más comprometidos. Pero nosotros no vamos a pedirles peras al olmo: vamos a seguir luchando para que esto entre en la agenda del Estado”.
Diez veces más
Otro de los disertantes fue Damián Verzeñassi, médico y docente de la Facultad de Ciencias Médicas de Rosario, responsable acdémico de la Práctica Final de la carrera de Medicina, que pone en marcha desde hace años una de las experiencias académicas más innovadoras de los últimos tiempos: los campamentos sanitarios. Alumnos y alumnas se instalan una semana en un pueblo y realizan un perfil epidemiológico del lugar, con metodología de muestreo y entrevistas con los vecinos y las vecinas. Así, a lo largo de los campamentos, el equipo de Verzeñassi detectó un incremento de enfermedades (diversos tipos de cáncer, hipotiroidismo, abortos espontáneos) a la par del incremento de la producción de eventos transgénicos en campos cercanos.
En ese sentido, mostró datos de algunos relevamientos en diversas comunas santafecinas (Murphy, María Teresa, María Susana) donde los tumores y casos de cáncer se triplicaban y hasta cuadruplicaban en los últimos 15 años. Cuando la media nacional es de poco más de 200 casos de cáncer cada 100 mil habitantes, los campamentos encontraron que en las comunas se registraba un equivalente a casi 2 mil casos cada 100 mil habitantes: diez veces más.
Verzeñassi abrió con una observación aguda: “Lo más jugoso no es lo que podamos decir en esta mesa sino lo que estamos viviendo y lo que podamos lograr todos juntos. A veces da la sensación de que nos encontramos los que ya estamos convencidos para convencernos más. Y la idea es cómo cambiar la estrategia para convocar a estos encuentros a quienes siguen creyendo que hasta que la OMS no reclasifique los químicos hay que seguirlos usando”. Además, sostuvo que ya no es posible sostener un paradigma sanitario en base a la relación causa/efecto, sino que estamos ante nuevos procesos. “Esa visión es parte del siglo XIX”, cuestionó.
El científico agregó que “el problema ya no es sólo el glifosato”, sino que este es sólo uno de los componentes inmersos dentro de la producción de eventos transgénicos. Y alertó: “Es probable que estas industrias hagan lo que hizo Philip Morris con el tabaco. Se van a parar aquí y van a decir: ´¿Saben qué? Nos hemos equivocado, pedimos disculpas, esto hacía mal, tenemos reservas para pagar juicios, pero ahora tenemos algo que supera la química y son nuestros nuevos organismos genéticamente modificados”. Expresó que dos factores a recuperar son la diversidad y el tiempo. “El maíz necesitó 10 mil años para ser maíz”, ejemplificó. “No pueden cuatro tipos en un laboratorio querer limitar la diversidad”.
Y concluyó: “Permítanme decir: el problema es que estamos haciendo el trabajo que tiene que hacer el Estado. Y la verdad que eso, en algunos casos, me indigna. Que las vecinos y los vecinos sean quienes construyan los mapas epidemiológicos es inadmisible. No podemos seguir permitiendo eso. No por una cuestión hegemónica y de soberbia: es nuestro trabajo. Y es fundamentalmente responsabilidad del Estado. Y es responsabilidad de nosotros que el Estado se haga cargo de lo que tiene que hacerse cargo. Para empezar y garantizar la democratización de la información de los registros epidemiológicos que hay en el país. Y que, si no los hay, se hagan cargo los responsables que cobran sueldos que no lo están haciendo. Porque, si no hay información, es imposible desarrollar política de salud seria en cualquier lugar”.
Aquí el programa completo del Tercer Congreso Nacional de Médicos Pueblos Fumigados
Viernes 16 de octubre
AULA MAGNA 10HS 4º Mesa
Testimonios de pueblos Fumigados de Provincia de Buenos Aires y Entre Ríos Los Toldos (Margot), Villa Ramallo y San Salvador (ER)
10 – 11,30 hs: 5º mesa. Salud en pequeños pueblos fumigados: Dr. Arturo Serrano (San Vicente S. Fe), Dr. Fabián Pace (Murphy, S. Fe), Dr. Dario Gianfelici (Entre Rios). Dra Maria Seveso y Dra Analia Otaño: impacto de los agrotóxicos en el Chaco
11,30 – 13 hs: 6º mesa. Agrotóxicos y Alimentos Soberanía alimentaria y monocultivos: Dra. Miryam Gorban. Agrotóxicos en su mesa: Dr. Damián Marino Antropología alimentaria: Dime que comes y te diré quien eres: Dra. Patricia Aguirre
14.30 – 16 hs: 7º mesa. Coordina Dr. Alvaro Mendez. Genotoxicidad y exposición a agrotóxicos: Dra. Delia Aiassa (UNRCuarto). Cáncer y exposición a agrotóxicos en Argentina: Prof. Dr. Eduardo Maturano (UNCórdoba) Trastornos generales del desarrollo y agrotóxicos: Dr. Nicolás Loiacono Malformaciones Congénitas y agrotóxicos: Dra. Eli Tesan
16,30 – 18 hs: 8º mesa. Bioética, Ambiente y Salud. Coordina: Dra. Monica Heinzman Decano de Medicina UBA: Sergio Provenzano. Presidente FESPROSA: Jorge Yabkosky. Fiscal Federal de Tucumán: Gustavo Gomez. Pensamiento del Papa Francisco: Rafael Velazco.
18 – 19:30 hs: 9º mesa. Pueblos originarios y campesinos frente al agronegocio Felix Diaz, Qarashé comunidad Qom: Potae Napocna Navogoh Campesinos del Valle de Conlara (San Luis)
Sábado 18 de Octubre,
AULA MAGNA Facultad de Medicina UBA
08:30 – 10 hs 10º mesa: Resistencia social al agronegocio Campaña Paren de Fumigarnos. Santa Fe Paren de Fumigar Mar del Plata Resistencia a Monsanto en Córdoba: Asamblea Malvinas Lucha por la Vida.Todos los 25 sin Monsanto
10 – 11,30 hs. 11º mesa. Científicos argentinos y agrotóxicos. Coordina Dra. Alicia Massarini. Dr. Rafael Lajmainovich, CONICET, UNL. Agrotóxicos y cultivos transgénicos, 19 años de ecocidio de anfibios en los agroecosistemas argentinos. Dr. Aristides Pochetino, CONICET, UNR. Estudios sobre toxicidad de 2.4 D Científicos que aportaron al IARC información sobre glifosato (Gisella Poletta, etc.)
11:30 – 12:30 hs 12º mesa. Ing. Agr. Javier Souza Casadinho, agrotóxicos y sus alternativas Ing. Agr. Ana Brocoli, alternativas al agronegocio.
12:30 – 14 hs 13º mesa: Derechos humanos y agrotóxicos: Iniciativas judiciales
15:30 – 18 hs: Plenario de Pueblos Fumigados.-
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Nota
S.O.S. Garrahan: el desfinanciamiento del hospital modelo
Un guardapolvo blanco, pintado de letras rojas en el dorso: “Salud en lucha”. Una pancarta naranja, con letras negras, que grita: “El Garrahan es insalubre”. Lo que adorna a las instalaciones del centro pediátrico de referencia en salud pública, gratuito, de altísima calidad y de máxima complejidad donde se atiende a infancias de todo el país, refleja el contexto de lucha: seis paros en diez semanas. Una movilización el martes pasado a Plaza de Mayo. Otros paros por venir. Y un festival que se está organizando para el 8 de noviembre. Seis mil laburantes que dijeron basta, que ya no se puede, que así no se sigue. Los reclamos son tan centrales como diversos: salario, condiciones laborales y presupuesto. Todos, repercuten en un problema tan primordial como poco tenido en cuenta: la salud mental de sus trabajadoras y trabajadores.
Por Francisco Pandolfi
Lo que pasa puertas adentro de esta entidad emplazada al sur de la Ciudad de Buenos Aires llevó a que en 2019 se creara la Comisión de Condiciones de Trabajo Insalubres y Agotamiento Prematuro del Hospital Garrahan.
Ivone Malla tiene 55 años y es, desde hace 12, médica hepatóloga del hospital e integra la comisión desde su nacimiento. Le cuenta a lavaca por qué surgió la necesidad imperiosa de organizarse y de ponerle ese nombre: “En 2019 empezamos a notar la situación compleja en la que estábamos. El grado de sufrimiento que padecíamos por estar expuestos durante tanto tiempo, todos los días, muchas horas por día, bajo una presión insoportable un tercio de nuestra vida. Armamos un grupo de whatsapp, primero entre cinco, seis personas, y en menos de una semana éramos 200. Hicimos reuniones y armamos la comisión con integrantes de distintas áreas del hospital. Y decidimos armar un informe que es contundente por los datos que denuncia. El documento de 40 páginas tiene cifras como estas: “En el Garrahan muere casi un paciente por día. La mayor parte es menor de un año y un cuarto menor a un mes”.
La salud de quienes cuidan la salud
Ivone actualiza algunos datos del informe presentado en marzo de 2020:
–El 26 por ciento de las licencias que se piden en el hospital se deben a trastornos de depresión y problemas de salud mental.
–Hicimos una encuesta y uno de cada 2 trabajadores del hospital toma psicofármacos.
–Otro dato alarmante tiene que ver con la tasa de suicidios. El hospital duplica a la tasa del país, que es de uno cada 12 mil personas por año. En el Garrahan somos 6 mil laburantes y tenemos un trabajador por año que se suicidó. De hecho, cuando empezó este reclamo se mató un compañero. Obviamente este no es un número oficial, porque pedimos el registro a las autoridades y no brindan la información, pero nosotros sabemos bien lo que pasá acá.
Frente a este escenario, desde la Comisión proponen medidas concretas: “Demostramos con datos fehacientes que el trabajo que realizamos afecta nuestra salud física y mental y amerita la aplicación de un régimen especial que contemple las condiciones de trabajo insalubres y/o agotamiento prematuro a los que estamos expuestos, y limite la exposición con reducción horaria sin afectar nuestros salarios (de ocho a seis horas el área médica y de siete a seis la enfermería), licencias por estrés (de cinco a quince días anuales) y reducción de nuestros requisitos jubilatorios (25 años de servicio, mínimo 50 años de edad y 82% móvil).
Ivone sentencia: “Se habla mucho del modelo Garrahan, que la manera de sostenerlo es que pasemos más horas en el hospital y debe suceder todo lo contrario. Un motivo por el que se están yendo muchos profesionales es por los bajos salarios, porque aunque siempre cobramos poco el ajuste de los últimos meses es feroz, pero otro factor es por ese mismo modelo Garrahan que te obliga a quemarte, a dejar la salud, porque te exprime a tal punto de ser expulsivo. No podemos continuar un sistema que no cuida la salud de quienes cuidamos la salud pediátrica de mayor complejidad del país”.
La situación de insalubridad de las y los trabajadores del Garrahan es gravísima.
El sueldo más bajo de la historia
Norma Lezana es la Secretaria General de la Asociación de Profesionales y Técnicos. Tiene 62 años y hace 36 que trabaja en el hospital, cuando ingresó meses después de la inauguración del Garrahan, el 25 de agosto de 1987. “Estudié en la universidad pública y recuerdo cómo mi sueño era trabajar en ese lugar que se estaba construyendo. Yo armé mi vida en paralelo a este hospital de tanto prestigio, que sigue solucionando las enfermedades más graves y raras de los niños y niñas de Argentina, que no son números. Cada historia es un pacientito, un nombre, una familia. Cada caso requiere una reunión, un equipo interdisciplinario detrás, esa siempre fue la intención acá, así nos formamos y así creció el Garrahan”, dice Norma, ya con los ojos vidriosos.
Esa labor en equipo, hoy la replican para otro tipo de lucha: “Ahora nos toca defender la importante misión que tiene esta institución, en un momento en el que quienes trabajamos estamos cobrando el sueldo más bajo de la historia. En menos de un año, la inflación fue de 236% y nuestro salario apenas subió el 100. Este cambio fue de golpe, entonces no hubo manera de acomodarnos, porque no podés de un día para el otro dejar de pagar internet, de mandar a tu hijo al colegio, ya no pagar los impuestos. Es angustiante lo que estamos viviendo. Una compañera el otro día me dijo que empezó a pagar el alquiler con el crédito que te da Mercado Pago, que te cobra mucho interés y en poco tiempo ya no va a tener sueldo. Otra me dijo que no tenía de dónde sacar para el campamento escolar de su hijo. Yo gastaba 5 mil pesos de luz y me vinieron 100 mil. Es muy estresante, esto antes no pasaba”.
Desde las distintas organizaciones que forman la vida política del hospital dan números concretos: los operarios y técnicos no llegan a 500 mil pesos. De enfermería a 750 mil. 900 mil del área médica con aproximadamente 15 años de experiencia. Ivone expresa: “Necesitamos una recomposición salarial del 100% y un sueldo inicial igual a la canasta familiar, que hoy está en 1.500.000 mil pesos”. Completa Norma: “Los sueldos más bajos están bajo la línea de la pobreza y los de la mayoría, salvo los de los médicos más antiguos y los cargos de conducción, tampoco llegan a cubrir la canasta básica. Frente a esto, nuestro sueldo subió un 1 y un 2% en las últimas paritarias, que es lo que firmó UPCN con el gobierno nacional. Por eso denunciamos al sindicato, a la CGT y a la CTA, porque firmaron esto calladitos, como si no se dieran cuenta la situación que vivimos”.
Norma es licenciada en nutrición y pone el foco en lo que compra (o no) la gente y en lo que mira (o no) el Gobierno nacional: “Veo changuitos vacíos, poca fruta, verdura y lácteos. El salario no es algo que nos puedan recortar, porque no es un gasto. Pero este gobierno es insensible, cruel, lleno de mercenarios. Pueden hablar de déficit cero, de que Caputo es el mejor ministro, pero la realidad es que varios enfermeros después de trabajar diez horas, cuando salen a las 7 de la mañana de acá se van a otro trabajo y no a descansar. Puede ser libertario o no libertario, pero si esta es la realidad sólo queda claro que es un gobierno pésimo”.
Mientras tanto, la perspectiva del Ejecutivo: “El Ministro de Salud Mario Lugones acaba de presentar un plan estratégico de recorte del 20% en la salud. Es criminal esta decisión. Y sólo se explica con el lobby que está haciendo la gestión privada. Los funcionarios son sus gerentes y nos están llevando a un retroceso tremendo”.
Hay salarios iniciales que no llegan a los 500 mil pesos.
El éxodo de trabajadores
Josmar Flores Arnéz es licenciado en bioimágenes, tiene 36 años y hace 15 que trabaja en el servicio de neurointervencionismo del hospital. “Desde hace varias semanas luchamos por una recomposición salarial y por mejores condiciones de trabajo. Este año convivimos con un presupuesto congelado que duró los primeros seis meses. El Ministerio de Salud mandó una ampliación de ese presupuesto, pero es insuficiente. Por eso exigimos la apertura de paritarias y un porcentaje acorde que por lo menos nos empate con la inflación. Las categorías más bajas no pueden cubrir ni lo básico, como vestirse, comer, educarse”.
Josmar es delegado de la junta interna de ATE y comparte un dato que refleja la situación extrema: “No nos quisieron decir el número concreto, pero desde la propia Dirección confesaron que en los últimos 9 meses renunció la misma cantidad de profesionales que en los últimos 9 años. Si bien esta situación no empezó con este gobierno, sí la profundizó muchísimo y potenció el éxodo de profesionales. Esa pérdida no se recupera”.
Guido Gromadzyn es neurocirujano y parte de Trabajadores Autoconvocados del Garrahan. Tiene 40 años y desde 2009 recorre estos pasillos. Su cumpleaños de 15 no está siendo el más feliz: “Nunca estuve tan preocupado, porque la salud pública está peor que nunca. El hospital hasta ahora, había sido un oasis al realizarse las técnicas más avanzadas y nunca nos faltó nada. Si bien muchas veces tuvimos conflictos de sueldo, es muy preocupante sentir cómo el hospital de a poco se va debilitando y desmantelando desde el recurso humano, y desgranando todo el trabajo interdisciplinario tan característico del Garrahan. Siempre tuvimos los mejores profesionales y ahora están renunciando porque no llegan a fin de mes, profesionales que tienen alquilar y les es imposible, hipermegaespecialistas que ya no les conviene hacer las jornadas extendidas de 8 horas cobrando un sueldo miserable y entonces se van a trabajar a otro lugar o directamente fuera del país”.
Guido mira el futuro: “Es lo que más me preocupa. Somos un hospital escuela y va a llevar años y décadas formar este tipo de profesionales. Esto va a repercutir directamente en la salud de los chicos y si sigue así va a empeorar, porque muchos compañeros nos dicen: ‘Yo estoy hace 15 años, siempre me puse la camiseta, pero más allá de marzo no aguanto’. Es desesperante saber que en poco tiempo el gobierno está rompiendo todo y que nos va a llevar muchísimo reconstruirlo”.
Sobre el financiamiento freezado, Norma Lezana pone números: “Al presupuesto que teníamos de 60 mil millones del año pasado, que estuvo congelado todo el año y que en junio se acabó, llegó un refuerzo de 90 mil millones de pesos, o sea, un tercio más. Pero eso no tiene nada que ver con la realidad. Solo por poner un caso: el medicamento gammaglobulina aumentó 10 veces, y lo mismo sucede con el resto de los remedios, insumos y obras. Por eso en salud no se puede ajustar, pero el ministro Lugones es el hombre manos de tijera, solo piensa en recorte, recorte y recorte”.
Hay motosierra, licuadora y también organización como defensa de la salud pública.
El ministro que nunca pisó el hospital
El Juan Pedro Garrahan lleva ese nombre por un reconocido pediatra. En cuanto a su sostenimiento, depende un 80% del Ejecutivo nacional y un 20% del gobierno porteño. Cuando a principios de octubre asumió el ministro Lugones, una de sus primeras decisiones fue echar a todos los integrantes del Consejo de Administración, al otorgar un bono por única vez de $500 mil pesos a las y los trabajadores. Contextualiza Ivone: “El bono no fue una dádiva, sino el producto de varios meses de reclamo y además se obtuvo con recursos genuinos que producimos con nuestro trabajo, ya que ese dinero salió de una caja donde va la plata que se recauda de las obras sociales de los pacientes. Esa caja sigue existiendo, pero el mensaje de la patronal fue que ya no se repartirá entre las y los trabajadores”.
Josmar agrega: “Cuando Lugones se reunió hace 15 días con el nuevo Consejo de Administración (presidido por Soraya Anis El Kik) dijo públicamente que el presupuesto del hospital garantizaba su total funcionamiento, pero nosotros sabemos que no es así”. Da un ejemplo: “En una de las terapias especializadas en pacientes inmunosuprimidos donde sí o sí debe haber una determinada ventilación, en estos últimos días de calor los aires acondicionados no funcionaron. Y no funcionan desde hace varios meses porque dicen que no hay plata para arreglarlos. Da otro: “No solamente se nota en las habitaciones de los pacientes, también en los entrepisos técnicos donde está toda la maquinaria, hay mucha precariedad en el ambiente, con paredes, techos y pisos rotos”. Otro más: “En los vestuarios del personal hay humedad, hay ratas, hay baños clausurados”. Y explica el por qué de las palabras del ministro Lugones: “Nunca pisó el hospital”.
A 37 años de su inauguración, sus trabajadores denuncian cómo lo están desmantelando.
La resistencia
Por año, el Garrahan atiende 660 mil consultas. Realiza 12 mil cirugías. Trata el 40% del cáncer infantil del país. Hace más de 100 trasplantes pediátricos de órganos, lo que representa al 50% de toda la Argentina.
Eso, y muchísimo más, es lo que está en juego.
Tras la marcha blanca del martes pasado, donde confluyeron con las clases públicas universitarias, ayer se consensuó en la asamblea del Garrahan continuar el plan de lucha. Se votaron dos paros: el jueves 31 de octubre, con permanencia y distintas actividades. Y el viernes 8 de noviembre, con un abrazo cultural y social en defensa del hospital, y con el cierre de un festival musical.
Guido Gromadzyn: “Hace meses que reclamamos y, aunque esto nos está llevando un montón de desgaste mental y emocional, vamos a seguir organizándonos para que esto le llegue a toda la comunidad y así evitar que esto se desbande aún más. Vamos a seguir, porque aunque este gobierno parezca que nunca escucha, siempre sirve hacer ruido”.
Cierra Norma Lezana: “Hay mucho en riesgo y no sé si la población es consciente de lo que se puede llegar a perder si no hay un cambio de rumbo en un gobierno que no dialoga, que no entiende lo evidente. Acá estamos preparados para resistir, porque si no resistimos nosotros, no lo va a hacer nadie. Estamos fortalecidas y convencidos de que vale la pena defender todo lo que significa nuestro hospital Garrahan”.
Nota
Desalojo a una comunidad originaria en Jujuy: el poder político detrás de la violencia policial
La comunidad originaria kolla de Guerrero, al sur de la provincia, fue desalojada este martes en medio de una violenta y desproporcionada represión policial: “Casi 200 policías para un puñado de mujeres, niños y ancianos”. Hubo detenciones y vejaciones: “Les hicieron sacar toda la ropa; los tuvieron contra una pared con los brazos arriba por tres horas y si querían bajar los brazos, les pateaban las canillas”. La complicidad entre la Justicia y el poder político. La figura del empresario de medios y ex vicegobernador peronista Guillermo Jenefes, cuya familia reclama esas tierras. La voz de la comunidad desterrada, que hace siglos vive en ese territorio: “Pasaron las topadoras por nuestras casas, por nuestra chacra. Arrasaron con todo, no quedó nada”.
Por Francisco Pandolfi
En Jujuy, a la gente originaria la destierran de su tierra, por ejecución de la policía, por orden de la Justicia y por decisión de la política.
Los desalojos de las comunidades indígenas no son una excepción, sino una regla a piaccere de quienes manejan la provincia del norte del país. Fueron moneda corriente en la última parte de la gestión de Gerardo Morales. Y lo son desde que el pasado 10 de diciembre lo reemplazó Carlos Sadir, quien fuera su Ministro de Hacienda y Finanzas. Este martes, cinco familias campesinas fueron arrancadas de su tierra ancestral en la localidad de Guerrero, al sur de la provincia de Jujuy, a 20 kilómetros de la capital, San Salvador. Una comunidad que contaba con personería jurídica desde 2008, otorgada por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y con el plano catastral que marcaba los límites de su territorio, publicado incluso en el Boletín Oficial de la Nación (resolución 62/2018). Ni ese marco legal impidió un operativo violento y descomunal conformado por más de 150 policías, luego que la jueza Lis Valdecantos Bernal, a cargo del Juzgado 7° de Primera Nominación en lo Civil y Comercial, ordenara el desalojo.
No se trata de un terreno más. Detrás de este desalojo se encuentra la todopoderosa familia Jenefes, que reclama las tierras como propias. Guillermo Jenefes fue vicegobernador de Jujuy entre 2011 y 2015, en la administración peronista de Eduardo Fellner. En ese lapso, nombraron a la Valdecantos Bernal como jueza. Guillermo Jenefes también fue uno de los constituyentes que votó a favor de la Reforma (in)Constitucional que el radical Gerardo Morales impuso el año pasado a espaldas del pueblo. Guillermo Jenefes además es un robusto empresario de medios de comunicación de Jujuy. Juan, su hijo, denunciante de la comunidad indígena, es diputado provincial por el PJ.
Fotos: comatoconvocada.jujuy
Arrasa-miento
Lorena Durand integra la comunidad kolla de Guerrero recientemente despojada. Cuando la contactamos desde lavaca, pidió si la podíamos llamar “en quince minutos” porque estaba entrando al colegio de sus hijos a justificar por qué no fueron a clase esta semana. Se la nota agitada. Con un dejo de agotamiento en el habla y en la respiración, que persiste en el aire cuando termina cada oración. Minutos después, lo primero que dirá son dos palabras, con múltiples significados: “Acá estamos”.
El acá estamos literal es en el portón de ingreso de su comunidad. “Nos acercamos a pedir por nuestros animales. Y a darles agua y comida, pero no nos dejaron. Además de animales grandes, como vacas, caballos y ovejas, quedaron gallinas, gatos y un corderito al que estábamos dándole mamadera. Una abogada proteccionista nos está ayudando y logró que nos los entreguen, aunque por tandas. Ayer nos devolvieron algunas perras, en un estado deplorable, golpeadas, asustadas. De 30 gallinas nos dieron 11, todas muy lastimadas. La Policía demolió nuestras casas, pasaron las topadoras cuando la orden judicial decía solamente desalojar. No deberían haber tocado las viviendas y creemos que en esa demolición aplastaron a muchos animales”.
El acá estamos, Lorena también lo dice suspirando injusticia y una lucha que seguirá, ahora sin un techo donde vivir, y en una abismal desigualdad de condiciones. Habla de corrido, como quien necesita diseminar lo que está pasando lo más rápido y contundente posible. “Los animales grandes no los vamos a sacar, porque sacarlos sería perder nuestra posesión y no lo vamos a hacer”. Y repite, porque cree que hay oraciones que necesitan subrayarse: “Y no lo vamos a hacer. Nosotros acá estábamos en uso y posesión de nuestra tierra, vivíamos, teníamos árboles frutales, nuestra chacra y los animales, que son nuestra principal fuente de ingreso. Todo fue arrasado. Todo. No quedó nada”.
Fotos: comatoconvocada.jujuy
Jenefes, el patrón
De fondo, se escuchan los bocinazos de gente autoconvocada que se acercó a apoyar a las familias. Hay mucho ruido en este desalojo: “Somos una comunidad aborigen con reconocimiento nacional, pero en Jujuy Guillermo Jenefes maneja absolutamente todo: el poder político, la policía, todo, todo, todo. Él quiere sacarnos del terreno para fraccionarlo y venderlo; al resistir estamos yendo contra el gran patrón de la provincia”.
Lorena argumenta: “Nosotros no somos una comunidad improvisada como él nos quiere hacer ver, no estamos fuera de regla. Hasta tenemos personería jurídica otorgada a nivel nacional. Figuramos en el ReNaCI (Registro Nacional de Comunidades Indígenas) y en el ReTeCI (Programa de Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas), además de tener nuestra carpeta técnica aprobada por el Estado Nacional. Desde Buenos Aires mandaron un equipo técnico y corroboraron nuestra existencia y preexistencia en este lugar, donde estuvieron nuestros antepasados mucho antes que cualquiera. Pero hoy, con el poder y el dinero que tiene, Jenefes hace lo que se le antoja”.
Fotos: comatoconvocada.jujuy
Una peli de terror
El martes a la mañana arremetió un operativo encabezado por efectivos del CEOP (policía provincial), con más de diez patrulleros, caballos y armas de fuego. Detuvieron a seis integrantes de la comunidad “por resistencia a la autoridad” y los liberaron algunas horas después. Cuenta Lorena: “Nos pasaron por encima. Vinieron casi 200 agentes para desalojar a un puñado de mujeres, niños y ancianos. A mi nene de 10 años le doblaron los brazos hacia atrás. Fuimos violentados y vulnerados, la situación fue totalmente caótica y traumática. Se llevaron a dos personas mayores de 70 años, sin comida, ni bebida, incomunicados. A mi esposo y a mi primo los golpearon, los vejaron, les hicieron sacar toda la ropa “para buscarles los celulares”; los tuvieron contra una pared con los brazos arriba por tres horas y si querían bajar los brazos, les pateaban las canillas. De terror la violencia que generaron, no hay palabras para describir lo que pasamos”.
Hay más. Clemencia Farfán tiene 99 años y vivió allí toda su vida. Es la abuela de Lorena: “La sacaron de la cama donde estaba, la empujaron a su silla de ruedas y la llevaron afuera, le cerraron las puertas de su propia casa y la pusieron de espaldas a su tierra. Fue terrible lo que hicieron y con muchísima brutalidad”. Su abuelo Carlos falleció hace tres años y está enterrado en su territorio. “El mayor miedo que tenemos es que saquen el cadáver de nuestro abuelo. Nos dieron 72 horas para que lo saquemos. ¿Cómo vamos a sacarlo de su tierra? Ellos están tratando de borrar todas nuestras huellas, causando el mayor daño posible antes de que regresemos a nuestro hogar, porque saben bien que hicieron las cosas mal, que la orden de la jueza está totalmente fuera del orden constitucional”.
Un puñado de kollas
La vocera de la comunidad asegura que la jueza Lis Valdecantos Bernal firmó el desalojo porque Jenefes, cuando era vicegobernador, la nombró en ese cargo. “Le pagó el favor y puso una firma donde no había argumento, pero Guillermo Jenefes mueve los hilos de todas las marionetas: el Poder Judicial, la Policía y el resto de los políticos. Él hace ostentación de su poder, a diestra y siniestra, sin importarle nada”.
La disputa la tierra lleva 17 años sin ninguna resolución: Explican desde la comunidad: “Si Jenefes tuviese algún papel que demostrase que es suya o de su familia, ¿alguien podría creer que el conflicto jurídico seguiría? No, nos hubieran sacado desde un principio. No hay ni un papel que corrobore que el terreno es de él, pero la jueza debió pagar el favor. Este hombre es dueño del canal 7 –la única señal que llega a todo Jujuy– y tiene mucha injerencia en el canal 4, por eso en la provincia no se nos abren los micrófonos”.
Además de un posible negocio inmobiliario, en zona de majestuosas yungas, pura vegetación verde y cerros, Lorena apunta a otro foco de la persecución: “Jenefes es una persona cuyo orgullo no le permite mirarnos como iguales. Odia que un puñado de kollas ose pararse delante de él, mirarlo a los ojos y decirle: ‘Vos no sos mi patrón’. El país tiene que saber que los desalojos a las comunidades originarias están siendo cada vez más frecuentes. Los terratenientes están tomando un impulso que debemos frenar. Lo que nos hicieron debe ser la gota que rebalsó el vaso”. Concluye, desde la puerta de su comunidad, aunque del lado de afuera del portón: “Somos la comunidad aborigen de Guerrero, pertenecientes al pueblo kolla, de piel oscura y estamos orgullosos de serlo. Acá estamos, y acá estaremos”.
Fotos: comatoconvocada.jujuy
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