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Las internas a la luz del sol

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¿Qué pasa en los Movimientos de Trabajadores Desocupados? ¿Hay internas en la Coordinadora Aníbal Verón que los reúne? ¿Por qué firman documentos separados? Tales preguntas surgieron el sábado 5 de julio en una nueva Ronda de Pensamiento Autónomo, y abrieron paso a respuestas reveladoras sobre qué significa hoy el pensamiento autónomo, la horizontalidad, la práctica política, las vanguardias, la fragmentación en los movimientos sociales, el sentido de la libertad, los bozales, y las naves quemadas.

La séptima Ronda de Pensamiento Autónomo iba girando como cada primer sábado de cada mes en el predio de Rocanegra, del MTD de Solano, hasta que alguien mencionó que los Movimientos de Trabajadores Desocupados de Lanús, Almirante Brown y Florencio Varela, entre otros, firmaron un documento con una propuesta política, y trasladó a los anfitriones una serie de preguntas.

¿Qué pasa en los Movimientos de Trabajadores Desocupados? ¿Hay internas en la Coordinadora Aníbal Verón que los reúne? ¿Por qué firman documentos separados? ¿Por qué parece que se desconocen entre sí?

Estas son algunas de las respuestas que surgieron de parte de integrantes del MTD de Solano:

  • «Algunos compañeros tienen una ansiedad por avanzar, y por hacer definiciones muy prolijas. Pero nosotros pensamos que no nos apura nadie. No censuramos, jamás nos atreveríamos a decir está bien o mal lo que haga el otro, porque no nos corresponde, y las experiencias hay que hacerlas. Pero no tenemos interés en definirnos en documentos que hablen de bloques o de sectores. Hay unidad en la diversidad.»
  • «Nos dicen los rebeldes de la Verón, porque planteamos que no vamos a llevar la línea de la Verón. No nos interesa llevar ‘líneas’. Nos interesa llevar experiencias y prácticas que tienen que ver con una realidad concreta y material, con seres humanos que se ponen a pensar y a hacer.»
  • «Nosotros no reproducimos esquemas de dominación.»
  • «En la Argentina y en América Latina muchísima gente ha dado la vida, y se pasó la vida, en la generación de ‘orgas’. A lo mejor tienen la virtud de que te organizan. Sabés lo que tenés que hacer, sabés lo que tenés que decir, sabés elaborar una línea para llevarla. Pero creo que es un retroceso. Hay un retroceso en muchos sectores que buscan el calor o el nido de la «orga». Caminar en pelotas, en medio de las dificultades, la puta… significa tener una maduración hasta psicológica.» (Aclaración: ‘orga’ en la jerga política, significa organizaciones estructuradas, verticalistas, homogéneas, con poco disenso y bastante control interno, con jerarquías, con líneas y discursos que ‘bajan’ desde los que conducen a los conducidos).
  • «No nos comemos que después de 200 años de lucha del movimiento obrero haya que ponerse el casete y decir lo mismo de siempre».
  • «El rol de la vanguardia es bien conocido y definido. Una vanguardia tiene que tener acción en la coyuntura, presencia, medios y línea. Y síganme los buenos. Esa es la acción de las ‘orgas’ «.
  • «Nosotros en eso no vamos a entrar aunque nos castiguen, nos peguen, nos pongan motes, y nos digan anarquistas, situacionistas, toninegristas o cualquier cosa por el estilo. (Aclaración II: Toni Negri es el italiano, ex Brigadas Rojas, coautor del libro Imperio; lo de situacionistas es porque el Colectivo Situaciones realizó con el MTD de Solano el libro Hipótesis 891; lo de anarquismo es otra consideración sobre la idea de autonomismo).
  • «No entramos, porque ya quemamos los barcos en ese sentido. No volvemos atrás. Asumimos todos los desafíos que eso implica. Vivir la libertad y apropiarse de la libertad, generar la libertad no es tarea fácil. Es más fácil lo otro, dar órdenes. Llevar y traer líneas. Recitar manuales.»
  • «No nos van a disciplinar, no nos van a poner la rienda o el bozal no nos van a poner la montura, aunque desaparezcamos. Aunque seamos un flash en la historia: estamos dispuestos a asumir incluso ese riesgo.»
  • «Creemos que estamos en un momento en el que tal vez la represión quede un tiempo suspendida. Vamos a ver. Pero viene un momento de captación muy fuerte porque Kirchner con todo lo que está haciendo lo que está tratando es de armar un consenso para tener casa propia. Llegó al gobierno con casa prestada, pero va a haber un momento de captación y de disputa muy fuerte. Con el duhaldismo se están ya pateando los tachos. Ha recibido a todas las organizaciones sociales, pero no sabemos si esto va a durar mucho».

La respuesta, principalmente a cargo de Alberto Spagnolo del MTD de Solano, resultó también una mirada -y un debate- sobre qué significa hoy el pensamiento autónomo, la horizontalidad, la práctica política, las vanguardias, la fragmentación en los movimientos sociales y el sentido de la libertad.

La ronda había comenzado con refunfuños sobre el horario de las 11 de la mañana, aunque tal vez a las 9 (como se hacía antes) todo pensamiento corra el riesgo de quedar congelado en Rocanegra, al menos durante el invierno. Allí, en ese terreno con algunos esqueletos de galpones, se encuentran cada mes integrantes de diversas asambleas, movimientos, agrupaciones y miembros de algunos MTD. Mujeres y hombres, jóvenes y ex jóvenes llegan para ejercer el antiguo y no siempre difundido oficio de pensar. Los bancos de madera se disponen en círculo, sobre la tierra, al sol, todos cara a cara.

El sábado 5 de julio hubo primero un repaso sobre la jornada organizada allí mismo el 21 de junio, en homenaje a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Varios presentes contaron que notaron fallas en la organización, aunque luego descubrían que no debían esperar algo de «la organización» si es que se quiere ejercer una actividad autónoma.

Hubo bastante aprobación sobre el resultado del acto, sobre los talleres, debates y encuentros (más allá de dardos referidos al desarrollo a veces disperso o un tanto caótico de algunas actividades). En un grupo que jamás ahorra críticas ni autocríticas, hubo cuestionamientos también al aspecto musical de la jornada: bandas suburbanas de rock que comenzaron a tocar al atardecer, cuando la mayoría de los concurrentes, que estaba desde la mañana, comenzaba la retirada. De todos modos quedó la sensación de que se trató de un buen aprendizaje, para futuros encuentros.

Vero, una joven de aro en la nariz que intervino varias veces mientras tejía al crochet una colcha, dijo: «Está re-bueno analizar qué pasó, no para tirarnos mierda. A veces puede haber un abismo entre lo que decimos y lo que hacemos. Podemos tener la lengua super ejercitada, pero es distinto hacer.»

Carla, una de las que concentró la organización del 21, dijo que le parece que una falencia es la falta de registro de encuentros como el del 21, o de la propia ronda. Mario recordó que algún registro hay, y mencionó a lavaca. Vero, con la aguja en la sien, propuso: «Hay que coordinar, tomar nota, que cualquiera escriba y haya registro».

Julio, un habitual coordinador de estas rondas, pidió correrse de ese rol, y corrió también la perspectiva del tema: «Defiendo que cada uno sea el registro de lo que pasa acá. Que la asistencia sea la existencia. No tanto la crónica o la memoria. Aquí se produce algo: pensamiento. Discutimos propuestas e ideas, y luego salen acciones. Pero me parece que lo importante es que haya un producido en nosotros, más que en un papel».

Mientras tanto, el círculo era recorrido por un gato -bicho más bien autónomo- que rondaba entre los pies y las faldas presentes como cierto tipo de pensamiento: firme, seguro, pero también flexible y cauteloso; amistoso pero independiente; ágil, leve, tranquilo y a la vez atento; distante a veces, cercano otras, elegante, curioso aunque prudentemente desconfiado; mullido y cálido, pero con las uñas y los reflejos afilados, por si acaso.

Ese fue el momento en el que Mario, que luego contó que además de participar en una asamblea pertenece a Nuevo Proyecto Histórico, habló de cómo Rocanegra es un caso que demuestra que el pensamiento es una práctica. Mencionó que el reciente documento zapatista del Subcomandante Marcos comienza hablando de la teoría. Y de ahí pasó a contar que una duda que percibía en mucha gente es la siguiente: ¿Por qué los otros MTD no van a las Rondas? Narró que circula en ciertos ámbitos un documento político firmado por los MTD de Lanús, Almirante Brown, Florencio Varela, San Telmo, Lugano, Berisso y José C. Paz (aclaración: el documento se titula «Nuestra política para construir un presente y un futuro con Trabajo, Dignidad y Cambio Social»).

Mario contó también que algunas personas se habían encontrado con Juan Cruz D’Affuncio, referente del MTD de Lanús. Le contaron que asistían a Rocanegra, a las Rondas de Pensamiento Autónomo. La respuesta los asombró. Según Mario, D’Affuncio preguntó: ¿qué es Rocanegra? Y, según esta versión, habría dicho: yo no soy autonomista. Mario dijo, entonces, que estas cosas generaban dudas, que el MTD se guardaba cosas, que no contaba, y que se propuso transmitir directamente las dudas para terminar con las fantasías. Hablar claro. ¿Qué pasa en los Movimientos de Trabajadores Desocupados? ¿Hay internas en la Coordinadora Aníbal Verón que los reúne? ¿Por qué firman documentos separados? ¿Por qué parece que se desconocen entre sí? ¿Quién convoca a las Rondas? ¿Los MTD, o sólo el de Solano? Las preguntas fueron formuladas con la mirada dirigida hacia Alberto, Julio, Andrés, y un joven del MTD de Río Negro.

Fue un momento un tanto espeso. Alberto recogió unas piedritas de la tierra. Cuartenta y cinco personas y un gato lo miraban.

Explicó primero que nadie de la Verón desconocía la jornada que se haría en Rocanegra.

«Decir ‘no sé qué es Rocanegra’ o ‘no estoy enterado’ es no asumir a los otros, es decir que algo no interesa. Acá se hicieron plenarios de la Verón, así que decir que no se sabe qué es esto, es algo con lo que no estoy de acuerdo. La Aníbal Verón tiene distintas opciones. Están también los que apoyan la idea de un movimiento sindical como construcción previa para un partido revolucionario. Es una manera de pensar. Convivimos y estamos en momentos de debates. Pero siempre tratamos de discutir en casa, sería inoportuno sacar este tipo de debate que no está saldado.»

Alberto aclaró que no había nada «guardado» como información, y que simplemente no se había dado el tema en rondas anteriores. Las Rondas -como siempre- cuentan con la participación de los MTD de Solano, Guernica («aunque no siempre están, ya que no son muchos los compañeros») y Río Negro, cada vez que pueden llegar. Pero no es un espacio propiedad de los MTD sino de quienes concurren a la ronda.

Relató que en la Verón se han ido armando sectores de afinidad, grupos con diferentes ideas. «Hay algunos que están en una aceleración. Para nosotros no es momento para tensionar esa diversidad. Pero somos cautelosos, defendemos nuestra autonomía, y si están convencidos, que le metan para adelante. Eso no significa escindirnos ni que vayamos a boicotear lo que hacen».

Según este relato, simplemente Solano «no firma». La razón: «no nos gustan los bloques, y pensamos que hacer esas cosas va a tener consecuencias». Spagnolo no dijo cuáles. «Algunos compañeros tienen una ansiedad por avanzar, y por hacer definiciones muy prolijas. Pero nosotros pensamos que no nos apura nadie. No censuramos, jamás nos atreveríamos a decir está bien o mal lo que haga el otro, porque no nos corresponde, y las experiencias hay que hacerlas. Pero no tenemos interés en definirnos en documentos que hablen de bloques o de sectores. Hay unidad en la diversidad.»

El único sonido que acompañaba las palabras era el de un viento suave y frío. Alberto mencionó que con los otros MTD han trabajado juntos en muchos acontecimientos, y reiteró que cree que puede haber unidad y diversidad.

Julio agregó una noción sobre la dificultad que supone soportar la fragmentación. «Si acá hay personas que nos declaramos integrantes del MTD ¿por qué pensar que están todos los MTD, por qué esta necesidad de emblocar?» Dijo que también se trata de soportar la fragmentación que cada uno aporta a la misma ronda.

El joven de Río Negro aportó lo suyo: «Con otros movimientos tenemos diferencias políticas, porque tenemos diferencias en las concepciones del mundo que queremos. Y nosotros estamos construyendo esa concepción. Un documento que plantea lineamientos está muy bien. Que pongan un rumbo, un norte, si a ellos les hace bien. Dicen que nos peleamos, pero no. Pensamos distinto sobre la autonomía, que para nosotros es una práctica social. Y creemos que la horizontalidad y la solidaridad es reconocer al otro. Si no lo reconozco, ya hay negación del otro, tratar de dominarlo. Hay que revisar las matrices de nuestra vida cotidiana: nosotros no reproducimos esquema de dominación.»

Un asambleísta de anteojos y barba dijo que la autonomía se da en relación a otro. Se tiene autonomía respecto de algo. Julio dijo que no, el asambleísta lo interrumpió, Julio se calló la boca, y el joven rionegrino terció para decir que considera que la autonomía no es una relación dialéctica (negando algo, o contra algo), sino la construcción de algo nuevo. Carla apoyó esa idea, postulando que se trata de una construcción por la positiva. «Se empieza con el sí, en vez de con el no».

Hizo, luego, la crítica de la crítica: «Yo comparto lo que dijo el compañero, pero aquí encuentro cierto dogmatismo sobre la autonomía en las intervenciones. No es que no funcionamos como los que siguen estructuras viejas, sino que a veces tenemos las mismas estructuras con otro contenido que es reautónomo, reautogestivo y recopado, pero que en la práctica no es tan copado. En el discurso lo manejamos mejor.»

Vero, la que había mencionado la lengua súper ejercitada, miró a Carla y siguió tejiendo su colcha. Carla contó que fue militante de izquierda: «La tradición es que los trapitos se limpian adentro, y afuera salimos con un solo puño. Yo sufrí esa estructura. Adentro se echaba gente, era un bardo, pero afuera éramos ‘la’ organización. Me parece bien que las diferencias se hagan públicas. Pero me gustaría discutir, más que las diferencias de los MTD, qué políticas se están debatiendo en los movimientos. Para mí estamos en un momento de retroceso. El Estado está recomponiéndose y nosotros estamos retrocediendo medio atrincherados. Muchas veces nos aislan. Muchas asambleas están en crisis o casi desintegrándose, con problemas mínimos que no podemos resolver. En momentos así se generan los sectarismos y enfrentamientos. La izquierda también se divide. Pero la impotencia es que no tenemos idea de cómo generar una organización que no sea como esas otras que conocemos. Y a veces se confunde autonomía con autismo. Y como nos parece que la crisis avanza más rápido que nosotros frente a las dificultades volvemos a lo viejo, a buscar la seguridad de la estructura. Creo que tendríamos que debatir esas cosas, para llevarnos como ideas a nuestros lugares de acción».

Alberto juntó más piedritas y retomó la palabra: «Nosotros no vamos a renunciar a la libertad de hacer nuestra experiencia. En la Argentina y en América Latina muchísima gente ha dado la vida, y se pasó la vida, en la generación de ‘orgas’. A lo mejor tienen la virtud de que te organizan. Sabés lo que tenés que hacer, sabés lo que tenés que decir, sabés elaborar una línea para llevarla. Pero creo que es un retroceso. Hay un retroceso en muchos sectores que buscan el calor o el nido de la «orga». Caminar en pelotas, en medio de las dificultades, la puta… significa tener una maduración hasta psicológica.»

Los manuales se están incendiando -según esta concepción- y la mayor fidelidad a la historia consistiría en «ser hombres y mujeres de nuestro tiempo sin ponernos los manuales en la cabeza para repetir experiencias que hay que mirar críticamente». Su idea es que los grandes pensadores de la historia fueron justamente hombres de su tiempo, que tomaron las tradiciones pero con la idea de superarlas y de avanzar. «No nos comemos que después de 200 años de lucha del movimiento obrero haya que ponerse el casete y decir lo mismo de siempre».

Lo fácil sería buscar discursos prefabricados y el calor de lo que Spagnolo llama las «orgas». «El rol de la vanguardia es bien conocido y definido. Una vanguardia tiene que tener acción en la coyuntura, presencia, medios y línea. Y síganme los buenos. Esa es la acción de las ‘orgas’. Nosotros en eso no vamos a entrar aunque nos castiguen, nos peguen, nos pongan motes, y nos digan anarquistas, situacionistas, toninegristas o cualquier cosa por el estilo. No entramos, porque ya quemamos los barcos en ese sentido. No volvemos atrás. Asumimos todos los desafíos que eso implica. Vivir la libertad y apropiarse de la libertad, generar la libertad, no es tarea fácil. Es más fácil lo otro, dar órdenes. Llevar y traer líneas. Recitar manuales.»

Rescató la humildad que observó en sus visitas al Movimiento Sin Tierra, de Brasil, una organización poderosa que, sin embargo, le dijeron, está llena de problemas y conflictos internos que no esconden. Lo mismo ocurre en el zapatismo, donde las tradiciones indígenas no excluyen el cacicazgo, la dominación del hombre sobre la mujer o la corrupción «como ocurre con nuestro pueblo». Pero las diferencias no escandalizan, dice Alberto.

«No nos escandalizamos de nuestras vivencias. La autonomía no es ponerse de acuerdo, y vivirla. Minga. La horizontalidad, vivir la libertad y la democracia, es una guía, un objetivo, pero no es un simple hecho de voluntad. Lo más difícil es transitar el caminos que creo que necesita la humanidad, que consiste en crear. Y para crear hay que ser libre, y no ponerse ninguna montura. ¿Somos salvajes? Sí, somos recontrasalvajes. No nos van a disciplinar, no nos van a poner la rienda o el bozal, no nos van a poner la montura, aunque desaparezcamos. Aunque seamos un flash en la historia: estamos dispuestos a asumir incluso ese riesgo.»

Ser un flash de la historia, en el peor de los casos, significaría al menos haber marcado un momento, según esta concepción, que rechaza lo que Alberto atribuye a otras organizaciones: considerar, por ejemplo, que los indígenas son sectores reaccionarios porque sólo quieren la propiedad de la tierra («con esos no se puede hacer un carajo», dice que le han dicho); o considerar que las asambleas son «pura burguesía garroteada por la crisis económica y el corralito». Para Spagnolo «la ‘orga’ genera ese tipo de concepción».

La ronda continuó con comentarios en torno a todo esto. Julio pidió que se hablara también de los conflictos en las asambleas barriales para tratar esos problemas en la ronda. Rubén -médico- comentó que parte de tener muchas dudas, pero también de muchas certezas. «Desconozco cualquier tipo de jerarquías, de autoridad. Acá se habló de los convocantes a la ronda. Desde que vine por primera vez sentí que yo era también un convocante. Todos. Estoy de acuerdo con no poner el objetivo, la línea. Creo que lo principal es el camino, con estas dudas y estas certezas. En el momento que en esta ronda, sea quien sea plantee una cuestión jerárquica, autoritaria, o un camino definido que me lleve a un lugar preciso y en lo cual no esté de acuerdo, me iré de este lugar. Lo que no hay que hacer es repetir las viejas estructuras, incluso las de izquierda, que le dieron oxígeno al capitalismo».

Mario, que había planteado la cuestión de las diferencias entre los MTD, advirtió sobre el riesgo de construir nuevos dogmas. Alguien había defendido lo heterogéneo contra lo homogéneo, y Mario dijo que puede haber de las dos cosas, como tampoco hay que oponer la idea de la multitud con la de lo singular. Dijo que en las asambleas no existe pequeña burguesía, sino asalariados y reivindicó los movimientos de desocupados, las propias asambleas, y los movimientos de fábricas recuperadas, como modelos de que hay una lucha existente, material y concreta. Recordó una frase del Subcomandante Marcos: «Vamos a vencer porque estamos trabajando para eso» pero repitió que no hay que caer en nuevos dogmas.

Julio realizó una propuesta curiosa: que cada uno pensara cómo se iría de la asamblea si en ese momento se la diese por concluida. Carla dijo «me quedo con ganas de más», mencionó que había intervenido relativamente poca gente, y que nuevamente no se discutió cómo hacer un registro de lo que se conversa. La ronda le pareció positiva. Rubén, el médico, dijo que se sentía enriquecido pero también insatisfecho: «No sé explicar por qué». A su lado, su pareja dijo: «No me gusta ni estoy de acuerdo con esa idea que escuché de que aquí se guardaba información (referencia a las diferencias entre los MTD). Yo no creo que sea pecaminoso no contar todo. Hay que respetar a cada uno». Otra asambleísta dijo que se sentía sencillamente emocionada con todo lo que se había hablado, y que se iba con otro significado de la palabra responsabilidad. Un joven de anteojos dijo «aquí me recupero como sujeto, pero como sujeto colectivo. No soy el mismo que antes de llegar. La cuestión no pasa por tener respuestas, lo rico es buscar las preguntas». El gato mordisqueaba una galletita.

Hubo varias intervenciones más, en general de tono positivo con respecto a la forma y el contenido de la ronda. Vero también dijo que todos se van pispeando mejor, conociéndose, y eso mejora con cada ronda. «Me voy contenta». Alberto dijo que sentía alegría, pese a que podían quedar muchas cosas en el tintero. «Nos gusta que pregunten dudas o versiones, porque no tapamos ni escondemos, sino que no se había dado hasta ahora».

Ahí se lanzó de lleno a la actualidad política. «Creemos que estamos en un momento en el que tal vez la represión quede un tiempo suspendida. Vamos a ver. Pero viene un momento de captación muy fuerte porque Kirchner, con todo lo que está haciendo, lo que está tratando es de armar un consenso para tener casa propia. Llegó al gobierno con casa prestada, pero va a haber un momento de captación y de disputa muy fuerte. Con el duhaldismo se están ya pateando los tachos. Ha recibido a todas las organizaciones sociales, pero no sabemos si esto va a durar mucho».

Spagnolo no deja de percibir un ambiente de hostilidad contra los MTD: «Para nosotros se trata de la necesidad de sobrevivir en un medio hostil, donde el punterismo no solo significa que te ataquen de palabra, sino que te manden a apretar o te caguen a tiros. Hemos avanzado mucho y seguimos avanzando. Este momento de calma significa prepararnos mejor para el próximo combate, y que nos agarre lo más unidos y fortalecidos posible».

Siente que contra Solano hay hostigamiento, «muchos misiles» y esa mezcla según la cual la derecha los considera el sector piquetero más duro, mientras para otros se trata de «toninegristas», «situacionistas» y demás: «Nos dicen los rebeldes de la Verón, porque planteamos que no vamos a llevar la línea de la Verón. No nos interesa llevar ‘líneas’. Nos interesa llevar experiencias y prácticas que tienen que ver con una realidad concreta y material, con seres humanos que se ponen a pensar y a hacer.» El desacuerdo es, además, con la idea de que la supuesta crisis en el movimiento social se debe a una también supuesta «precariedad» de la línea política.

«Ya estamos recontra cruzados de líneas y de vanguardias. Muchos compañeros se ilusionaron. Dijeron: estamos jugando en primera, tenemos la responsabilidad histórica de mostrarle al pueblo, en su orfandad, el camino. Esas ideas no nos caben. Lamentamos desilusionar a los que piensan que les vamos a marcar el camino, o a decir la línea. Y para colmo, no creemos que el pueblo sea huérfano».

Spagnolo dijo que por lo tanto, el MTD de Solano seguirá trabajando sin hegemonismos, sin utilitarismo, sin usar a los demás, sin acusar de burgueses a aquellos a los que luego se acude en busca de asesoramiento y sin repetir ese tipo de prácticas que considera del sistema. «Nosotros no lo hacemos. No somos puros ni mucho menos, apenas estamos luchando contra las cosas que nos joden».

Dejó lanzada una propuesta. Que la ronda converse alguna vez sobre por qué hay divisiones y fragmentaciones en los movimientos sociales. Muchos asistentes ya emprendían la retirada. Esta crónica relata sólo parte de lo que se dijo el sábado. Tal vez tenga razón Carla, y convenga que registrar meticulosamente cada jornada, palabra por palabra. O puede resultar razonable lo que dice Julio, y el mejor registro sea cada uno, con las ideas y las palabras acaso transformadas en acciones que andan como los gatos: rondando vaya uno a saber por dónde.

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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