Sigamos en contacto

Nota

Los dibujos de Maxi Kosteki: los trazos de la vida

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Una muestra con cerca de cincuenta dibujos y pinturas realizadas por el joven asesinado en Puente Avellaneda podrá verse en la fábrica recuperada Grissinópoli. Son el testimonio de esa vida detrás del piquete, con la que Maxi soñaba enseñar en los talleres de apoyo escolar de su movimiento.

Jesús o el Che. El cuerpo tirado en el piso, en forma de cruz y ensangrentado: a primera vista, la foto de Maximiliano Kosteki, asesinado el 26 de junio de 2002 en el Puente Avellaneda, parecía una pintura. Poco después se supo que el piquetero tenía 22 años, que pintaba y que ese día lo crucificaron. No hacía mucho que militaba en el MTD de Guernica, pero militaba mucho. Su primera marcha había sido el Día del Trabajador en Plaza de Mayo y, delante de todos, dibujó un ángel -un ángel piquetero, como dijeron sus compañeros-, con la cara cubierta y un palo en las manos. Era su mejor forma de expresarse, tal como lo demuestran los cerca de cincuenta dibujos y pinturas que se exhibirán, entre el 28 de junio y el 26 de julio, en la fábrica recuperada Grissinópoli.

Ahora son esos trabajos los que hablan por él: «los 233 nietos que son sus dibujos y pinturas», se consuela Mabel Ruiz, la madre de Maximiliano y en las pocas líneas que escribió a modo de biografía, para la muestra, cuenta que su hijo debió interrumpir varias veces el secundario, pero en todos los que fue aprovechó las clases de dibujo y pintura. En el 2002 cursaba en la Escuela Media con orientación artística N 15 de Lanús, quería ingresar a la carrera de Bellas Artes y enseñarle a dibujar a los chicos que asistían al taller de apoyo escolar en el MTD.

En los cuadros que van a ser exhibidos se nota ese aprendizaje. Muchos son ejercicios, prácticas de clase, tentativas, pruebas hechas sobre cualquier tipo de papel: desde telas, maderas, cartulinas y hojas cuadriculadas hasta formularios y hojas del municipio, como recuerdan sus compañeros de Guernica. La precariedad es evidente, pero la intensidad del aprovechamiento de esos mínimos recursos, también.

Impresionsimo, surrealismo, abstracción, elementos tomados del cómic y del género fantástico, blanco y negro, color… «Maxi picoteó de varios lados. Estaba buscando, y estaba encontrando, un recorrido personal. Los trabajos tienen una impronta, una energía. No puedo saber qué pensaría de no saber de quién es la obra, pero creo que me hubiera llamado la atención igual porque tiene relieve, modernidad, un ambición estética muy difícil encontrar en lugares de estudio del arte mucho más instituidos «, sostiene Magdalena Jitrik, la encargada de hacer el contacto con la mamá de Kosteki cuando Alejandro Michel, de Lucharte, – una agrupación de trabajadores de la cultura y artistas del Partido Obrero- la convocó para armar la muestra.

Jitrik vio por primera vez las obras en agosto del 2002 cuando eligió una imagen para que el Taller Popular de Serigrafía imprimiera una estampa de homenaje en un acto realizado en recuerdo de Kosteki y Darío Santillán (los dos muertos del 26 de junio) y de Petete Almirón (asesinado en diciembre de 2001 en Plaza de Mayo), en Lanús, geografía común de las tres víctimas.

«Antes de ir, aquella vez, nos preguntábamos que pasaría si la obra no nos decía nada. Pero nos pudimos identificar porque en los trabajos se nota que Maxi recorría los mismos lugares artísticos que yo he transitado. Y, sin embargo, tampoco son los caminos tradicionales».

Manos , ángeles, mujeres, retratos, laberintos, figuras fantasmales… Las formas delineadas por Kosteki no tienen el contenido político que se podría asociar a su compromiso político y, no obstante, -tal como señala Jitrik- «hay una rebeldía subyacente en él, un combate hacia el interior de las artes visuales, mucho más sutil que un puño levantado. No era un ilustrador de su ideología».

Apenas vio los cuadros en la casa de Kosteki, en Glew, el artista plástico León Ferrari (él y Gabriela Bocchi son los otros dos participantes del proyecto) quedó impresionado por lo abarcativa de la búsqueda estética,»que alguien -dijo- tan alejado al circuito institucional del arte transitara por caminos similares a quienes tenemos acceso a las galerías».

Es evidente que nadie puede saber qué caminos hubiera tomado el arte de Kosteki pero lo que es seguro es que, hace un año, un proyecto fue crucificado.

La muestra se inaugurará el sábado 28, a las 15, en Charlone 55, y estará montada hasta el 26 de julio. Podrá verse los sábados, de 9:30 a 18:30, o pedir una visita especial. Tel: 4772-1001

Nota

83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

Publicada

el

Pablo Grillo
Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

Seguir leyendo

Nota

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Seguir leyendo

Nota

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente.