Nota
Nuestros cuerpos no quieren tu opinión
“Se habla del miedo a que la cuarentena termine y nos encuentre gordos, gordas, gordes. Se habla en la televisión, en las redes sociales, en las mesas familiares, en los grupos de WhatsApp. De lo horribles que vamos a terminar. Hay memes riéndose de los cuerpos que no encajan, de que ahí no hay belleza, ni salud, ni placer. ¿Qué genera esto? Me pregunto y lo pregunto”. Nuestra compañera y socia de Cooperativa Lavaca, Jimena “Pichi” Carol, lanzó una encuesta con estas preguntas en su cuenta personal de Instagram y recibió más de cien respuestas. Un texto y un video no sólo para decir “basta”, sino también para pensar qué redes construimos para cuidarnos.
En las redes sociales se habla mucho de la alimentación. Y no me refiero a quedarnos sin comida, o que exista la posibilidad de que algunes no tengan para comer.
No.
Se habla del miedo a que la cuarentena termine y nos encuentre gordos, gordas, gordes.
Se habla en la televisión, en las redes sociales, en las mesas familiares, en los grupos de WhatsApp.
De lo horribles que vamos a terminar. Hay memes riéndose de los cuerpos que no encajan, de que ahí no hay belleza, ni salud, ni placer.
¿Qué genera esto? Me pregunto y lo pregunto.
Llegaron más de un centenar de respuestas.
Ninguna de las sensaciones que genera el ver un cuerpo «gordo» como foco de burla es positiva, esta sensación no deja afuera a nadie, es violento y sobre todo no es gracioso.
Por un lado sostiene y reconfirma las exigencias sociales: hay cuerpos que están bien, y cuerpos que están mal.
Por el otro: algunos cuerpos, mi cuerpo, son la pesadilla post-pandemia que nadie debería permitirse bajo ninguna circunstancia.
Quienes se encuentran pasando esta situación de aislamiento en soledad y se ven afectados por la «humorada» de reírse del cuerpo gordo como aberración y símbolo de inactividad le suman una exigencia más a este periodo de hiper conectividad y redes sociales: “Ser feliz con el tiempo libre, entrenar, probar nuevas recetas pero no las comas porque vas a engordar»
En otros casos quienes pasan el aislamiento con otres y reciben comentarios sobre sus cuerpos, sobre qué deberían comer, de qué modo y en qué momento, se tiñen de angustia e incluso el momento de comer se convierte en un momento de malestar, ansiedad e inhibición, que muchas veces termina acompañado de atracones o pérdida del disfrute.
Todo esto recibimos en las respuestas a la pregunta: ¿qué te generan los memes que circulan?
Alguien dice: «Cada vez que alguien me señaló mi cuerpo como un espacio fallado que debería modificar y que con lo linda que era solo debía cerrar la boca, resultó todo lo contrario: la situación final fueron atracones voraces»
De esta voz se desprenden muchas voces que nos cuentan que las dos sensaciones más recurrentes frente a estos comentarios son: el auto-odio o pérdida de autoestima y la ingesta descontrolada o los desórdenes alimenticios (muchas veces a largo plazo).
Argentina es el segundo país del mundo con más casos de trastornos alimentarios. En nuestro país el 45 por ciento de las causas de bullying que sufren niñas y adolescentes se relacionan con la belleza.
La tarea de NO opinar sobre el cuerpo ajeno es para todo los días. Si en esta cuarentena ponemos en práctica reservarnos nuestros comentarios sobre los cuerpos ajenos solo para solamente quienes nos los piden quizás se nos haga costumbre y sea un aprendizaje más que nos deja este contexto de barbijos y alcohol en gel.
BASTA.
NUESTROS CUERPOS NO QUIEREN TU OPINIÓN.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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