Nota
Foro Social Mundial 2005: Power point al poder
Amnesty parece una agencia de publicidad global, y Greenpeace una caja recaudadora on line. Las ONGs pequeñas se comportan igual: sin ideas ni coraje. Lula y el PT convierten a Porto Alegre en un Davos con remeras rojas. Es 2005. Billetera mata moral, pero siguen emergiendo los espacios de resistencia y lucidez.
No es el padre, porque el Foro Social Mundial es hijo de su tiempo, pero sí su principal impulsor. El sociólogo brasileño Emir Sader fue el encargado de precisar las críticas a esta edición. Dijo:
» Este foro se concentra en temas secundarios y elude el debate sobre los grandes temas de la actualidad: la lucha contra la guerra y la hegemonía imperial en el mundo».
Sader resumió así el saldo que se perfila ya como ineludible. Naomi Klein había planteado en la edición 2003 (la última realizada en Porto Alegre, ya que el año pasado la reunión fue en la India) el secuestro del Foro. Pues bien: este año ya sabemos qué pasó con el rehén. Se convirtió en ciudadano de otro mundo, que no es otro que el todos los días vivimos hoy.
Bienvenidos entonces a Mátrix.
El Foro Mátrix
No usan anteojos negros, ni trajes con corbata. Pero están blindados y responden con códigos de androides. No hay en este Foro denuncias al respecto, pero como en muchos otros temas, seremos los encargados de dar la voz:
– Los CEO (gerentes y ejecutivos) de las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) globales han sido víctimas de una grave trepanación. Les han robado los objetivos, además del cerebro y -por qué no decirlo con todas las letras- también los huevos.
El resultado es un vaciamiento de consignas, que han quedado reducidas a parpadeos de Power Point (Nota al margen: alguna vez alguien debería dedicarle un análisis a la cultura de este programa de hipnosis creado por Microsoft, sin el cual la especulación financiera internacional -esto es desde los bancos hasta las ONGs- no podrían existir). Dos ejemplos:
– Amnesty Internacional repite sin inmutarse que su tarea se concentra en «realizar campañas con un mismo eje en todo el mundo», informando con esta frase la decisión de convertirse en una agencia de publicidad global.
– Greenpace enarbola el mapa de saqueos con el correspondiente llamado a una colecta, reduciendo su tarea a una caja de ahorros on line.
Bush investiga a las fundaciones
Por supuesto que los casos de Amnesty y Geenpeace no revelan nada nuevo. La novedad es que todas las ONGs -desde la más grande a la más diminuta, desde la más combativa a la más tradicional- se comportan igual.
Detrás de esta actitud hay, además de una cuestión que para muchos es ideológica, un dato que enfrió hasta a los más entusiasmados: uno de los entretenimientos del segundo mandato de George Bush será promover investigaciones legislativas a las fundaciones que sostienen al 99% de estas ONGs. Una especie de comisión Mac Carthy se dedicará a sentar en el banquillo a los financistas, revisar públicamente sus apoyos internacionales y confrontarlos con la defensa de los valores del «estilo de vida americano» tal como lo entienden los conservadores.
Hasta saber quién será el Danny Rose que inmortalizó Woody Allen en su filme sobre la censura macarthista, dos cosas son seguras:
1) Las fundaciones se están jugando nada menos que la posibilidad de descargar millones de dólares de impuestos en estas filas (si no aprueban el examen, pueden perder las exenciones impositivas).
2) Ya sabemos cómo son las cosas: billetera mata moral.
¿Cuál Lula es real?
Seguramente, podemos imaginar que la perversa política de Bush implica asfixiar financieramente las resistencias locales (y cuando se leen estas palabras hay que pensar exclusivamente en Ikak, Palestina y Colombia, porque de lo contrario se perdería seriedad), pero por lo pronto su consecuencia concreta está exhibida en la gran vidriera del Foro Social Mundial. De allí lo señalado por Sader: ni debate sobre cómo enfrentar al Imperio ni (agregamos nosotros) a sus salvajes propietarios, las corporaciones globales.
Para distraer la atención de estas cuestiones centrales, la máquina virtual ha preparado para esta edición algunos fuegos artificiales. La estatuilla a la mejor puesta en escena es, sin duda, para los anfitriones. La presentación del presidente Lula en el estadio Gigantinho en la jornada del jueves fue espectacular.
El tema era inobjetable: una campaña global contra el hambre. El partido oficial, el PT, se preocupó de que las ubicaciones estratégicas para la transmisión televisiva estuvieran ocupadas por militantes que lucían una remera roja con la leyenda «100% Lula».
Afuera del estadio gigante, las voces opositoras cantaban con ritmo de zamba: -O Lula, cual es real: el del Foro Económico o el del Foro Social.
Un sorprendente discurso del presidente les respondió: su intención es convertirse en un puente entre Davos y el Foro. Es decir, entre victimarios y víctimas.
Dijo Lula: «Si nos quedamos charlando entre nosotros del hambre y no conversamos con aquellos que son los responsables de ella, va a ser mucho más difícil encontrar una respuesta a esta cuestión. En algún momento, tendrá que haber un encuentro entre Davos y el Foro Social para discutir formas concretas de distribución de la renta».
El lugar de la lucidez
Ahora, si desenchufamos la máquina que deforma la realidad, podemos apreciar otro Foro. En los hechos, en cada uno de los compartimentos en donde se cocinan la gente y los debates (es decir, las carpas sin ventilación, a 43 grados de temperatura) no se estuvo hablando de otra cosa que del ejercicio imperial de las multinacionales. El absurdo corte temático de esta edición permitió, al menos, reunir en las mismas mesas batallas locales contra las mismas corporaciones. Y esta no es una consecuencia menor: se trata, en realidad, de la única manera posible de enfrentarlas. También, posibilitó el diálogo entre prácticas similares que enfrentan idénticos desafíos.
Un ejemplo fue la conversación protagonizada entre los MTD (Movimientos de Trabajadores Desocupados) de Solano, Guernica y La Matanza y el público que colmó el espacio del Caracol Intergaláctico. Entre los testigos del rico intercambio de preguntas y respuestas estuvieron John Hollaway y Michael Hardt, pero también Cándido, de la cooperativa de trabajo argentina que recuperó la imprenta Chilavert y Kaí, de la neoyorkina agrupación Resistencia Crítica.
El panorama es el de un futuro que algunos no ven llegar, y un pasado que otros no se resignan a dejar morir. Se comprenden dos cosas: porqué ladran quienes quieren hacer callar a los que traen algo diferente, y porqué es necesario escucharlos. No se trata tan solo de una defensa de tal o cual escudería local, sino una conclusión práctica sobre lo que aquí se ha puesto en representación: escuchar lo nuevo, cualquiera sea su voz.
Porque lo viejo solo engaña.
Nota
Otra ronda más: 43° Marcha de la Resistencia, 47 años de lucha

Un día como hoy de 1976, Ernesto Casariego, bancario, delegado gremial de la Caja de Ahorro y Seguros, fue detenido por un Grupo de Tareas de la ESMA. Continúa desaparecido. Un día como hoy, de 1976, Patricia Dillon y Luis Alberto Ciancio, militantes del Partido Comunista, estudiantes universitarios y padres de un bebé de ocho meses, fueron detenidos y desaparecidos. Ese bebé se llama Federico Ciancio y estuvo presente junto a cientos de personas hoy en la 43° Marcha de la Resistencia de Madres y Abuelas alrededor de la Pirámide de Mayo, la última antes del próximo 10 de diciembre en el que ocurrirán dos cosas: asumirá el presidente electo, el negacionista Javier Milei; el mismo día en el que en 1977 desapareció Azucena Villaflor, fundadora de Madres. Efemérides que hablan de la memoria en presente, en otra crónica de la ronda de los jueves.
Por Francisco Pandolfi
“Nuestra lucha no tiene fecha de vencimiento”, reza una bandera llena de pañuelos chiquitos, medianos y grandes. Dentro de uno, una consigna eterna: Memoria, Verdad y Justicia. La bandera está colgada en las rejas que enmarcan a la Pirámide de Mayo, esa que las Madres contornearon marchando, una y otra vez, desde el 30 de abril de 1977.
La de hoy, no es una ronda más, en el último día hábil previo a la asunción de Javier Milei como presidente, el próximo domingo 10 de diciembre.
El 10 de diciembre tampoco es un día más. A la conmemoración del Día de los Derechos Humanos, se le suma la desaparición en 1977 de Azucena Villaflor, fundadora de las Madres de Plaza de Mayo. En esa jornada asumirá Milei.
Un 10 de diciembre de 1981, las Madres decidieron, en medio de una dictadura cívico militar que seguía haciendo estragos de todo tipo, organizar la Primera Marcha de la Resistencia, que duró 24 horas… 24 horas caminando alrededor de la Pirámide de Mayo exigiendo por la aparición con vida de sus hijas y sus hijos.
Esa fusión entre corporalidad en la calle y creatividad, puede marcar un camino para lo que se viene.
A 46 años de la primera ronda de las Madres, esta, la número 2382, no es una ronda más.
A 42 años de aquella primera Marcha de la Resistencia, esta, la número 43, no es una marcha más. No es una resistencia más.
Se siente en el aire, en el andar; se siente en las miradas, en la necesidad de estar hoy (y siempre); se siente en lo que se ve y en lo que se dice.
Jorge Gudiño tiene un bigote de esos que en los setenta no eran la excepción, sino la regla. Mantiene una mirada pícara, como de complicidad. La está sosteniendo a upa a su pareja, Gloria Domínguez, que se ríe a carcajadas. Tiene una risa que se está por salir de la foto. Esa foto que ahora lleva colgada Marcela, hermana de Jorge y cuñada de Gloria, desaparecidos desde el 15 de septiembre de 1976. “Hay que seguir luchando. Hay que seguir hasta que nos digan dónde está cada compañero”. ¿Cómo llegarles a quienes votaron a Milei? “Milei les va a llegar antes que nosostros, porque los va a hacer bosta. Todos lo vamos a sentir”.
El domingo por la mañana asumirá su mandato en el Congreso de la Nación un presidente elegido habiendo negado al terrorismo de Estado y a los 30 mil desaparecidos. Que habló de una guerra y de simples “excesos” de parte de las “Fuerzas del Estado”. La vicepresidenta que asumirá a su lado, Victoria Villarruel, es hija, nieta y sobrina de militares; mantiene una relación estrecha con genocidas presos por delitos de lesa humanidad; tildó de “personaje siniestro” a la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto; y ya avisó que se imagina a la ESMA, el mayor centro clandestino de detención y hoy espacio de memoria, como un lugar para ser “disfrutado” por el pueblo argentino. En este contexto, la Unión del Personal Militar Asociación Civil ya le pidió a Milei que cierre la secretaría de Derechos Humanos.
Fernanda tiene 36 años, y lleva en brazos a su bebé de 9 meses. A su lado caminan su hija de 4, su compañero y su cuñada. Es de San Martín de los Andes. “No podíamos no estar acá. Peligra que cambie… peligra que desaparezca el recuerdo”, dice, con los ojos que rompen en llanto. ¿Cómo se sale? “Con unión, el individualismo no lleva a ningún lado. Y con respeto. El camino de la violencia es una cagada”.
Mientras camina la marcha, se leen los nombres y apellidos de detenidos-desaparecidos.
Medrano, Hugo José.
(Presente)
Medos, Hugo.
(Presente)
Meilán, Julio Reynaldo.
(Presente)
Meléndez, Graciela.
(Presente)
Hay gente preocupada, hay gente que llora. Y ahí está Norita Cortiñas, marchando en silla de ruedas junto a Mirta Baravalle y Elia Espen, con una sonrisa de lado a lado. “Venceremos”, dice. “Venceremos”, refuerza. “Venceremos”, asegura. Detrás, algunas banderas de organizaciones de izquierda, como el MST, el Partido Obrero, la Izquierda socialista. Ninguna cercana al oficialismo saliente.
MEJOR HABLAR DE CIERTAS COSAS
María tiene 26 años. Un mate en la mano y un termo que sostiene entre su torso y el codo. Una de las calcomanías pegadas reflejan por qué está acá: “Nunca Más”. “Vine por la memoria, para no olvidar que la lucha debe seguir siendo colectiva”. Hace una autocrítica: “Estamos mirando para adentro y hay que volver a las calles. Empecé a venir el jueves pasado porque los derechos ganados se tambalean. Vienen por todo, o eso es lo que dicen desde el discurso. Milei no ganó porque la mayoría está en contra de los derechos humanos, de las Madres y las Abuelas. Quienes no votamos a Milei debemos acercarnos a quienes sí. No sirve de nada ese discurso de que no se me acerque nadie que lo votó. Al contrario, más que nunca hay que dialogar con esas personas. Con ímpetu, que no prepondere el silencio, hay que hablar de ciertas cosas asumidas por algunos, porque para otros no están tan saldadas. Debatirlas para reafirmarlas, pero hablarlas al fin”.
Las banderas y los carteles que rodean a la Pirámide de Mayo son una especie de proclama colectiva, de freno, de blindaje a lo que se puede venir: “Ni un solo genocida suelto en las calles”. “Cárcel común perpetua y efectiva”. “Apertura de todos los archivos 1974-1983”, “Que digan dónde están”, “Nunca destruirán la memoria”.
Florencia lleva colgada una foto de su tía, Raquel Rubino, desaparecida el 23 de junio de 1976. Camina junto a su hija Morena, que está por celebrar los 14. “La historia me marcó, a mí y a mi familia. Mis papás no pudieron hablar por todo lo que sufrieron y yo pude recién a los 25. Mi hija es la que me hace hablar, la que me anima; ella es mi motor, de quien aprendo. Estamos acá porque hay un peligro real de perder lo logrado. Habrá que poner mucho el cuerpo, habrá que pensar ideas junto a las nuevas generaciones. La juventud está muy del lado de Milei”.
More la escucha y dice: “Quise venir porque hay que aprender de lo que pasó; me da curiosidad. En la escuela hablamos sobre estos temas, pero muchos de mis compañeros no se animan”. Agrega: “Hay que empezar a hablar más, porque lo que pasó, no puede volver nunca más”.
Melia, Daniel.
(Presente)
Melili, Horacio.
(Presente)
Memo, Claudio César.
(Presente)
Méndez, Orlando.
(Presente)
Santiago Morales tiene 33 años. Es sociólogo y especialista en infancias. Mientras marcha, hace pensar: “Empieza un nuevo momento de la historia de nuestro país. Fundamentalmente para una generación como la mía y las que vienen detrás. Un porcentaje grande de la sociedad con ideas pseudo progresistas creímos que éramos mayoría, y que la mayoría de la sociedad estaba a favor de la ESI, de la lucha por las mujeres, de la distribución de la riqueza y si vos mirás con una lectura diacrónica de la historia, en el siglo XX siempre las ideas de cambio fueron absoluta minoría. Te encontrás que por lo general lo que hubo fueron dictaduras, y por lo tanto sociedades que acompañaban desde el consenso, por temor, por represión, y también porque se creía en eso. Pienso que lo que pasa ahora es la confirmación de un nuevo comienzo de resistencia, y donde hay que construir un proyecto distinto de lo que se viene haciendo en los últimos 20 años, proyecto que estuvo basado más en la retórica y menos en la materialidad de la vida cotidiana; nos encontramos defendiendo derechos que no tenemos. Y esto le sucede a las amplias mayorías”. Completa: “La foto del presente es contundente, porque decimos que debemos defender los derechos y tenemos un 45% de personas en pobreza, un 65% de niñas y niños en pobreza. Entonces, esto no se puede sostener”.
¿Qué no puede faltar en este proyecto de vida? “Las ideas nuevas definitivamente deberán ser pensadas con las nuevas generaciones dentro, construirlas con ellas, que son las grandes ausentes en este proyecto político actual. Estoy diciendo una obviedad, ¿no? Que en buena medida la juventud haya apoyado a Milei, para nada quiere decir que se volvió de derecha, sí quiere decir que han estado afuera de la construcción de un proyecto colectivo en el presente. Votaron a Milei porque se sintieron en buena medida estafados. Un mundo adulto que te dice ‘tenés derechos, defendelos, seguí votándome a mí, que hace un montón de tiempo estoy en el ejercicio del poder garantizando los derechos que supuestamente vos tenés’. Pero en su vida cotidiana no pueden acceder a esos derechos: no les alcanza la guita, la policía los caga a palos, la escuela no es buena, no pueden alquilar, si tienen laburo es precarizado. Con esas limitaciones se encuentran los jóvenes. No hay una derechización de la juventud, lo que hay es una necesidad de cambio. Ante dos alternativas, continuidad y cambio, eligieron cambio”.
Carlos Loza es sobreviviente de la ESMA. En el acto de cierre de la marcha, dice ante una multitud: “No hay vuelta atrás en cuanto a los juicios, nuestras declaraciones son incontrastables. Seguiremos parados en el ejemplo de nuestras Madres, baluartes en esta lucha. Lo que viene no es nuevo y es siniestro; la historia nos lo enseñó. La represión de los setenta fue para acallar a quienes peleamos contra el ajuste, y el momento de hoy es similar a lo que ocurría en 1975, cuando Celestino Rodrigo asumió como Ministro de Economía. Lo primero que hizo fue devaluación, tarifazos, ajustes y recortes de salarios. O sea, esto ya sucedió, aunque estábamos mejor organizados. El 5 de junio de 1975 asumió Rodrigo y el 27 de junio estábamos en esta plaza, puteándolo tanto que tuvo que renunciar. Entonces, las empresas leyeron que su plan solo se podía aplicar con genocidio y ahí fue que empezaron a frecuentar Campo de Mayo”.
El resto, es historia, y es presente.
Un día como hoy, el 7 de diciembre de 1976, Ernesto Casariego, bancario, delegado gremial de la Caja de Ahorro y Seguros, fue detenido por un Grupo de Tareas de la ESMA. Continúa desaparecido.
Un día como hoy, el 7 de diciembre de 1976, Patricia Dillon y Luis Alberto Ciancio, militantes del Partido Comunista, estudiantes universitarios y padres de un bebé de ocho meses, fueron detenidos y desaparecidos. Sus restos fueron encontrados por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
Ese bebé se llama Federico Ciancio y le dice a MU, como puede, con lo que le sale, un día como hoy: “Mis reflexiones de este momento pueden imaginarlas, es igual a como estamos muchos. Peléandole a la angustia y juntando fuerzas para la lucha que se viene”.
El jueves próximo, a las 15:30, habrá ronda otra vez, como hace 46 años.
Nota
Cecilia Basaldúa: gracias a la lucha familiar designan un nuevo fiscal en la causa

La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte llevó a Córdoba una carpeta con miles de firmas que reclamaban la designación de un nuevo fiscal. Lo lograron: después de la feria judicial tomará la causa Nelson Lingua. ¿Qué debe investigar? El rol de Mainardi y su círculo en el femicidio, la casa con manchas de sangre a pocos metros del lugar de hallazgo del cuerpo, la complicidad policial y el intento de la fiscal Paula Kelm de inculpar a un perejil. Todo lo que debe hacer una familia para conseguir justicia, cuando el Estado encubre.
Por Bernardina Rosini
desde Córdoba
Susana y Daniel Basaldúa entraron a la oficina del Fiscal General de Córdoba con una carpeta con miles de firmas de apoyo al pedido de designación de un fiscal para la investigación del femicidio de Cecilia de manera urgente. Lo lograron: fueron recibidos con la novedad de que después de un año y medio se hará cargo de la causa Nelson Lingua. Los padres de la joven asesinada en Capilla del Monte en 2020 estuvieron acompañados por decenas de personas, entre las que se encontraban sus abogadas, Daniela Pavón y Gisela Videla y el abogado de la Secretaría de Derechos Humanos Gerardo Battistón.
La lucha por un fiscal
Desde que el entonces fiscal a cargo, Reymundo Barrera, de Cruz del Eje, se jubiló, la instrucción quedó en punto muerto. Esta inacción motivó en junio pasado una primera reunión con el fiscal general Juan Manuel Salgado, sin resultados. Esta nueva reunión fue distinta, según Daniel Basaldúa expresó luego del encuentro: “Nosotros veníamos a exigir un fiscal que tome la investigación: por ese lado, saldo positivo. Venimos hace meses con una investigación que no tenía una persona a cargo y se la pasaban de mano cada 10 días. Vinimos con 3.000 firmas pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”.
El padre de Cecilia se muestra satisfecho con esta designación y con el compromiso que acompañó el Fiscal General de ocuparse personalmente que la investigación se mantenga activa y de informarse mensualmente de lo que vaya aconteciendo en la instrucción.


Lo que no se investiga
Desde el momento del hallazgo del cuerpo en abril de 2020 la familia de Cecilia sostiene que las líneas de investigación del crimen han sido deliberadamente manipuladas y material probatorio de contundencia, ignorado. Tal es es así que el juicio realizado en el año 2022 se sostenía únicamente en la confesión lograda a base de puños y amenazas por parte de personal policial a Lucas Bustos, un joven poblador rural sobre el cual no pesaba ninguna prueba siquiera que haya conocido a Cecilia.
Por el otro lado, las sospechas familiares recaen sobre Mario Mainardi, última persona que con certeza se sabe vió con vida a Cecilia y a quien nunca se investigó a pesar de que el luminol, sustancia que revela la presencia de rastros de sangre, diera positivo en 11 puntos de su casa; entre otros aspectos que lo implican y que fueron descartados exhibiendo cuanto menos, intencionalidad de encubrimiento, jamás investigados.
Estas cuestiones fueron nuevamente expresadas por el matrimonio Basaldúa y sus representantes ayer en el Palacio de Tribunales, en la oficina del Fiscal General. “Existe un claro interés de no investigar lo que propone la familia” afirma Daniela Pavón. La abogada comparte su preocupación por el tiempo perdido: “Semanas atrás hubo un incendio en una casa de Capilla del Monte que había sido señalada como un posible escenario del crimen”.


La casa
En medio de la pandemia los dueños de esa casa de veraneo se acercaron a chequearla y se encontraron que en una de las habitaciones estaba manchada de sangre. Los propietarios realizaron la denuncia, la policía se acercó y tomó muestras. La ubicación de la casa es a tan sólo 600 metros de donde fue encontrado el cuerpo de Cecilia el 25 de abril del 2020.
La fiscalía tenía el cuerpo de la joven por un lado y, a unos pocos metros, un cuarto de una casa abandonada manchado con sangre. Pero sin embargo no dió curso a la investigación y los análisis sobre las muestras extraídas de la casa nunca se realizaron. “Tememos que se haya perdido mucho material probatorio por falta de trabajo, de desidia de la fiscalía. Solicitamos hace mucho tiempo que se realicen las pericias y se tomen las muestras en ese lugar. Esperamos con ansias que haya un cambio de ritmo y de eficacia en la investigación con la incorporación y el liderazgo del doctor Lingua”, dice Pavón.

La corrupción
La construcción para intentar inculpar a un perejil realizada por la fiscal Paula Kelm y posteriormente el fiscal de Cámara Sergio Cuello en el juicio contra Lucas Bustos se deshizo por carecer de pruebas. Y si lo que se presenta claro y manifiesto es desestimado, la complicidad policial y judicial parece ya evidente.
¿Tomará el nuevo fiscal Lingua las líneas de investigación que señala la familia?
Mientras eso está por verse, Daniel y Susana participan hoy en la 17° Marcha de la Gorra en Córdoba capital y luego estarán en Capilla del Monte para seguir reclamando justicia en las calles.

Nota
Luna hace escuela: presentan una placa recordatoria de la joven asesinada, en reclamo de justicia

La joven de 19 años iba a la primaria n° 18 de Tigre, donde ayer se descubrió una placa para recordar su femicidio y reclamar justicia. El femicida Isaías Villarreal vive cerca de esa institución y de la casa de la familia Luna. El acompañamiento de las y los alumnos, de organizaciones sociales, del Ministerio de Mujeres bonaerense, y las palabras de sus padres.
«Es un momento importante: el Estado está reconociendo que es un femicidio. Falta que la justicia lo pueda ver”.
Marisa, mamá de Luna Ortiz, dice estas palabras frente a la escuela primaria n°18 de Tigre adónde iba su hija. Ahí, sobre la vereda y a metros de la puerta, se presentó ayer martes 6 de diciembre una señalización con la cara de Luna y una inscripción con una frase de la banda Callejeros que la recuerda: «Hoy desde el cielo me guian tus ojos a donde voy».


Del otro lado de la reja, alumnos y alumnas de 6to grado armaron guirnaldas de carteles que en letra imprenta piden que frene la violencia: «Si me querés no me grites», «mi vida tiene valor, mi cuerpo no tiene precio», «no más maltrato», «nos queremos vivas y libres».
«Es una reparación», dice Facundo, su papá, acompañado por otros familiares de víctimas de femicidios que viajaron desde distintos puntos de la provincia de Buenos Aires, por vecinas, amigas de Luna, y por autoridades del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad bonaerense.
Luna Ortiz tenía 19 años cuando fue contactada por Isaías Villarreal el 2 de junio de 2017 mediante Facebook. Se encontraron y él la llevó a su casa, donde la esperaban otros dos hombres: ahí la drogaron, la alcoholizaron y la trasladaron en un raid en el que la intercambiaban como mercancía. Un día después, el 3 de junio de 2017, encontraron el cuerpo de Luna sin vida en la casa del propio Villarreal.
Dos años después, el fiscal Marcelo Fuenzalida, de la Unidad Funcional de Instrucción de Violencia de Género San Isidro, caratuló su muerte como “abandono de persona seguido de muerte con suministro de estupefacientes a título gratuito”. Ese año el TOC 7 de San Isidro condenó a Villarreal a 14 años de prisión. Pero en marzo de 2021, los jueces de la Sala I de la Cámara de Casación Penal de La Plata, Daniel Alfredo Carral, Ricardo Ramón Maidana y Ricardo Borinsky, dieron lugar a un pedido de la defensa y cambiaron la carátula a “suministro gratuito de estupefacientes destinado al consumo personal en concurso real con homicidio imprudente” por lo que finalmente el femicida recibió una pena de 4 años y 11 meses.




Con el cambio de carátula, Villareal consiguió en 2022 la excarcelación. Desde entonces vive a pocas cuadras de la casa de donde vivía Luna, en el mismo barrio en donde ahora se la recuerda en la escuela.
Por eso Ailén, amiga de Luna, dice: «Para mí es plasmar que acá no está todo bien, que si él está en la calle no está todo bien, que él no es inocente de lo que hizo, que tiene que pasar y verle la cara hermosa que tenía y saber que no está todo bien, que nunca va a estar todo bien, y ojalá la justicia algún día revea el error que cometió».




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