Nota
Que sea ley: el documental de Juan Solanas en la TV Pública
El documental Que sea Ley, de Juan Solanas, llega a la pantalla de la TV Pública esta noche a las 22.10, tres días antes de la histórica sesión que en la Cámara de Senadores buscará que el derecho al acceso al aborto legal, seguro y gratuito se convierta en ley. El film fue filmado en pleno debate por la legalización en 2018 y recorre más de 4000 kilómetros de todo el país con distintas voces y territorios. La familia de Liliana Herrera, de 22 años, muerta en Santiago del Estero. La mamá de Ana María Acevedo, en Santa Fe. La palabra de Belén, la joven tucumana que estuvo presa dos años por un aborto espontáneo. En esta nota, Juan Solanas habla con lavaca: «Es insoportable que siga habiendo tanto dolor, tantas muertes evitables por un encaprichamiento».

“De las 320 millones de mujeres que viven en Latinoamérica, sólo el 8 por ciento puede interrumpir libremente su embarazo. Cada semana una mujer muere a causa de un aborto clandestino”, dirá la pantalla cuando el documental comience.
“La película es tristemente vigente, no cambiaría nada, no la haría diferente”, dice Solanas a lavaca. Fue filmada durante la lucha por la legalización en 2018 y recorre más de 4.000 kilómetros a lo largo de país mostrando distintos escenarios y testimonios: luchadoras, escritoras, medicxs, abogadxs, periodistas, curas, diputadxs, senadorxs, el grupo Las Criadas, y la marea verde de las calles, mujeres que han pasado por abortos, y familias que han perdido a una mujer por la clandestinidad.
Desde un pequeño paraje donde se ven tres casas, en Santiago del Estero, habla la familia de Liliana Herrera, 22 años y dos hijas de 3 y 6, que murió en 2018, a causa de un aborto con yuyos. La voz de Belén, la joven tucumana que estuvo más de dos años presa por un aborto espontáneo, llega desde Tucumán.
También hablan la madre, padre e hijxs de Ana María Acevedo en su propia casa en Santa Fe. Ana María tenía 20 años cuando le diagnosticaron un cáncer en la mandíbula. Tiempo después supo que estaba embarazada. Su caso entraba dentro de las causales que contempla el aborto no punible en Argentina desde 1921, pero los médicos del Hospital Iturraspe, en Santa Fe, se lo negaron. En abril de 2007, los médicos decidieron adelantar el parto y realizarle una cesárea por su pésimo estado de salud. Llevaba 22 semanas de gestación. La beba murió a las 24 horas. Y Ana María, también, el 17 de mayo de 2007. En la película su madre sentencia: “La asesinaron: no tuvo nunca un tratamiento”.
Juan entrevistó a la familia de Ana María y, como a todos quienes entrevistó, les dijo: “Esta es la cámara, le vas a hablar a la audiencia, contale lo que le quieras contar en el marco de esta película que sea llama Que sea ley. Cuando estés lista si podes mirar a cámara mejor, sino mírame a mí”. Después de esa frase se sentaba al lado de la cámara y apretaba REC. La historia de Ana María Acevedo fue nombrada este año en las reuniones plenarias por la legalización del aborto tanto en la Cámara de Diputados y Senadores. “Es una historia que te rompe el corazón y te llena de bronca», dice Solanas. «Es un pantallazo de lo que el ser humano puede ser en la barbarie. Es lo inconcebible”.
En la película, única argentina que en 2019 se proyectó en el Festival de Cannes, también se escucha el testimonio de dos curas. “Presencié a varias personas que conozco muy creyentes, que por ser creyentes estaban en contra, y que al ver la película cambiaron de posición. Porque ves devotos que están a favor y de repente te abre una puerta. Fue una voluntad fuerte de la película demostrar esa posibilidad”.
Aparece también la intervención, previa al voto, del dirigente y cineasta Fernando Pino Solanas, su papá. Pino falleció el 6 de noviembre de este año, a los 84 años en Paris, Francia.
“Él está presente de una manera o de otra», reflexiona. «Para mí y para mi hermana es muy especial, porque la verdad es que Pino estuvo muy presente, en el Senado, un lugar en el que había tan pocas voces, ahora se viene ese debate sin Pino desgraciadamente. La verdad es que me había encantado que esté, que lo vea. Pero él sabía, cómo lo dijo porque tenía la profunda convicción, como muchos de nosotros, que año más, año menos, esto va a ser ley. Porque es insoportable que siga habiendo tanto dolor, tantas muertes evitables por un encaprichamiento. Y la verdad es que si sale la ley, primero voy a brindar por todas las mujeres que murieron, por las que no van a morir. Y también me voy a mandar un brindis a mi viejo”.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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