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Renta básica: la última utopía postcapitalista
¿Se imagina una sociedad donde cada uno de sus miembros cobrara desde el primer día de su vida hasta el último una renta mensual que le permita satisfacer sus necesidades básicas sin siquiera tener la obligación de trabajar? Parece una utopía, pero hay gente que trabaja para que sea una realidad. «A lo largo de la historia, toda medida que benefició a los más pobres sufrió la resistencia de los más ricos. ¿Quién podía imaginar el sufragio universal cuando la democracia era restringida? O hace diez años, ¿quién imaginaba que un trabajador industrial sería presidente del Brasil?», pregunta Daniel Raventos, presidente de la Red Renta Básica del Reino de España, que esta semana de paseó por Buenos Aires divulgando la propuesta.
¿Se imagina una sociedad donde cada uno de sus miembros cobrara desde el primer día de su vida hasta el último una renta mensual que le permita satisfacer sus necesidades básicas sin siquiera tener la obligación de trabajar? Parece una utopía pero hay gente que trabaja para que sea una realidad. «A lo largo de la historia, toda medida que benefició a los más pobres sufrió la resistencia de los más ricos. ¿Quién podía imaginar el sufragio universal cuando la democracia era restringida? O hace diez años, ¿quién imaginaba que un trabajador industrial sería presidente del Brasil?», pregunta Daniel Raventos, presidente de la Red Renta Básica del Reino de España, que esta semana de paseó por Buenos Aires divulgando la propuesta.
La Renta Básica consiste en una suma de dinero a pagar por el Estado a cada integrante de la sociedad, sin excepción, como un derecho de ciudadanía. Se trata de una suma modesta, pero suficiente para cubrir las necesidades básicas de la vida y para reciibirla no haría falta un test de recursos o la realización de tarea alguna. Tanto ricos como pobres podrían cobrarlo.
La idea nació con el propósito de ser aplicada en los países del viejo continente, promovida por la Basic Income Erupean Network (BIEN), una organización no gubernamental creada en 1986 de la que participa la entidad presidida por Raventos. Pero el año próximo cuando se realice en Barcelona un nuevo congreso internacional de la entidad se propondrá ampliar el territorio de aplicación a todo el mundo. «Dada la realidad de países como la Argentina, sería más urgente y necesario aplicarla aquí que en Europa», señala Raventos.
Con su propuesta, la BIEN busca atacar la desigualdad en la distribución de la riqueza y sus consecuencias más palpables -los altos índices de pobreza y desocupación- sin recurrir a recetas tan conocidas como ineficientes. Se trata de un camino diferente a las transitadas medidas indirectas como la flexibilización laboral o aquellas más directas como los subsidios estatales que terminan siendo meras herramientas clientelísticas. «La renta básica busca conseguir ciudadanos independientes de la beneficencia y de la caridad», explica Raventos. Uno de los trabajos que distribuyó por estos días en Buenos Aires asegura: «La pobreza es una opción social, es decir, es el resultado agregado, unas veces muy mediado e indirecto y otras no, de decisiones que toman personas -a menudo muy pocas- de carne y hueso».
El gran interrogante al que permanentemente son sometidos los impulsores de la Renta Básica es si es viable. Raventos no lo duda: «Es perfectamente posible financiar la renta básica a través de la redistribución del gasto público o por una reforma tributaria, donde paguen más impuestos los ricos. Attac, incluso, sostiene que es posible llevar adelante la renta básica si se aplicara la tasa Tobin. Mientras que el 1 por ciento de la población americana acapara el 50 por ciento de la riqueza, oponerse a la Renta Básica por motivos técnicos resulta más que un razonamiento científicamente consistente, un sarcasmo mal intencionado»
Pero los detractores de la propuesta no se detienen en la cuestión de la financiación. También realizan objeciones éticas: ¿Es justo que reciba la renta quien no quiere trabajar en el mercado remunerado? «Es justa porque apunta a sostener la libertad real -responde Raventos-. Permite a cada persona contar con la mayor oportunidad posible para llevar a cabo sus planes. Si por no tener otra opción, acepto un trabajo asalariado en pésimas condiciones no soy libre de aceptar esa labor. ¿Está el trabajador en el capitalismo obligado a vender su fuerza de trabajo? ¿Tiene libertad para no hacerlo?»
Los propulsores de la Renta Básica aseguran que sin independencia económica se ve menguada la libertad de un individuo. Por eso no se trata sólo de una propuesta contra la pobreza, también pretende aumentar la libertad real. «A tener un pequeño colchón económico, mucha gente que se ve obligada a decir que sí porque la alternativa es la miseria, si cobrara esta renta podría decir que no», asegura Raventos y completa: «Los jóvenes no aceptarán las condiciones indignas para conseguir un primera trabajo y las mujeres que dependen para vivir de los ingresos de su marido o de su padre serán más independientes. Esta dependencia a veces se transforma en una verdadera tortura».
Otra objeción que se le hace a la Renta Básica y Raventos descarta de plano es aquella que sostiene que muchos beneficiarios dejarían de trabajar y se dedicarían a la vagancia. Pero el catalán utiliza argumentos psicológicos y económicos para contrarrestarla: «La gente busca en el trabajo, más allá de la recompensa pecuniaria, dosis de reconocimiento social y autorrealización. Además, el hecho de que muchos trabajadores con salarios dignos hagan horas extras y el desempeño de jubilados en actividades remuneradas constituyen dos realidades que llevan a pensar que no habrá contracción de la oferta laboral si hay una renta básica. Nada hace suponer que desaparezca el deseo de ganar más, sobre todo teniendo en cuenta que este ingreso no permitiría grandes lujos. Y también cabe considerar que una parte importante del trabajo social, el doméstico y el voluntario se realiza de forma gratuita».
Algunos modelos de simulación que se realizaron en Europa dieron como resultado que sólo una pequeña parte de los trabajadores -nunca superior al cinco por ciento- se retiraría del mercado laboral, sobretodo aquellos con empleos mal pagos y desagradables. «La gente no es feliz mirando el techo. Con esta propuesta podría elegir y decidir. Tal vez aumente el trabajo de jornada parcial: jóvenes que hoy no pueden hacerlo por necesidad, acortarían sus horas laborales para poder estudiar. También se incentivaría la autoocupación, que ahora está limitada por el miedo a fracasar y quedarse en la calle sin nada. Se respetarían también las etapas vitales, las personas trabajarían más en sus épocas de mayor consumo y menos cuando prefieran dedicarse a criar hijos o desarrollar otros aspectos de su vida.»
¿Por qué no defender el derecho al trabajo en vez de la renta básica? «El pleno empleo es algo que en condiciones dignas no se puede conseguir. Ni siquiera en Europa», apunta Raventos. Tal como está planteada, la Renta Básica Universal conferiría mayor poder de negociación a los trabajadores, quienes podrían romper la relación laboral sin el riesgo de caer en la indigencia. «Esta propuesta -dice Raventos- liberaría a mucha gente de la presión de encontrar una ocupación a cualquier precio y obligaría a los empresarios a ofrecer condiciones más atractivas para algunos empleos. Los trabajos horribles, como el de basurero, aumentarían su precio, mientras que los gratificantes disminuirían. Y eso sería más justo. Resulta útil ver esto como una redistribución de autonomía».
A pesar de los obvios beneficios que traería un Renta Básica, no significa que sea la panacea o solución a todos los males. Su implementación no implica soluciones para la división sexual del trabajo o las grandes concentraciones económicas, por poner un par de ejemplos. «La Renta Básica no rompe con el capitalismo pero lo modificaría -sostiene Raventos-. Para romper la lógica capitalista se necesitaría también una renta máxima, no alcanza con una mínima. Pero, indirectamente, esta propuesta solucionaría otros problemas, por ejemplo, bajaría el índice de delincuencia al disminuir la pobreza».
Los impulsores de la propuesta también analizaron los efectos no deseados que puede tener su aplicación. Pueden darse masivos movimientos migratorios desde las zonas en que no se aplique hacia aquellas que sí lo hagan. «Si esto ocurre pueden alentarse medidas migratorias muy conservadoras -reconoce Raventos-. Por eso es importante tratar de implementarlo de la manera más amplia posible» Para que la Renta Básica funcione como un derecho a la ciudadanía efectivo se requiere, además, un estado que provea educación y salud de manera eficiente y digna, dado que la suma percibida no alcanzaría a cubrir esos servicios.
En algunos países ya comenzó a instalarse el debate. En el Reino de España, Jordi Sevilla -posible futuro ministro de Economía del PSOE- maneja la propuesta, aunque con matices. Y en Cataluña, dos partidos de izquierda presentaron el año pasado un proyecto de ley para aplicarlo, aunque finalmente fue rechazado por el Parlamento local. En la Argentina, el referente económico del ARI, Rubén Lo Vuolo, es uno de l os principales impulsores. En la plataforma electoral de su partido incluía la propuesta, pero la restringía a los menores de edad. Y el sábado 21 un grupo de asambleístas llevó a Raventos a Roca Negra para que discutan la idea con los movimientos piqueteros en la ronda de pensamiento autónomo. Alguno de los presentes se animó a llamar a definir la propuesta como «postcapitalista». El tiempo dirá si se trata de una utopía o una realidad.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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