Nota
Una marcha para frenar el ataque a las organizaciones
Organizaciones sociales encabezaron una marcha a la Casa de Buenos Aires y de Córdoba para denunciar los asesinatos de Rodolfo Orellana y Marcos Soria, ambos militantes de la CTEP. La familia de Orellana tuvo que postergar el velorio porque aún no le entregaron el cuerpo, y mientras denuncian que el balazo que lo mató salió de la Bonaerense, continúan presas cuatro personas: una de ellas es una mujer en período de lactancia. La OLP tuvo que hacer una manifestación en la puerta de la comisaria para que le dejaran alimentar a su bebé. En tanto, los compañeros de Soria, del Encuentro de Organizaciones y trabajador en una huerta comunitaria, subrayan que fue subido a un patrullero y baleado por la espalda. Preguntas urgentes en plena calle sobre cómo parar el ataque a los movimientos sociales.
La bandera parte de Avenida de Mayo y 9 de Julio con una consigna clara:
- “Justicia por Rodolfo Orellana y Marcos Soria”.
A Rodolfo Orellana, padre de cinco hijos, referente de una cooperativa textil de la Organización Libres del Pueblo (OLP), de la CTEP en Villa Celina, La Matanza, lo asesinaron de un balazo que le entró por la espalda a la altura del omóplato y le salió por la nariz, durante una brutal represión de la Policía Bonaerense el jueves a un intento de toma de tierras. Ese mismo día detuvieron a otros cuatro integrantes de la organización: una de ellas es Myriam Calizaya, referente de un merendero en el barrio, que está en período de lactancia. Sus compañeras tuvieron que movilizarse a la puerta de la comisaría para que el comisario le dejara amamantar a su beba. Un día después, y luego de finalizar la Marcha de la Gorra en Córdoba, el Encuentro de Organización (otro colectivo que integra la CTEP) denunció que la policía provincial asesinó a Marcos Jesús Soria, de 32 años, trabajador de una huerta comunitaria que salía con el carro para poder ayudar económicamente a su familia.

Foto: Nacho Yuchark
La marcha se pone en movimiento. En la cabecera, rumbo a la Casa de las provincia de Buenos Aires y de Córdoba, caminan el diputado Leonardo Grosso, el senador Fernando “Pino” Solanas, al secretario general de ATE Nacional, Hugo Godoy, el de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, el de SUTEBA, Roberto Baradel, entre otros.
Detrás, banderas de la OLP, CTEP, Barrios de Pie, CCC, FOL, Frente Darío Santillán.
Diego Marcus, compañero de Orellana en Villa Celina, subraya que aún hay cuatro compañerxs detenidxs. “Con la excusa de una audiencia, postergaron la liberación para el miércoles”, dice a lavaca. “Una es una compañera en período de lactancia. Está en la comisaría de La Tablada. Recién ayer, a través de una movilización encabezada principalmente por madres, se logró que pudiera verlo porque estaba en un caso de desnutrición por el que había sido llevado al Hospital Garraham por mala alimentación. El comisario había dicho: ´Que se joda, hubiera pensado antes de usurpar con una beba´. Fue recién de la movilización que se pudo firmar un acta y poder alimentarla”.

Foto: Nacho Yuchark.
Diego subraya que, luego de los acontecimientos del jueves por la madrugada, se abrieron dos causas: una por usurpación (que tramita en la Fiscalía Descentralizada N°3 de Laferrere) y otra por el homicidio de Orellana (tramita en San Justo). Cuenta que todos los vecinos que presenciaron los hechos dicen que los disparos salieron de un solo lugar: la Bonaerense. “Afirman que una policía rubia lo mató. Incluso, muchos identifican que le cambiaron el uniforme a civil y que la sacaron del lugar. No quedan muchas dudas”.
Los compañeros y la familia de Orellana estaban organizando el velorio en su casa, en Villa Celina, y luego una caravana con apoyo de organizaciones previo al entierro. Sin embargo, la familia aún no recibió el cuerpo. Y Diego, en la calle y en plena marcha, va más allá de las hipótesis de enfrentamiento que buscó instalar el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Rotondo. Para él no hay dudas: “El mensaje es claro: te mata si querés conseguir una vivienda digna y, si no, hace lo imposible para que quedes detenido. La fórmula es: o muerto o preso”.

La Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, presente en la marcha. Foto: Nacho Yuchark.
Cómo crear nuevas respuestas
El Encuentro de Organizaciones, en Córdoba, denunció el asesinato de Marcos Soria después de la histórica Marcha de la Gorra, que expone la violencia estatal provincial. La versión policial, en un comienzo, apuntó que el joven había sido “ultimado” de un disparo en la cabeza tras un intento de robo. El colectivo lo desmintió: “Había sido previamente golpeado de manera brutal en un descampado, en posición de rodillas, por parte de dos uniformados. Cuando intentaba escapar, Marcos se refugió brevemente en un corral de caballos. Al salir de allí, recibió un tiro por la espalda por parte de los mismos uniformados, señalados por los vecinos de maltratar y torturar a los pibes del barrio”.
La organización, además, subrayó que todos los vecinos del barrio Angelleli II fueron amenazados por los policías. Marcos trabajaba en la huerta “Entre todos” y, por las tardes, salía a carretear para ayudar económicamente a su mamá.

Foto: Nacho Yuchark.
Mientras la marcha llega a la Casa de Buenos Aires, el secretario general de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro, dice a lavaca: “El poder quiere fragmentarte, hacerte chiquito. Tiene una estrategia de fragmentación que está vinculada a la concentración económica y a la deshumanización de la vida cotidiana. Tenemos que establecer otro tipo de relaciones laborales, como hacemos con las cooperativas, de forma asociativa. Sobre todo, para no perder la calle: hay que pelear acá el miedo que genera la muerte de los compañeros”.
Dos cuadras después, frente a la Casa de Córdoba, el referente de IMPA y del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER), Eduardo “Vasco” Murúa, apunta que es necesaria una discusión dentro de las organizaciones sobre qué respuesta dar en estos casos: “No podemos responder solo con movilizaciones a semejante represión». Y cierra: «El Gobierno está mandando un mensaje. Sabe que, desde este sector, puede salir una respuesta distinta, porque no vamos a encontrarlas dentro del arco político y sindical. Pero si la respuesta van a ser sólo marchas, va a ser difícil que los paremos”.

Foto: Nacho Yuchark.

Foto: Nacho Yuchark


Foto: Nacho Yuchark.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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