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Uruguaychú, y la marcha que se viene

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Integrantes de la Asamblea Regional Argentina Uruguay viajaron a Buenos Aires para participar de la cuarta jornada La Calle es Nuestra, convocados por lavaca y el periódico Mu. Cinco entrerrianos y ocho uruguayos ofrecieron una conferencia de prensa conjunta frente al Congreso de la Nación y contaron a los porteños por qué decidieron unirse no sólo para luchar contra las plantas pasteras que se instalaron en Uruguay sino, sobre todo, contra un modelo económico que llaman “de extracción y de miseria”. También anunciaron una próxima asamblea binacional y una marcha de asambleas ciudadanas a Plaza de Mayo para el 12 de diciembre.

Integrantes de la Asamblea Regional Argentina Uruguay viajaron a Buenos Aires para participar de la cuarta jornada La Calle es Nuestra, convocados por lavaca y el periódico Mu. El viernes 26, cinco entrerrianos y ocho uruguayos ofrecieron una conferencia de prensa conjunta frente al Congreso de la Nación y contaron a los porteños por qué decidieron unirse no sólo para luchar contra las plantas pasteras que se instalaron en Uruguay sino, sobre todo, contra un modelo económico que llaman “de extracción y de miseria”
Los uruguayos habían salido de madrugada, para evitar posibles demoras en la frontera ya que ese día se produjo el cacerolazo sobre el puente internacional, y una accidentada manifestación náutica en el Río Uruguay. Conviene aclarar que todos son productores que para realizar el viaje no cuentan más que con su propio esfuerzo, que ha funcionado como contagiado y a la vez contagioso con respecto a la Asamblea de Gualeguaychú.
Rodeado por una decena de piernas de maniquíes, que simbolizaban el movimiento en la calle, comenzó hablando Carlos Vico, tambero de Colonia Agraciada, Uruguay. “El panorama en mi país es negro –advirtió-, la extranjerización de la tierra es escandalosa. Para que la gente se vaya del campo, le ofrecen lo que quieran. En poco tiempo, Uruguay será todo soja y forestación”, pronosticó y enseguida agregó: “No me imagino a Uruguay con ocho pasteras. En diez años ni siquiera podremos exportar carne, que es lo que nos caracteriza, porque los animales no tendrán donde pastar”.
El barullo constante y el colapso del equipo de sonido previsto no inhibieron la comunicación entre los que se iban acercando, incluidos representantes de unas diez radios de todo el país. Otro productor uruguayo Víctor Cardona, explicó: “Las chacras que rodean a Mercedes se convirtieron en chacras dormitorio, porque ya no tienen más agua. La forestación de eucaliptos para producir madera o pasta de papel, se chupa todo el agua. La intendencia tiene que llevar agua en tanques cisternas a los habitantes para que puedan cocinar y lavarse.”
El líder de Autodeterminación y Libertad, Luis Zamora, familiares de las víctimas de Cromañón, vendedores ambulantes, asambleístas de San Telmo, integrantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano, miembros del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, entre otros, escuchaban atentos.
“La solución –propuso Cardona- es tejer redes, unirnos para trabajar por lo local y también por lo regional. Tirar juntos nos dará una fortaleza que todavía no tenemos. El Frente Amplio que gobierna mi país es el contrinuismo de la política económica que instauró la dictadura. No sólo remata el país, sino que entrega 450 millones de subsidios a las empresas forestadoras. No dejemos que Botnia nos tape el bosque. Esta empresa es apenas la punta de un iceberg, la punta de todo un proyecto que no es, como le dicen, productivo, sino es un proyecto de extracción de aguas, de tierras y de nuestras riquezas para dejarnos en la más pura miseria”. Cardona celebró la idea de Uruguaychú, planteada en la revista Mu como un modo de comprender el alcance de la naciente Asamblea Regional.
Cómo nacen los problemas sociales
La voz femenina de la delegación la ofreció Graciela Guala, ingeniera agrónoma de Nueva Palmira, pueblo uruguayo cercano a Fray Bentos. La mujer denunció que Isusa, una planta de ácido sulfúrico que provee a Botnia, se instaló en Agraciada ya comenzó a impactar y provocar daños a la economía local. “Nuestra zona –ejemplificó- cuenta con 50 apicultores que exportan sus productos. Las normas de calidad que tienen que afrontar son muy estrictas y los importadores no les aceptan la mercadería si existen plantas químicas a menos de tres kilómetros de distancia de la producción. Con este modelo económico al gobierno le cierran los números, pero no les cierran a los pequeños productores que quieren vivir del campo y que se ven obligados a vender sus tierras para irse a vivir a las orillas de las ciudades. Así nacen los problemas sociales. Este es un modelo económico no sólo propone exportar maderas, sino también aguas y tierras.”
En Uruguay ya hay ciudadanos organizados y asambleas conformadas en Nueva Palmira y Conchillas, afectadas directamente por Botnia y contrarias a la instalación de la española ENCE. También hay resistencia en Tarariras. Tacuarembó y Rocha se movilizan por la permanente ampliación de las plantaciones de eucaliptos, que consumen enormes cantidades de agua dejando secas a plantaciones y poblaciones. “Para la gente de Fray Bentos y para nuestro gobierno somos vendepatrias. Pero quieren encandilarnos con espejitos de colores, como cuando Colón llegó a estas tierras. Se aprovechan de nuestra pobreza”, denunció Guala.
Hernán López Echagüe, periodista argentino residente en Nueva Palmira, Uruguay, planteó que el gran desafío de la recientemente creada Asamblea Regional Argentina Uruguay consiste en quebrar la desinformación. “Los medios deshabitan las palabras de significado. Tenemos que volver a decir las cosas como son, a habitar las palabras. Este no es un modelo productivo, de desarrollo, sino todo lo contrario. En Uruguay la prensa desestimó la Asamblea Regional que reunió a 400 personas. Dijeron que Gualeguaychú vino a copar nuestros movimientos. En cambio, lo que no dicen es que hay dirigentes que son traidores: Tabaré, cuando estaba en campaña, afirmaba que no iba a permitir que se instalaran las pasteras y aquí lo ven. Kircher fue al corsódromo de Gualeguaychú y prometió defender el medio ambiente, después firmó un decreto que permite volar cinco glaciares”.
”Lo que no hacen los gobiernos, lo haremos los pueblos”
Gustavo Rivollier, de la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú, también se quejó del rol que los medios jugaron a lo largo del conflicto de las pasteras: “Nos tiran a matar –acusó-. Cuando hicimos la primera reunión entre gente de los dos países, lo menos que hicieron fue responsabilizarnos por un incendio en el puerto de Botnia. La xenofobia es fogoneada por el gobierno de Tabaré e incentivada por los medios de comunicación”.
Alfredo de Ángelis, otro de los integrantes de la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú que llegó a Buenos Aires, y de la Federación Agraria, definió a Botnia como un símbolo de “un modelo económico de concentración de tierras, monocultuvo, exclusión de gente y problemas sociales”. Este entrerriano fue el encargado de explicar cómo nació la asamblea que aspira a reunir a todos los involucrados en la región del Acuífero Guaraní. “Vimos la necesidad de armarla porque nos dimos cuenta que empezaba a haber discriminación en los dos países. No hay que mirar esto como uruguayos o argentinos, sino como un problema de ciudadanos, porque es un problema de los derechos de los habitantes de ambos lados del río. Lo que no hacen los gobiernos, lo haremos los pueblos. Los movimientos sociales son los que hacen cambiar las políticas de los gobiernos. Nos llevará tiempo, pero no vamos a bajar los brazos”.
Argentinos y uruguayos planean una inminente asamblea regional en Tacuarembó, donde también comprometieron su participación integrantes del movimiento Sin Tierra de Brasil. Sueñan, además, con sumar a activistas paraguayos. “El problema es regional, se viene también la defensa del Acuífero Guraní”, subrayó Cardona. En el próximo encuentro prometen no sólo debatir un plan de acción regional, sino también organizar una gran manifestación contra la forestación. A la vez, anunciaron para el próximo 12 de diciembre una nueva marcha a Plaza de Mayo de la Unión de Asambleas Ciudadanas, donde además de los activistas de Gualeguaychú, estarán –entre otras organizaciones- las Asambleas del Delta del Río de la Plata, los damnificados por Yaciretá, delegaciones de Pueblos Originarios y asambleístas que se oponen a la explotación minera a cielo abierto tanto en las provincias del sur como del norte andino. La última adhesión llegó de los familiares de las víctimas de Cromañón: “Por un lado, nosotros coincidimos en la metodología con los asambleístas de Gualeguaychú –explicó Diego Rozengard, hermano de Julián, uno de los chicos muertos en el incendio-: tenemos prácticas de horizontalidad, autogestión, la composición de nuestros movimientos es heterogénea y, por el otro, creemos que a unos y a otros nos emparenta que somos víctimas de la lógica del lucro que se lleva nuestras vidas”. La Asamblea será invitada a participar en una futura marcha de Cromañón, movimiento que a su vez será invitado a participar en la marcha a Plaza de Mayo, dos días después de la asunción del nuevo gobierno.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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