Nota
Vaca Muerta, mapuches y la consulta sobre el gasoducto: los looks de otra avant premiere del racismo

En la próxima MU publicaremos la nota “Modo mapuche”. Aquí compartimos un anticipo a partir de las repercusiones del acuerdo entre el gobierno neuquino y la comunidad mapuche sobre el cumplimiento de las constituciones nacional y provincial para la consulta previa, libre e informada a los pueblos indígenas ante proyectos que puedan afectar a sus familias y territorios. Tal el caso de Vaca Muerta y la construcción del gasoducto Kirchner, entre otros. Infobae, Pichetto, y otras curiosidades del súper lunes.

La noticia aparece en medio de otras sobre “el rating del súper lunes con la final de El Hotel de los Famosos y el debut de Marcelo Tinelli” o –en plan más político– “Los looks de la avant premiere de Santa Evita”.
El título: «Polémico acuerdo entre Neuquén y los mapuches amenaza las inversiones en Vaca Muerta».
El primer párrafo de la nota explica:
“Mientras avanza a paso redoblado el inicio de las obras del Gasoducto Néstor Kirchner, el gobierno de Neuquén, a cargo de Omar Gutiérrez, les propuso a caciques y líderes de grupos autoproclamados mapuches un polémico acuerdo que podría amenazar el desarrollo y las inversiones en el gigantesco yacimiento de Vaca Muerta. Es que el “Protocolo de Consulta Previa, Libre e Informada” (CLPI) que presentó el mandatario patagónico en la capital de esa provincia le da a los referentes de esas comunidades intervención y capacidad de veto en ese proyecto, el más importante y estratégico tanto para el sector petrolero como para la estabilidad macroeconómica de la Argentina”.
En una foto aparece Jorge Nahuel, logko (autoridad política) presentado como “hombre fuerte y jefe de la autodenominada Confederación Mapuche de Neuquén” dándose la mano con el gobernador Gutiérrez. (Siguiendo la propia lógica discursiva del artículo podría plantearse que el autodenominado Infobae es un portal que se autoproclama informativo, al igual que sus autopercibidos empleados periodísticos).
La nota explica que este lunes 25 de julio el gobierno de Neuquén se reunió con la Confederación para iniciar un proceso que se respalda en la Constitución Nacional, la provincial, leyes locales y leyes internacionales asumidas por la Argentina. Lo que establece ese cuerpo legal es que toda acción que el Estado o corporaciones intenten realizar en territorios históricamente ocupados por comunidades de pueblos indígenas, debe contar con un proceso de consulta previa, libre e informada que permita que la comunidad involucrada decida si acepta o no dicha acción y, según el caso, que acuerde los modos y condiciones para llevarla a cabo.

No se trata de una ocurrencia del señor Gutiérrez (integrante del Movimiento Popular Neuquino), sino el producto de un largo proceso de luchas, debates y avances jurídicos a nivel internacional y local en las últimas décadas, que establece los mecanismos de participación y consulta en el caso de los pueblos indígenas ante proyectos que involucren esos territorios. Una segunda nota en el mismo portal, luego relegada, llevaba este título: “Duras críticas al acuerdo para Vaca Muerta: “Es ponerse de rodillas ante la extorsión mapuche””. Las duras críticas promueven declaraciones de dos personas calificadas como “peronista republicano” en un caso y “radical” en el otro, llamadas Miguel Pichetto y Pablo Cervi.
Pichetto, que ejerce como Auditor General de la Nación, y fue candidato a vice de Mauricio Macri, reclamó hace poco vía Twitter: “Hay que tener mayor presencia militar en la Patagonia. Es increíble la ligereza con la que se toma el tema mapuche”. También declaró que el reclamo mapuche “es el primer factor separatista que aparece en la Argentina”. Dijo que los mapuche se basan un manual ejercicio operativo que “está tomado de las FARC colombiana”, y que promueve actos insurreccionales “algunos de características terroristas”.
El acto público del gobierno neuquino con la Confederación Mapuche tuvo lugar de manera no tan ominosa, en la Ciudad Deportiva.

Modo mapuche
En la próxima edición de MU, la número 172 que saldrá a la calle esta semana, publicaremos la intervención de Jorge Nahuel (Nawel, como prefiere escribirlo) en el Diplomado Andrés Carrasco en Periodismo y Comunicación Ambiental de lavaca. Allí habló entre muchas otras cosas sobre:
- El odio y la segregación racial.
- Quiénes son los que en realidad atacan y quiénes defienden la Constitución y las leyes.
- El patriarcado en el pueblo mapuche.
- La contaminación no solo territorial sino también social que generó el fracking en Neuquén.
- El tema narco, el juego y la prostitución en Vaca Muerta.
- La falsedad de la idea de “progreso” en Añelo, epicentro de la extracción hidrocarburífera de Vaca Muerta.
- La RAM, su verdadero significado como forma mediática de justificar el odio a los mapuches.
- La cosmovisión y la práctica mapuche con relación a la vida y el futuro.
- La posición como ciudadanos que asumen los mapuche ante el Estado Argentino, la desmentida a la teoría de que quieren hacer un “Estado aparte”. La mirada sobre funcionarios y políticos.
Explicó además el reconocimiento que ha hecho la propia Corte Suprema sobre la posesión a la tierra, como tema previo a la propiedad de la misma. (Y conviene aclarar que tanto al hablar de posesión como de propiedad, los pueblos indígenas no se refieren a espacios en los que desarrollar proyectos extractivos ni inmobiliarios, sino a una propiedad comunitaria de la tierra que les permita vivir y producir en ella).
Sobre el tema específico de Vaca Muerta y la consulta previa, libre e informada, anticipamos algunos fragmentos de lo que explica Jorge Nawel en dicha nota cuya versión completa podrá leerse en la versión en papel y en la digitalizada de MU:
Sobre las acusaciones a la comunidad, y el acuerdo.
- “Nos han acusado de terrorismo, asociación ilícita, violencia, usurpación, pero no hay causa que no hayamos ganado. La última fue este año. La Corte Suprema obliga al Estado a realizar la consulta previa, libre e informada para decidir sobre la ampliación de un ejido urbano. El propio gobernador (Omar Gutiérrez) nos convocó para articular de aquí en más que el Estado respete formalmente el derecho mapuche a ser consultado ante cualquier proyecto que quiera hacerse en territorios indígenas”.
Sobre el panorama en Vaca Muerta.
- “Tenemos un modelo extractivista a full, que se vende como la gran solución de todos los males económicos del país. Vaca Muerta no es una explotación, es una hiperexplotación. El marco jurídico que hemos ganado con mucha lucha, en la Constitución Nacional, en los fallos de la Corte Suprema, en convenios internacionales como el 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), o los fallos de la Corte Interamericana, van quedando como letra muerta al lado de la impunidad de las petroleras para imponer su voluntad. Al decir petroleras englobo también al Estado, la justicia, y al poder mediático. Son enemigos muy poderosos, pero lo peor que podemos hacer es resignarnos a eso. Tenemos que tratar de movilizar a toda la sociedad porque muchos creen que la contaminación petrolera es un problema de los mapuches pero se va entendiendo que no, que el planeta Tierra es un cuerpo que, al afectar cualquier zona, queda afectado en conjunto. Pero estamos muy esperanzados porque se suman cada vez más gente y movimientos para decirle no a semejante nivel de irracionalidad que tiene el fracking. Si vos prendés la televisión lo único que dicen es que construyan de una vez el gran gasoducto, para que aumente la exportación y tener dólares. Es una fiebre energética donde todo depende exclusivamente de esta región, de Vaca Muerta”.

Sobre el reclamo de la comunidad, el racismo, la ley, y la acusación de “usurpación”.
- “Que se respeten las leyes nacionales e internacionales, y las constituciones tanto nacional como provincial. Nos atacan medios que son racistas, discriminadores, que promueven el odio hacia lo mapuche, pero lo que reclamamos son derechos que nos costó mucho instalar, por ejemplo en la actual Constitución Nacional de 1994, cuando hubo una enorme movilización de todos los pueblos de la Argentina en el marco de la Constituyente. Allí se reconoció por primera vez la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas con respecto al Estado Argentino y la posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupamos. También figura en la Constitución de Neuquén. Son derechos que no nos regaló nadie y queremos hacer valer”. (Conviene señalar en este caso esa enorme movilización, y el rol que Nawel siempre rescata del ENDEPA –Equipo Nacional de Pastoral Aborigen– para que la Constitución de 1994 haya incorporado esos conceptos. La Constitución de 1853, vigente entonces, solo planteaba con respecto a los pueblos originarios: “Proveer a la seguridad de las fronteras; conservar el trato pacífico con los indios, y promover la conversión de ellos al catolicismo”).
Sobre la acusación a los mapuches como “usurpadores”.
- “No se pueden planificar acciones que afecten territorios indígenas sin aplicar el derecho a la consulta previa, libre e informada a la comunidad, que figura además en la Ley 24071. Nos quieren expulsar pero tenemos el derecho constitucional a la posesión de nuestra tierra. No tenemos la propiedad porque el Estado se encargó de no dar esa seguridad a nuestras comunidades, pese a que siempre vivimos en estos espacios y somos preexistentes al propio Estado. No somos usurpadores, es al revés, usurpadores pueden ser los que llegaron por concesiones petrolíferas o títulos fraudulentos. Cuando una derecha perversa habla de que nos queremos apropiar de los bienes del país no dicen que esos bienes ya están apropiados, porque los grandes terratenientes son capitales extranjeros. Mientras tanto la población se va hacinando en barrios de las periferias urbanas que son una vergüenza. Decir que actuamos al margen de la ley o que no respetamos las instituciones es parte de una farsa que se crea para generar criminalización y odio racial”.
¿Cómo funcionará la consulta previa, libre e informada?
- Lo primero es que la consulta implica que el Estado ya no planifica por sí mismo sino consensuando con la comunidad, que tiene que poder decidir qué es bueno y qué es malo para ella y su futuro. La manera violenta de imponer el fracking en estos 10 años nos impidió optar, por eso nuestra resistencia para evitar que esa actividad termine con nuestras vidas. El derecho a la consulta no es un “no” al fracking sino la posibilidad de planificar y otorgar o negar el consentimiento, que es un ejercicio de la libertad fundamental y legítimo. En estos momentos hay unas 5.000 perforaciones hechas alrededor de Añelo por la fuerza. Es una realidad por más que no la querramos. Cuando nos opusimos nos balearon y nos gasearon. La consulta nos puede permitir que la comunidad decida si un ducto puede pasar o no por un territorio, o instalar una locación, sin que sea como cuando entraron a Campo Maripe con la violencia de la Gendarmería. Fue poco antes de la represión a Cushamen (2017) y por eso Patricia Bullrich está procesada por la organización, por haber ordenado un allanamiento sin orden judicial. Pero esas cosas nunca más pueden ocurrir con la consulta y si el pueblo mapuche niega su consentimiento, nadie podrá entrar al territorio para hacer esas cosas”.

Otros datos que conviene tener en cuenta sobre estos temas.
El artículo 75 de la Constitución Nacional, inciso 17 plantea lo siguiente:
“17. Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.
Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones”.
Por otra parte el derecho a la Consulta Previa, Libre e Informada se reconoce en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes. Fue adoptado por la OIT en 1989 y aprobado por la República Argentina en 1992, mediante la Ley 24071. La ratificación del Convenio comenzó a regir en el año 2000. El país es signatario además de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI) desde 2007, año de su adopción por la Asamblea General, que profundiza y amplía los derechos reconocidos en el Convenio 169 de la OIT.

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Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
Nota
Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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