CABA
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Asumió el nuevo presidente, Alberto Fernández, y empieza una nueva etapa. Las calles se mostraron eufóricas y esperanzadas. El presidente dio un discurso cargado de contenido y de medidas concretas: anunció, entre otras cosas, que el país no está en condiciones de pagar la deuda, que parte de los fondos reservados de la AFI serán destinados a las medidas contra el hambre, y se comprometió con la lucha contra la violencia machista, aunque no mencionó el aborto. Crónica desde la calle sobre las expectativas de lo que viene, y el diagnóstico de lo que queda en pie.
Karina, Verónica y Jimena se levantaron temprano para tomarse el tren Sarmiento y cruzarse el Oeste del conurbano desde Ituzaingó hasta Once. De allí llegaron a Congreso y ahora están caminando hacia Plaza de Mayo. “Había muchos nervios. Mucha ansiedad. Y mucha fe: es difícil de explicar qué nos pasa porque las sensaciones son muy profundas”. A su lado marchan de la mano Marcos (21) y Jonathan (28). “¿Qué sentimos? Emoción. Alegría. Felicidad. Orgullo. Igualdad. Y la esperanza de reconstruir un país. ¿Sabés por qué? Porque Macri asumió desde el odio, no desde la convicción”.
El presidente saliente tuvo una breve aparición en el Congreso, cuando dio el traspaso de mando a Alberto Fernández. Tuvo que soportar que cantaran la marcha peronista apenas descorrió el telón rojo, y sentirse blanco del diagnóstico cuando el presidente electo repasó los pésimos índices de su gestión.

Aurora y Carlos, integrantes de grupos de teatro comunitario de La Plata, vieron la asunción y el discurso de Alberto Fernández en un bar de Bartolomé Mitre y Paraná. Ahora marchan hacia la Plaza. También sonríen, también se emocionan: “Estamos felices de estar viviendo en nuestros sesenta años un momento histórico como éste. Salimos de cuatro años de oscurantismo: todo este tiempo lo tuvimos metido en un grito atravesado en el pecho. Una opresión. Y, de golpe, explota todo. Es felicidad en el sentido filosófico, ético e integral: los pueblos tristes pueden ser vencidos y dominados fácilmente. La felicidad, en cambio, desata endorfina, capacidad de lucha, salir a la calle”.
La calle hoy se vio desbordada de festejos y sonrisas que auguran una nueva etapa con una nueva energía. Otro caso es el de Beatriz (73) y Violeta (66), que llegaron de Córdoba y ahora marchan hacia la Plaza con una latita de cerveza en la mano: “No te podés dar una idea de hace cuánto venimos proyectando este viaje”, revelan.
Violeta cuenta que llegó con la carga de estos cuatro años, con el cuerpo pesado, sintiendo que ya no podía dar un paso más. Y por eso dice que, cuando vio a Alberto y a Cristina, se quebró: “Me largué a llorar. Se me salió todo: recién ahí me di cuenta de que se iban. Más allá de las PASO, más allá de la votación, era como un sueño: hoy vimos cómo se fueron. Somos libres. Y, entre todos, vamos a poner a esta Argentina bien”.

Ambas subrayan un concepto que fue eje de campaña: “Volvimos para ser mejores”. ¿Qué significa? “Aprendimos a estar unidos. No por nosotros, sino por los que vienen. Hay que insistir en la juventud: explicar las cosas desde la realidad, que es la única verdad, como decía un viejito hace mucho tiempo. Hay que insistir en qué es la patria, en cómo es y qué tenemos que defender. Sembrar cultura, porque si a la masa no la concientizás, nunca llega a ser pueblo. Y es el pueblo el sujeto consciente de lo que se tiene que hacer. Si no contamos ni partimos desde esas raíces, nunca vamos a saber defendernos como país. Nosotros los viejos ya tenemos pasaje cobrado de ida, pero son ustedes los que se quedan. Son el futuro”.
Ya después de que Alberto y Cristina hayan hablado en la Plaza, quedarán los jóvenes encarando esta otra historia que seguirá, como hoy, escribiéndose en la calle. Wanda y Araceli, 21 y 22 años, son de la zona sur del conurbano bonaerense, y dicen: “Sacando todos estos años de gobierno de Macri, hoy estamos atravesando el día con mucha alegría, olvidando todo eso. Después se verán las consecuencias de ese gobierno. Pero hoy por hoy, habernos sacado eso de encima, es una alegría. Que la gente haya tenido memoria y no se haya repetido la historia, está bueno”. Araceli: “Se re siente el ambiente. Se siente mucho más la unión y es un ambiente de festejo”.
Imágenes de estos 4 años: “El hambre, la pobreza. A mí me indigna mucho ver que gente que apoya al gobierno de Macri le sea indiferente la gente que vive en la calle. Nosotras, que venimos del conurbano, vemos a diario en los trenes mujeres con bebés pidiendo monedas; bebés de la edad de mi hija. Lo primero que se me viene a la mente de este gobierno es la indiferencia de mucha gente”.

Lucas y Valen tienen 21 años y vinieron a estudiar a Capital desde el Chaco. Cuentan: “Hubo mucha represión de la expresión de la gente. Entonces hoy es desquitarnos de eso. Es poder llegar de vuelta a la Plaza de Mayo: los símbolos son importantes y recuperar esto es un acto patriótico y un acto político. No podemos quitar la importancia de la Plaza, de las Madres, de las Abuelas. Las rejas, la construcción que intentaron hacer son para quitar el imaginario de la plaza del pueblo. Y la plaza es del pueblo”. ¿Por qué perdió el macrismo? Valen: “Creo que no estallamos porque vinieron las elecciones, y porque tenemos una fuerte democracia que nos permite expresarnos de esta manera. Nos hicieron bolsa. Supongo que por más que tengas todo sol medios comprados, llega un punto que la gente igual se da cuenta”.
Una de las frases que resonó en la Plaza de Mayo fue de las últimas del discurso de Fernández en el Congreso: “Si alguna vez no cumplo con mi palabra, salgan a la calle a recordarme que estoy fallando”. ¿Qué significa ese llamado? Lucas: “Desde el kirchnerismo fueron muy tibios con muchos temas, como la Ley de Medios”. Valen: “Me gustaría que los medios tengan consecuencias. No puede ser que los medios maltraten a Cristina por ser una mujer en política: nunca se lo hicieron a un hombre. Las portadas de Noticias tienen que tener consecuencias: no se puede seguir condenando el goce de la mujer”.
¿Qué banderas hay que seguir sosteniendo? Los jóvenes estudiantes del Chaco sentencian: “Integrar a la gente de la comunidad LGTB. En la región de la ciencia es importante que las perspectivas sean sociales y variadas, y que haya una integración de las distintas identidades a la ciencia y ala política.
Mirna, Silvia y Patricia, de Villa Ballester, alertan: “Problemas económicos van a seguir existiendo: este desastre no se arregla de un día para el otro. Lo importante es volver a un enfoque de derechos: respetar los derechos adquiridos, que quedaron muy poquitos en pie, y ahora ir por más”. Patricia: “Que el pobre no sea el enemigo, que es lo que instaló esta gente. Si bien estamos mal, tenemos ganas de estar mejor y tenemos ganar de colaborar”.

Cuál es la magnitud del desastre, según Silvia: “Soy psicóloga. Mi marido perdió el trabajo. La gente llora en el consultorio: de bronca, no solo de perder el trabajo. Porque lo perdieron otros también.” Mirna, trabajadora social: “No solamente los pobres retrocedieron: la clase media, también. Lo que se llamó en otro momento los nuevos pobres, volvieron a aparecer”. Todas viven en San Martín, provincia de Buenos Aires.
Algunas urgencias: “La urgencia directa es la necesidad de que coman los chicos, aunque sea una vez al día”. Otra amiga, empleada doméstica y jubilada con la mínima: “Estoy por debajo de toda cadena alimenticia pero viendo alrededor, todos estamos en la misma. La idea es que los que tenemos un poquito, ver por los que no tienen nada: siempre hay alguien que está peor. La idea es levantar desde abajo”.
¿Qué significa volver para ser mejores? “Siempre el proceso es ir para adelante. Siempre en un proceso se requiere generar nuevas ideas, y criticarse y volver a criticarse. Pasa en el trabajo individual, y en lo social es lo mismo”. Otra: “Es más conciencia social. Comparado con estos 4 años que pasaron, en el caso de Cristina, es una especie de autocrítica el “volvemos para ser mejores”. Las cosas que se hicieron mal, tratar de mejorarlas. Las cosas que no se debieran haber hecho, reverlas. Y las cosas que no se hicieron, hacerlas”.
¿Un ejemplo? “Mejorar en los controles de políticas sociales, porque hubieron muchas, pero faltaron controles: hubo muchos intermediarios que pusieron trabas. Recuerdo que en la AUH se sacaron a los punteros y se les dio las tarjeta directo a las familias: eso está perfecto. No deben haber más intermediarios: es para todos por igual, que no haya nadie que se aproveche de eso”. La amiga: “Si hubieron excesos, hay que hacer controles. No deben ocurrir excesos, en ninguna administración”. La tercera: “Hay descontrol en los planes, por ejemplo en las ayudas a discapacitados, pero la solución no es sacárselos a todos como hico Stanley. Que se compruebe que lo necesitás: para eso es el Estado”.

Las ideas son múltiples, pero todas tienen hoy un mismo rostro: la sonrisa.
Entre el chau y el hola, todavía suena la música de una Plaza que desconcentra al ritmo del grito cantado de las jóvenes trans del hotel El Gondolín:
-¡Alberto presidenta!




Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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