Nota
Andalgalá: Después de la represión, un triunfo
La paralización de las obras en la minera Agua Rica es uno de los saldos de la provocación por la culata cometida por las autoridades políticas, judiciales y policiales contra la comunidad de Andalgalá, Catamarca, este lunes 15 de febrero.
Unos 300 integrantes de la asamblea El Algarrobo fueron reprimidos a media tarde por las denominadas fuerzas del orden en Chaquiago, donde la asamblea realiza un corte en el camino que va hacia la minera. El episodio mostró la entusiasta e indiscriminada violencia policial (contra mujeres, niños, ancianos), y terminó generando una pueblada durante la noche, con quema de la intendencia y otros ataques emblemáticos: contra las oficinas de la minera Agua Rica, el juzgado y la fiscalía, y el supermercado Los Mellizos propiedad de una proveedora de la minera.
Video de la Asamblea El Algarrobo, de Andalgalá
[flash https://www.youtube.com/watch?v=YtLaA2mnojw]
La pueblada de «los hippies»
El intendente justicialista José Perea culpó por los destrozos a concejales, docentes, al grupo Quebracho, y a «hippies», en un reportaje a Radio XXI. Se hace difícil interpretar a qué se refería. En términos menos alucinados, puede plantearse que los reprimidos fueron los vecinos de Andalgalá, que se oponen a las mineras por conocer en carne propia los efectos de contaminación y empobrecimiento que genera desde hace 13 años el otro gigante minero de la zona, Bajo Alumbrera. Además existe alarma por otros proyectos como el llamado Pilciao 16, que somete a exploración minera -y futura explotación- al subsuelo de la propia ciudad de Andalgalá.
El lunes el conflicto terminó de estallar cuando una máquina tipo oruga retroexcavadora y 20 camionetas de la minera, con el apoyo de la policía, se dispusieron a atravesar el corte. La resistencia de los ciudadanos -que reclaman un plebiscito sobre la instalación de la minera- fue quebrada a balazos de goma, culatazos, gases lacrimógenos y detenciones. «Te tiraban a dos metros, no podían errarle» contó Aldo Flores a lavaca.
Mensajes de texto
La policía intentó aislar a los integrantes de la asamblea que estaban en el corte, que por mensajes de texto alertaron a sus vecinos, lo cual provocó una automática salida de la gente a la calle en el centro de Andalgalá. El alerta sobre este tipo de situaciones rige desde diciembre, cuando se resolvió resistir la instalación de Agua Rica, minera de oro, cobre y molibdeno que triplicará en envergadura y efectos a Bajo Alumbrera, que viene trabajando en la zona con múltiples denuncias por la contaminación que llega además a otras provincias, además del brutal consumo de agua dulce que pone en riesgo la zona del Aconquija (los datos de la propia empresa indican 66.000 litros de agua diarios, aunque los expertos consigan diez veces más por el tipo de trabajo que implica la minería a cielo abierto).
Los andalgalenses no rechazan la minería por desconocimiento, sino por verla de cerca. «No sólo la contaminación y las enfermedades de cantidad de personas, sino que además no generan trabajo, ni riqueza. Catamarca sigue igual o más pobre, y Andalgalá es el lugar de mayor desocupación de la provincia» explicó a lavaca Urbano Cardozo, acerca de las curiosas teorías sobre el progreso que implica la minería. El propio intendente Perea reconoció que no más de 40 andalgalenses (sobre 20.000 habitantes) trabajan en la mina.
Paralización de Agua Rica
Raúl Guillermo Cerda, juez Electoral y de Minas de Catamarca, ordenó paralizar las trabajos en la mina de Agua Rica, como resultado de los incidentes registrados en Andalgalá. Fundamentó la decisión, que rige hasta nuevo aviso, en la necesidad de «pacificar» a la comunidad. La empresa fue notificada.
«Lo que vivimos ayer todos los ciudadanos catamarqueños, de lo que sucedió en Andalgala, ameritaba que se tome una medida de este tipo, porque lo fundamental es preservar la paz social, la salud y la seguridad de las personas» indicó Cerda. La asamblea El Algarrobo, que integra la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) mantuvo el corte en todo momento, que abarca sólo a los vehículos y maquinarias. «Y después de todo el desastre que hicieron, la oruga que habían hecho subir, la bajaron» consignó don Urbano Cardozo.
Caiga quien caiga
Una semana atrás, el intendente José Perea había encabezado una marcha pro minera, con algunos cientos de empleados públicos. Luego lanzó lo que fue tomado como una amenaza: «El 25 de febrero, caiga quien caiga, las máquinas van a llegar al yacimiento». La respuesta fue una movilización que reunió a más de 4.000 andalgalenses en contra de la minería.
El viernes 12 la fiscal local Marta Graciela Nieva fue hasta la zona del corte planteando que levantaran el bloqueo, cosa que por supuesto no obedecieron, ni tenían por qué. El juez Rodolfo Cecenarro ordenó liberar la zona y la fiscal fue acompañada por grupos de la policía local y provincial. Allí comenzaron los enfrentamientos que expresan la situación de violencia de las autoridades -hasta ahora contenida- que se vive en el lugar. Y que provocaron la reacción en las calles céntricas de Andalgalá.
Los Andes canadienses
La minera pertenece a Yamana Gold, empresa que se presenta en su página de Internet bajo el lema «Intelligent Mining» (minería inteligente). Yamana con el estereotipo de ser canadiense (como Barrick Gold) nacionalidad que les permite a estos emprendimientos facilidades y ocultamientos que no obtendrían siquiera en los Estados Unidos. Un reciente «cruce de Los Andes» pro minero promovido en San Juan por el gobernador José Gioja, se realizó portando las banderas argentina, chilena y canadiense, notable hallazgo geográfico en esa zona donde Barrick lleva adelante los proyectos Veladero, y el binacional de Pascua Lama, que amenazan con la destrucción de los glaciares, cuya ley de protección fue vetada por la Presidenta Cristina Kirchner.
Los medios y los fantasmas
Al silencio y las complicidades políticas se agregan los medios. «Siempre nos ningunearon y silenciaron» relata Aldo Flores. «Pero nosotros vamos a seguir igual, porque lo que está en riesgo es el planeta». Urbano Cardozo Cree que en algún sentido las cosas recién empiezan, y que habrá futuras órdenes de desalojo del corte (que se ubican en el campo de uno de los integrantes de la asamblea El Algarrobo). Para que se tenga una idea de los alcances de la voracidad minera, el proyecto Pilciao 16, de diciembre de 2005, habilita la exploración del subsuelo de la propia Andalgalá y «en caso de llegar a una Explotación, deberá contemplar la Indemminzación correspondiente y el mayor interés público del Estado para la prioridad del Desarrollo». O sea, una prioridad del Estado (y del Mercado, para seguir con las mayúsculas) por sobre las comunidades que lo que están reclamando es ser consideradas y consultadas, para determinar si otorgan o no licencia social a estos proyectos.
«Pero no queremos que se haga Agua Rica, ni que sigan con Pilciao 16, ni ninguno de estos proyectos» dice don Urbano, al que no se le conocen antecedentes hippies alguno. «Sí o sí vamos a seguir. No vamos a convertirnos en un pueblo fantasma».
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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