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El juez a cargo de la reforma del Código Penal responde todo: aborto, protesta social y Poder Judicial

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Mariano Borinsky es el juez designado por el gobierno para dirigir un equipo de 12 personas a cargo de elaborar una propuesta de reforma del Código Penal. El 28 de mayo del 2018 le entregó al presidente Mauricio Macri el proyecto final que estas semanas comenzó a debatirse en el Congreso. Borinsky recibió a lavaca en su despacho por segunda vez y respondió todo: qué significan los delitos a la “persona por nacer”, cómo quedaría la situación legal del aborto, la puerta abierta a la discrecionalidad de los jueces, las nuevas figuras sobre protesta social y la perspectiva contra la violencia machista, que llegó tarde. Una entrevista completa sobre un Código que, pese a su avance silencioso, nos cambia la vida.
En el despacho del juez de Casación Penal Mariano Borinsky suena Coldplay y Vicentico. El parlante está sobre el escritorio y alrededor hay muchas fotos familiares, algunos libros, una taza de Yale, foto de la Universidad de Cambridge y diploma de la Universidad de Tel Aviv. Al despacho del primer piso de Comodoro Py lo completan dos sillones y una pequeña mesa, y en la pared un cuadro que le regaló el Papa. Ah: y muchos trofeos y medallas.
El juez juega tenis, futbol y paddle, corre maratones de 40 kilómetros y -cuenta- cada tanto junto a sus hijas e hijo practica sky alpino y sky acuático. “Hice siempre deporte, es mi esencia”, dice a lavaca mientras preguntamos si es más riesgoso el deporte que practica o el Poder Judicial que integra desde hace años: hace ocho está en Casación Penal, donde calcula que firmó 20.000 sentencias. Mariano Borinsky no duda: “Ni hablar: el Poder Judicial. Uno es el físico; el otro, te quema la mente”.
Al alcance de estirar la mano izquierda tiene el proyecto del Código Penal que redactó la Comisión para la Reforma del Código Penal de la Nación –creada por el Ejecutivo mediante el decreto 103- y que Borinsky presidió.
El 25 de marzo de este año el proyecto se envió al Senado y un día después se asignó como comisión de cabecera a la Comisión de Justicia y Asuntos Penales que, a fines del mes pasado, comenzó a darle tratamiento con la primera de una serie de reuniones informativas que continúan esta semana. “Estoy muy entusiasmado porque se está debatiendo: es un avance”, dice Borinsky.
El juez a cargo de la reforma del Código Penal responde todo: aborto, protesta social y Poder Judicial
¿Fue una sorpresa que se anunciara el comienzo de las reuniones?
Para mí no es una sorpresa porque, más allá de que es un año electoral, el Presidente lo mandó el 25 de marzo. Estamos bastante encima nosotros, los doce de la Comisión: queremos que salga. 
¿Cree que puede llegar al recinto?
Es posible. El Código Penal no tiene plazo de caducidad y veo que hay un interés que trasciende al gobierno. Cuando lo hicimos tuvimos en cuenta el Código de Zaffaroni, el Código Massa, todos los proyectos. Tuvimos una visión amplia, y diálogo con todos los legisladores. Me encanta que estén con interés, aún en discrepancia. Si estamos en un 80% de acuerdo y hay un 20% al que hay que hacerle modificaciones, enhorabuena.
¿Ese es el porcentaje de consenso hoy?
Sí. Hay temas, por ejemplo Lesa Humanidad, en los que ahora estamos todos de acuerdo, pero si vas años para atrás no existía un Código Penal que tuviera un libro de Lesa Humanidad, Genocidio y Desaparición Forzada. Nosotros porque ya nos acostumbramos a que tengamos juicio de lesa: de hecho representan el 30% de los juicios que tenemos en Casación. Pero el marco normativo no es el Código Penal: es el marco internacional y el  de los fallos de la Corte. Y así con tantas cosas sobre las que tampoco hay discusión: delitos económicos, delitos cambiarios, delitos que tienen que ver con la privacidad de las personas: hay muchos temas que aparecen ahora como una oportunidad.
La Comisión redactora ¿cómo va a participar de estos debates informativos?
Tratamos de estar presentes más que nada para estar a disposición. La exposición de motivos es un libro muy grande y tengo en la cabeza todos los fallos; puedo ayudar o colaborar para aclarar porqué algo se puso o no se puso. Tratamos de que haya un miembro presente, sin opinar, pero a disposición. 
En la primera jornada de exposiciones tanto el representante de la Defensoría del Pueblo como el de CORREPI dijeron que las organizaciones no habían sido convocadas a tratar la reforma. ¿Por qué?
Te digo a nivel global: hubo 2.000 propuestas. Y participación a distintos niveles: una plataforma digital que todo el mundo podía hacer llegar lo que quisiera. Se convocaron a las ONG, hubo abogados integrantes de la Comisión del Colegio de Abogados. Si vos me decís de la Defensoría, bueno. Pero no está terminado el debate. Hubo 70 reuniones plenarias que fueron públicas. Si por algún motivo no invitaste a alguien era pública la audiencia: podían venir.
Quizás la pregunta es si estos mecanismos son accesibles o permeables para movimientos que están en la calle, como el movimiento feminista.
Movimiento feminista, a full que sí. Tal vez no en Capital, pero hicimos reuniones en Mendoza, Jujuy y Salta y hubo movimiento feminista.
¿Y jóvenes?
También. Hasta cada uno de nosotros tuvimos nuestros propios planteos de nuestros propios hijos en nuestras propias casas. El día que tratamos el tema del aborto, esa noche tenía a mi hija mayor con el pañuelo verde, a mi hijo con el pañuelo verde, y a la más chiquitita también con el pañuelo verde. Las posiciones del tema aborto las vivimos en vivo y en directo en el debate del Congreso, con lo cual tenemos claro todo lo que se discutió.
En particular sobre aborto hay retrocesos mientras que desde la Comisión redactora plantean que los artículos que se incorporaron son un avance.
Vamos un paso más atrás. Porque con “avance y retroceso” parece que nos metemos en la grieta. Primero, tenemos un techo: lo que sabemos que fue la voluntad legislativa.
Y tenemos un piso: la media sanción.
Un piso y un techo. Pero digo un techo porque la Ley no se aprobó, la legalización del aborto no fue aprobada en Argentina y te lo digo más allá de lo que yo piense sobre el punto. Tenemos dos garantías constitucionales y tenemos dos posiciones que son muy encontradas: libre disposición del cuerpo de la mujer y derecho a la persona por nacer, las dos garantías que se invocan. Si nosotros, más allá de las posiciones de cada uno, nos pusiéramos en alguna de esas dos posiciones, cualquiera sea, fracasamos: el Código Penal no sale. Eso fue lo que pasó con las comisiones anteriores. El aborto fue detonador de proyectos anteriores; incluso yo hablé con Zaffaroni, persona bastante amplia en términos de valoración de los derechos, y me dijo: no pude ni siquiera meter el tema del aborto porque me detonaban el Código. De esas dos posiciones llegamos a una posición que tiene que ver con la filosofía del Código: un Código posible, una posición más intermedia. Después si la aprueba el Congreso, bien; y si le quiere hacer una modificación, buenísimo. Tan buenísimo como que las disidencias que hubo de la posición mayoritaria quedaron en la exposición de motivos. Mandamos el texto mayoritario y la exposición de motivos. Ese texto mayoritario  es un avance respecto la posición que sostenía el Código Penal de 1921 porque, por más que tenga media sanción la legalización del aborto, no es ley. 
En comparación con el de 1921, ¿como está contemplado el riesgo de salud? Parece restrictivo: no contempla la salud en términos integrales.
Eso no es cierto. Te lo voy a decir con otra norma: cuando hablamos de violencia de género en el Código Penal decimos violencia de género en toda su extensión, física, psicológica y económica. Si vos ves la exposición de motivos para fundar que la violencia de género es amplia, tomamos a la Organización Mundial de la Salud. Cuando nosotros analizamos peligro para la salud física y mental no podemos hacer un texto que sea así de largo, lo dice en la exposición de motivos: conforme a la visión amplia de la Organización Mundial de la Salud.
¿O sea que entra entre las causales la salud entendida en términos amplios?
Entra todo. Por eso digo que a veces se genera confusión por falta de comunicación. La exposición de motivos y la descripción obedece al patrón de una visión amplia de salud que incluye la Organización Mundial de la Salud como fundamento normativo convencional que da sustento a esta incorporación que estamos haciendo al Código. Eso me parece un avance. Lo otro tiene que ver con la exención de responsabilidad de pena para la mujer: es un avance, tenía una escala de uno a cuatro y ahora tiene de uno a tres, y la posibilidad del juez de eximir. Me criticaron, lo sé porque lo he leído, que el juez es el que exime de penal. El Código Penal es delitos y penas, sino no es Código Penal: no puede haber un delito sin pena y el único que le puede sacar una pena a un delito es un juez desde el punto de vista constitucional. Si vos le sacás la pena legislativamente entonces es un delito sin pena, entonces no está en el Código Penal, y es lo que el Congreso no aprobó. El único que puede eximir de pena es un juez. Lo que hay que fijar es pautas para reducir esa discrecionalidad. Eso también es un avance: antes no estaba esa posibilidad de eximir de pena.
¿Esa discrecionalidad del juez no es justamente un problema?
Eso puede ser un prejuicio que puede tener vinculación con algún antecedente que probablemente sea cierto. Pero los jueces cambiaron, son por concurso, y aumentó la cantidad de juezas mujeres. Yo te digo que evolucionó mucho pero si vos al juez le fijás pautas claras le estás achicando ese margen de discrecionalidad y estás constituyendo un avance: antes ni siquiera existía esta posibilidad.
¿Las pautas están en el libro de fundamentos?
Están en la norma. Dice: “teniendo en cuenta los motivos que impulsaron a la mujer a cometer el hecho…”. Estas son pautas que debe evaluar un juez. El Código Penal fija delitos, penas y los casos de no aplicar la pena. No es autosuficiente. Si esto llegara a ser aprobado, va a ser completementado con un protocolo.
Estas pautas parecen muy amplias y, por eso, pueden favorecer la arbitrariedad.
No es tan amplio. No es autosuficiente, en eso si te doy la derecha, porque el Código Penal no puede ser autosuficiente, tiene que ser una norma general, abstracta y tiene que perdurar en el tiempo. Fija una pauta que antes no existía y se complementa con un protocolo.
Volviendo al aborto, hay un capítulo de delitos a las “personas por nacer”. ¿Qué significa?
Eso fue mal interpretado, también. Está sujeto a una condición específica, no es que genere la creación de derechos antes, sino que está sujeto a que esa persona nazca con vida y a partir de ahí se la tutela y se la protege.
¿No es entonces derechos del feto?
No: es a una persona que nació. Estamos hablando de las personas que nacieron vivas y que tienen algún menoscabo en su persona física producto de una lesión producida. Entonces la única forma es reconocer que tenía algún status, sino no puede ser computado el hecho y entra en un vacío legal. Yo escribí personalmente, desde mi convicción que hasta la semana 14 puede haber aborto sin causa, pero quedó en la versión en disidencia y no está en esta versión del Código. 
¿Planteó eso en disidencia?
Claro, si me toman esa y me la ponen en el texto mayoritario, buenísimo: para eso la pongo. No se nos va a ir la vida por una norma, sí por aprobar el Código. Y le vamos a dar la letra suficiente para que si quieren subir disidencia a texto, lo puedan hacer.
¿Ya tuvieron capacitación de la Ley Micaela (capacitación obligatoria en género en los 3 poderes del Estado)?
Justo empezaba la semana pasada que yo no estaba y fue Ramón, uno de mis secretarios.
En las primeras sesiones otro tema crítico fue la población carcelaria. Y se planteó que si el Código contempla más figuras penales, apunta a tener más presos. ¿Cómo lo ve? 
Tenés 88.000 presos en la Argentina, creo que son 13.000 del sistema de Servicio Penitenciario Federal, 88.000 tomando cárceles provinciales. El primer problema que tenes es que el 50% está sin condena.
Creo que el número es todavía mayor
Es una barbaridad: 55%, más o menos para ser más precisos. Eso lo solucionás con el Código Procesal Penal. Segundo problema: tipología de los delitos de las personas privadas de su libertad, delitos contra la propiedad, mulas, personas de bajos recursos económicos. Cómo apunta el Código Penal a un equilibrio: buscando un equilibrio de todas las penas del Código, no soslayando que hay un grupo de delitos, corrupción, aduaneros, tributarios, los que denominamos de cuello blanco, status medio alto, que deben estar en equilibrio con los otros delitos porque si no en abstracto vos tenes todo el Código Penal que está dirigido a la clase marginal de la sociedad.
En esa línea, el delito de resistencia a la autoridad tiene un aumento de pena y es algo que se ve en la calle todo el tiempo. Desde las chicas que se estaban besando en Constitución, hasta los periodistas que cubren protesta social.
Distingamos dos cosas: lo que es un delito y lo que es el mal uso de una figura penal.
Bueno: hay un recurrente mal uso de la figura penal.
Eso es otra cosa. No tiene que ver con la norma. El delito apunta a otra cosa: a una persona que por orden judicial lo van a detener, está en un allanamiento y se opone a que lo allanen. La explicación está justificada. Eso es un mal uso de la figura penal.
¿Y qué hacemos con ese mal uso?
Ese es un ejemplo. Yo te digo otro: corte de ruta. Es delito si solo si vos cortaste la calle principal y la alternativa; pero si estás cortando y dejaste una vía alternativa, eso no es delito y eso lo aclaramos. Todo eso que a partir de un Código Penal que lo define con claridad va a lograr un mejor uso de los actores.
En el artículo 192 pasa a ser delito impedir la circulación de transporte público, que era algo que tampoco estaba.
No, no está bien comunicado. Lo que dije: siguiendo la línea de jurisprudencia de la Corte, para impedir un transporte público vos tenés dos garantías sociales en juego: uno es el de la protesta social, el derecho a la petición, y otro es el derecho a la libre circulación. La única forma de compatibilizar ambos derechos es que si vos querés legitimar la protesta social siempre tiene que haber una vía alternativa, porque si vos cortaste todas las arterias estás afectando derechos constitucionales de terceros. Insisto: la protesta social es válida en la medida que exista una vía alternativa para garantizar los derechos constitucionales de los demás.
Resistencia a la autoridad, sube la pena por desobediencia, por los cortes: hay una mirada más punitiva en un contexto de crisis económica, social, y de mucho movimiento en la calle.
No es más punitiva. Lo de resistencia y desobediencia tiene que ver con un contexto de los delitos de funcionarios públicos, en ese marco. Los cortes, insisto, ya lo dije. Lo que estoy tratando es que haya un equilibrio de todos los derechos constitucionales; no nos podemos olvidar de los derechos constitucionales de las personas que hacen la protesta pero tampoco de los derechos constitucionales de los que que van a trabajar, que van a su destino, que quieren llevar a sus hijos al colegio.
¿Qué es lo último que piensa al momento de dar una sentencia?
Pienso muchas cosas. Hay cosas sobre las que uno tiene dudas y consulta, mira los libros, consulta los especialistas… El derecho es la ciencia de las ciencias: tenés que saber de todo y hay cosas que uno no sabe y se tiene que interiorizar. Básicamente tomás en cuenta a la persona que estás condenando, a todas las condiciones vinculadas con esa persona, a la víctima, al fiscal que es el que defiende los intereses de la sociedad y a cómo te lo presentan al caso. Y eso va más allá de lo que yo piense; el buen juez es el que dice: qué me presenta la víctima, qué me presenta el imputado, qué me presenta el fiscal. Por eso muchas veces una sentencia no pega socialmente. Yo pienso en ser lo más minucioso, lo más riguroso en cómo está presentado el caso, cuáles son los derechos afectados, qué dicen los precedentes. A esta altura, llevo ocho años como juez, firmé unas 20.000 sentencias… Lo que no puede hacer un juez es contradecirse sobre todo con su propio precedente. El juez no tiene que ser simpático con la sociedad, no es una función. Sí debe ser claro. En eso discrepo con muchos colegas: si no se entiende, tenés que explicar, tenés que ser claro, tenés que dar la caray hay una tendencia a que no, a estar ahí arriba y no explicar nada. Hay que bancar las situaciones, ese es el trabajo del juez. Nos pagan un buen sueldo.

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4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

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La familia de la joven asesinada en Capilla del Monte volvió a viajar de Buenos Aires a Córdoba para reclamar que se asigne urgentemente un fiscal en la causa y que se investigue su femicidio. Hace 4 años el cuerpo de Cecilia fue encontrado luego de estar 20 días desaparecido; su familia denuncia una trama local que involucra a la última persona que la vio con vida, el ex boxeador Mario Mainardi, jamás investigado, y la complicidad de la justicia de Cruz del Eje, representada por Paula Kelm, que buscó inculpar a un perejil. Gracias a la lucha familiar se logró anular esa línea de investigación, que culminó en un juicio nulo, pero desde entonces no se retomó la instrucción; y pese a que en diciembre se anunció que un nuevo fiscal tomaría la causa, eso no sucedió, y las dilaciones siguen. Crónica de una nueva reunión con promesas y sin hechos, cuando la impunidad se hace cada vez más grande y el reclamo, también: “Verdad y justicia para Cecilia Basaldúa”.

Por Bernardina Rosini

Daniel y Susana, padre y madre de Cecilia Basaldúa ya perdieron la cuenta de las veces que han viajado desde la ciudad de Buenos Aires a Córdoba con el único objetivo de lograr justicia por su hija. Han perdido esa cuenta pero no la cantidad de días que contabiliza la impunidad: 1460, es decir, cuatro años. 

En efecto, hace cuatro años (el 25 de abril de 2020) encontraron el cuerpo de Cecilia Gisela Basaldúa en un codo del Río Calabalumba en Capilla del Monte, luego de veinte días de estar desaparecida. Cuando Daniel y Susana llegaron ayer a los Tribunales en Córdoba Capital, se los ve invadidos por la bronca y el hartazgo. Son cuatro años sin Cecilia y a la par sostienen que las líneas de investigación han sido deliberadamente manipuladas y el material probatorio  de contundencia, ignorado

La última vez que estuvieron parados sobre esa vereda fue el pasado 7 de diciembre, tras reunirse con el Fiscal General Juan Manuel Delgado. Celebraban la noticia: “Tenemos fiscal, vinimos con 3.000 firmas de apoyo pidiendo fiscal y lo tenemos. Es el Nelson Lingua y comienza el 1° de febrero, después de la feria judicial”. Cinco meses después, otra vez viajan 700 kilómetros para golpear la puerta del Palacio de Justicia pues tal designación no sucedió y la causa acumula once meses sin fiscal a cargo de la instrucción.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas
Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia: viajaron desde Buenos Aires para mantener una reunión y reclamar justicia por su hija.

El baile del fiscal

Mientras los Basaldúa llegaban el 25 de abril nuevamente a Córdoba para pararse frente a Tribunales y exigir justicia, fueron notificados que la Fiscal General Adjunta Bettina Croppi los convocaría a una reunión. 

Antes de ingresar al edificio Daniel comparte la situación actual de la causa “Nos vienen diciendo que no designan fiscal porque falta una firma: me cuesta creerlo. No puedo hacer nada más que venir y reclamar. Hasta ahora la única justicia que logramos fue que no metan preso a un inocente”. 

Hoy le cuesta hablar; tiene un nudo en la garganta y el rostro de su hija estampado sobre el pecho. “Sólo espero que esta investigación vaya tras los verdaderos sospechosos, tras Mario Mainardi, última persona que vio a Cecilia con vida, quien tenía pertenencias de ella y las regaló; la policía y la fiscal Paula Kelm contaban con ésta y más información y nunca lo investigaron. No podemos creer que Mainardi, que dijo trabajar en Uber porque no podía acreditar ingresos, tenga más poder que Diego Concha, quien fue durante décadas Director de Defensa Civil de la provincia y sin embargo hoy está preso”. 

Daniel pasa lista de todos los uniformados que participaron del caso y que hoy se encuentran desplazados, procesados o presos por distintas causas: el común denominador es la violencia de género. 

Mientras las abogadas ingresan junto a los padres de Cecilia a la reunión, afuera les esperan periodistas, agrupaciones feministas, trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos y familiares víctimas de violencia institucional. Repiten el colgado de banderas, los carteles con rostros de otras víctimas, y los cantos que se recitan como mantras: “¡¡Queremos fiscal, queremos fiscal, queremos fiscal!!” y “¡¡Justicia, justicia, justicia!!”.

Al salir, Giselle Videla -una de las abogadas de la familia- comparte lo conversado en la reunión: “Para iniciar nos han pedido disculpas puesto que en noviembre nos dieron la seguridad que tendríamos fiscal apenas finalizada la feria judicial. Como hoy no hay fiscal, y están subrogando fiscales de otros territorios que toman la causa por un plazo corto de tiempo, el avance es mínimo. Nos informaron en relación a esta situación que la designación de Nelson Lingua espera la firma del gobernador, Martín Llaryora. Ahora bien, nos enteramos que será designado como Fiscal reemplazante, y no como Fiscal titular puesto que Lingua no ha rendido el concurso que lo habilita para ese cargo; debe rendirlo ahora y recién en julio- agosto podremos saber si será finalmente el fiscal titular de la causa”. 

Para que se entienda: desde que el tribunal absolviera a Lucas Bustos en julio del 2022 reconociendo su inocencia y su no vinculación al crimen, y ordenara una nueva instrucción para dar con los responsables del femicidio, la causa demoró meses en ser asignada a un fiscal. Luego recaería en el Dr Raymundo Barrera de Cruz del Eje, fiscal que, hábil con el calendario, entre feria judicial y licencias llegó a junio del 2023, mes en el que se jubiló. 

Por la presión de la familia Basaldúa, en diciembre el mismísimo Fiscal General anunció la designación del Lingua el 3 de febrero; eso no sucedió y no hay certeza de que Lingua resulte el fiscal que definitivamente dirigirá la instrucción, puesto que no cumple con los requisitos.

4 años sin Cecilia Basaldúa, sin fiscal y sin respuestas

Preguntas sin respuesta

Es mediodía y el cielo se refleja en las ventanas del edificio neoclásico de la calle Caseros; da la impresión que adentro estuviera vacío, que sólo es una fachada. “Hoy, 25 de abril se cumplen cuatro años de la aparición del cuerpo sin vida de Cecilia Gisela Basaldúa” lee Susana de la pantalla de su celular; ella también lleva una remera con el rostro sonriente de su hija. Sigue:

Cuatro años de impunidad y de violencia sistemática por parte del Poder Judicial a quienes pedimos y exigimos justicia por ella. La causa volvió a foja cero en el 2022 luego de pasar por un juicio vergonzoso.

El tiempo pasa y los asesinos de Cecilia siguen libres e impunes. No tenemos fiscal ni respuestas” y continúa “¿Cómo vamos a llegar a la verdad? ¿Qué fue lo que pasó con Cecilia? ¿Por qué tardó tanto en aparecer? ¿Dónde está Mario Mainardi? ¿Por qué la fiscal Paula Kelm ordenó tan rápidamente detener a un joven sin tener pruebas? Todas estas preguntas nos conducen una y otra vez a un círculo cerrado de impunidad entre funcionarios judiciales que se jactan en demostrar un abuso de poder constante”. 

La carta leída en la vereda, casi sobre la calle, concentra todas las preguntas que la investigación del femicidio debiera responder. 

Y la carta también cierra como se espera que cierre la investigación: “Verdad y Justicia para Cecilia Basaldúa”.

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La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Séptima entrega del registro colaborativo de la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, realizada por la fotógrafa de lavaca Lina Etchesuri.

Toda la producción será entregada a ambas organizaciones de Madres y al Archivo Histórico Nacional. Invitamos a quienes tengan registros de las rondas realizadas estos 40 años a que los envíen por mail a [email protected] para sumarlos a estos archivos. Esta iniciativa es totalmente autogestiva.

Ese jueves hacía 38 grados de calor pero parecían 43. El calor quemaba y picaba.

Faltaba el aire, el que había estaba caliente y la humedad pegoteaba.

El día que acompañé a la Ronda haciendo fotos para este proyecto, fui descubriendo imágenes a medida que los pasos y las sillas de ruedas daban vuelta como siempre, hace 2392 jueves.
La ronda siempre me emociona. Mucho. Las miro a las madres y veo proyectada las fotos de sus hijxs en su mirada, hacia delante, repitiendo Presente como un mantra de presencia y resistencia. Lxs veo a ellxs en imagen, mirando de frente en su juventud detenida. Veía a Elia, que ronda en silla de ruedas, con la foto de su hijo Hugo Meidan, desaparecido el 18 de febrero de 1977, hace 47 años, y pensaba si ese día hizo tanto calor, si la luz tenía esta misma inclemencia.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

En las rondas transcurre un tiempo extraño, persistente y atemporal. Las hermanas abrazan las fotos de sus desaparecidxs, gritan sus nombres con contundencia, caminan junto a las madres, junto a nosotrxs.

Transforman el tiempo y la imagen en un futuro posible.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Sobre Lina

Soy Lina Etchesuri. Fotógrafa, editora y docente

Soy parte de la cooperativa Lavaca desde hace más de 12 años donde hago todo lo que me describe y más. Me hace sentir muy orgullosa y feliz.

Estudié con Filiberto Muganini en el Rojas durante los 90s. Hice la carrera de fotógrafa en la Escuela de foto y artes visuales de Avellaneda, durante el 2001 y los años siguientes. 

Me seguí formando en talleres visuales con mi querida Julieta Escardó y muchxs más.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

Viajé haciendo fotos durante algunos años: conocí al subcomandante Marcos y le saqué una foto en la que se está riendo. Estuve en Cisjordania, Palestina, durante 3 meses, viviendo retratando la vida bajo la ocupación. 

Junto con algunas personas y amigxs fundamos MAFIA en 2012, un colectivo de fotógrafxs que sigue hasta hoy.

Coordino talleres de foto e imagen.

Soy mamá de Fermin.

Y me encanta hacer todo lo que hago.

La imagen proyectada: La Ronda en la mirada de Lina Etchesuri

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Un abrazo contra la motosierra

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Sin presupuesto actualizado (“cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2” informa el rector de la UBA) las universidades y los hospitales en “modo ahorro” deben cortar la luz, los ascensores, reducen cirugías, no tienen insumos. La imagen del Clínicas, uno de los más importantes del país: “Los pacientes se están quedando sin comida”. Hoy una gran concentración frente a ese hospital escuela simbolizó un abrazo en defensa de la salud y la educación pública, mientras el gobierno nacional juega a pelearse con las prepagas, y el de la Ciudad a subvencionar a quienes mandan a sus hijxs a colegios privados. ¿Qué pasa con lo público? ¿Cuándo comenzó el desastre? Distintas voces (directores de hospitales, rectores de universidades, trabajadorxs) relatan la realidad y los datos motosierra; la organización como única salida; y el canto “la UBA no se vende”, mientras la realidad, o los números, parecen indicar otra cosa.

Por Francisco Pandolfi

Un abrazo contra la motosierra

“Se defiende, la UBA se defiende”, fue uno de los hits / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Clarisa y Caetana acaban de salir de cursar dermatología. Clarisa tiene 24 años y lleva puesto un ambo azul marino. Caetana, de 23, uno verde oscuro. Son alumnas desde hace seis años de la Facultad de Medicina y hace tres caminan por los pasillos del Hospital de Clínicas, ya en la etapa de las prácticas. “Hace un rato terminamos una clase en la que no teníamos vendas”, dice Clarisa. Su compañera agrega: “El otro día, en un práctico, nos faltaba vaselina para curar las úlceras; sí, vaselina, probablemente el producto más básico y barato que se necesita”.

Alrededor de ellas hay una multitud, con ansias de visibilizar la gravedad de la situación.

Clarisa, Caetana y la marea contra el ajuste / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“Estamos funcionando al 30%”, comparte Marta, médica desde hace 38 años en el Clínicas.

“Los pacientes se están quedando sin comida”, cuenta Susana, auditora. 

“Soy empleado de limpieza del hospital, monotributista, trabajo cinco días por semana, siete horas por día y mi sueldo no supera los 150 mil pesos”, confiesa Diego Ruiz.

“Ya debimos reducir las cirugías y no atender a algunos pacientes”, expresa Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas.

“Estamos económicamente por debajo de un 80% sobre el presupuesto que deberíamos tener. Cada 10 pesos del año pasado, hoy tenemos 2”, precisa Ricardo Gelpi, rector de la Universidad de Buenos Aires.

Un abrazo contra la motosierra

Susana Dionisio, y la esperanza que genera el juntarse / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tiempos de abrazos

“La biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestro ejército”.

José de San Martín.

Al libertador de la patria se lo homenajea con su nombre en calles y avenidas; clubes deportivos, teatros y centros culturales; plazas y parques; hospitales y universidades.

Y también en un hospital-escuela: el Hospital de Clínicas José de San Martín, dependiente de la Universidad de Buenos Aires y dedicado a tres ejes clave para el desarrollo de cualquier sociedad: la asistencia, la docencia y la investigación.

Son tiempos de clases abiertas; de paros y movilizaciones; de una marcha nacional universitaria a realizarse el próximo martes 23 de abril. Son tiempos de contar en cuántos meses y en cuántos días las universidades se quedarían sin presupuesto hasta cerrar sus puertas.

Son tiempos de abrazos.

Uno de ellos se forma con un montón de brazos, este jueves por la mañana, en la puerta del Hospital de Clínicas. Médicos, docentes y no docentes, estudiantes, le brindan un espaldarazo simbólico al Hospital de Clínicas, ubicado en el límite de los barrios porteños de Recoleta y Balvanera. Sobre la Avenida Córdoba, miles de personas se reúnen en la puerta principal para reclamar por el recorte presupuestario en todas las universidades del país, y en particular de las universidades escuelas.

Hay equipo en el Hospital de Clínicas /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Los cuerpos aplauden. Están vestidos con guardapolvo blanco; con ambos celestes y azules; con chaquetas bordós y verdes. De fondo, un telón negro enorme sirve de súplica para estos momentos. Es un ruego a la sociedad toda; y una exigencia, también, puertas adentro: “Defendamos la UBA”. Delante de la banderota se sostienen grandes letras blancas, hechas con cartulina, a mano, a pulmón, a necesidad de que el reclamo se vea un poco más. “La salud se defiende”, se lee, mientras se canta al unísono: “No se vende, la patria no se vende”. Minutos después, se cambia sólo una palabra: “No se vende, la UBA no se vende”.

Pero la realidad no parece indicar lo mismo. 

Problemas de fondos

Luego del abrazo, se rodea al hospital y en otra de las puertas de la institución, sobre la calle Paraguay, se lleva a cabo una conferencia de prensa. Marcelo Melo, el director del Hospital de Clínicas, va al hueso: “Ya tuvimos que optimizar los recursos, que son insuficientes; no podemos comprar insumos, ni hacer transferencias porque no hay licitaciones de presupuesto que avalen las compras. Mientras, tenemos un montón de pacientes internados”. Sigue: “Es muy difícil no usar la luz en un hospital; no usar los ascensores cuando los pacientes necesitan usarlo… Lo mismo pasa con la calefacción. El año pasado estábamos orgullosos de haber comprado y cambiado la caldera, y este año no sabemos si va a funcionar, porque el modo de ahorro va a estar en el gas, en la luz, en todo”.

Le cambia la cara. Se tensa, aún más. “Poner a un hospital en modo ahorro es una agresión al médico. Es muy difícil mi lugar, el tener que decirle a mis colegas si pueden atender o no a alguien. No estamos haciendo una buena medicina con estas cosas”.

Un abrazo contra la motosierra

Marcelo Melo y Ricardo Gelpi en conferencia de prensa /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

A su lado está el rector de la UBA, Ricardo Gelpi, acompañado por el Secretario de Hacienda Matías Ruiz. Juntos, definen lo terrible: “La UBA tiene dos partes principales en las que se divide el presupuesto. Una es la salarial, que consume entre el 85% y el 90%; y después está el gasto de funcionamiento, que consume entre el 10 y el 15%”. Desmenuzan: “En lo salarial hubo un recorte en términos reales ajustado por inflación del 35%, lo que significa que si en noviembre un docente o un trabajador cobraba 100 pesos, hoy cobra 65”. 

Sobre los gastos para el funcionamiento: “Lo dividimos en salud y en educación. En educación este año las partidas arrancaron congeladas al presupuesto del año 2023; hubo una actualización parcial del 70% desde marzo; pero en términos interanuales eso significa un 58% de actualización, comparado con una inflación de casi un 300% interanual. Por el lado de la salud, empezamos el año sin presupuesto, ya que la partida devengada del año 2023 no había sido asignada hasta esta semana”.

Tomar la calle en defensa propia / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Peligro de cierre

¿La partida ya firmada –pero aún no depositada–, es un remedio? “No, para los hospitales universitarios será de la misma magnitud nominal del año pasado. O sea, no es una actualización, ni un incremento”. Subraya el rector: “Estas partidas no están ajustadas por inflación, lo que significa que sólo podrán estirar un tiempo esta situación, pero estamos lejos de estar conformes. Si se mantiene esa partida, podremos funcionar como venimos dos o tres meses más. Y después, así las cosas, la UBA cierra, porque si no hay plata, no hay plata”.

El Secretario de Hacienda suma un dato, que agudiza el cuadro: “El pago de la energía eléctrica en el último año se multiplicó por siete. Y si comparamos con febrero de este año, sólo los últimos dos meses, se multiplicó por cuatro”. Y ejemplifica con una cuenta que no cierra: “El crecimiento del gasto, sumado a las partidas congeladas, hace que crezca más rápido el gasto que tenemos la universidades y empeorando cada vez más el funcionamiento”. 

Un abrazo contra la motosierra

La educación, la salud y la ciencia, en juego; en venta / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

“El mal funcionamiento es de hace años”

La falta de recursos no empezó en la era Milei. Marta, médica desde hace 38 abriles, describe: “El mal funcionamiento viene de años, como consecuencia de malas administraciones anteriores. Y ahora, este recorte presupuestario es el tiro de gracia”. ¿En qué se venía mal? “De 12 quirófanos funcionan 5 y hay numerosas salas cerradas; cada vez se va achicando más la estructura, deteriorando y no hay presupuesto para mantenerlo”. 

Clarisa, alumna, añade: “El edificio tiene un montón de falencias, es muchísima la cantidad de arreglos que harían falta y esto viene desde hace años. Con este recorte, el único futuro que veo es que se caigan las paredes… Me da mucho miedo e impotencia”.

Florencia trabaja hace 10 años y el amor que siente por la entidad viene de familia: “Mi mamá trabajó ahí; mis dos hijos fueron a ese jardín; le salvaron la vida dos veces a mi mejor amiga; curaron a mi papá, a mi abuela”.

Admite que el hospital “siempre tuvo pocos recursos; siempre hubo carencia de insumos”. Profundiza: “La situación no viene bien hace mucho; las personas que deben hacer el presupuesto no valoran la calidad humana ni la cantidad de atenciones que se realizan por día. El hospital siempre tuvo lo básico, y en muchas oportunidades debimos conseguir insumos por fuera, siempre tardó en llegar el material que se necesitaba”.

Carteles, ruido, sonrisas: estrategias contra el recorte / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Orgullo nacional 

El Hospital de Clínicas es considerado uno de los hospitales más importantes de la Argentina y de América Latina. Se fundó en 1881 y allí se realizaron varios procedimientos por primera vez. Algunos hitos que nacieron entre sus paredes que hoy yacen descascaradas: la aplicación de la insulina, el cateterismo cardíaco, las residencias médicas, las punciones de riñón, las operaciones filmadas. Dice la médica y hoy auditora Susana Dionisio: “En este hospital se formaron la mayor parte de los médicos de renombre que hay en toda la medicina prepaga”. Suma otro caso testigo: “Hay que acordarse de acontecimientos como el de la AMIA, cuando sucedió el atentado este hospital recibió a la mayoría de los heridos, y fue gracias a este hospital que se salvó a muchísima gente. Entonces, podés hacer un comité de crisis, pero si al mismo tiempo desfinanciás a la educación, está muy mal. El presidente se merece un juicio político y la oposición tiene que pararse y ser una oposición real, sino perdemos la democracia”.

Marta Cora Eliseht es médica de obstetricia del hospital de Clínicas y docente de la Facultad de Medicina. “El Clínicas es fundamental, un orgullo nacional; no sólo cumple funciones asistenciales, sino también de docencia en áreas de pregrado y postgrado; esta es la sede de infinidad de carreras. Somos especialistas en obstetricia y atendemos muchos embarazos de alto riesgo, casos que no se atienden en otros lados”. 

Un abrazo contra la motosierra

Marta es médica en el Clínicas desde hace 38 años /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

En el hospital trabajan más de 3.200 empleados y se atienden alrededor de 365 mil personas al año. En lo educacional, cursan por año cerca de 1500 alumnos. “Hay cinco cátedras y estudiamos 300 personas promedio en cada una. Este es el hospital escuela más grande del país”, explican Clarisa y Caetana, estudiantes de medicina. 

Las palabras de Sofía, que integra la comisión interna, laten: “El hospital-escuela literalmente es el corazón de la UBA, donde se retroalimenta la ciencia, la investigación, la educación, pero sobre todas las cosas la salud pública, con todo lo que conlleva ese concepto de gratuidad e inclusión. Queremos seguir brindando la atención de calidad a los y las pacientes, pero sobre todas las cosas contar con un financiamiento que nos permita que nuestra casa, como así consideramos al hospital, siga funcionando. No queremos tener el privilegio de pisar la UBA, sino el derecho de seguir en ella”.

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Una que pedimos (casi) todxs /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Un dolor inenarrable

El hit se vuelve a cambiar: “Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode se jode”, se vocifera con angustia y con firmeza, en un clamor popular que hiela la sangre. Las y los laburantes le dan magnitud al problema. La obstetra Marta Cora Eliseht dice: “En el sector no tenemos espéculos, vidrios para hacer papanicolaou, guantes, gasas, algodón, lo básico. Los profesionales de la salud estamos intentando conseguir donaciones de entidades privadas para suplir las faltas”. Sintetiza: “Estamos sufriendo un ataque artero a la universidad pública”.

Susana Dionisio es médica desde hace 49 años. Quince los trabajó en el Clínicas, donde ahora es auditora. “Sentimos un dolor que no se puede narrar. Los pacientes se están quedando sin comida y solidariamente se intenta ayudar entre sindicatos, médicos y administrativos, pero los insumos médicos no los podemos comprar. Ya se está cortando la luz a cierta hora, no se puede creer”. 

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La potencia de Elsa Carrizo, la potencia de lo colectivo /Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Elsa Carrizo es delegada general de la comisión interna del Hospital de Clínicas. Tiene puesto un guardapolvo blanco, que lleva el logo de la institución. Se lee: “Fundado en 1881”. Dice: “Trabajamos con obras sociales, pero es impresionante la cantidad de gente sin obra social que viene, alcanza con ver las colas que se forman a la mañana. Ya no tenemos insumos ni para el mantenimiento, ¿con qué vamos a limpiar? Hay un combo de muchísimas necesidades en el hospital”.

“Últimamente no nos estuvieron entregando secadores”, detalla Diego Ruiz, empleado de maestranza. Cobra menos de 150 mil pesos por mes y sólo el monotributo para facturar (no está en planta permanente) le cuesta alrededor de 18 mil. “Estamos en una situación de mierda, personalmente para mí es imposible llegar a fin de mes”.

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Diego cobra menos de $150 mil por mes. Y no es una joda / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

Tomás trabaja en el área de personal hace 5 años y es delegado de la comisión interna. “No hay paritarias y los sueldos quedan muy bajos. Tenemos poco más de 300 contratos que salen del bolsillo del hospital y son los que más corren peligro. Estamos hace un par de meses sin aumento y no hay respuesta del gobierno ni comunicación. Estamos estancados, no da para más”.

Carolina Nadal es empleada desde hace 30 años. Hoy es la jefa del departamento de Trabajo Social. “El presupuesto que se está ejecutando es el del año pasado y esto es inviable en términos de sostenimiento, de todo lo que se necesita para que funcione el hospital de manera integral. El gobierno va a tener que responder de una manera diferente a la que está respondiendo ahora. Siento mucha bronca e indignación, pero al mismo tiempo tengo la esperanza de que en las calles, con la resistencia, haya otro desenlace que no sea cerrar las puertas”.

“Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla”.

José de San Martín.

Clases abiertas, presupuestos cerrados / Fotos: Lina Etchesuri para Lavaca

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