Nota
Vaca Muerta, mapuches y la consulta sobre el gasoducto: los looks de otra avant premiere del racismo

En la próxima MU publicaremos la nota “Modo mapuche”. Aquí compartimos un anticipo a partir de las repercusiones del acuerdo entre el gobierno neuquino y la comunidad mapuche sobre el cumplimiento de las constituciones nacional y provincial para la consulta previa, libre e informada a los pueblos indígenas ante proyectos que puedan afectar a sus familias y territorios. Tal el caso de Vaca Muerta y la construcción del gasoducto Kirchner, entre otros. Infobae, Pichetto, y otras curiosidades del súper lunes.

La noticia aparece en medio de otras sobre “el rating del súper lunes con la final de El Hotel de los Famosos y el debut de Marcelo Tinelli” o –en plan más político– “Los looks de la avant premiere de Santa Evita”.
El título: «Polémico acuerdo entre Neuquén y los mapuches amenaza las inversiones en Vaca Muerta».
El primer párrafo de la nota explica:
“Mientras avanza a paso redoblado el inicio de las obras del Gasoducto Néstor Kirchner, el gobierno de Neuquén, a cargo de Omar Gutiérrez, les propuso a caciques y líderes de grupos autoproclamados mapuches un polémico acuerdo que podría amenazar el desarrollo y las inversiones en el gigantesco yacimiento de Vaca Muerta. Es que el “Protocolo de Consulta Previa, Libre e Informada” (CLPI) que presentó el mandatario patagónico en la capital de esa provincia le da a los referentes de esas comunidades intervención y capacidad de veto en ese proyecto, el más importante y estratégico tanto para el sector petrolero como para la estabilidad macroeconómica de la Argentina”.
En una foto aparece Jorge Nahuel, logko (autoridad política) presentado como “hombre fuerte y jefe de la autodenominada Confederación Mapuche de Neuquén” dándose la mano con el gobernador Gutiérrez. (Siguiendo la propia lógica discursiva del artículo podría plantearse que el autodenominado Infobae es un portal que se autoproclama informativo, al igual que sus autopercibidos empleados periodísticos).
La nota explica que este lunes 25 de julio el gobierno de Neuquén se reunió con la Confederación para iniciar un proceso que se respalda en la Constitución Nacional, la provincial, leyes locales y leyes internacionales asumidas por la Argentina. Lo que establece ese cuerpo legal es que toda acción que el Estado o corporaciones intenten realizar en territorios históricamente ocupados por comunidades de pueblos indígenas, debe contar con un proceso de consulta previa, libre e informada que permita que la comunidad involucrada decida si acepta o no dicha acción y, según el caso, que acuerde los modos y condiciones para llevarla a cabo.

No se trata de una ocurrencia del señor Gutiérrez (integrante del Movimiento Popular Neuquino), sino el producto de un largo proceso de luchas, debates y avances jurídicos a nivel internacional y local en las últimas décadas, que establece los mecanismos de participación y consulta en el caso de los pueblos indígenas ante proyectos que involucren esos territorios. Una segunda nota en el mismo portal, luego relegada, llevaba este título: “Duras críticas al acuerdo para Vaca Muerta: “Es ponerse de rodillas ante la extorsión mapuche””. Las duras críticas promueven declaraciones de dos personas calificadas como “peronista republicano” en un caso y “radical” en el otro, llamadas Miguel Pichetto y Pablo Cervi.
Pichetto, que ejerce como Auditor General de la Nación, y fue candidato a vice de Mauricio Macri, reclamó hace poco vía Twitter: “Hay que tener mayor presencia militar en la Patagonia. Es increíble la ligereza con la que se toma el tema mapuche”. También declaró que el reclamo mapuche “es el primer factor separatista que aparece en la Argentina”. Dijo que los mapuche se basan un manual ejercicio operativo que “está tomado de las FARC colombiana”, y que promueve actos insurreccionales “algunos de características terroristas”.
El acto público del gobierno neuquino con la Confederación Mapuche tuvo lugar de manera no tan ominosa, en la Ciudad Deportiva.

Modo mapuche
En la próxima edición de MU, la número 172 que saldrá a la calle esta semana, publicaremos la intervención de Jorge Nahuel (Nawel, como prefiere escribirlo) en el Diplomado Andrés Carrasco en Periodismo y Comunicación Ambiental de lavaca. Allí habló entre muchas otras cosas sobre:
- El odio y la segregación racial.
- Quiénes son los que en realidad atacan y quiénes defienden la Constitución y las leyes.
- El patriarcado en el pueblo mapuche.
- La contaminación no solo territorial sino también social que generó el fracking en Neuquén.
- El tema narco, el juego y la prostitución en Vaca Muerta.
- La falsedad de la idea de “progreso” en Añelo, epicentro de la extracción hidrocarburífera de Vaca Muerta.
- La RAM, su verdadero significado como forma mediática de justificar el odio a los mapuches.
- La cosmovisión y la práctica mapuche con relación a la vida y el futuro.
- La posición como ciudadanos que asumen los mapuche ante el Estado Argentino, la desmentida a la teoría de que quieren hacer un “Estado aparte”. La mirada sobre funcionarios y políticos.
Explicó además el reconocimiento que ha hecho la propia Corte Suprema sobre la posesión a la tierra, como tema previo a la propiedad de la misma. (Y conviene aclarar que tanto al hablar de posesión como de propiedad, los pueblos indígenas no se refieren a espacios en los que desarrollar proyectos extractivos ni inmobiliarios, sino a una propiedad comunitaria de la tierra que les permita vivir y producir en ella).
Sobre el tema específico de Vaca Muerta y la consulta previa, libre e informada, anticipamos algunos fragmentos de lo que explica Jorge Nawel en dicha nota cuya versión completa podrá leerse en la versión en papel y en la digitalizada de MU:
Sobre las acusaciones a la comunidad, y el acuerdo.
- “Nos han acusado de terrorismo, asociación ilícita, violencia, usurpación, pero no hay causa que no hayamos ganado. La última fue este año. La Corte Suprema obliga al Estado a realizar la consulta previa, libre e informada para decidir sobre la ampliación de un ejido urbano. El propio gobernador (Omar Gutiérrez) nos convocó para articular de aquí en más que el Estado respete formalmente el derecho mapuche a ser consultado ante cualquier proyecto que quiera hacerse en territorios indígenas”.
Sobre el panorama en Vaca Muerta.
- “Tenemos un modelo extractivista a full, que se vende como la gran solución de todos los males económicos del país. Vaca Muerta no es una explotación, es una hiperexplotación. El marco jurídico que hemos ganado con mucha lucha, en la Constitución Nacional, en los fallos de la Corte Suprema, en convenios internacionales como el 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), o los fallos de la Corte Interamericana, van quedando como letra muerta al lado de la impunidad de las petroleras para imponer su voluntad. Al decir petroleras englobo también al Estado, la justicia, y al poder mediático. Son enemigos muy poderosos, pero lo peor que podemos hacer es resignarnos a eso. Tenemos que tratar de movilizar a toda la sociedad porque muchos creen que la contaminación petrolera es un problema de los mapuches pero se va entendiendo que no, que el planeta Tierra es un cuerpo que, al afectar cualquier zona, queda afectado en conjunto. Pero estamos muy esperanzados porque se suman cada vez más gente y movimientos para decirle no a semejante nivel de irracionalidad que tiene el fracking. Si vos prendés la televisión lo único que dicen es que construyan de una vez el gran gasoducto, para que aumente la exportación y tener dólares. Es una fiebre energética donde todo depende exclusivamente de esta región, de Vaca Muerta”.

Sobre el reclamo de la comunidad, el racismo, la ley, y la acusación de “usurpación”.
- “Que se respeten las leyes nacionales e internacionales, y las constituciones tanto nacional como provincial. Nos atacan medios que son racistas, discriminadores, que promueven el odio hacia lo mapuche, pero lo que reclamamos son derechos que nos costó mucho instalar, por ejemplo en la actual Constitución Nacional de 1994, cuando hubo una enorme movilización de todos los pueblos de la Argentina en el marco de la Constituyente. Allí se reconoció por primera vez la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas con respecto al Estado Argentino y la posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupamos. También figura en la Constitución de Neuquén. Son derechos que no nos regaló nadie y queremos hacer valer”. (Conviene señalar en este caso esa enorme movilización, y el rol que Nawel siempre rescata del ENDEPA –Equipo Nacional de Pastoral Aborigen– para que la Constitución de 1994 haya incorporado esos conceptos. La Constitución de 1853, vigente entonces, solo planteaba con respecto a los pueblos originarios: “Proveer a la seguridad de las fronteras; conservar el trato pacífico con los indios, y promover la conversión de ellos al catolicismo”).
Sobre la acusación a los mapuches como “usurpadores”.
- “No se pueden planificar acciones que afecten territorios indígenas sin aplicar el derecho a la consulta previa, libre e informada a la comunidad, que figura además en la Ley 24071. Nos quieren expulsar pero tenemos el derecho constitucional a la posesión de nuestra tierra. No tenemos la propiedad porque el Estado se encargó de no dar esa seguridad a nuestras comunidades, pese a que siempre vivimos en estos espacios y somos preexistentes al propio Estado. No somos usurpadores, es al revés, usurpadores pueden ser los que llegaron por concesiones petrolíferas o títulos fraudulentos. Cuando una derecha perversa habla de que nos queremos apropiar de los bienes del país no dicen que esos bienes ya están apropiados, porque los grandes terratenientes son capitales extranjeros. Mientras tanto la población se va hacinando en barrios de las periferias urbanas que son una vergüenza. Decir que actuamos al margen de la ley o que no respetamos las instituciones es parte de una farsa que se crea para generar criminalización y odio racial”.
¿Cómo funcionará la consulta previa, libre e informada?
- Lo primero es que la consulta implica que el Estado ya no planifica por sí mismo sino consensuando con la comunidad, que tiene que poder decidir qué es bueno y qué es malo para ella y su futuro. La manera violenta de imponer el fracking en estos 10 años nos impidió optar, por eso nuestra resistencia para evitar que esa actividad termine con nuestras vidas. El derecho a la consulta no es un “no” al fracking sino la posibilidad de planificar y otorgar o negar el consentimiento, que es un ejercicio de la libertad fundamental y legítimo. En estos momentos hay unas 5.000 perforaciones hechas alrededor de Añelo por la fuerza. Es una realidad por más que no la querramos. Cuando nos opusimos nos balearon y nos gasearon. La consulta nos puede permitir que la comunidad decida si un ducto puede pasar o no por un territorio, o instalar una locación, sin que sea como cuando entraron a Campo Maripe con la violencia de la Gendarmería. Fue poco antes de la represión a Cushamen (2017) y por eso Patricia Bullrich está procesada por la organización, por haber ordenado un allanamiento sin orden judicial. Pero esas cosas nunca más pueden ocurrir con la consulta y si el pueblo mapuche niega su consentimiento, nadie podrá entrar al territorio para hacer esas cosas”.

Otros datos que conviene tener en cuenta sobre estos temas.
El artículo 75 de la Constitución Nacional, inciso 17 plantea lo siguiente:
“17. Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.
Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones”.
Por otra parte el derecho a la Consulta Previa, Libre e Informada se reconoce en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes. Fue adoptado por la OIT en 1989 y aprobado por la República Argentina en 1992, mediante la Ley 24071. La ratificación del Convenio comenzó a regir en el año 2000. El país es signatario además de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI) desde 2007, año de su adopción por la Asamblea General, que profundiza y amplía los derechos reconocidos en el Convenio 169 de la OIT.

Para leer esta nota y todas las que se vienen en la MU 173, suscribite acá.
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Nota
Encuentro a la hora del té: Hebe de Bonafini, Chicha Mariani y una reunión para hacer historia

Tiempo, emoción y galletitas. Memoria, humor y lucidez. Esos fueron algunos ingredientes de una reunión histórica y nutritiva ocurrida en 2010 entre Hebe de Bonafini y María Isabel Chicha Mariani. Una charla para recordar un día como hoy, 4 de diciembre, en el que Hebe cumpliría años, porque cuenta parte del nacimiento de un inédito tipo de movimiento social conformado por mujeres desesperadas ante la desaparición de sus hijas e hijos, nietas y nietos, tras el golpe del 24 de marzo de 1976. ¿Por qué recordar? Porque quienes olvidan todo o tienen amnesia, no saben quienes son hoy, en este momento.
Este encuentro de 2010 ocurrió en La Plata entre dos vecinas: Hebe (fallecida en 2022, quien era presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo) y Chicha (quien fallecería en 2018, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo). Estaban distanciadas desde hacía 29 años, y la propuesta de nota en MU permitió reunirlas. ¿Qué nos dicen sobre el presente los primeros tiempos en la historia de lucha por la aparición de sus hijos y nietos? Los viajes, las gestiones, las anécdotas, la causa de la pelea, sus reflexiones e intercambios, en los principales tramos de esta conversación inolvidable.
Por Sergio Ciancaglini
A las 6 de la tarde sonó el timbre, con una puntualidad de los tiempos en que vida o muerte podían depender de la exactitud de las citas de madres, abuelas y familiares de desaparecidos. En la casa de la fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, María Isabel Chorobik de Mariani, Chicha, había una mesa con tetera, tazas y medialunas, que por un rato desplazaron expedientes judiciales, recortes de diarios y denuncias de su creación más cercana, la Asociación Anahí. A esa casa de la calle 47 de La Plata, llegó Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, con masas, un huevo de Pascua (enviado por Alejandra, su hija) y galletas dietéticas.
Besos, abrazos. Chicha ha perdido casi totalmente la vista. Por eso es Hebe la que dice: “Nos vestimos igual. Estamos en la misma murga”. Las risas ayudaron a sobrellevar la emoción de este encuentro en el que cada palabra y cada silencio tuvieron una carga que mejor que adjetivar, es conocer.
Chicha tiene 86 años, Hebe 81, y ambas una lucidez sin edad.
Se habían distanciado hace 29 años. Se volvieron a ver en marzo, en una exposición sobre Clara Anahí, la nieta que Chicha busca desde noviembre de 1976. Hebe fue a esa muestra en Canal 7, y del reencuentro fugaz nació la idea de una charla con MU. Con tiempo, té y galletitas.

La reunión en casa de Chicha, después de 29 años distanciadas. Foto: lavaca.org
Sonrisas junto al paraíso
Hebe tiene dos hijos desaparecidos, Jorge y Raúl. A Enrique Mariani, el hijo de Chicha, lo mataron en 1977. En noviembre de 1976, un ataque de la Bonaerense bajo órdenes de Ramón Camps reventó literalmente la casa donde había al menos cinco personas que fueron acribilladas, entre ellas la nuera de Chicha, Diana Teruggi. Allí estaba Clara Anahí, tres meses de edad.
Hebe y Chicha se conocieron en noviembre de 1977, con la llegada a Buenos Aires de Cyrus Vance, enviado del presidente norteamericano James Carter, que iba a participar en un acto en Plaza San Martín. Chicha: “Yo había conocido a Licha (Alicia De la Cuadra, un hijo y una hija embarazada desaparecidos) y me dijo que podíamos ir a darle un ‘testimonio’ a Vance. Yo era una bruta, daba clases de Artes Visuales en el Liceo de La Plata pero no sabía viajar a Buenos Aires. Aprendí que un testimonio era un papel con mi caso. Cuando llegué me quedé paralizada. Estaban los funcionarios, todo lleno de milicos armados, los perros, en otro lugar había mujeres. Todas empezaron a gritar. Y se pusieron los pañuelos que tenían escondidos. Y yo sin saber qué hacer, con el papelito apretado contra el pecho. Vino una mujer corriendo, me dijo: ‘Dame el testimonio’, y se lo llevó a Cyrus Vance. Era Azucena Villaflor, la fundadora de Madres”.
Con Licha ya habían resuelto encontrarse allí mismo con otras mujeres que buscaban a sus nietos. “Nos juntamos abajo de un paraíso, frente al Colegio Militar. Nos debían estar filmando desde adentro. Conocí a Ketty (Beatriz Neuhaus) y me llevé una sorpresa: me saludó con una sonrisa. Y Eva Castillo, lo mismo. Pensé que no tenía que andar con esa cara de desgraciada, si ellas intentaban que el encuentro no fuera tan ingrato”.
Así, el 21 de noviembre, nacía Abuelas. Hebe, intencionadamente: “¿No era el 22 de octubre, entonces?” La diferencia de fechas es parte tal vez de las distancias nacidas con la salida de Chicha de Abuelas, en 1989. “Hubo cosas que no me gustaron y siguen sin gustarme, pero no quiero hablar de eso. No quiero que nada demore el trabajo de buscar a mi nieta”. Hebe: “Pero tu trabajo fue fundamental, y en los momentos más difíciles con vos al frente, fue que lograron recuperar a los primeros 60 chicos. Todos lo sabemos. Y por eso te quiero decir que todas las Madres te mandan un beso grande, te apoyamos totalmente en lo que necesites”.
Chicha se emociona, y me cuenta: “Pero aquel día, cuando me iba a volver, la veo a Hebe que dice: ¿quién va para La Plata? Cuando me acerqué, no me preguntó si quería que fuéramos juntas. Directamente me dijo: ¡vamos!” Se ríen y Hebe agrega datos no descartables: “Los pañuelos eran en realidad los viejos pañales que guardábamos para nuestros nietos. Los habíamos usado primero en octubre, para poder reconocernos en una marcha a Luján. Las que nunca los usaron fueron Azucena, y Esther Careaga, porque decían que parecíamos monjas”. Azucena, Esther y Mary Bianco desaparecieron poco después, en diciembre de 1977, operativo de la ESMA alrededor de la Iglesia de la Santa Cruz, merced a la infiltración de un falso hermano de desaparecidos, que en realidad era Alfredo Astiz.
Madre de la bombacha roja
Los viajes de estas dos mujeres recién comenzaban. Chicha empieza a reírse, recordando uno de sus regresos en colectivo, desde Quilmes.
Hebe: Yo iba con la carpeta de denuncias, paraguas, piloto, fiambres y chorizos.
Chicha: Y yo llevaba salamines, lo hacíamos medio para disimular, y para hacer algún mandado de paso.
H: Cuando llegamos, me paro, se me cae la pollera, y quedo en bombacha.
C: Escuché la risotada de Hebe, que para no largar los chorizos no se subía la pollera. No la veía bien porque yo iba agarrada a los salamines. Pensé que tenías combinación.
H: ¡No! Para mi las enaguas eran cosa de vieja, y para colmo me habían regalado una bombacha roja y era justo la que llevaba puesta. Más trola imposible.
Otra ronda de té. Chicha toca la mano de Hebe.
C: Pero te quiero recordar algo más, también por el 77 o 78. Un día apareciste con vestido celeste, planchadito. La noche anterior se había escuchado un tiroteo. Viniste a avisarme que ibas a ver qué pasaba. Y llevabas una canastita con comida por si había alguien que necesitara algo. Te pregunté si querías que fuera con vos, dijiste que no. Fue una prueba de coraje. Yo no me atrevía a ir.
H: Esas cosas nacen pensando en que si tu hijo está en esa situación…
C: El tema es cómo superar el miedo sin paralizarse.
H: Las mujeres lo sabemos. Es como parir. No pensás en vos, ni en quedarte quietita, pensás que tenés que hacer fuerza para que nazca y sea sano. Pero además, se llevan a tu hijo ¿Hay algo peor, más horrible? Así que nada: hay que seguir.
C: Yo pensaba que si me llevaban no iba a aguantar ni dos minutos en la mesa de torturas. Soy muy sensible al dolor. Mi ilusión era morirme enseguida. Qué tonta, ¿no?
H: Una piensa estupideces. Yo andaba siempre con cepillo de dientes, calzoncillos y pañuelitos en una bolsita, por si encontraba a mis hijos. Todos éramos muy inocentes. Hasta los chicos. Un día entro al cuarto del mayor y estaba con unos amigos, todos atándose. ¿Qué hacen? “Practicamos cómo desatarnos por si nos agarran”. Creían que les iban a dar tiempo.
C: Nunca imaginaron la perversión.
H: Habían preparado todo para saltar a lo del vecino. Pobres. A uno de mis hijos lo encontraron por mi vecina, que dijo que había reuniones en la casa y pasaba algo raro.
C: Pensar que tanta gente pudo ayudar, pero se calló. No sé qué tenemos adentro. El enano fascista.
H: Pero fijate al revés: otro vecino salió a avisarle a mi hijo que lo esperaba la policía, y entonces se lo llevaron a ese vecino. Después lo soltaron, pero el tipo no quería ni verme. Es difícil juzgar.
C: Sí, pero yo veo que tenemos raíces. Hace mucho quiero hacer un libro, la Historia de la Infancia Argentina. Desde los españoles que llevaban chicos y chicas indígenas como esclavos y sirvientes, después los terratenientes con derecho a hacerles hijos a las mujeres campesinas y apropiarse de ellos. El derecho de pernada, que todavía existe, del patrón sobre la primera noche de cada niña. Hagamos un salto: llegan los militares, se llevan a los chicos, y mucha gente lo ve bien. Yo creo que es todo ese residuo ancestral, que produjo la enorme vergüenza de un pueblo que se supone culto, pero no abrió la boca, no tomó la defensa de ningún niño. Me atrevo a decirlo porque es mi pueblo. Pero no puede ser que haya parecido normal que los chicos sean secuestrados y apropiados.
H: Hacé el libro. Nosotras lo podemos imprimir.
C: Te cuento algo más. El secretario de Pío Laghi, monseñor Celli, les dijo a dos abuelas, Elba Ford y Delia Penela: “Dejen de molestar, imagínense los chicos están con familias que pagaron 4.000 pesos por cada uno, eso les dice que los van a cuidar bien”.
Hebe da un respingo. “Tengo una información muy importante que contarte cuando estemos solas”.
Les propongo apagar el grabador. “No, totalmente solas. Encerradas en el baño”, dice Hebe, entre las carcajadas de Chicha. ¿El baño es un lugar para intercambiar datos? Hebe: “Claro. Hay cagadas, pero de otra clase”. Chicha: “Me estoy divirtiendo. Mirá, cada una habrá hecho o dicho cosas. Pero somos leales”. En una época engañaron a Chicha diciéndole que podría recuperar a su nieta. “Le hice a Hebe un poder para que cuidase a mis padres por si yo tenía que irme al exterior. Todavía lo tengo guardado”.
El día que se distanciaron
Siguen las cataratas de diálogos:
C: ¿Te acordás cuando estuvimos con Sandro Pertini? (Presidente de Italia)
H: Estábamos en un departamentito vacío, con dos camas y dos colchones. Como éramos cuatro (con Elida Galetti y María Del Rosario Cerrutti) nos turnábamos: cama sin colchón, o colchón en el piso. Calentábamos agua en una jarrita para poder bañarnos.
C: Salimos de compras y vos llevabas la comida en una bolsita.
H: Comprar era un lío, como no sabíamos italiano, tenía que hacer el gesto de limpiarme el que te dije para que entendieran de queríamos papel higiénico.
C: Y de repente nos avisan que vayamos urgente al Quirinale, que Pertini nos iba a recibir. Salieron los del protocolo, agarraron nuestros tapados pero Hebe no quería darles el tapadito ni la bolsa de comida.
H: ¡Con lo que nos costaba la comida, mirá si se las voy a dar! Además yo había salido así nomás, con ropa medio feona, no quería sacarme el tapado. Pertini lloró con nosotras, denunció a la dictadura. No lo reconoció a Videla. Fue de los pocos.
C: Pero cuando salimos, en esos salones principescos, había un sillón de terciopelo con la bolsita de nuestra comida.
¿Cuándo se distanciaron?
C: Capaz que ni te diste cuenta. Yo me enojé con vos en la Catedral de Quilmes. Las Madres la habían tomado. Yo las acompañaba. Seríamos 20 entre todas. Hiciste un comentario de esos que hacés vos, fuerte. Yo dije: “No podemos seguir discutiendo”, y me abrí.
H: Ya me acuerdo, fue en 1981, después de la primera Marcha de la Resistencia. Claro, lo querían mucho al obispo (Jorge Novak) y yo le decía de todo. Fue así: terminó la Marcha y nos fuimos para Quilmes. Teníamos termos, frazadas, hasta walkie talkie (en la era pre-celulares y pre-Internet). Estábamos comiendo heladito en la plaza, todas separadas para que nadie se diera cuenta. Juanita Pergament se encargaba de la prensa. Pero llegó antes de tiempo con los periodistas, tiramos los helados y nos metimos corriendo antes de que nos cerraran la Catedral. Se armó un quilombo padre. Y ya ni sé qué le habré dicho al viejo ese. Me decían: “Claro, tomás la Catedral del que sabés que no te va a echar”. Y claro, no iba a ir a una donde nos rajaran. El ayuno duró 12 días, hasta Navidad. Pero es cierto, siempre fui una desbocada. Ella no (señalando a Chicha). Ella lo que tuvo es el rigor, la prolijidad para investigar todo. Impresionante.
C: Mi desesperación era encontrar a Clara Anahí. Todo lo que fuera distraer esa búsqueda para discutir, me sacaba de quicio. Pelear con Hebe no tenía sentido. Además, te acordás que una vez en tu casa te dije: mi hijo está muerto. Mi búsqueda es diferente. Las Abuelas tenemos que recurrir a la justicia. Las Madres tienen otro reclamo. Fue bueno que cada una fuera por su lado.
La hora del secreto
Hebe cuenta que a pedido de su hijo Raúl una vez sacó a una mujer y a un chiquito al Brasil, todos con documentos falsos, en plena dictadura. “Lo llevaba en brazos yo, porque si agarraban a la mamá, por lo menos se salvaba la criatura”. Chicha tuvo lo suyo, pero en democracia: “Con Mirta Baravalle, una valiente, llevamos a un chiquito a Brasil, donde tenía familia. La mamá había muerto ese día en el ataque a La Tablada (enero de 1989). Lo hicimos en secreto. Nunca supe de él”.
¿Cuáles son las claves para actuar en estas situaciones donde todo parece en contra?
C: Hay que aprender a mirar para afuera de uno, de la casa, captar todo lo que hay alrededor. Aprender todo lo que quepa en el cerebro, en el cuerpo y en la memoria.
H: Es cierto. No pensar en uno. El otro soy yo. Lo que le pasa al otro me pasa a mí. Y no parar. Como hizo Chicha. Lo que está haciendo ahora es muy importante con la Asociación Anahí. Hay que conocer eso. Porque ella tiene un modo especial que le llega mucho a la gente. Hoy como funciona la política, no sirve. Hay que cambiar el estilo. A nadie le interesa hablar de marxismo, trotskismo ni peronismo. No te dan bola. Funciona que haya gente como Chicha, o las cosas que hacemos nosotros con el Ecunhi (Espacio Cultural Nuestros Hijos, en la ex ESMA), con la Universidad, la radio y todo lo demás”.
Sobre el presente, Chicha dice: “El gobierno hizo avances, pero para mí falta que apuren a las fuerzas militares para que digan qué pasó con los desaparecidos y los chicos apropiados. Lo saben, tienen el material. Entonces, que digan la verdad”.
Hebe: “¿Te digo lo que te tengo que contar”. Chicha le responde “vamos” y zarpan las dos tras una puerta vaivén. La reunión no fue en el baño, sino en la cocina de la casa de Chicha. Vuelven, sin apiadarse del cronista.
Hebe: No sabés lo que te perdiste.
Chicha: Ya lo sabrás alguna vez.
Hebe: Ella sabe unas cosas. Yo sé otras. Es lo que hicimos siempre. Juntar lo que cada una sabe, y armar el mapa, para saber dónde estamos paradas.
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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