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La Iglesia y el Estado: viaje a Salta, por la ruta del aborto

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Es la provincia con mayor tasa de abortos pero todos sus representantes en el Congreso votaron en contra de la ley. Artistas, jóvenes y obispos se metieron en el debate. Pasado, presente y futuro de una de las provincias con mayor influencia católica. Por Franco Ciancaglini

En general, lo que se dice desde el porteñocentrismo sobre el interior del país suele ser un espejismo, sino una burrada. Una joven de la Coordinadora de Estudiantes de Salta, que aglutina a más de doscientas chicas y chicos, lo resume así: “Olmedo y Urtubey son la caricatura de lo que en Capital piensan que es un salteño”.
Puede ser esa una buena forma de pensar la política en general: como una caricatura. Es decir, como un retrato que deforma excesivamente los rasgos típicos. Porque si bien el debate sobre el aborto demostró las miserias del sistema político, como una caricatura, también dejó en claro que hay mucha gente que inspira a los senadores. Salta es un lugar donde eso emerge.
Los 7 diputados y los 3 senadores salteños votaron en contra de la legalización del aborto y varios de ellos no pasaron desapercibidos por culpa de sus exposiciones. Sin ir más lejos, el hermano mayor del gobernador -que se había mostrado a favor-, Rodolfo Urtubey, regaló uno de los títulos más bochornosos: “En algunos casos la violación no tiene un componente de violencia sobre la mujer”, dijo, ya sin retorno.
Además de Urtubey hermano y cada frase del diputado Alfredo Olmedo, Salta dibujó otra caricatura: el diputado de Unidad Ciudadana Sergio “Oso” Leavy, ex intendente de Tartagal, había sido fotografiado en un acto con el pañuelo verde atado a la mano. Pero luego, claro, votó en contra.
Los jóvenes de la Coordinadora sentencian: “Esos son nuestros representantes, eso es Salta: la doble moral, la hipocresía”.
Bienvenides.

Récords de muerte

Salta es la provincia con mayor tasa de abortos en el país. Así lo confirmó el propio jefe de gabinete MarcosPeña durante el informe anual presentado ante el Congreso en el mes de mayo. Según los datos públicos – un subregistro que suele crecer exponencialmente, más teniendo en cuenta la oscura clandestinidad- la mayor cantidad de internaciones hospitalarias por aborto se produjo en la provincia de Buenos Aires, con 5.959 casos, y en segundo lugar en Salta, con 1.764 casos, lo cual marca la tasa de incidencia más alta de acuerdo a la población. Por su arte, la Dirección General de Estadísticas de Salta estableció que alrededor del 30% de las muertes maternas en la provincia se deben a abortos clandestinos.
Desde la subsecretaria de Medicina Social de la Provincia señalaron a MU que a la terapia del hospital Materno Infantil de
la capital llegan cada vez más pacientes obstétricas críticas. La subdirectora Marisa Álvarez precisó que, según datos del Ministerio de Salud, en la provincia el número de atenciones hospitalarias por abortos por año ronda entre los 3.200 a 3.500 y se mantiene. “En 2017 tenemos ingresadas por diagnóstico de aborto a 542 menores de 20 años y 2.629 mayores de 20 años en la provincia”. La Secretaría de Acción Social de la Municipalidad confirmó que según una estadística del I.R.I.S. (Indicadores y
Registros de Información Social), el 70 % de las familias que solicitan asistencia social por casos de aborto están a cargo de madres solteras.
Los números y las cantidades no alcanzan para explicar la vida y la muerte, pero Salta ostenta además otros tristes récords:
• En una publicación de este año Amnistía Internacional Argentina advirtió que con una tasa de 83.4% Salta se ubica en el cuarto lugar entre las provincias con mayor cantidad de embarazos adolescentescentes (entre 15 y 19 años).
• Según un estudio del Ministerio de Salud de la Nación publicado en 2016, Salta es la provincia donde más creció el embarazo adolescente y donde el 20,65% de las mujeres que dan a luz
son menores de edad.
• Salta está también entre las provincias con mayor tasa de femicidios, según el informe 2017 que presentó el Registro de Feminicidios de la Justicia Argentina de la Oficina de la Mujer de
la Corte Suprema: 2,74 mujeres asesinadas cada 100 mil habitantes, versus una tasa nacional del 1,1.
Con estos números en la mano, la gobernación no se quedó de brazos cruzados:contrató a Microsoft. Sí, es en serio: el gobernador de Salta durante una entrevista en El diario de Mariana en Canal 13, reveló que utilizan inteligencia artificial para
combatir el embarazo adolescente. “Hoy podés prever, con la tecnología, cinco o seis años antes, con nombre, apellido y domicilio, cuál es la niña que está en un 86 por ciento predestinada a tener un embarazo adolescente”, afirmó Urtubey.
Más acá de la ciencia ficción, Salta no suscribió al protocolo nacional para la Atención Integral de las Personas con Derecho
a la Interrupción Legal del Embarazo sino recién en mayo de este año. Fue luego de un escándalo que conmocionó a la provincia
y obligó al gobernador Urtubey a cambiar su postura sobre el aborto. La historia es tremenda, como todas en estos casos:
una niña de 10 años llegó al Hospital Público Materno Infantil “por un dolor de estómago”. Los médicos le realizaron una ecografía y detectaron que cursaba un embarazo de 19 semanas: fue entonces cuando la niña confesó que había sido violada por su padrastro. Según los diarios locales, junto a la madre decidieron continuar el embarazo, aunque en realidad no había otra: la ley provincial establecía entonces que sólo se podía interrumpir la gestación hasta la semana 12.
El protocolo nacional, en cambio, no establece límites en casos de violación. Con el debate en el tapete, fue la oportunidad perfecta para que el gobernador Juan Manuel flexibilizara su posición. A diferencia de su hermano Rodolfo, que mira la gobernación, habría sido la aspiración presidencial (y las encuestas) la que torció a Juan Manuel a favor de la ley. El gobierno dio cuenta de la razón de la adhesión al protocolo vigente desde 2015 de esta manera: “Frente a los aberrantes hechos ocurridos en los últimos días y más allá de la voluntad de la niña abusada y de su familia
de continuar con el embarazo y no ejercer el derecho a la interrupción del mismo, el Gobierno de Salta resolvió adherir al Protocolo para la Atención Integral de las Personas con Derecho a la ILE”.

La Iglesia y el Estado: viaje a Salta, por la ruta del aborto

Un cartel en la calle de la ciudad de Salta.
Foto: Nacho Yuchark


No fue el único caso mediático en Salta. Hubo otro que también estuvo paradójicamente sincronizado: el miércoles 13 de junio,
cuando empezaba a debatirse en el Congreso la legalización del aborto, se conoció que una joven de 20 años había muerto como resultado de un aborto clandestino. Ocurrió en el servicio de Terapia Intensiva del Hospital San Vicente de Paúl, de la localdiad de Orán, donde según informó el periodista local Fabián Cardozo solo durante el transcurso de esa semana se habían internado cinco mujeres jóvenes por las mismas causas. La gerenta del hospital, Laura Moyano, confirmó luego la información: “La verdad es que a nosotros no nos sorprende esto. Habitualmente, el hospital recibe como mínimo quince abortos clandestinos por día. Quizás ahora se dan a conocer los casos por el debate de la ley”. Moyano contó que la mayoría de las chicas que ingresan en esas circunstancias tienen entre doce y 25 años, de las cuales mueren entre el 8 y el 10%.
Si un caso exhibe cómo la realidad produce leyes y el otro la distancia entre el Congreso y Orán, hubo en Salta otra historia que demostró cómo es la cara de la penalización. Un caso revelado a MU por trabajadores del área de justicia penal juvenil de la provincia cuenta que un padre denunció a su hija de 15 al encontrar un feto en el patio de la casa. Así, sin anestesia, como suceden estas historias. Y el final también asusta: la joven estuvo detenida, con cargo de “homicidio” a un NN, durante tres meses en ese sistema penal juvenil.

La doble moral

Según la Primera encuesta sobre Creencias y Actitudes Religiosas en la Argentina, elaborada por cuatro universidades nacionales y el CONICET en 2008, el Noroeste argentino es la región con más población católica. Según ese estudio 9 de cada diez argentinos respondió que “sí” a la pregunta de si cree en Dios y, en particular sobre el aborto, en el Norte el 66,7% respondió que debería estar permitido en algunas circunstancias, mientras que sólo el 10% eligió la respuesta “es un derecho de la mujer”.
También según esa encuesta –desde hace 10 años pero sin actualización ni contraste- la Argentina se encuentra en el puesto 11° del ranking mundial con más población católica, en el tercer lugar de Latinoamérica, luego de Brasil y México.
Más acá de la cantidad de fieles, otro estudio realizado para el Sínodo de los Obispos de Argentina en 2012 concluyó que “el
porcentaje de Católicos que practican su fe está en declive en la gran mayoría del mundo. Casi todos los obispos lo declaran, pero
es difícil de probar estadísticamente”. La llamada a las apostasías colectivas tras el rechazo de la ley en el Senado y la incipiente
campaña a favor de la separación de la Iglesia del Estado augura nuevos capítulos en esta relación que, más allá de los números,
es promiscua en pesos: en Argentina la Ley 21.950 establece que el Estado debe hacerse cargo del salario de 132 obispos y arzobispos, 568 sacerdotes y 1.120 seminaristas, además de los subsidios a escuelas religiosas y ciertas exenciones impositivas,
como el Impuesto a las Ganancias o el IVA.
Según el informe de Peña en el Congreso, el gobierno destina más de 130 millones de pesos a transferencias directas a la Iglesia. Un obispo cobra un sueldo promedio de
$46.000.
En Salta, el poder de la Iglesia Católica intió un cimbronazo con el fallo de la Corte Suprema que desde este año impide dar educación religiosa en las escuelas públicas. El debate por el aborto se convirtió así en una especie de revancha asumida por
todo el sistema clerical local, y en particular por el arzobispo de la provincia Mario Antonio Cargnello. “Hay que salvar las dos
vidas a toda costa”, fue la frase de guerra del arzobispo Cargnello levantada orgullosamente por el diario El Tribuno, que agregaba
que hasta el 8 de agosto las homilías serían para “iluminar a los legisladores”.
La tapa del 22 de julio lleva una foto de una concurrida misa de domingo sin pañuelos celestes a la vista, pero con un título
premonitorio: “Ya se respira el Milagro”, decía la nota en referencia a la fiesta del Milagro salteño anual, pero con un guiño hacia la votación en el Senado. En la nota se aseguraba: “Este año en la entronización de las imágenes del Señor y la Virgen del Milagro se vivió un clima especial. Muchas de las personas que llegaron hasta la Catedral portaban pañuelos celestes, en rechazo al proyecto del aborto que se debate en el Senado. El arzobispo Mario Antonio Cargnello comunicó que hasta el 8 de agosto, fecha en que votarán los legisladores, se realizarán misas con mensajes a favor de las dos vidas en todos los templos católicos de Salta”.

La Iglesia y el Estado: viaje a Salta, por la ruta del aborto

El arzobispo Mario Cargnello durante una misa en la Catedral de Salta.
Foto: Nacho Yuchark


Otro de los que se involucró de forma personal en el debate fue el sacerdote y referente de la Iglesia Católica salteña Carlos Gamboa, quien entrevistado en el programa La Otra Campana acerca de la Ley apeló a los slogans “Sí a la vida”, “Sí a toda vida” y “Toda vida vale”. Sus palabras le volverían como un boomerang. Su hija Agustina María Gamboa Arias, nacida en mayo del 2000, tras escuchar el discurso de Gamboa envió a MU un texto que contaba la historia de abandono. “La realidad contradice sus palabras pues sistemáticamente descuidó y desatendió de mí”, dice Agustina. “A partir de mi insistencia pudimos coordinar algunos encuentros que se hicieron cada vez más complicados: nos veíamos en estaciones de servicio alejadas de toda persona que lo pudiera reconocer. En los encuentros me repetía el discurso de que me amaba, pero no podía ser mi padre, en ese entonces, para una nena de 6 ó 7 años era un relato muy confuso ya que yo no contaba con las herramientas emocionales
para entender lo que me decía de manera tan contradictoria. Era una niña que creía que mi padre me amaba, esperaba sus llamados para fechas importantes como cumpleaños o las fiestas o algún gesto de interés que nunca llegó”.
En medio del debate el caso retumbó en los medios salteños, y el arzobispo Cargnello debió pedir disculpas. Pero el mal padre y sacerdote Gamboa, hasta el cierre de esta edición, no se había pronunciado sobre el asunto, ni mucho menos llamado a su hija.

Mal Educar

Recién en diciembre del 2017 la Corte Suprema declaró la inconstitucionalidad de la ley provincial de educación, gracias a la cual la enseñanza religiosa integraba los planes de estudio en los
horarios de clase y por la cual los contenidos requerían el aval de la respectiva autoridad religiosa. “Es un año muy intenso, presenta nuevos desafíos en la transmisión de la fe, a partir del fallo de la Corte Suprema”, aseguró por entonces el padre Lucio Araya al medio InformateSalta.com.ar. Y agregó: “Hemos trabajado con el equipo del Ministerio de Educación para ver de qué modo se puede respetar el fallo y favorecer a los chicos que deseen hacer visitas a la Catedral. Por ahora se está haciendo en contra turno, en algunos casos algunas escuelas van a tener un horario especial”.
En efecto, los jóvenes de la Coordinadora de Estudiantes de Salta relatan que la educación religiosa se sigue dando en las escuelas
públicas salteñas de manera velada. Es decir que se incumple un fallo de la Corte Suprema: “En mi colegio, que es público, se sigue rezando el padre nuestro en la entrada y a mitad de año se pone a la virgen en el medio del patio”, relata Exequiel, uno de los jóvenes. “Son muchas las cosas que hacen que el colegio en sí no sea laico a pesar del fallo. Aparte están las persecuciones de los directivos, que se preocupan cuando llevamos un pañuelo verde pero cuando es celeste, no hay ningún problema”.
Exequiel, Luján y Sofía forman parte de una Coordinadora creada oportunamente para llevar a los colegios el debate por el aborto. “Ese fue el motivo, pero el movimiento que se generó va más allá de la ley”, asegura Milagros Peñalba, 16 años, otra de las jóvenes de la Coordinadora que expuso en el Congreso durante el debante
en el Senado.
Luján: “Acá en Salta estamos acostumbrados a que el clero y la Iglesia se metan en las cuestiones públicas y políticas. Yo me uní a esta lucha por eso, porque siento que la Iglesia y el gobierno hacen un complot en contra de las ideologías diferentes. Todos
coincidimos en que nos unimos a la lucha por eso, más allá de la ley, es la autonomía de las mujeres y de los que pensamos diferente lo que está en juego. Nos juntamos por eso: para ir en contra de este patriarcado religioso y autoritario que maneja la ciudad de Salta”.

La Iglesia y el Estado: viaje a Salta, por la ruta del aborto

Exequiel, Milagros, Luján y Sofía: cuatro de los 200 jóvenes de la Coordinadora de Estudiantes.
Foto: Nacho Yuchark


Los jóvenes cuentan que hubo un grupo inicial de 15 personas, que hoy se multiplicó a más de 200 jóvenes de todos los colegios:
públicos y privados, laicos y religiosos. Sofía, que cursa segundo año, cuenta: “Yo personalmente sufrí mucha discriminación en la
primaria por ser atea. Recién se terminó de dar educación religiosa cuando yo terminé la primaria, pero durante toda mi primaria había clases de religión y las disfrazaban como que los que no éramos católicos íbamos a la biblioteca. Pero era pasársela en un rincón mirando lo que hacía el resto, y que te digan de todo por no creer”.
Luján: “No es formación: es adoctrinamiento. Hay miles de colegios católicos, públicos y privados, y muy pocos laicos”.

El arte de la ley

Junto a los jóvenes, la delantera por el aborto legal estuvo en Salta a cargo de dos artistas: la coplera Mariana Carrizo y la directora de cine Lucrecia Martel.
Una, nacida y criada en uno de los pequeños pueblos de interior; otra, nacida en la clase media alta salteña y emigrada a Buenos
Aires y el mundo. Ambas radicadas esas semanas en la capital para intervenir en debates mediáticos y ponerle cara y cuerpo al movimiento femenista local.
Semanas antes de la votación en diputados, Mariana Carrizo publicó un video cantando un tema que compuso especialmente
para la ocasión, Copla Verde, que dice:

el aborto será ley pa` que no muera ninguna

salteña libre, vuela libre, vuela

pañuelo verde, pájaro libertario de las mujeres.

Carrizo sufrió agresiones digitales y de las antiguas por pronunciarse a favor pero ella también agrega: “Por ser mujer y del interior de Salta”. Se define como una “vieja sobreviviente del patriarcado” y aclara que no puede dar su mirada sobre la revolución verde en Salta, porque está adentro: “Hago la salvedad de la mirada porque lo vivo en carne propia. Desde el principio de mi carrera soy una desobediente del patriarcado. Vengo una familia en la que mi madre no tenía voz ni voto. Acá está naturalizado que la mujer hace lo que el hombre dice”, asegura.
Carrizo menciona un condimento clave que aporta desde esa vida intensa para entender la complejidad del patriarcado local: es lo que llama “la cultura del criollismo”, en relación a los blancos que irrumpen en los territorios y las vidas de las comunidades originarias, de donde ella proviene. “El hombre criollo tiene unos mandatos sociales a los que tiene que responder: tiene que ser macho, duro, insensible, misógino, homofóbico. Y a partir de ahí maltrata a la mujer y a todos los demás: la mujer debe ser una cosa, un vientre para tener hijos, cumplir roles domésticos, y nada más. No tiene conocimientos, su cuerpo, su alma, su espíritu de que existe la posibilidad de tener derechos”.
Sentada en un bar del centro, Carrizo lleva una larga trenza de pelo negrísimo cruzado con una cinta verde. Desde aquí parece mirar la profundidad del interior de su provincia: “En Salta hay abandono de todo. Es vivir a la intemperie del Estado. Y ni hablar de la mujer”.
Carrizo recuerda que la primera vez que se subió a un escenario tenía 8 años. Desde entonces, y a pesar de todo, no paró: “Para cantar tuve que atravesar diferentes fantasmas sociales. Empezando por mi casa: mi padre no me dejaba salir a cantar porque no entendía que yo tenía esa necesidad. Hice mil cosas, me las ingenié de mil maneras para poder llegar a los lugares para cantar. Pasé por situaciones de riesgo, se generaron situaciones violentas en mi casa: todo por cantar”.
Desde hace años y en todo el Norte Carrizo es una reconocida coplera del ambiente folklórico, al que también define como “machista y criollo”. A su vez, dentro de ese mundillo ella tiene una particularidad más: “Hay muy pocos artistas dentro de las comunidades autóctonas. Por eso y por ser mujer he pasado una tras otra situaciones de misoginia y de discriminación”.

La Iglesia y el Estado: viaje a Salta, por la ruta del aborto

La coplera Mariana Carrizo.
Foto: Nacho Yuchark


Carrizo recuerda entonces una anécdota que fue noticia de los diarios de la región. Corría 2014 y la coplera se presentaría en la Serenata de Cafayate. Antes de subir al escenario, el organizador le gritó que tenía 15 minutos (en el contrato se estipulaba más del doble) y que si se pasaba por uno, le cortaba el sonido. “Yo subí, canté el tiempo que me dijo, y le dije a la gente que la organización me había dicho que me vaya”. La gente empezó a silbar y, a pesar de que otros músicos ya enchufaban sus micrófonos, el público pedía por Mariana Carrizo: “Hasta que yo no volví estuvieron 20 y pico de minutos silbando”. La lección de una historia que esta vez le arranca una sonrisa a la coplera: “Si no hubiese tenido ese reconocimiento del público, me quedo yo con ese maltrato. Creo que eso ahora no sucedería. Más allá de la ley salieron otras luchas, creo yo, hay otra posición tanto del hombre como de la mujer. Ahora el hombre que es un machista no sabe dónde pararse, no sabe cómo hablar, no sabe qué decir: no sabe nada. Estamos en un momento nuevo. Yo creo que ya hay un movimiento muy grande, un movimiento social más allá del feminismo y la mujer por fin está tomando conciencia de que es un ser aparte del hombre. No es como la religión católica, la costilla del hombre: ni cerca. Es como patear un hormiguero”.
Carrizo también recuerda que en Salta no todos son católicos ni evangelistas, “hay varias religiones de los pueblos originarios”, y también recuerda que hay gente católica que está a favor de la legalización: “La gente que defiende el aborto clandestino lo hace basada en fundamentos místicos, fantasiosos. Es verdad que la Iglesia presiona a sus creyentes de diferentes maneras. Los subestiman con mentiras. Pero a los chicos ya no les vendés verdura”.
Carrizo cree que lo que sucedió con la votación es “muy macabro y muy bueno también”: “Los senadores no representaron a toda la sociedad de Salta. Fueron violentos con las mujeres. Fueron irresponsables. Son impresentables. Pero nosotros seguiremos tratando de visibilizar a las mujeres en Salta”.
La Iglesia y el Estado: viaje a Salta, por la ruta del aborto

Lucrecia Martel, directora de cine, en la Universidad de Salta después de uno de los tantos debates en los que participó.
Foto: Nacho Yuchark

Voces del futuro

ofía, de la Coordinadora, tampoco cree que los senadores sean representativos de la diversidad salteña. Al menos, seguro que no de la de los estudiantes: “No nos representan en absoluto. Mienten con el discurso de Salta provida, cuando gran parte estamos a favor de la ley. Deberían dejar de lado lo que ellos piensan personalmente y darse cuenta qué pide la población”.
Luján: “Para eso tenemos que hacernos notar como juventud, compartir nuestras experiencias, y visibilizar que ellos representan a un sector conservador y parte de la iglesia. Pero no al pueblo wichí, donde hay chicas que son violadas; en el norte, en Orán, hay un montón de casos de chicas obligadas a maternar con 13, 14 años. No sé qué están representando ellos ahí”.
Exequiel: “Los legisladores no nos representaron a ninguno de los que somos multitud. Queremos que sepan que no es así: hay una gran parte no conservadora que queremos que el patriarcado se caiga y el aborto sea legal.
Luján: “Simbólicamente decimos que el patriarcado se va a caer, pero lo tenemos que tirar nosotros. Acá en Salta es un trabajo mucho más difícil porque la Iglesia tiene una posición súper importante y cuando vos te parás en frente no te puedo explicar las cosas que te dicen…  Por eso vamos a seguir con la separación de la Iglesia del Estado y a exigir la implementación verdadera de este de la Educación Sexual”.
Exequiel: “La falta de educación sexual es agravante. La Coordinadora tiene planeado seguir con la aplicación de la ley de aborto, seguir exigiendo la educación sexual, laica y con perspectiva de género, seguir con la iniciativa de crear centros de estudiantes para que el sector estudiantil no sea el más afectado con persecuciones y tenga puntos de apoyo”.
Luján: “Vamos a seguir con esta lucha, porque somos los más vulnerados”.
Exequiel: “Tenemos una agenda interminable”.

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