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Contaminación pastera y minera: promulgaron la Ley de Murphy

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En pocos días se conocieron noticias de tenor similar: los derrames en Minera Alumbrera (multinacional ubicada en Catamarca), y la intoxicación de decenas de obreros en Botnia (pastera finlandesa instalada en Fray Bentos, Uruguay). Más allá de los supuestos “accidentes” los hechos mostraron, por si hacía falta, el efecto contaminante de estos emprendimientos y, mucho más, un modelo de (sub) desarrollo que genera desempleo, empobrecimiento y muerte, salvo que sean detenidos, como en Esquel y La Rioja, por la acción de las comunidades.
La Ley de Murphy es aquella según la cual si algo puede salir mal, saldrá mal.
Una de sus derivadas indica que: “Las cosas que se dejan para que se arreglen por sí solas, tienden a empeorar”.
Otra señala: “Si existe la posibilidad de que varias cosas vayan mal, la que cause más perjuicios será la única que vaya mal”.
Una más: “Es inútil hacer cualquier cosa a prueba de tontos, porque los tontos son muy ingeniosos”.
El ingeniero Edward Murphy, descorazonado autor de esta hipótesis, podría ser considerado un optimista en algunos países del sur.
¿Qué será lo que se derrama?
En Bajo Alumbrera, la minera vastamente denunciada y ubicada en Catamarca, se produjo un nuevo derrame en el mineraloducto que traslada el material extraído del yacimiento, que ha convertido el territorio de esa zona cercana a Andalgalá en una especie de cráter gigantesco de dos kilómetros de diámetro y 600 metros de profundidad, producidos a fuerza de dinamitar montaña y tierra para extraer oro.

  • En un mes, se utiliza allí la misma cantidad de dinamita que en toda la Argentina en un año. El material se traslada a un dique de cola, donde los ácidos separan el metal que sirve de lo inservible.
  • Por cada tonelada de tierra molida se obtienen, gracias a los ácidos, seis gramos de oro y seis kilos de cobre. Se remueven 340 toneladas diarias.
  • El resto pasa al mineraloducto que hace un recorrido de 310 kilómetros, y cuyas pérdidas y derrames afectan a tres provincias.
  • El propio dique de colas fue construido sobre una falla geológica que provoca permanentes derrames, y obligó a construir una llamada “estación de retrobombeo” nombre tecnológicamente impresionante que indica una especie de aspiradora con la que intentan recuperar las filtraciones ocurridas.La empresa, como parte de lo que resulta el nuevo marketing minero (ver nota Gato por liebre) se anticipó a las denuncias minimizando el problema e informando que el “barro mineralizado” (por el desecho contaminante) no alcanzó a envenenar ningún curso de agua.
    La información en estos casos tiene la enorme ventaja (para las empresas) de que si existió la contaminación, recién se sabrá dentro de meses o, peor aún, años. Los vecinos han demandado a la empresa y existe además un conflicto interprovincial por la contaminación que provoca. Sin embargo este tipo de noticias aparece en medios contrainformativos como Clarín no en la sección política, ni economía, sino en “sociedad” junto al anuncio de un Jardín Botánico en Maschwitz.
    Minera Alumbrera está formada por la suiza Xtrata, y las canadienses Goldcorp Inc. y Northen Orion Resources Inc. Como se plantea en la página No a la Mina (noalamina.org) Minera Alumbrera derrumba periódicamente “el mito que pretende instalar el sector minero sobre el uso de tecnología de nivel internacional y los altos estándares ambientales”.
    El modelo de subdesarrollo
    La propaganda minera tiene el record de prometer más que los políticos. En Catamarca, Minera Alumbrera había prometido un barrio para 5.000 personas, 6.000 puestos de trabajo, un hospital de alta complejidad. Lo que sí concretó es una especie de ciudad autista y aislada enclavada en la montaña, una especie de country de lujo para los directivos. El último pago declarado de regalías a Andalgalá, fue por el 0,7 de lo que declaró extraer. Los ambientalistas y políticos locales sostienen que la empresa factura el triple de lo que declara, o sea, 1.700 millones de dólares, en una provincia donde el 48 % de la población vive bajo la línea de la pobreza. El modelo minero, por lo demás, anula otras producciones por su propia naturaleza, si es que a la palabra naturaleza le cabe algún lugar en todo este negocio extractivo.
    Botnia sulfúrica
    La semana pasada lavaca informó sobre los escapes de material contaminante en la fabricante de pasta de celulosa Botnia, de Fray Bentos, que obligaron a la internación de 18 trabajadores intoxicados, afectados en la piel, los ojos y vías respiratorias.
    El jueves pasado otros tres obreros, acaso nuevas vítimas de la Ley de Murphy, se intoxicaron por la rotura de los piletones en las que se mezclan los químicos con los que se produce la elaboración de celulosa.
    Los trabajadores decidieron realizar un paro y no volver a trabajar hasta que no se les garantice mínima seguridad. En el caso de la primera intoxicación, producida con sulfato de sodio, la empresa adujo que el problema era el viento, muy fuerte. En términos “normales” (otra vez, si a la palabra le cabe algún lugar en todo este negocio) esa sustancia trabaja expandiéndose en la atmósfera. Cuando lo hace, termina volviendo a tierra en lo que los productores y vecinos locales denominan “lluvia ácida”. Esta vez, por culpa del viento acaso subversivo, terminó en los ojos de los obreros, demostración pragmática de qué tipo de materiales irán a parar al aire y al agual del río Uruguay. El presidente Tabaré Vázquez había anunciado que cerraría Botnia si se demostrara que contamina, así que –si se le toma la palabra- todo debería ser simple cuestión de tiempo.
    Los vecinos de Gualeguaychú, sin embargo, han aprendido a desconfiar de los políticos de modo amplio: provinciales, nacionales, extranjeros. El lunes 20 trasladaron el piquete de la ruta 136 hasta la ruta 14. Fueron, según los cálculos más austeros, diez mil (10.000) personas, aunque otros elevan el número a 15.000.
    La causa nacional
    En el acto se planteó una pregunta inquietante dirigida a Néstor Kirchner: “Señor Presidente, ¿dónde está la causa nacional que nos prometió?” Como dijo a lavaca José Gómez, nuevo coordinador de la Asamblea Ciudadana: “Dicen que está en la lucha con nosotros, pero están dándoles permiso a las mineras en la precordillera para que destruyan el medio ambiente. Tienen un doble discurso que usan para dejar pasar el tiempo. Si a nosotros nos va a matar el gobierno uruguayo con Botnia, el argentino tiene la culpa de estar matando gente en la precordillera. En San Juan están tomando agua envasada porque el agua de deshielo ya se contaminó con cianuro y mercurio”.
    La comunidad sigue movilizada, se aceleran los tiempos. Botnia comenzará a producir en las próximas semanas, y los vecinos no parecen resignados a la pasividad. Ya hay casos paradigmáticos como Esquel, con su plebiscito contra la instalación de la Meridian Gold, o las Asambleas de Famatina, Chilecito y el resto de La Rioja, que realizan el piquete más alto del mundo que empujaron la salida de la Barrick Gold de los yacimientos de exploración, y la prohibición por ley de la minería a cielo abierto (ver Mu, número 3): los vecinos en asambleas parecen ser de los pocos que logran sobreponerse al embate irónico y paralizante de las leyes de Murphy.

    publicada 22/08/2007
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    Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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    (Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

    El podcast completo:

    Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

    Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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    Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

    Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

    Fotos Juan Valeiro

    El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

    Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
    Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

    El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

    Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
    Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

    La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

    Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

    La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
    Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

    Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

    1. “Que no te vendan gato por león”.
    2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

    Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

    Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

    Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

    Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

    Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

    Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
    Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

    Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

    Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

    La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

    Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
    Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

    Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

    Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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    La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas

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    Una Ley Nacional que proviene del sector del agronegocio avanza en la Cámara de Diputados, impulsada por la UCR y la Coalición Cívica. Se trata de la norma que regula, entre otras cosas, la aplicación de agrotóxicos. El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas. La primera reunión informativa contó solo con oradores promotores de la iniciativa y solo dos voces críticas; crónica de esa reunión y la opinión del médico Damián Verzeñassi, la enfermera del Garrahan Meche Méndez, el abogado Marcos Filardi y Sabrina Ortíz, vecina fumigada y abogada que acaba de presentar un escrito para convocar a audiencias públicas y foros de debate para evitar que se apruebe esta Ley que prioriza el negocio a la salud social y medioambiental. FRANCISCO PANDOLFI

    Esta semana se presentó en la Cámara de Diputados el proyecto de ley nacional “de presupuestos mínimos de protección ambiental para la aplicación de productos fitosanitarios”. Es decir, de agrotóxicos.

    El proyecto fue escrito por la Red de Buenas Prácticas Agrícolas, integrada por más de 80 instituciones públicas y privadas vinculadas con el agronegocio, y dentro del recinto encabezan la iniciativa los diputados Atilio Benedetti (UCR – Entre Ríos), presidente de la Comisión de Agricultura en la Cámara de Diputados, y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica). La nueva norma ya cuenta con el acompañamiento de 32 legisladores, entre un abanico variopinto que engloba a La Libertad Avanza, Unión por la Patria, UCR, PRO, Coalición Cívica, Encuentro Federal, entre otros partidos. 

    El punto clave de este proyecto legislativo figura en el artículo 9, donde se establecen distancias mínimas para fumigar desde los 10 metros para aplicaciones terrestres y con drones, y 45 metros para aplicaciones aéreas.

    La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas
    Atilio Benedetti, UCR-Entre Ríos, principal promotor del proyecto, expone en la reunión del pasado martes.

    Exposiciones sin consenso

    El martes pasado se llevó a cabo una primera reunión informativa en la cual las y los oradores sólo fueron personas, organismos y corporaciones a favor de la iniciativa.

    En la comisión conjunta realizada entre Agricultura y Ganadería y Recursos Naturales y Conservación de Ambiente Humano hubo entidades gubernamentales, de productores, de ingenieros agrónomos, de acopiadores, de empresas de tecnología agropecuaria y ONG a favor de la ley. Maximiliano Ferraro expresó que “el proyecto no tiene una mirada sectorial”. Y que “nace de un diálogo. Un diálogo y consenso, que podemos ampliar”.

    Sin embargo, se dijo, no hubo invitaciones a voces disonantes.

    Las únicas dos ponencias que no se alinearon al lobby de la producción con plaguicidas fueron el diputado Juan Carlos Giordano (Izquierda Socialista – FIT Unidad) y su par Blanca Osuna (Unión por la Patria). Dijo Giordano: “Deben darle espacio a quienes estamos en contra de esta ley. Hay una lista de un montón de organizaciones que quieren venir a exponer las barbaridades que ocurren por el uso de agrotóxicos. Fumigar a 10 metros de ninguna manera puede ser una buena práctica agropecuaria”. Dijo Osuna: “Es indispensable escuchar voces de otros sectores, estamos en falta si no. Los expertos científicos deben estar acá, están ausentes en este proyecto. Primero debe estar la salud, luego la producción”.

    La evidencia del modelo

    Tras el encuentro del martes, distintos actores se manifestaron en contra del proyecto. Damián Verzeñassi es médico generalista y es el director del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario, desde donde se hicieron desde 2010 a 2019 más de 40 campamentos sanitarios en diversos pueblos de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba para  relevar puerta a puerta la situación de la salud en localidades fumigadas. ¿Qué demostraron esos resultados? Que en las comunidades rurales se multiplicaban los trastornos endócrinos, los abortos espontáneos, las malformaciones y el cáncer. Opina Damián: “Si se aprueba esta ley permitiría que se fumigue a 10 metros con productos que pueden generar cáncer de mama, cáncer de tiroides, alteraciones endocrinas en las glándulas, disminución de la capacidad de nuestro sistema inmunológico de defendernos. Por ejemplo, el herbicida atrazina está prohibido en 37 países, pero en Argentina está autorizada. Este tipo de cosas avala la ley que quieren aprobar”.

    Sin embargo, el diputado por la Libertad Avanza Pablo Ansaloni, que proviene de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) dijo en la reunión informativa: “Desde nuestra actividad, que la vengo ejerciendo durante 30 años, manipulamos el cereal y estamos en contacto todos los días con el fitosanitario. Podemos dar fe que no tenemos ningún enfermo”.

    Meche Méndez es enfermera de Cuidados Paliativos del Hospital Garrahan y desde hace años viene dando una pelea (casi en soledad) para que exista una historia clínica ambiental que pueda demostrar la relación de los agrotóxicos con las enfermedades. Le dice a lavaca: “El sistema de salud sigue sin considerar el daño, en muchos casos irreparable, que los tóxicos utilizados desde hace décadas en el modelo extractivo están produciendo en el ambiente, los territorios y por ende en los cuerpos de quienes los habitamos, atendiendo los síntomas y/o la enfermedad una vez producida, pero sin asociarlo cómo posibles causa”.

    Sobre el proyecto de ley, analiza Méndez: “Sólo puedo compartir mi absoluto rechazo. Ya está comprobadísimo por la ciencia sin conflicto de interés que la deriva (movimiento de plaguicidas en el aire) no tiene control, que los venenos enferman y matan. Necesitamos medidas aún más protectoras de las que tenemos actualmente y sobre todo dejar de usar esos tóxicos. Hago un llamado urgente a los profesionales de la salud, a las sociedades científicas supuestamente comprometidas con la salud y el ambiente a que se expidan y rechacen esta posibilidad criminal de echar venenos a 10 metros”. Remata: “Se sabe que produce cáncer, malformaciones, daños genéticos, un montón de enfermedades y síntomas. Esto no puede salir de la Cámara de Diputados”.

    María Luisa Chomiak, de Chaco, es la única diputada de Unión por la Patria que acompañó con su firma este proyecto. Argumentó: “Lo suscribí porque se necesita tener esta discusión. Toda iniciativa es perfectible y no hay nada más importante que la salud. Si se prioriza esto, celebro que estemos discutiendo este tema”. Sin embargo, en el proyecto no figura que la reducción de las distancias va en sentido contrario al principio de «no regresión en materia ambiental» que establece la Ley General de Ambiente y tratados internacionales como el Acuerdo de Escazú. Ni tampoco informa las pruebas científicas ya demostradas sobre la consecuencia de los plaguicidas: desde los efectos letales del glifosato en embriones anfibios, constatado por el ex titular del Conicet Andrés Carrasco, hasta los estudios de Delia Aiassa en la Universidad de Río Cuarto sobre daño genético, que comprobaron el riesgo aumentado de contraer cáncer. A partir de estas investigaciones hubo fallos judiciales en distintos puntos del país prohibiendo las fumigaciones terrestres a menos de 1.095 metros y las aéreas a menos de 3.000.

    Antecedentes que enferman

    Una de esas localidades es Pergamino, al norte de la provincia de Buenos Aires. Allí vive Sabrina Ortiz, una de las tantas personas que se enfermó por agrotóxicos. Perdió un embarazo de casi 6 meses y tuvo dos ACV. Sabrina tiene una particularidad notable: como no encontraba abogados que la defendieran, estudió Derecho y se recibió. Fue amenazada; le mataron a su perro como amedrentamiento. Después de años de denuncias y estudios científicos, la Justicia federal confirmó que el 3 de diciembre de 2025 comenzará el juicio oral contra tres productores agroindustriales por delitos de contaminación ambiental, según la Ley de Residuos Peligrosos (N° 24.051). En la causa se documentaron daños a la salud vinculados a la exposición crónica a sustancias como glifosato, atrazina y clorpirifós. 

    Sabrina, junto a varios colegas, acaba de presentar un escrito colectivo de abogadas y abogados de Pueblos Fumigados en donde solicitaron a las presidencias de las comisiones de Agricultura y Ganadería y de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados de la Nación que convoquen audiencias públicas, foros y videochats de debate antes de tratar el proyecto de ley.

    Marco Filardi es abogado especialista en derechos humanos y temas ambientales y es parte de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina de la UBA. Le dice a lavaca: “Esta norma manda un mensaje a todas las provincias de que este (10 metros fumigación terrestre y dron, y 45 metros aérea) es el estándar mínimo, el piso ambiental y eso no lo podemos aceptar. Gran parte de nuestra población está expuesta cotidiana, sistemática y estructuralmente a la aplicación de más de 7.000 formulados comerciales con autorización vigente por el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) en una cantidad de más o menos 500, 600 millones de litros de agrotóxicos al año. Tenemos el triste privilegio de ser el país que más agrotóxicos por persona y por año usa en el mundo y los resultados están en los cuerpos, están en los territorios”.

    Desde los impulsores de la iniciativa no contactaron a científicos, ni profesionales de la salud, ni abogados, ni a ninguna de las organizaciones ambientales. Como por ejemplo la coordinadora “Por una vida sin agrotóxicos Basta es Basta”, de Entre Ríos, que se moviliza todos los martes desde 2018 frente a la Casa de Gobierno en Paraná. “La ley nacional es un ‘copy-paste’ de la que ya tenemos acá, aprobada a finales de 2024 y en la que habilitan fumigar a 5 metros de los cuerpos de agua, a 10 de las plantas urbanas y a 15 de las escuelas rurales. Ellos se amparan en las buenas prácticas agrícolas sin basarse en ninguna evidencia científica, a diferencia de todos los trabajos publicados en Argentina y en el mundo donde se demuestra el impacto que tiene el uso de los venenos sobre la salud y los ecosistemas, más allá de la dosis y la distancia. Lo que genera el daño es la presencia del veneno y si hay evidencia científica ya está: no hay más que hablar”.

    La Ley del Cáncer: avanza un proyecto que permite fumigaciones con agrotóxicos a 10 metros de viviendas
    Sabrina Ortíz presentó una iniciativa para frenar la Ley del Cáncer.
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