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Corrientes: crónica de un ecocidio

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La Asamblea Basta de Quemas convocó una manifestación frente a la Casa de Gobierno de Corrientes para exigir medidas concretas ante los incendios que ya arrasaron con el 10% del territorio provincial. Según estimaciones, los fuegos también destrozaron el 40% del Parque Nacional Iberá y el 13% de los esteros, una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo. Empresarios calculan las pérdidas en más de 67 mil millones de pesos, cuatro veces más de lo que hubiera costado la gestión de la Ley de Humedales, cajoneada en el Congreso. El sábado convocan a un Puentazo en el histórico Puente Chaco-Corrientes. Por qué hace falta la Ley. Los reclamos contra el monocultivo forestal que preveían el desastre. Voces y apuntes en medio de una catástrofe histórica. Cobertura colaborativa con Revista Cítrica.

Por Lucas Pedulla, desde Corrientes

Benicio tiene 5 años, una gorra color gris con visera hacia el costado, y mira a la cámara con la misma firmeza con la que sostiene el cartel que pide:

“Ley de humedales ya”.

Cuenta que llevó agua y “gueitorei” a los bomberos, y que ya hace dos años -es decir, cuando tenía tres- les grabó un video a las autoridades políticas correntinas pidiéndoles algo muy concreto:

-Que dejen de quemar las casas de los animales.

El pedido -tan amoroso, tan elemental, tan político- no tuvo respuesta, como tampoco la Ley de Humedales, que este año perdió por tercera vez estado parlamentario. Por eso Benicio llega con Laura, su mamá -psicóloga, 32 años-, de las primeras personas que a las 10 de la mañana de este miércoles empiezan a poblar la Plaza 25 de Mayo, en la capital provincial, frente a la Casa de Gobierno. Los moviliza, como a cientos que irán convocándose durante el día, una realidad desesperante: los fuegos ya arrasaron el 10% del territorio de la provincia.

Corrientes: crónica de un ecocidio
Fotos: Lavaca.

“Cada día es más angustiante que el otro”, dice Laura, sobre una realidad incenciada que empezó en diciembre. Nadie más que las organizaciones y pobladores dieron cuenta de la gravedad del tema desde entonces y en enero; y desde febrero, sin lluvias, la situación explotó de forma dramática e incontrolable. “Ir por la ruta y ver las sequías, las quemas, despertarte con olor a humo dentro de tu casa, caminar y todavía ver las cenizas en la calle”, describe a lavaca. “Las organizaciones vienen denunciando la situación hace años, pero nuestra provincia es muy adormecida. Si me preguntás, lo que más me moviliza es pensar en el futuro de mi hijo”.

Pocas horas antes, el gobernador radical Gustavo Valdez (Juntos por el Cambio) anunció el programa “Renacer Iberá”, una propuesta de inversión de 400 millones de pesos para “iniciar la recuperación de la fauna, la flora e infraestructura”. Según las estimaciones, los fuegos destruyeron el 40% del Parque Nacional y el 13% de los Esteros, uno de los reservorios de agua dulce más grande del mundo.

Por ese motivo, ante la incalculable magnitud de una catástrofe que aquí califican como anunciada, con fuerte eje en los monocultivos que ningún político asocia con la tragedia, una mujer en la plaza se pregunta: “¿Renacer? Recién lo estamos velando”.

Corrientes: crónica de un ecocidio
Fotos: Lavaca.

La política yeta

La movilización fue convocada por la Asamblea Basta de Quemas, una red que articula varias organizaciones de Corrientes que comenzó a accionar en enero ante la falta de respuesta política. Una de las primeras intervenciones artísticas fue en la tradicional Fiesta Nacional del Chamamé, y para este miércoles convocaron frente a la Casa de Gobierno para sumar donaciones de alimentos y medicamentos para bomberos y brigadistas, y de insumos y alimentos para animales. Las organizaciones celebraron la participación y anunciaron que el sábado realizarán un Puentazo, a las 17 horas, en el puente que une la capital con Resistencia.

Los carteles de la movilización son un perfecto noticiero de la realidad correntina:

  • «Se nos quema el monte y vos de carnaval».
  • «Despertate chamigo».
  • «Paz al monte».
  • «Nuestra casa está en llamas».
  • «El monte ruge».
  • «No es calor, es desmonte».
  • «El monocultivo destruye el monte».
  • «Activá ahora».
  • «Emergencia ambiental».
  • «Corrientes arde».
  • «Los políticos siguen midiendo sus banderas cuando los bomberos ponen el cuerpo y el pueblo grita que se incendia».
  • «Valdés sos la yeta».
Corrientes: crónica de un ecocidio
Fotos: Lavaca.

Este último hace referencia a los dichos recientes del gobernador, que dijo que “Corrientes tiene yeta”, porque había llovido en Chaco, Misiones y Formosa, pero no en la provincia. El lunes, ante algunas precipitaciones aisladas en el interior correntino, Valdés lo celebró con un tuit, y en la plaza aclaran: “Al instante salió el sol”.

Otro foco de críticas en la manifestación es el titular de la Dirección de Recursos Forestales, Roberto Rojas, a quien le pidieron la renuncia. El área depende del Ministerio de Producción de la provincia, y es un dato: Corrientes no cuenta con un área de medio ambiente y el sector que canaliza los reclamos es el Ministerio de Turismo.

“La provincia se incendia pero se está teniendo una mirada nula sobre las cuestiones ambientales”, dice Cristian Piriz, de Guardianes del Iberá, una de las organizaciones que hace años denuncia el actual modelo productivo, hoy parte de la Asamblea Basta de Quemas. “Venimos a hacerles acordar todo lo que venimos planteando: decíamos que se estaban zarpando con los pinos, y hoy son los principales responsables de que se esté incendiando la provincia. El principal motivo que tenemos es la increíble masa forestal que se ha llevado toda el agua. No es una cuestión técnica, es una cuestión política: ellos han decidido avanzar con un modelo que está destruyendo la tierra. Por más que salgan especialistas con sus diplomas, les aseguro que el que está en medio del estero y vivió ahí toda su vida, sabe perfectamente qué le hace daño a su ecosistema”.

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Fotos: Lavaca.

Emilio Spataro, otro de los referentes, también recuerda a esos pobladores y esas pobladoras: “Hace más de 10 años han venido con la frente en alto a esta plaza, han cortado rutas, diciendo que el monocultivo forestal era una tragedia para la provincia de Corrientes, y fueron humillados: se rieron de ellos diciendo que no sabían nada de producción, que las forestales iban a traer progreso, desarrollo y felicidad al pueblo. En 2014 un poblador fue a hablar con uno de los fondos de inversión de Estados Unidos que es dueño de 86 mil hectáreas en el Iberá, diciendo que era un riesgo y tenía miedo, y se rieron de él. Hoy me decía que ahora se les está quemando todo, y ellos tienen que estar viendo por sus animales y sus casas, cuando ya lo habían advertido. Esto no solo tiene responsables, sino que son criminales, porque han vendido el patrimonio de los correntinos al mejor postor y hoy lloran por sus propios campos”.

Cabe preguntarse si ese destrato entra en la concepción de “yeta” del gobernador. Piriz subraya: “Empecemos a escuchar a la sociedad civil para que no tengamos que depender de influencers sino de la clase política: en vez de presentar planes de manejo que apuntan al turismo, creemos un Ministerio de Ambiente o lo que sea necesario para que todas estas demandas que hace 20 años venimos diciendo tengan asidero”.

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Fotos: Lavaca.

Las pérdidas invaluables

Tampoco fueron “yeta” las quemas de pastizales, bosques, humedales, infraestructura rural, palmares. Tampoco la muerte de tantos animales. Spataro explicó qué condiciones estaban echadas como una bomba de tiempo: una sequía que se prolonga hace dos años, la bajante histórica del Paraná, el extractivismo intensivo. Y si bien el gobierno provincial y nacional cuentan con sistemas de monitoreo, ninguno previó la situación, en una región cuya vulnerabilidad se revela, además, ante el cambio climático.

“Tenemos un sistema que no está capacitado ni tiene las herramientas necesarias para combatir los incendios”, expresa la bióloga Florencia Quijano, integrante de Defensores del Pastizal, otra de las organizaciones que integran la asamblea. “Lo veníamos alertando, y ya en 2020 fueron los primeros incendios masivos, aunque no se difundieron en medios nacionales: acá cerquita, en Corrientes capital, se perdió el 90% del Parque Provincial San Cayetano. No hubo ningún tipo de repercusión”.

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Fotos: Lavaca.

Tampoco se dieron curso a los mecanismos necesarios: “El gobierno provincial piensa que la ley de humedales va a afectar a todos los sistemas productivos de Corrientes, cuando lo que intentamos es que se sepan qué humedales hay acá, qué categoría de conservación necesitan. Algunos estarán más afectados por una arrocera, otros por pinos, pero ellos mantienen una postura completamente en contra de la ley”.

En agosto de 2020, el Senado correntino rechazó la Ley Nacional de Humedales “por las implicancias negativas que esos proyectos deparan hacia el sistema productivo”. Una semana anterior se había expresado en esa misma sintonía la llamada “Coordinadora de Entidades Productivas de Corrientes”, que nuclea a la Sociedad Rural, Federación Agraria, las Confederaciones Rurales Argentinas, Coninagro y la Asociación Forestal Argentina. “Las mismas organizaciones que exigen ayuda estatal ante las sequías e incendios”, dice Spataro, que subraya que la cifra prevista para la gestión de la ley de humedales cajoneada por el Congreso era de 17.400 millones de pesos.

Sin embargo, un informe elaborado por empresarios de las cadenas arroceras, citricultureras, forestales, yerbateras y ganaderas, estimó que las pérdidas económicas superan los 67 mil millones de pesos.

Casi cuatro veces más.

Corrientes: crónica de un ecocidio
La Asamblea convocó para el sábado a las 17 horas un Puentazo en el Puente Chaco-Corrientes. Foto: Lavaca.

Cuando el arte abraza

Andrea, Azul y Alejandra -27, 19 y 26 años- son tres hermanas de la capital correntina que se acercaron de manera autoconvocada. “Dormíamos con humo, todo el día con humo. Desde diciembre hay quemas y el humo se hace visible prácticamente todos los días: a la noche se calma un poco pero queda dentro de la casa. Es demasiado: nos estamos intoxicando constantemente. Te duelen los pulmones, te cuesta respirar, se te seca la garganta. Además de todas las consecuencias que trae: si el Iberá ya no existe con esponja, nos vamos a inundar todos. Y no sólo Corrientes. Lo que está pasando es muy fuerte y por eso estamos acá: no es sólo ahora, sino el futuro. La tierra no da más”.

Nicolás Duarte, de Correntinxs contra el Cambio Climático, otra de las organizaciones de la asamblea: “Es muy importante no perder de vista las responsabilidades de aquellos que generan las quemas, pero también a los responsables políticos. Desde fines de diciembre y principios de enero que la quema ha arrasado la provincia, pero aquellos que supuestamente tienen que trabajar por nosotros se peleaban por Twitter”.

María Celia Fornes -56, artesana y psicóloga social- camina con una hoja y una lapicera juntando firmas por la Ley de Humedales. “En Corrientes nos acostumbramos a que todo está sin decir, como algo tácito. Tener una ley significa un orden, poder tener un camino trazado, y hacerlo respetar. Pero acá tenés grupos sociales muy grandes. Un ejemplo: el poder judicial existe para sus empleados y sus miembros, pero no para lo que fueron originalmente formados. Y así con todo. Lo que se busca es el éxito propio, mientras avanzan sobre la debilidad humana. La tierra va más allá de nosotros”.

Y pide algo profético: “Dejemos de hacer sufir a la tierra y vamos a seguir viviendo como raza humana”.

Las acciones continuarán. El trabajo de bomberos y brigadistas no descansa. Según el último reporte del Servicio Nacional del Fuego, en Corrientes hay 10 focos aún activos: Concepción III, San Miguel, Curuzú Cuatiá, Ituzaingó, Santo Tomé, Loreto, Virasoro, Alvear, Corrientes y Carlos Pellegrini.

Ante tanto dolor y tanta bronca, la manifestación de este miércoles también incluyó arte, abriendo el espacio para la música y la poesía. Una de las artistas fue Ornella Conti, 27 años, de Corrientes capital, que leyó un bello poema suyo, titulado S.O.S.

Ante tanto dolor y tanta bronca, la poesía también sana.

Hay humo en el aire
y no es el pucho de mi viejo
(no esta vez)
Hay ceniza en el viento
y no es que seamos nosotrxs
sin saber desprendernos
(no esta vez)
Está naranja el cielo
pero solo veo pájaros
cayendo

Esta vez, no es un atardecer
ni es el pucho de mi viejo
que lo vuelve a encender
Esta vez, no es un atardecer
es el ser humano
al que lo arruina el poder
y la ignorancia de pensar
con el bolsillo antes
que con el pulmón

Hubiera dicho corazón
pero me tomarían por cursi
de antemano quizás
y yo prefiero entrarles
por la nube negra
que nos está tapando
y ojalá fuera lluvia lo que carga

Pero si, hay que decirlo:
Es el corazón de muchos animales el que ya no late
Es el pulmón de Argentina
el que está ardiendo
en este desastre

Esteros,
de las aguas dulces brillantes
más grandes del mundo
que albergas cientos de
peces, tatus, carpinchos
yacarés, carayás, jaguares
incluso a los gobernantes
tus supuestos guardianes

Hay humo en el aire
y todavía no entendemos
que el monocultivo
es seguir pensando
sólo con el bolsillo
que vos también tenés derechos
Y que esto que te hacemos
Se llama: ECOCIDIO

Corrientes: crónica de un ecocidio
Foto: Lavaca.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Actualidad

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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