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El callcenter enferma: Intoxicados

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Veinte jóvenes trabajadores del call center Teleperformance fueron internados por aspirar pegamento con el que se pegaban las alfombras mientras ellos trabajaban. Los que reclamaron, fueron además despedidos poco después. El sistema de control y “quema del cerebro” tiene aditamentos como que no se contrata a chicos que estudien Humanidades o Sociales, por considerarlos peligrosos. lavaca acompañó la movilización de esta semana. La confesión del presidente de la empresa, sobre cómo crear empleo.

Hipólito Irigoyen 2350. 16.30 horas. Frío insoportable. La escena es desoladora: un edificio a medio construir, cien chicos de entre 20 y 27, con barbijos y máscaras, reclaman en la calle a los gritos algo inédito: “Queremos trabajar sin ser intoxicados”.
Se repiten varios reclamos del estilo: “Queremos que el edificio esté en buenas condiciones y no a medio construir como está en este momento” o “No queremos perder la audición, tener ataques de pánico, de estrés, ser medicados”. Para la empresa Teleperformance estos reclamos son imposibles de resolver. El mismo Norberto Varas, presidente de la empresa, les dijo hace poco a dos despedidos: “La única forma de crear empleo en Argentina es en estas condiciones”. Los dos jóvenes repiten la historia, como si no pudieran creerla, como tampoco puede creer nadie con sentido común que Varas admita su propia incompetencia sin renunciar.
Las condiciones de las que habla Varas pueden graficarse con una reciente anécdota:
El 4 de julio en el edificio de la calle Hipólito Irigoyen 2350, obreros pegaban alfombras en los pisos al tiempo que los jóvenes trabajaban atendiendo llamados. Veinte de ellos comenzaron a sentir náuseas, mareos, empezaron a vomitar, a toser. Estaban intoxicados por el pegamento. “La empresa habilitó una sala para poner a los enfermos y decidió no llamar a la ambulancia porque sería tremendo para su imagen tener ambulancias llevándose a veinte trabajadores intoxicados”, cuenta Raquel de 27 años, que presenció la situación.
“Los metieron en un taxi y los llevaron a una clínica de Villa Crespo”, dice con bronca. Por reclamar frente a esa situación, dos de los que regresaron al día siguiente recibieron como bienvenida la noticia de que se quedarían sin trabajo. “Casi como un castigo por ser débiles, por enfermarse…En este momento pedimos la reincorporación de los despedidos y que mejoren las condiciones de trabajo ¿Es tan descabellado?”, se pregunta Raquel.
Humanidades y sociales, discriminadas
Ella, al igual que muchos de los 2.000 jóvenes que trabajan en ese edificio de TP es estudiante universitaria, está terminando la tesis para recibirse de Licenciada en Comunicación Social. “Sabemos que en Telefónica dejaron de contratar estudiantes de carreras humanísticas o sociales porque creen que es más probable que intenten organizarse”, dice Raquel.
Algunos vecinos salen a mirar, entre ellos, tres señoras ataviadas con joyas y tapados de piel fruncen el ceño, salen de enfrente del edificio y se acercan a preguntar qué pasa. Alguien les contesta que hay una protesta porque la empresa que está aquí enferma a sus trabajadores. ¿De dónde es?, pregunta la señora, “Es una multinacional”, dice uno y otro dice “Es yanqui”. “Yo trabajé en una multinacional y nunca me pasó nada”, dice la señora, insistente. “Pero ésta explota a los trabajadores”, le responden. “Igual yo estoy contenta, porque antes ahí estaba lleno de cirujas”, expresa la mujer y se toma del brazo de las otras dos para después irse caminando despacio.
Algunos cantos y bailes al ritmo de bombos y redoblantes obligan a moverse un poco y eso ayuda a mitigar el frío. Música sobre la situación sindical y la patronal: “A dónde está, que no se ve, la CTA y la CGT”, “Trucho y cagón son los apodos del patrón”. Algunos trabajadores tomaron la palabra, otros grafitearon la vereda de la empresa con consignas como “Reincorporación Ya” “No a los despidos” “Si a la elección de delegados”. Todo cobró un clima de desahogo, el que se siente cuando uno puede expresarse en un contexto hostil como lo era la puerta de la empresa. Más de veinte uniformados en fila protegían la semi destruída empresa y cada tanto se asomaban los de seguridad privada que estaban adentro.
Cuando hasta logearse es un drama
Los jóvenes que están protestando trabajan en un régimen que les permite apenas dos descansos diarios de quince minutos cada uno. En ese tiempo tienen que ir al baño, relajarse, comer algo y prepararse para el regreso. Una vez en el lugar de trabajo tienen que encontrar una máquina que funcione, si no se pueden logear porque la maquina está rota, se les descuenta el tiempo que les lleve conseguir otra computadora que funcione. Ya logeados se calzan el headset o auricular que en la mayoría de los casos funciona mal y les termina causando problemas de audición. Los llamados empiezan a “caer”, como dicen ellos, uno atrás del otro, sin parar, y si no conseguís atenderlos y resolver los problemas en pocos minutos, te quedás sin el premio y no sólo eso, dejás sin premio al grupo. Los compañeros de al lado te miran mal. El supervisor te dice “No servís para nada”.
Todo esto que cuenta Raquel, lo repiten todos los operarios de call centers que son aproximadamente 50.000 en todo el país.
Gloria Buccella tiene 27 años, pelo negro y ojos verdes. Está en tercer año de la carrera de Sociología y desde los 23 trabaja en Teleperformance para la campaña de Motorola en la que atendía a los clientes de Estados Unidos. Se acerca en medio de los tambores y cuenta su historia: “Por el maltrato psicológico y las presiones para vender más, porque todo el tiempo escuchan las llamadas, y en fin, las malas condiciones de trabajo, tuve un cuadro de estrés laboral. Empecé a estar muy nerviosa, a no querer ir a trabajar, a tener ataques de llanto, de miedo. Mi médica me aconsejó tomar distancia del trabajo y me dieron una licencia psiquiátrica”, cuenta.
La situación de trabajo y la licencia psiquiátrica parece un paisaje normal en estos tiempos. Gloria se fue de la ciudad, estuvo casi confinada por un mes y para cuando pudo volver, la empresa debía reasignarla en un nuevo lugar de trabajo. Contestando mails, haciendo tareas administrativas, lo que sea, pero lejos de la atención telefónica. En lugar de eso, la despidieron el 2 de julio. En una carta abierta a sus compañeros de Teleperformance, Gloria escribió: “Nos tratan como si fuéramos material descartable, tenemos un tiempo de uso y luego de exprimir al máximo todas nuestras capacidades, ya está, nos despiden, con o sin indemnizar y luego, contratan otros jóvenes a los que también engatusan con falsas promesas”. La carta completa puede leerse en www.teleperforados.com.ar seguida de varios comentarios de chicos de TP que resaltan la capacidad de trabajo de Gloria y se solidarizan con ella. Hoy, junto a los dos chicos despedidos tras ser intoxicados, pide su reincorporación.
17 horas. La temperatura desciende pero los cantos persisten sobre la calle cortada por el piquete de los precarizados. De la puerta de la empresa sale un joven y empieza a gritarle a una chica, despedida hace poco, la chica le devuelve el grito. Los tambores paran de sonar, el chico se va rápido, algunos corren a ver a la chica que llora con fuerza.
¿Qué fue lo que pasó? “Bajó un trabajador y le dijo a una compañera nuestra que por culpa de ella que es integrante de Teleperforados, habían echado a algunos compañeros. “¿Ves? Estas son las presiones psicológicas de las que hablamos. Esto es lo que nos hace la empresa, nos divide”, explica Raquel con bronca.
17.30. Una comisión formada por los dos despedidos a raíz de la intoxicación, más Gloria y Raquel ingresan al edificio para presentar formalmente un pedido de reincorporación y de mejora de las condiciones del edificio ante un directivo de la empresa. El hombre les responde que en una semana tendrá una contestación sobre los despidos porque necesita analizar los casos uno por uno. Sobre las condiciones de seguridad en el edificio les asegura que ya están trabajando para acelerar las obras. Habrá que esperar entonces para saber cómo termina la historia. Afuera, espera el resto del grupo, que sigue agitando las alocadas consignas: “Si no querés ser adicto al poxi por culpa de TP o tener una licencia psiquiátrica o que te rajen cuando se les da la gana, organizate con tus compañeros para reclamar lo que te corresponde”.
Para contactarse se puede visitar el sitio www.teleperforados.com.ar
O escribir a teleperforados@gmail.com

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Imágenes de la marcha a Plaza de Mayo: los jubilados siguen haciendo lío

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Jubilados y jubiladas se movilizaron desde el Congreso de la Nación hasta Plaza de Mayo en una nueva jornada de reclamos y denuncia por los ingresos de pobreza que perciben y el fin de la moratoria previsional, cuya prórroga sigue durmiendo en Diputados. Como siempre, los carteles manuscritos fueron una forma de expresión y creatividad. En uno se leía: «Francisco está feliz. Jubilados haciendo lío!!!»

La marcha comenzó nuevamente con un operativo desproporcionado con las cuatro fuerzas federales -PFA, Gendarmería, Prefectura y PSA- que reprimió la protesta pacífica: la Comisión Provincial por la Memoria contabilizó una persona detenida y 13 heridos por efectos de los gases lacrimógenos, entre ellos jubilados y trabajadores de prensa.

Frente a la Rosada, realizaron un acto donde distintas agrupaciones de jubilados se manifestaron contra el acuerdo con el FMI y cantaron por la salud de Pablo Grillo.

«Hasta el próximo miércoles», saludaron los jubilados y jubiladas.

La próxima semana, la marcha contará con la participación de los gremios de la CGT como previa al Día del Trabajador y la Trabajadora del 1 de mayo.

Imágenes de la marcha a Plaza de Mayo: los jubilados siguen haciendo lío

Foto: Juan Valeiro para lavaca

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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