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Lo que hay para ver, para embellecer los ojos

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Con distintas formas de abordar duras realidades, Ojo de Pombero y Beya Durmiente se animan a escarbar en la violencia hacia los cuerpos. Inspirada en la leyenda guaraní del ser petiso y peludo que habita las zonas rurales del noroeste del país, Ojo de Pombero indaga en la dimensión del mito en la rutina cotidiana. Beya Durmiente —basada en la novela breve Le viste la cara a Dios, de Gabriela Cabezón Cámara— expone la soledad de una chica al borde de su existencia y su desdoblamiento para poder soportar lo insportable. La obra de danza SE/ES, construida a partir de la lectura del libro Agua Viva, de Clarice Lispector, relata en la corporalidad la transformación mediante movimientos e imágenes de ensueño.

Ojo de Pombero

Lo que hay para ver, para embellecer los ojos
Foto: Facu Suárez

Una historia que es leyenda. Un relato fantástico que se torna verosímil y con notable eficacia desata un eco infitinto. La fascinación y el espanto. Este ser fabuloso convertido en mito —incluido en la renombrada película de Armando Bo “Embrujada”, con la inolvidable Coca Sarli— continúa dando qué hablar en el territorio donde se hicieron populares sus andanzas. Encarna quizás las mil y una razones para explicar lo que no puede decirse, por vergüenza o por miedo. Abrazar la esencia del misterio no implica el deseo de resolverlo. Este duende mitológico guaraní atrajo la atención del actor y dramaturgo Toto Castiñeiras e inspiró esta obra.

Ojo de Pombero nos sumerge en una atmósfera campestre, un ambiente festivo por momentos, de jovencitas con ilusión y vestidos para el encanto. Una madre sostenida por la furia del pasado que se vuelve una sombra al acecho. ¿Cómo quebrar ese hechizo funesto que es realidad hecha carne? Mariela Acosta, Julieta Laso, Mariano Torre, Luciana Buschi y Toto Castiñeiras son les intérpretes que nos harán reir a carcajadas y también agitarán la inquietud. El actor, clown, dramaturgo y director Toto Castiñeiras afirma: “Este animal, duende, enano, con los pies al revés me pareció una imagen atractiva para la escena. Muchas veces el Pombero es simplemente el trabajador de los cañaverales con un sombrero de paja, para nada deforme. Dentro de estas dualidades, también me llamaba la atención que es un ser del bien o un ser del mal. Si los trabajadores del campo le dejan tabaco o vino, se porta bien y ayuda en la cosecha. Y en el mundo de lo femenino, existe la amenaza del silbido, las niñas tienen que quedarse en casa a la hora de la siesta porque si escuchan el silbido, ejerce una fuerza hipnótica, son capturadas, abusadas, incluso asesinadas por este ser maligno”. Cuenta que hay muchas anécdotas de personas que aseguran que sus hijas fueron abusadas por el Pombero, “en un encubrimiento a través de lo mágico y el uso del mito para tapar o manipular eventos de violencia

Desde 2004 Toto Castiñeiras integra el Cirque du Soleil y realiza largas giras. Durante la pandemia,  convocó al elenco de Ojo de Pombero  y por el parate general pudo trabajar con personas con las que no lo había logrado antes por falta de tiempo. En cuanto a sus actividades en el circo y en el teatro, afirma que “la escena es una sola. Vivimos separando las cosas, la danza del teatro, la canción de la actuación. No encuentro una diferencia entre ninguno de mis trabajos. Soy yo trabajando”.  A Gurisa y Voraz y melancólico Castiñeiras suma Ojo de Pombero, a las que define como “tres romanceros rurales, no son registros de mitos sino romanceros atravesados por mitos. La metáfora es quizás que este personaje podría llegar a estar escondido en cualquier mirada y en el momento indicado salir a devorar, a abusar, lo que fuera, como un ser que vive en lo oscuro de la pupila de los individuos”.

Teatro Picadero, Enrique Santos Discépolo 1857, CABA

Jueves 21.30

@teatroelpicadero

@ojo.de.pomberto

@toto.castineiras

Beya Durmiente

Lo que hay para ver, para embellecer los ojos
Foto: Nahiara Espíndola

Cuando el dolor es intolerable, ante el menor resquicio existente, el afán de supervivencia, el infalible impulso vital, huyen disparados hacia la posible salvación. No importa si es un invento de la mente o un espejismo repentino. Allá iremos sin dudarlo, inmediatamente, a buscar un pedacito de cielo en medio de tanto infierno. Beya Durmiente eleva sus alas para iniciar el vuelo, pero el espanto se cuela por su piel y por sus venas y la arrastra a la cloaca que se transformó en su hogar. Basada en Le viste la cara a Dios de la escritora Gabriela Cabezón Cámara, Beya Durmiente (Dj Beya) es un espectáculo performático-musical. Carla Crespo, la actriz y dj en escena, relata, interpreta, musicaliza y ruge este texto escrito en segunda persona.

La directora, Victoria Roland, —actriz, dramaturga y docente—leyó la novela de Cabezón Cámara en un taller literario, quedó fascinada con el texto y sintió la necesidad de ponerle voz. La combinación de actuación y musicalización por parte de Carla brinda la sensación de ese desdoblamiento de Beya en la novela.  Victoria: “La sacaba del lugar de víctima, que no es el lugar que queríamos mostrar sino de una luchadora, una sobreviviente, una superhéroe, en la novela dice, que será Houdini o Kill Bill”. 

Contar esta historia es un gran desafío: “Lo que ella relata es imposible de representar. La potencia está en que son las palabras las que te traen esas imágenes y a la vez te van armando como una película. Los elementos para contar esta historia tenían que volverla una experiencia física y sensorial, diferente a la de la novela porque claramente el teatro y la literatura son disciplinas distintas. El show tiene también esa voluntad de exorcizar y purgar esos roles que nos han sido asignados a las mujeres”. Los recursos musicales de Carla Crespo tienen un rol fundamental, “la música electrónica te hace vibrar la piel”, dice Victoria. La grabación de su voz, su amplifiación y repetición es justamente lo que a Beya le urge: hacerse oír, que su voz retumbe hasta aturdir.

Teatro Margarita Xirgu, Chacabuco 875, CABA

Última función: Domingo 21 de noviembre, 19 hs

@xirgu.untref

@beyadurmiente

@vicoroland

@soycarlacrespo

SE/ES

Lo que hay para ver, para embellecer los ojos
Foto: Paola Evelina

Siento entonces que estoy en las proximidades de fuentes, lagunas y cascadas, todas de aguas abundantes. Y yo libre

Clarice Lispector, Agua Viva

En un clima onírico, una profunda transformación sucede frente a nuestros ojos. Los sonidos, las imágenes proyectadas sobre el piso, el cuerpo danzante atravesando la metamorfosis y una voz que susurra. Ángela Babuin  es la bailarina, coreógrafa y performer que interpreta esta obra de la cual es directora junto al filósofo y dramaturgo Francesco Callegaro. Angela es italiana y hace cinco años que vive en la Argentina. “La necesidad de la creación nació con el deseo de marcar un cambio de vida tan radical como fue mi llegada a la Argentina. Vivir acá me hizo encontrar con otro cuerpo, otro movimiento, otras ganas y empecé una búsqueda coreográfica”.

Con la asistencia de la intérprete, coreógrafa y dramaturga Catalina Briski, el artista visual Marcos Lovisatti, el guitarrista Paolo Spaccamonti, el diseñador de sonidos Javier Bustos y en la voz en off la actriz Karina Antonelli, SE/ES fue tomando forma. Cuenta Ángela que leyó el libro Agua viva, de la escritora Clarice Lispector y encontró allí una relación con la situación que estaba atravesando. “Me impactó su visión del ´acto´ artístico, manifestada por la fuerza misma de sus palabras, como expresión vital de una voluntad orgánica y misteriosa, que brota desde el presente. Pensamos la danza y más ampliamente el arte de la misma manera”.  Mediante una lectura compartida con les integrantxs del equipo pusieron en escena ese proceso de transformación que sucede a través de los movimientos y las imágenes, “como en el libro a través de la escritura pero también de la pintura, a la cual Lispector alude a menudo”.

La plasticidad y expresividad del cuerpo de Ángela es notable y se evidencia en el transcurso de la obra. Empezó a estudiar danza a los seis años, se formó en Italia en ballet, danza jazz y danza contemporánea. A los 18 se mudó a París y se diplomó en danza contemporánea y danza terapia.  ¿Cuál es la esencia de la obra? “SE/ES muestra el universo intimo y personal, laberíntico y desgarrado de una mujer que ya no es una mujer, sino una fuerza vital que irrumpe y perfora los límites del género y hasta de lo humano, para excavar el lugar indecible de su libertad animal”.  

Aérea Teatro, Bartolomé Mitre 4272, CABA

Domingos 21 y 28 de noviembre, 20.30 hs

@aerea_teatro

@sees.specttacolo

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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