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Posta Cultural de ESCENA: las preguntas que despierta la pandemia y las respuestas desde el arte

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Una nueva acción en espacios teatrales de la Ciudad de Buenos Aires, Vitrina Casa Belgrado y Páramo Cultural, volvió a tomar la posta semanal para plantar una consigna que pretende sacar al sector cultural del parate y del aislamiento: «Acá hay un espacio para imaginar el futuro». ¿Qué vamos a hacer? ¿Cómo vamos a reunirnos de ahora en más? ¿Cómo nos vamos a vincular entre los cuerpos? ¿Cómo vamos a volver a estar juntes? ¿Cómo se cuida la potencia? Algunas de las preguntas que nos dispara la pandemia y qué respuestas se construyen desde el arte.

Posta Cultural de ESCENA: las preguntas que despierta la pandemia y las respuestas desde el arte
Foto: Martina Perosa.

En la sala Vitrina Casa Belgrado en el barrio de Balvanera, se inició el domingo –pasadas las siete de la tarde- la acción cultural Poéticas del cuidado para un arte futuro. La Brigada Pegatina estampa en las cercanías las preguntas escritas en letras negras sobre hojas blancas que quedarán resonando en las cabezas de lxs transeúntxs: ¿Cómo se cuida la potencia? ¿Quién cuida la creación? ¿Qué es la cultura? ¿Quién es la cultura?

En la sala –que antes era una mueblería- hay una vidriera que ocupa el frente del local. Toda la superficie del vidrio está escrita con preguntas en diferentes colores fluorescentes: ¿La pantalla es nuestra nueva piel? ¿Qué sentís? ¿Qué pasa con los cuerpos? ¿Te bancarizaste? ¿Llegás a fin de mes?, ¿Te preocupan los $?, entre muchas otras. Por encima del vidrio, dos personas pegan hojas que van armando la frase gestada de manera colectiva en ESCENA, Espacios escénicos autónomos: “Acá hay un lugar para imaginar un futuro”. Un sillón ubicado en el costado derecho sostiene un enterizo de lycra azul y otras ropas de colores por encima, que luego serán vestidas por la actriz, gestora cultural y performer Cynthia Pineda.

Posta Cultural de ESCENA: las preguntas que despierta la pandemia y las respuestas desde el arte

Una voz lee el texto de concepción grupal, compartido en las acciones domingueras:

  • ¿Qué vamos a hacer?
  • ¿Cómo vamos a reunirnos de ahora en más?
  • ¿Cómo nos vamos a vincular entre los cuerpos?
  • ¿Cómo vamos a volver a estar juntes?
  • ¿Cómo se cuida la potencia?
  • ¿Quién cuida la creación?
  • ¿Qué es la cultura?
  • ¿Quién es la cultura?
  • ¿En qué mapa queda la cultura?
  • ¿Cuál es la cultura de la nueva normalidad?
  • ¿Cuántos falsos vivos viste hoy?
  • ¿Cómo se estrimean las respiraciones?
  • ¿Cómo se transmite el mirarse a los ojos?
  • La gorra virtual, ¿nos está cuidando?
  • ¿Viste al teatro por ahí?
  • ¿Viste a la danza por ahí?
  • ¿Cuánto vibra una palabra detrás de un barbijo?
  • ¿Cómo se abre un espacio después de tanto tiempo? ¿Cómo se lo vuelve a habitar?
  • ¿Qué vamos a hacer?
  • ¿Cómo sostener nuestros espacios sin el apoyo necesario?
  • ¿Cómo vamos a volver a estar juntes?
  • Necesitamos imaginar un futuro. Uno nuevo, uno distinto.
  • ¿Sabías que acá hay un lugar para imaginar un futuro?
Posta Cultural de ESCENA: las preguntas que despierta la pandemia y las respuestas desde el arte
Foto: Martina Perosa.

Mientras, Cynthia baila dentro del espacio cultural. Luego borra las preguntas escritas en colores sobre el vidrio y va escribiendo otras: ¿Qué sucede después de estar horas frente a la pantalla? ¿Mantenés las distancias? ¿Qué te pasó en el encierro? ¿En qué mapa queda la cultura? ¿Cuántos abrazos diste durante la cuarentena?

Interrogantes ¿Cuánto tiempo más podría estar escribiendo preguntas inspiradas en estos meses de pandemia? ¿Y si les presentes aportáramos las nuestras? ¿Cuántas horas duraría la acción?

Finaliza la posta y les presentes aplauden. Es hora de ir hacia la próxima.

Posta Cultural de ESCENA: las preguntas que despierta la pandemia y las respuestas desde el arte
Foto: Martina Perosa.

En el barrio de Boedo está el espacio Páramo Cultural. Hay banquitos de fenólico ubicados en la vereda, luces de colores, un micrófono y parlantes listos para el show. Antes, sobre el portón negro con arabescos de hierro, se adhiere la frase “Acá hay un espacio para imaginar un futuro” y se da lectura al texto colectivo. Minutos más tarde, Ana Paula se sienta delante del portón con su guitarra, cuenta que es cocinera vegana y que también canta. Nos regala cuatro canciones.

Ya es de noche y varixs vecinxs se acercan, algunxs se sientan en los banquitos, alguien llega con mate que no comparte, hábito adquirido desde el inicio del aislamiento. ¿Cuándo volveremos a compartir el mate con otres? Podría haber sido una de las tantas preguntas que Cynthia escriba sobre el vidrio.

Posta Cultural de ESCENA: las preguntas que despierta la pandemia y las respuestas desde el arte
Foto: Martina Perosa.
Posta Cultural de ESCENA: las preguntas que despierta la pandemia y las respuestas desde el arte
Foto: Martina Perosa.
Posta Cultural de ESCENA: las preguntas que despierta la pandemia y las respuestas desde el arte
Foto: Martina Perosa.
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Foto: Martina Perosa.
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Foto: Martina Perosa.
Posta Cultural de ESCENA: las preguntas que despierta la pandemia y las respuestas desde el arte
Foto: Martina Perosa.

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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