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Raúl Zibechi: los frutos de la revuelta

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El autor de Genealogía de la revuelta cree que muchos sectores populares están recuperando la autoestima, que el repliegue de la efervescencia social es un fortalecimiento, que aparecen formas de autonomía jamás vistas y que los piqueteros no sólo pueden sino que deben construir lo suyo sin depender de los planes sociales. El debate sobre la toma del poder, y su mirada sobre las debilidades del gobierno de Kirchner.

No es probable que Raúl Zibechi coseche ovaciones ni firme autógrafos en determinados cenáculos piqueteros después de decir:

  • Para los piqueteros, el tema hoy ya no es el corte de rutas. El tema es el crecimiento hacia adentro. Lo plantea el MTD de Solano, y antes todavía el MTD de La Matanza. Durante el pico del reparto de planes sociales, los piqueteros de La Matanza eran como un adorno, porque rechazaron esos subsidios del gobierno. Hoy están inaugurando su propia escuela. Y hay cientos de grupos autónomos del Estado, de los partidos y de los sindicatos. Ya no son un adorno. Empiezan a ser un referente: demuestran que se puede construir sin planes. Es más: se debe construir sin planes.

Cuando se le pregunta si es periodista o militante, el uruguayo Raúl Zibechi, 52 años, ex integrante del frente de masas del Movimiento Tupamaros, ex exiliado en Argentina y en España, hincha sufrido de Nacional de Montevideo (sostiene que todos los hinchas de Nacional son sufridos), fumador, matero, papá de Agustín (4 años), amante de la novela latinoamericana y del rock argentino (“escucho La Renga y Bersuit, que le divierte a mi hijo por las puteadas”) autor de ensayos sobre la actualidad que ya son objeto de estudio, columnista y editor de la sección internacionales de la revista uruguaya Brecha, y profundo conocedor de los movimientos sociales argentinos y latinoamericanos, contesta con una duda existencial:
-No sé lo que soy.

En la banda oriental de la mesa de un bar porteño, revuelve el café con paciencia china (se verá que lo chino no le ha sido ajeno, de Mao al Tao) y explica algo que lo sintoniza con estos tiempos de un modo mucho más lúcido que los que suponen que saben lo que son:
-Veamos. No sé lo que soy. Periodista no: trabajo como periodista. Y tampoco me siento militante. No me siento un intelectual. Cuando digo que no soy periodista, hay una amiga que es María Esther Giglio dice que el periodismo es un mar de conocimiento de un centímetro de profundidad. Creo que es una linda definición con la que no me siento para nada identificado. Pero bueno, trabajo como periodista pero no me siento como los periodistas. Ni me siento con los periodistas. No sé qué es lo que soy. Puedo ser un activista. Un colaborador. La imagen que los teólogos de la liberación han fraguado me gusta: acompañar. Acompañar a la gente y a los movimientos.

Nació en Montevideo, estudió en escuelas privadas. Militó en el frente de masas del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaro, de su país, antes del golpe de 1973. “Mi formación es marxista. Y leninista. Y además fui simpatizante de la revolución cultural china, Mao incluido”. Los vientos militares lo empujaron hacia la Argentina en 1975 y 1976. Otros vientos militares, esta vez argentinos, lo soplaron hacia España en agosto del 76.
Allí se quedó. Empezó a tomar contacto con los movimientos sociales contra el ingreso a la OTAN y contra la guerra. “A mediados de los 80 mi cabeza y mi espíritu estaban con los movimientos sociales”.
Un trabajo conectó con los movimientos latinoamericanos a este hombre al que le gusta acompañar. “En los 80 trabajé como guía turístico. Acompañaba a europeos a Perú, Bolivia, Ecuador, regiones andinas, Colombia. Estaba temporadas largas, de seis o siete meses, sobre todo en Perú y Ecuador. Fue un descubrimiento de América Latina desde otro lugar. El mundo indio. Me empapé muchísimo de eso y empecé a conocer dirigentes, personas de distintos ámbitos, y fui transitando por los movimientos que había aquí”.
Viajaba seguido a Uruguay, a donde regresó definitivamente en 1992. Trabajó en la revista Mate Amargo, luego en Brecha. Comenzó a acompañar a movimientos sociales en Haití, en Chiapas (los zapatistas), y en Brasil (los Sin Tierra). Escribió Los arroyos cuando bajan – Los desafíos del zapatismo. En Chiapas no conoció a Marcos, pero sí a Tacho, y considera que su paso por allí es una de las experiencias más impactantes que le ha tocado vivir. Es docente sobre movimientos sociales en un instituto que no usa el nombre de universidad sino Multiversidad Franciscana de América Latina. Sus artículos pueden leerse en esta página, sección La vuelta al mundo.

Visita la Argentina cada dos meses, aproximadamente. Su libro Genealogía de la revuelta ya es un clásico sobre los orígenes del 19 y 20. En su último viaje dio charlas en la Asociación Madres de Plaza de Mayo y en el instituto Gino Germani, y tuvo reuniones con Clacso y su Observatorio Social para América Latina, y con el Colectivo Situaciones, además de múltiples encuentros y entrevistas.
-¿Qué impresiones le quedaron de esta nueva visita?
-La primera es que me reconforta la receptividad. Hay grupos de lectura de mi libro incluso en movimientos con los que nunca tuve contacto como el MTR (Movimiento Teresa Rodríguez).
Aparte, he encontrado una gran preocupación que atraviesa a todo el mundo, sobre el período de reflujo y repliegue, comparado con el alza que hubo en el 2001 y 2002. Otro tema es el de esta ofensiva por la seguridad a partir del caso Blumberg. Y en general noto la preocupación por el nuevo escenario en el cual la iniciativa ha pasado de los movimientos al Estado.
Pero encontré que por abajo en los movimientos están apareciendo cosas muy nuevas. Lo micro e interior de los movimientos está volviendo a ocupar un espacio muy importante.
-¿Por ejemplo?
-El jardín de infantes del MTD de La Matanza, los proyectos de salud de Solano, los talleres y emprendimientos productivos de todo este tipo de movimientos. Es un crecimiento con nuevos aspectos. Siento que estamos como a principios de los 90, cuando las novedades no eran visibles, no estaban en la calle sino puertas adentro, con una gran experimientación que fue redundando en el gran movimiento que conocimos del 97 al 2002.
-Pero entonces, ¿hay repliegue?
-Bueno, no se puede estar todo el día en la calle. A los movimientos les pasa como a los seres humanos. No se está todo el día trabajando ni todo el día durmiendo porque en los dos casos te anulás como persona.
Aquí hay -después de una gran actividad hacia fuera- un repliegue, el pliegue que vuelve hacia adentro, pero eso no es malo ni negativo. Es la búsqueda del alimento, de recursos de los seres humanos y de los colectivos. Si alguien dice que va a descansar o a dormir, se trata de un repliegue necesario.
-Suena mejor si se habla de reflexión.
-Claro, pero ¿el sueño o el descanso no son productivos? ¿Qué paradigma estamos usando si pensamos que el descanso o la reflexión son momentos negativos?
Fijate vos. Si La Matanza estuvo replegado y termina haciendo una escuela, ¿no será que dentro algunos años tendremos decenas de escuelas? No sabemos, pero ya hay una.
-Que tiene un tipo novedoso de programa y de relación con la comunidad.
-Pero además está autogestionada por ellos. No es aquella escuela a la que mando mi hijo para que el Estado le enseñe. Yo creo mi escuela. Hasta ahora, eso lo hacían las clases medias o altas al mandar a sus hijos a escuelas privadas.
Pero esta es una escuela creada por un movimiento de desocupados. Es un cambio tremendo. Me dicen que es una escuelita con “apenas” 52 niños: para mí representa un giro copernicano. Asombroso. Y además ese mismo movimiento tiene un taller de filosofía al que van personas que nunca pisaron una facultad. O la piscifactoría que está haciendo Solano, que les sirve para alimentar sus merenderos con sus propios productos. O la experiencia de salud, donde están acotando la medicina de las pastillas, la medicalización de la salud, y empezando a usar gotas de yuyos, y se están planteando además cultivar ellos mismos las flores y yuyos para sacar los concentrados.
Entonces estamos hablando nada menos que de la pavada de asumir colectivamente el cuidado de la salud.
Es un cambio de la dependencia a la autonomía. Lento y tortuoso, porque no se puede hacer del día a la noche, pero yo digo: qué maravilla. Eso es lo que veo que está pasando.
-Sin embargo, se nota una nostalgia por cierta efervescencia social.
-Creo que hay que aprender a mirar otras cosas, no necesariamente lo espectacular o masivo. Hay que cambiar la mirada mediática, de lo público, que muchas veces te obnubila y te impide ver lo micro.
Pero propongo dejar de decirle “micro” a esas experiencias, porque un corte de ruta hecho por 100 personas también es micro. De lo que hablo es de la cotidianeidad, el día a día, que juega un papel muy importante.

Como si un director invisible decidiera que ese era el momento indicado en la escena, el día a día interrumpió la charla: un adolescente se acercó a la mesa para vender biromes. “Mire, funcionan” demostró, superando la comunicación de más de una agencia de publicidad. La moza del bar se acercó. “No puede estar aquí. Acompáñeme” dijo, y el chico contestó marchando tras ella con media sonrisa y un puñado de biromes: “¿Para donde la acompaño?”
Zibechi miró el café:
-La vida se cuela siempre. Buenos Aires es maravillosa.
-Otra vez, depende de una cuestión de mirada.
-Sí, estaba por decir que en la mirada política tradicional, la política es algo que sucede en la esfera pública. Ahora ¿por qué plantar yuyos para cuidar la salud es considerado un hecho no político? En realidad es tan político como la decisión de ir al médico a que me digan lo que tengo. Esa es una política de la heteronomía, y la otra es una política de la autonomía en un espacio concreto que es el del cuidado de la salud. Son dos planteos. Uno: la salud me la cuida el Estado, a los chicos los educa el Estado. Otro: nos cuidamos nosotros y educamos nosotros.
¿Es pequeño todo esto? Sí, si se reduce a ese lugar. Pero hay países que hicieron la revolución, y no consiguieron eso. Todo depende de cómo se mire. Creo que hay que usar la mirada fina, la mirada de rayos X que sea capaz de ir más allá. A lo invisible, que son los vínculos humanos.
No se ven, hay que construirlos. Hay que aprender a mirar para ver la riqueza de eso.
-¿Cómo plantearías los frutos de la revuelta? Las consecuencias de lo que pasó.
-Veamos primero a escala grande. El gobierno de Kirchner, aunque practique una política neoliberal no es neoliberal. Sus componentes y su discurso no lo son. Es fruto del 19 y 20, y de todo ese ciclo de protesta.
La política de derechos humanos, e incluso la de seguridad, que no recae en temas represivos, el pase a retiro de más de 50 militares de la cúpula, la limpieza de la bonaerense -aunque eso no se terminará porque es un tema muy denso y largo- son todos frutos de la revuelta.
La tensión con el FMI del pago o no pago, de la quita, es fruto de la revuelta. Sería impensable un gobierno como el de Kirchner sin el 19 y 20.
En el escenario más cotidiano creo que hay un fuerte crecimiento de la autoestima en los sectores populares, o por lo menos en muchos sectores. Para hacer talleres de filosofía, escuelas y emprendimientos, hay que partir de una situación de recuperación de esa confianza en uno mismo. La revuelta fue posible porque ya había en movimiento y en situación un crecimiento de la autoestima, fortalecida a la vez por la propia revuelta.
Esos son frutos. Tal vez no sean mensurables o cuantificables. Aunque empiezan a serlo porque ya estamos hablando de cosas visibles.
Y hay otros que son menos visibles pero que son importantes porque representan el establecimiento de nuevos vínculos. La Asamblearia, ahí hay otro fruto tangible. Y otros menos tangibles que hay que descubrirlos en el día a día.
Cuando lavaca organiza un seminario visitando a los movimientos ¿cómo se mide humanamente esa vivencia, esa intensidad? ¿O cómo se mide lo que ocurrió en Enero Autónomo, con el encuentro de gente de las más diversas clases sociales, trayectorias, culturas, edades? Yo soy de clase media, educado en colegio privado, y en esas situaciones hablo de igual a igual con gente que a lo mejor no terminó la escuela. Y compartimos, conversamos, yo escucho todo lo que tengo que aprender de él, y él me escucha. Ese diálogo era impensable hace tiempo, salvo en sectores muy pequeños. Pero si yo me relacionaba era para que me escucharan y yo diera línea: yo “iluminaba” al otro.
Ese encuentro desde otro lugar es en gran medida posible porque ha habido un cambio en la forma de vincularnos.
¿Qué no afectó a todo el mundo? Totalmente de acuerdo. Pero incluso cuando se produce el caso Blumberg y un sector significativo y mayoritario dice “la culpa es de la policía”, eso es conciencia. Puede variar, pero es algo que se ha adquirido. Una forma nueva de ver el mundo. Antes se pedía más represión, pero ahí se nota un cambio grande.
-Es mucho entusiasmo, Raúl, pero mucha gente sigue deprimida, ve poco avances y mucho retroceso. ¿A qué se debe?
-A que seguimos siendo tributarios del paradigma del desarrollo lineal. Las cosas avanzan o retroceden. Pero el tiempo no es lineal. El tiempo fabril es lineal. Y el del capitalismo. Yo miro los árboles y pienso: un árbol ¿cómo imagina el paso del tiempo? El sol le da de un lado, del otro, el viento sur le da frío, del norte viene más calor, pero es una visión circular del tiempo, lo cíclico. Si hay alguna imagen posible del tiempo, es la cíclica.
Hay un movimiento muy alto, cae, hay brotes que envejecen, hay un repliegue, una hibernación, un renacer. A mí los zapatistas me enseñaron que el silencio puede ser una forma de lucha. ¿Por qué hay que estar hablando todo el tiempo? El silencio ¿no es una forma de comunicación? Para los músicos hay compases, y hay silencios.
Si te callás la boca siempre, estás en un problema. Pero si hablás siempre también estás en un problema.
Ese paradigma lineal nos confunde, y también una actitud un poco religiosa. La fe en que alguien que no seamos nosotros mismos, nos resuelva los problemas. El Estado o el presidente. Porque muchas veces la gente se queja: esto está mal, esto hay que arreglarlo. ¿Quién? El Estado. El gobierno ¿Y por qué? A las comunidades indígenas no se les pasa por la cabeza que los caminos para llevar los productos o comunicarse con el mundo los tenga que hacer el Estado, porque nunca los hizo. Los hacen ellos, o no hay caminos.
Independientemente de la política oficial y de sus tiempos, nosotros somos los que tenemos que asumir nuestra responsabilidad de construir y crear, la responsabilidad de nuestra vida. Nadie lo va a hacer por nosotros. Creer eso es una utopía negativa y obstructiva.
Si uno fuera capaz de tener la memoria del bario o del asentamiento, concluiría quizás en que hace diez años en el barrio los vecinos pasaban con cara triste y no hacían nada. Ahora algunos andan tristes, otros se ríen, y otros toman en sus manos cuestiones del barrio. Esa es una revolución cultural. Y todo cambio cultural es, necesariamente, de larga duración. El tiempo no es solo circular, hay también una flecha del tiempo, por lo cual este momento que estamos viviendo es a la vez irreversible, no lo vamos a repetir nunca más. Creo que por ahí hay un problema de cómo entender los resultados.
-Otra queja: se cataloga al gobierno como gran cooptador de los movimientos.
-Es que yo estoy de acuerdo. Es así. En la vida somos también prisioneros de nuestros éxitos. Uno dice “quiero conseguir tal trabajo”, pero después habrá que madrugar todos los días, bancar a un jefe, pero bueno, se consiguió. Yo quería derrocar a De la Rúa, quería que se vayan todos. No se fueron todos pero bueno, apareció Kirchner. Y la tarea número uno de cualquier presidente de este período es recuperar la legitimidad del Estado. Yo, si estuviera en su cabeza, ¿qué querría hacer? Lograr esa legitimidad. Nunca va a poder recuperarla totalmente, pero sí en parte. Y entonces te debilita, te tracciona, te crea problemas que antes no tenías. Ya estás en otro nivel de problemas. Te quita planes trabajar, debilita a los grupos piqueteros. Claro, no iba a haber un desarrollo permanente de los grupos piqueteros hasta la victoria final.
Lo que pasa es que a los nuevos problemas no se puede dar respuestas viejas. Hoy el problema no es el corte de rutas.
Pero visto en el largo plazo, se generaron grupos autónomos del Estado, de los partidos y de las centrales sindicales. Eso está ganado. Hay cientos de grupos autónomos.
Aunque se haya desarmado buena parte del clima de protesta social, partimos de unos niveles de autonomía del Estado, los partidos y los sindicatos, que nunca existieron. Y algo más: yo siento es que esos espacios de autonomía se están consolidando y creciendo de otra manera: siendo autónomos en lo material, como nunca lo fueron. O arraigando sus autonomías en espacios físicos que les permiten tener una escuela, una salud propia, proyectos propios.
Entonces podemos ver un horizonte en el cual el próximo ciclo de protesta va a partir de espacios autónomos ya existentes y probablemente muchos de ellos territorializados. Y ese punto de partida para el próximo desafío que haya que afrontar, es infinitamente superior al que había en el 88, 89 o 90, cuando quebró el movimiento sindical como eje ordenador del movimiento popular.
-Anoté una frase: el problema no es el corte de ruta. ¿Cuál es el problema?
-Para los piqueteros, el tema hoy ya no es el corte de rutas.
El tema es el crecimiento hacia adentro. Lo plantea el MTD de Solano, y antes todavía el MTD de La Matanza. Durante el pico del reparto de planes sociales, los piqueteros de La Matanza eran como un adorno, porque rechazaron esos subsidios del gobierno. Hoy están inaugurando su propia escuela. Y hay cientos de grupos autónomos del Estado, de los partidos y de los sindicatos. Ya no son un adorno. Empiezan a ser un referente: demuestran que se puede construir sin planes. Es más: se debe construir sin planes.
¿Por qué? Porque si no si no construimos sin planes, todo es muy frágil.
Hay cosas que no funcionan más. Llevo a la gente a la ruta. Corto, me dan planes, gestiono los planes, y con eso agarro a la gente, la llevo al galpón y trato de concientizarla y politizarla. Ese esquema ya no funciona.
Entonces tenemos que aprender a trabajar de otra manera. El llamador en el futuro no van a ser los planes sino la capacidad de autocuidado de la salud, de la alimentación, ese va a ser el llamador de los grupos piqueteros. Y tenemos muchas fábricas recuperadas. Algunas son horribles y otras son muy buenas. Y si estás produciendo en una fábrica en condiciones que no son a mi modo de ver las más interesantes, porque son verticalistas o lo que sea, bueno: a un patrón no le vas a cambiar el modo de producir pero en una cooperativa hay chance de hacerlo. Y muchas lo hacen. Es poco a poco, porque la difusión de lo nuevo en los movimientos nunca es homogénea. Como no fue homogénea la transición del mono al hombre. Sucede en uno o dos lugares y después se generaliza.
Estoy convencido de que más allá de sus líneas internas, y diferencias, muchos grupos van a tener que hacer lo mismo. Mirá la CCC que es un grupo que par mí tiene un interés relativo. Pero en el tema de salud trabajan muy bien. Y en algún momento van a tener que cultivar, o lo hacen sin que sepamos. O los MTR que son otra línea que también está cultivando la tierra.
A todo esto yo lo llamo la producción de vida, y es una tarea que está asumiendo el movimiento popular: los piqueteros, las asambleas, las fábricas. Veremos hacia dónde va. No hay un camino trazado, la gente lo va haciendo.
Son cosas incipientes, pero vigorosas, y van más allá de las etiquetas y las ideologías. Porque si hablamos de “horizontalidad”, eso es algo bueno, pero no es un requisito para valorar un trabajo como interesante. Si es horizontal, a mí me gusta más, pero tal vez haya cosas en las que yo me equivoque y mañana descubra que no pueden ser horizontales.
-¿Ejemplo?
-La defensa militar de una región autónoma no puede ser horizontal. Tiene que estar Marcos ahí defendiendo. Y por ahí ciertas gestiones o ciertas cosas tengan que ser múltiples, en varias velocidades a la vez, en varios planos.
-Sin caer en nuevos dogmas.
-Claro, no reducir la riqueza, la multiplicidad a una sola característica.
-Hay un debate en todo esto, entre quienes sostienen que hay que tomar el poder, y quienes no. Mucha gente piensa que eso de los peces, los jardines de infantes y demás, no le hacen ni cosquillas al poder, al que hay que salir a confrontar. Y que los cambios verdaderos llegarán cuando se tome el poder.
-Yo parto de que no es bueno tomar el poder. Probablemente esa formulación sea válida, como lo plantea Marcos y lo teorizan otros, pero tal vez es básicamente un buen punto de partida para empezar a trabajar. Lo que dice Marcos me parece más fecundo aún. Pensemos qué tipo de militante, de activista y de ser humano surgiría de una política que no se propone tomar el poder.
La pucha, es difícil, es interesante. ¿Qué sería? ¿Un apóstol? ¿Un impulsor o disparador de cosas?
A mí me parece que en algún momento hay que moverse de esa polaridad: toma o no toma del poder. Yo tal vez me esté moviendo. No voy a ir a la idea de la toma del poder, eso lo tengo descartado, pero sí a una posición más flexible en la cual aún no queriendo tomar el poder estatal, que para mí sigue siendo lo válido, haya que buscar formas de construcción de alguna forma no-Estado, Estado sin Estado, a escala descentralizada.
O sea, construir un tejido de poder no estatal. ¿Puede haber un poder no estatal? Quizás haya que construir poder. Pero ¿tiene que ser estatal? ¿Todo poder debe cuajar necesariamente en la forma Estado? ¿Cuáles son las características de la forma Estado que rechazamos?
Bueno pensemos: la homogeneidad, la centralización, la verticalidad, pero que además parecen formas únicas y hegemónicas y válidas para todo tipo de organización social.
Yo siento que vamos caminando hacia formas múltiples de organización más vinculadas a las tareas que hay que cumplir que a un modelo a reproducir. Porque el principal problema de la forma Estado es la opresión. Yo lo veo así, como una losa que oprime, que divide aguas entre el poder de unos, y el no poder hacer de otros.
Y en la medida que el poder hacer, la capacidad de hacer como dice Holloway (John Holloway, autor de Cambiar el mundo sin tomar el poder) se difumina en la sociedad, se crean miríadas de formas de poder que en algún momento se pueden vincular entre sí y construir formas de poder no Estatal.
-Me imagino aquí a un ortodoxo diciendo “¿de qué habla este hombre? El poder hay que tomarlo porque de lo contrario, no se cambia nada. Es un argumento simple y fuerte. El suyo en realidad es complejo, trabajoso. ¿Puede ser que la dificultad sea justamente que se trata de una idea tal vez nueva, pero no acabada?
-Absolutamente. Yo siento que no trabajamos con ideas acabadas, sino con una deconstrucción y movimiento permanente. Y estamos acostumbrados a pensar en fijo y no en movimiento, en tránsito. Acá el desafío es “Pensar sin Estado”, como el nombre de un libro que salió hace poco (del recientemente fallecido Ignacio Lewkowicz).
Sacarnos la forma Estado de la cabeza, que no es nada fácil, y sobre todo poder ver que el Estado no es algo neutro, sino una forma capitalista.
En Clacso me decían unos compañeros: “Hay que formar cuadros”. Y yo contestaba: ¿no te parece que formar cuadros es hacer capitalismo?
Ahí está el problema, cómo construir espacios de poder colectivo e individual, y autónomo, sin construir Estado ni relaciones capitalistas.
Es un desafío. La humanidad está en período de ebullición y crisis de los paradigmas viejos. Todo el mundo coincide en que los partidos políticos están en una situación de colapso, de crisis. Yo digo ¿son solo los partidos políticos los que están en crisis?
¿O la crisis de los partidos es un emergente de una crisis más profunda que abarca a todo lo que es organización, la forma Estado como forma de organización?
Dejemos esa pregunta abierta, a ver cómo opera en nuestras prácticas y nuestras reflexiones.
Y yo creo que hay movimientos que están trabajando, algunos conscientemente y otros no, sin crear forma Estado. Es muy curioso lo que pasó con las asambleas. Muchas asambleas prefirieron desaparecer antes que congelarse en forma Estado.
-Quiere decir: antes de burocratizarse como aparatos orgánicos.
-Exacto. Entonces, que todavía haya más de 60 asambleas en Capital metidas en la vida cotidiana, y con algún tipo de actividad, produciendo, trabajando, y sin forma Estado, es una verdadera maravilla. Yo me puedo agarrar de dos cosas. Una es decir “ah, eran 300 asambleas, ahora son 60, y en vez de un promedio de 200 personas cada una, tienen 15 ó 20”.
Si esa es una realidad. Pero la otra realidad que yo trato de ver también es que los que quedan trabajan sin forma Estado: a la pucha.
-¿Y todo eso no es funcional al poder? Trabajan, comercializan, se ocupan de la salud y la educación, y le facilitan todo al sistema, que se ve fortalecido.
-Yo lo veo distinto. Son espacios donde no está entrando el capitalismo, y lo están debilitando. Y además le enseña pedagógicamente a la sociedad que es posible curar la salud, educar, intercambiar, y hacerlo de otra manera.
¿Cuánto puede tardar en generalizarse? No sé. Capaz que nunca se generaliza y antes viene el retorno de la barbarie y estalla la bomba atómica, la crisis ecológica y desaparecemos todos.
Pero no creo para nada que esas experiencias sean funcionales al poder. Para nada. Es la desconexión con el capitalismo. Una fuga. Yo aprendí en Haití cómo los negros echaron a los colonizadores blancos esclavistas, pero al quedarse con las haciendas, se convirtieron en patrones negros con esclavos negros. La producción esclavista no cambiaba. Sólo cambiaba el amo.
Dicho en un sentido taoísta -esto a alguno le parecerá una chantada pero es lo que yo pienso-: la lucha de contrarios la lucha contra el poderoso ¿me fortalece o me debilita? Los orientales sostienen que se fortalece al otro. Por eso a veces hay que enfrentarse, pero también hay que entender que la polaridad del enfrentamiento me sitúa en la misma lógica del que me oprime. La lógica del opresor y el oprimido es la misma.
Hay un texto El sueño del pongo del peruano José María Arguedas, que recupera de la historia oral. El pongo es un siervo de la hacienda, que sueña su liberación. Viene un ángel que unta al pongo de estiércol, y al amo de miel. Y desde el cielo les dicen que se laman el uno al otro por toda la eternidad. El amo se humilla al lamer mierda, y el pongo lame miel.
Perfecto, se invirtió la tortilla, pero ahora el opresor está en el lugar del oprimido, y el oprimido en el lugar del opresor. Pero no hay una liberación sino una nueva dominación.
No caigamos en lo mismo. Por eso no puede ser un objetivo humillar a los opresores, ni siquiera derrotarlos. Esto es muy fuerte. Pero yo ahí reivindico otra vez al zapatismo cuando dice “un mundo en el que quepan todos los mundos, incluso los opresores”. No para que nos sigan oprimiendo.
O cuando hablan de las ideas. Ellos no hablan de síntesis, al estilo dialéctico, porque la síntesis es siempre excluyente. Trabajemos con la idea del arco iris, donde un color esté al lado de otro sin que ninguno se imponga al otro. Pensar en multicolor y no en monocolor, es un ejercicio que podríamos tratar de hacer.
-Difícil cuando hay toda una tradición, himnos, canciones populares y demás dedicados a celebrar la destrucción del enemigo. Pasa hasta en las guitarreadas de los movimientos autónomos.
-Es que trabajan con la idea de simetría. Ese pensamiento simétrico del pongo no puede ser un pensamiento emancipador. Es un pensamiento reproductor de la opresión.
-Pero si nada es lineal y todo es abierto, la pregunta es lógica: ¿Por qué descartar la idea de la toma del poder?
-Porque vamos a ser más capitalistas. El problema para mí lo plantea Holloway de modo brillante. El asunto no es destruir al capitalismo, sino dejar de producirlo. Nosotros con esas prácticas, reproducimos capitalismo.
-Estos debates se producen en el llamado campo popular, pero parecen insalvables, y mucha gente lo ve como un síntoma de fragmentación. ¿Eso es bueno o malo? ¿Lo bueno sería lograr una unidad de pensamiento?
-Creo que en la etapa actual del capitalismo, que yo la siento como una etapa de desintegración, la unidad no es deseable ni posible. Un pensamiento, un lenguaje, una visión totalizante, no son posibles.
Pero te digo más. Acabo de participar en una discusión muy interesante donde decíamos: si el capitalismo se está desintegrando, si los espacios de control tradicional, la familia, la escuela, la fábrica, el cuartel, los partidos, los sindicatos, están desestructurados. Nosotros,
¿cómo potenciamos la desintegración del capitalismo?
¿Organizando a la gente? ¿Sustituyendo a Taylor y al cuartel? ¿O potenciando esa desintegración? ¿Cómo trabajamos? Es una duda que tengo. Si organizamos mucho a la gente, como tratan de hacer algunos movimientos, ¿no estamos resolviendo la crisis de desintegración del capitalismo? Porque además nosotros siempre hemos pensado -los de la izquierda marxista- que la transición de una sociedad a otra, del capitalismo al poscapitalismo, con el nombre que sea, es un proceso dirigido.
Eso implica que alguien lo dirija. Y ese partido, vanguardia o lo que sea, es una nueva opresión, está demostrado. Entonces, ¿podemos pensar una transición, como dice Imanuel Wallerstein, que asuma la forma de desintegración?
A la vez, se ven esos rasgos de desintegración, como otros de recomposición. Si uno mira 50 años atrás, se han multiplicado las formas de desintegración que pueden asumir formas muy violentas, muy catastróficas, muy terribles. Pero ¿no serán necesarias para reconstruir un tipo de sociabilidad que sea mejor que la que tenemos hoy? Otra pregunta abierta.
Yo lo que le pido a los compañeros es que abramos nuestra cabeza a pensar otras ideas, no congeladas. No pensar que lo yo digo es lo bueno y maravilloso.
Experimentemos. Ahora: si en ese tránsito hay cientos de islas auto gestionadas, como dice Marcos, no para solazarse en la isla sino para usarlas como barquitas que se conecten unas a otras, ¿no pueden ser esas miles de islas -los 4.000 asentamientos de los Sin Tierra en Brasil, por ejemplo- no pueden ser la bases para la reconstrucción de algo mejor? Quizás sí. Quizás no. Pensemos esta posibilidad. Y dejemos las preguntas abiertas.

***

El diálogo bajo la mirada de Groucho Marx y Vittorio Gassman en las fotos de las paredes fue nuevamente interrumpido, esta vez por la camarera quien pareció intuir que -grabador mediante- allí estaba perpetrándose un reportaje a un escritor. “Y yo amo la literatura”. Zibechi le dejó una tarjeta y ella trajo el último café.
-¿Cuál es su impresión sobre los medios de comunicación?
-Espantosa. El rol de los periodistas y comunicadores ya es como el de los dirigentes. Se ponen en un lugar central, clave, tienen el poder, o eso creen. Me gusta más la idea del periodismo como transmisor, el que pone en contacto una cosa con otra, un facilitador, pero no el que ocupa un lugar central. Me gusta el periodista como voceador, para que otros a su vez tomen esa voz y formen una cadena”.
-En el rol de analista político de lo que ocurre en la región: ¿qué ocurre en la región?
-Estamos en un momento de inflexión. Según para donde caiga la moneda, que está tambaleando, se definirán los próximos tiempos. El gobierno de Kirchner está en una situación en la cual no se va a poder mantener mucho tiempo. Va a empezar a sufrir una ofensiva fuerte por parte de la derecha nacional, internacional, del FMI, etcétera.
Y el gobierno de Lula, que hasta ahora ha tenido una luna de miel con el capital, tiene por un lado la ofensiva de los Sin Tierra, y por el otro la de la banca internacional que duda de su capacidad para pagar deuda externa y empieza a subir el riesgo país en Brasil. Es una coyuntura en la cual el gobierno de Lula va a tener que tomar una definición más clara aún. Hasta ahora optó por la banca internacional pero en la medida que la gente se moviliza algo tendrá que hacer.
Entonces intuyo que los equilibrios actuales se irán moviendo en los próximos meses hacia una decantación de algún tipo que provocará que una coyuntura fluida y abierta como aún lo es en la región, se congele, se defina, por un tiempo.
Este es un escenario abierto, pero no se va a mantener por mucho tiempo.
-¿Y qué pasará con un gobierno como el de Kirchner?
-Es una situación de equilibrio. Kirchner plantea ciertas cosas con la deuda externa que el FMI y los acreedores no están dispuestos a tolerar, y a la vez hay desequilibrios internos que van a tener que zafar por algún lado. Porque el crecimiento de la economía en algún momento se estabilizará. El PBI no podrá crecer al 8 o 9% todos los años. Es imposible. Más aún si eso depende de la exportación.
Yo siento que estamos al fin de un período de gracia en la región. Estados Unidos necesita compensar los desequilibrios que sufrió. Fracasó dos veces en Venezuela, con el golpe y con la huelga petrolera, hay una consolidación del gobierno de Chávez, y las cosas no se van a mantener siempre así. Creo que la ofensiva imperial es cercana en la región. Y ante eso, veremos.
-¿Qué pasará?
-Misterio absoluto. Por ahora, el que lea La Nación (diario publicado en Buenos Aires) descubrirá que la derecha está rearmando un discurso y buscando brechas por donde meterse. A la vez hay una lógica inmediata de política estatal por la cual Kirchner es producto de una amplia movilización social, pero su sostenimiento no puede ser producto de la movilización, porque lo debilita.
-¿Por qué?
-Porque la movilización social de reclamo tiene que ser contenida o con programas económicos, o con represión. Cualquiera de las dos variantes genera un cambio en el escenario. Yo creo que estos gobiernos que aparecen fuertes porque tienen mucho apoyo de la opinión pública, en el fondo son débiles.
-¿Y cómo se supera esa debilidad?
-Mi intuición es que va a intentar navegar a dos aguas. Puede ser un Lula. No te digo un De la Rúa pero puede quedarse como un Lucio Gutiérrez. Es una gran inestabilidad. Y creo que no lo agarra bien parado al gobierno.
-¿Por qué?
-Porque está buscando contemporizar. Ante la ofensiva Blumberg no se planta bien: se para a medias. Ante la ofensiva del Fondo tampoco se planta, ni trata de arrastrar a otros gobiernos, sino que termina cediendo. Entonces yo creo que el hilo del lado del movimiento popular y lo progresista, se rompe por el lado de la deuda. Fijate que Brasil el año pasado pagó por concepto de intereses de la deuda 50 mil millones de dólares. Es poco menos que un tercio del PBI argentino y el 10’% del PBI brasileño. Un país no puede pagar 10% de su PBI en intereses de la deuda, y tener planes sociales. Una cosa o la otra. Entonces la deuda es una forma de succión de recursos y depredación de los países. Y eso se frena, o no se frena.
El otro gran problema que veo es que no se puede romper con el neoliberalismo sin una profunda crisis política, económica y social en nuestros países. Y tengo la intuición que el gobierno de Kirchner no está dispuesto a pagar esos costos. El de Chávez, con el que no simpatizo, sí parece dispuesto. Y el de Lula, menos que el de Kirchner.
La estabilidad favorece lo que hay. Y es muy difícil convivir con la inestabilidad. Se ve en Venezuela, los golpes, las clases medias en la calle, el odio y las broncas.
Pero es mentira que el neoliberalismo sea una cuestión solo de las élites. El neoliberalismo ha beneficiado a muchos. Incluso los que estamos en esta confitería. Yo tengo que decir con sinceridad que no soy un perjudicado por el neoliberalismo. Yo estoy bien. Si estuviera viviendo en Europa estaría mejor. Pero si miro alrededor, la pucha. Entonces también hay que tener esa conciencia. No soy un perjudicado por el neoliberalismo, pero por una cuestión puramente ética -ni siquiera de conciencia- tengo que pensar: ¿estoy dispuesto a pagar los costos de un cambio? A lo mejor puedo perder cosas, y en vez de ver televisión color tendrá que ser en blanco y negro, Y en vez del último modelo tengo que usar una motito, o un modelo viejo, y ese es el costo para la reintegración para poder ir tranquilo.
Hay costos en lo personal, lo cotidiano, y tengo que pensar esas cosas porque si no es falso lo que estoy diciendo.
Si hay una salida del modelo probablemente mis ingresos se vean mermados. De hambre no me voy a morir a esta altura de mi vida, pero es una realidad.
Si miramos las cosas desde ese lugar, la salida del neoliberalismo es más complicada de lo que parece porque la mayoría de los que están como yo va a protestar, como en Venezuela, para que los negritos se queden en sus casas. No es fácil. La pucha que no.

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Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular

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La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concedió tres audiencias temáticas a las organizaciones de la sociedad civil de Argentina para escuchar el impacto de las medidas regresivas que adoptó el Estado en políticas sociales, económicas y culturales. El gobierno de Javier Milei debió responder en Washington, sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), ante las autoridades internacionales respecto a la vigencia de los derechos humanos en nuestro país. Hubo en total tres audiencias:  

  • Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular;
  • Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género;
  • Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos.

En el caso de violencia contra las mujeres y niñas, la presidenta de la CIDH Roberta Clarke planteó que se trata de “delitos de lesa humanidad”. La actitud del gobierno argentino, y los detalles de cada una de las audiencias.

Por Lucrecia Raimondi

Las audiencias ante la CIDH que se llevaron a cabo el jueves 14 noviembre reunieron a organizaciones sociales y de derechos humanos en la sede de la Ex Esma, desde donde se realizó la conexión. Fueron solicitadas por entidades de derechos humanos, políticas, sindicales, feministas, sociales, académicas y religiosas.

Durante el 191º Período de Sesiones, en un hecho inédito, la CIDH otorgó a la Argentina el tratamiento de tres temas:

  • El “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular”;
  • la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género”;
  • el “Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos”.

En 10 meses de gestión, el gobierno de Milei debió presentarse cuatro veces a la CIDH para dar respuesta ante los reclamos de la sociedad civil por la violación a los derechos humanos. La primera fue en julio de este año sobre la “Situación de la protesta social y el derecho a la libertad de expresión” a partir de la represión durante el tratamiento de la Ley Bases en el Congreso Nacional. 

Los representantes del Estado argentino sostuvieron la postura ultraliberal del presidente Javier Milei en todos los ámbitos internacionales de derechos humanos. Ante la CIDH, las intervenciones del gobierno y de la sociedad civil mostraron un país con una profunda división. En la exposición de los funcionarios oficiales quedó explícita su postura en “concordancia con los principales lineamientos del gobierno” en relación a la “racionalización de la gestión de los recursos disponibles”, según ellos como consecuencia de “la herencia institucional, económica y social recibida por la actual administración”.

En las tres audiencias el ex juez Alberto Baños, a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, argumentó que “los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes y la reducción de personal ineficiente, tienen que ver con la búsqueda de saneamiento que permita un renacimiento de la economía”. Las intervenciones de Baños se vieron plagados de un tono entre irónico y agresivo hacia las políticas de derechos humanos, con la habitual retórica oficialista que justifica la regresión en materia social amparándose en la crisis económica. 

Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil presentaron informes detallados del impacto negativo de las políticas de ajuste y desregulación del Estado en tres áreas donde Argentina es un ejemplo para el mundo:

  • la colaboración comunitaria contra la pobreza en los barrios vulnerables,
  • la lucha social por la erradicación de la violencia de género,
  • las políticas de memoria, verdad y justicia por la no repetición del terrorismo de Estado.

La sociedad civil peticionó a la CIDH una visita a la Argentina para monitorear la situación con el fin de impulsar al Estado a cumplir con sus obligaciones y respetar los estándares internacionales de derechos humanos. 

Milei pretende diferenciarse de la Agenda 2030, consensuada en la ONU como el “Pacto del Futuro”, que reúne esfuerzos para garantizar derechos de tercera generación y de incidencia colectiva.  “Aunque bienintencionado en sus metas, es un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”, disertó el presidente de Argentina en septiembre ante la 79º Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Al cierre de su discurso advirtió que “la Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio, ni la violación de los derechos naturales de los individuos, no importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución”. En esa línea fue la intervención de Baños, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular

La economía popular y el avance narco

La primera audiencia sobre el “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular” fue solicitada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) junto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (WIEGO).

La principal denuncia de este sector fue la falta de entrega de alimentos a los comedores comunitarios, el desmantelamiento de los programas de empleo social, la persecución y la estigmatización de las organizaciones sociales. Natalia Zarza, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos e integrante de la UTEP describió la dramática situación de los barrios populares ante la falta de alimentos: “No llegamos a fin de mes, no tenemos a la noche un plato de comida todos los días. Los espacios que brindan los alimentos a los pibes se hacen de manera amorosa y con compromiso, son una herramienta fundamental de contención. Pero cuando el Estado se retira avanza el narcotráfico que le destruye el proyecto de vida a nuestros pibes. Estoy acá con mucha bronca, vengo para que me escuchen. No somos fantasmas, somos los que sostenemos los comedores comunitarios dándole de comer a los chicos y los ancianos de todos los barrios de la Argentina”. 

Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP, explicó las consecuencias de la política de ajuste: “En nuestro país hay 10 millones de indigentes, hay más de 20 millones de compatriotas que están en la pobreza que no pueden comer todos los días, que saltean comida. El gobierno congeló el salario social complementario, implica que el Potenciar Trabajo, que percibían trabajadores y las trabajadoras de la economía popular producto de una tarea socio productiva, cayera en peores condiciones sociales de las que estaban en términos de pobreza. El gobierno tomó una decisión de avanzar en un proceso de ajuste, no solo en la política de economía popular, sino en muchas políticas. Nosotros hacemos mucho hincapié en que cuando se destruye la comunidad avanza el narcotráfico, se rompen las redes de contención social y de contención comunitaria”.

Además Gramajo detalló: “Lo que hemos planteado hasta acá es producto de las decisiones que ha tomado el gobierno. Los trabajadores de la economía popular y trabajadores formales van perdiendo su trabajo y su poder adquisitivo, los jubilados y jubiladas caen en la pobreza, millones de niños y niñas van todos los días a dormirse sin comer, más de 10.000 empresas han cerrado, privatizó las empresas del Estado. El gobierno decidió desfinanciar la educación y la salud pública” y concluyó que para la sociedad civil peticionante “esto representa un plan de miseria planificado, un plan de exterminio social y una gran crisis humanitaria que necesita el acompañamiento de los diferentes organismos internacionales. Porque el avance en el narcotráfico que se ve en el territorio argentino y también la gran tasa de suicidios que ha aumentado violentamente, son producto del deterioro económico y social que está viviendo nuestro pueblo”. 

En respuesta a los planteos de las organizaciones, Baños acusó a Gramajo de tener un “discurso político”, habló de infiltrados en las manifestaciones, de comedores fantasmas y tildó a la militancia social de coercitiva. Además sostuvo que “las políticas de intermediación y asistencialismo clientelar llevaron al país años de pobreza estructural” y agregó que “durante épocas de pobreza estructural y asistencialismo clientelar, tampoco se presentó ningún pedido de audiencia pública”, cosa que en la Ex Esma fue interpretada como una chicana.

Ante la pregunta del comisionado Caballero sobre si era una proyección o un dato concreto que la pobreza disminuyera a la par de la baja de la inflación, Baños agitó el discurso libertario: “No es que en el segundo semestre del 2024 la pobreza bajó sino que en este segundo semestre estamos viendo que la pobreza empieza a bajar a partir de una sostenida baja en los índices de inflación”.

Al cierre de su intervención sobre este tema, Baños describió para quién gobierna el presidente: “La gestión encabezada por el presidente Milei es para mejorar la calidad de vida de los argentinos de todas las clases socioeconómicas, apuntar a lograr una vida en libertad y hacer de la propiedad de cada uno un fin en sí mismo”. 

La voz de los marginados

Roberta Clarke, presidenta de la CIDH, se dirigió a los funcionarios en relación a las respuestas insuficientes del Estado y la evidente falta de diálogo ante los reclamos de los trabajadores de la economía popular: “Quiero invitarles a las dependencias del Estado a que básicamente reconozcan los derechos humanos y políticos en el marco de los derechos humanos. ¿Entienden esta lucha de poder que existe entre las instituciones y las personas? Por ejemplo, eso tiene que ver con la distribución de recursos. Cuando hay desigualdades muchos quedan afuera en sus necesidades, no son cumplidas. Esta es la historia que vive nuestra región, de arriba hacia abajo. Entonces, el marco de los derechos humanos dicta que los Estados tienen que proteger los derechos y los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil tienen el papel de monitorear lo que están haciendo los Estados para cumplir con los derechos humanos. La Comisión también tiene que ser la voz de los marginalizados”. 

Además, se refirió a la denuncia por la estigmatización y las campañas de desprestigio al sector de la economía popular que sostiene los comedores en los barrios: “La sociedad civil y los defensores de derechos humanos no deben recibir ningún tipo de represalia. Deben en forma sustantiva ser esa voz, no solamente una voz desde afuera, sino una voz que puede sentarse a la mesa de negociaciones para que se vean sus perspectivas, para que se vea el monitoreo que han realizado en cuanto a las políticas. Los defensores de derechos humanos están trabajando con mucho valor en contra de los poderes que tiene el Estado y por supuesto esto lo vemos en toda nuestra región. Así que quiero honrar la integridad del trabajo que están haciendo ustedes y sus intenciones”. 

“La violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”

En la segunda audiencia sobre la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género” participaron como peticionantes Amnistía Internacional, el CELS, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Fundación Mujeres x Mujeres y la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables. Los principales ejes de denuncia fueron el cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades y su posterior cartera disminuida en Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, la reducción drástica de los Centros de Acceso a la Justicia, el desfinanciamiento de la línea telefónica 144, del Programa Acompañar y el Programa Acercar que brindaba asistencia integral a las víctimas de violencia de género.

Destacaron la falta de políticas de prevención del abuso sexual en la infancia, las barreras para el acceso al aborto legal, el cierre del Plan ENIA de prevención de embarazos no deseados en la adolescencia, más el desmantelamiento de programas que promovían la equidad de género en empresas y de ayuda económica para personas trans. La audiencia comenzó con un claro mensaje de Clarke: “Dediqué casi toda mi vida profesional a este tema y no se ha visto una disminución en las estadísticas. Tal vez no contemos con cifras exactas por subregistro, pero la violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”.

Natalia Gerardi, directora ejecutiva de ELA, puso en contexto a la CIDH: “Desde que asumió el 10 de diciembre de 2023, el actual gobierno ha atacado sistemáticamente los derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y personas LGBT. Desmanteló políticas públicas exitosas, desprestigió sin evidencias las instituciones encargadas de garantizarlas, recortó de manera arbitraria las partidas presupuestarias y redujo el personal que sostenía la implementación de las políticas públicas mediante despidos masivos. Con estas acciones el Estado incumple pactos y tratados internacionales vigentes como la Convención de Belém do Pará y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)”.  Gerardi explicó que el desmantelamiento sistemático de estas políticas “se enmarca en un acelerado proceso de des responsabilización, el Estado Nacional abandona a las mujeres renunciando a su rol de rectoría en materia de política pública y garante de un piso mínimo de derechos en todo el país” y enfatizó en que “son medidas regresivas tomadas en manifiesto incumplimiento de los principios de progresividad y no regresividad en derechos humanos”.

Juliana Miranda, del Centro de Estudios Legales y Sociales, cuestionó ante la CIDH la actitud internacional del Estado argentino: “Nuestro país fue el único que se negó a firmar la Declaración sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres del G20. Hoy mismo, hace unas horas, en la Asamblea General de Naciones Unidas, Argentina fue el único estado de 184 países que votó en contra de una resolución que llama a intensificar esfuerzos contra la violencia contra mujeres y niñas en el entorno digital. Estas acciones regresivas del Estado, en términos de protección del colectivo de mujeres y personas LGBT, es contraria a los estándares fijados por la normativa internacional y los antecedentes del sistema interamericano e incluso los compromisos que asumió en la emblemática solución amistosa por el intento de feminicidio y actuación estereotipada y discriminatoria en perjuicio de Ivana Rosales”. 

En ese sentido, Miranda analizó lo discordante de esta posición en relación a los derechos adquiridos con que cuentan las niñas, mujeres y disidencias en Argentina: “Este giro en la política exterior alejó al país de sus alianzas en América Latina y de los foros multilaterales regionalistas en los que promovió el avance de la protección de este colectivo, con la excusa de considerar los derechos humanos como ineficaces e ideológicamente dirigidos. Argentina se está alejando de su rol de liderazgo histórico en la promoción de derechos de las mujeres, iniciativas contra la violencia de género y la promoción y protección de derechos sexuales y reproductivos”. 

La respuesta de Baños fue la misma: la crisis económica y la ineficacia del Estado. “Los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes. La reducción de personal ineficiente tiene que ver con la búsqueda de saneamiento que permitan un renacimiento de la economía. Por la reestructuración total, los programas del ministerio fueron asumidos por la entonces Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, donde se evaluaron oportunamente las estructuras organizativas. El análisis realizado puso en evidencia la superposición de tareas y duplicación de funciones con el consecuente exceso de personal, incluyendo coordinaciones y programas con objetivos similares. Se detectaron inconsistencias en materia patrimonial, incluyendo el incumplimiento de la aplicación de la normativa vigente en relación al seguimiento, supervisión y rendición de cuentas. Atento a eso, fue necesario llevar adelante un realineamiento de las acciones y programas provenientes de la ex subsecretaria”, justificó Baños. 

Además, el Secretario de Derechos Humanos desacreditó y desconoció la especificidad de las políticas llevadas adelante hasta el momento, diseñadas y articuladas con actores sociales especializados en materia de género: “No existe, como pretenden las organizaciones peticionantes, un retroceso o proceso de desarme, desmantelamiento y el remanido y machacante uso de la violación al principio de progresividad y no regresividad porque son inexistentes las políticas orientadas a proteger, acompañar y asistir a la persona que se encuentra en situación de vulnerabilidad”. 

Proyectos de vida y niñas violadas

Ante la falta de reconocimiento del Estado de Argentina a las políticas iniciadas contra la violencia de género y por la igualdad de las mujeres, el comisionado José Luis Caballero Ochoa apuntó: “Lo que no se nombra no existe. Esta es una convicción que me parece muy importante en el terreno del derecho de los derechos humanos. Si decían ustedes que la violencia no tiene género, si decimos que la violencia no tiene género, la protección del género no existe cuando hay discriminación estructural de años sobre grupos o colectivos tradicionalmente invisibilizados como las mujeres y el colectivo LGBTI, en violencia de género o en políticas de cuidado. Si no se protege, no existe. Este es un principio básico del derecho internacional de los derechos humanos, del derecho discriminatorio, de la igualdad. En ese sentido, debemos tener visiones muy claras desde la Comisión Interamericana”.

Amplió su llamado de atención dirigiéndose al Estado argentino luego de escuchar su postura: “El principio de progresividad es un principio que forma los derechos humanos. Los derechos humanos son universales, progresivos, interdependientes, indivisibles, inalienables. La prohibición de regresividad es un piso mínimo que tenemos en el patrimonio de la evolución del derecho internacional de los derechos humanos”.

En línea con su colega, la presidenta de la CIDH reforzó: “Me siento dando un sermón. A pesar de la ideología de igualdad de género, los actores estatales tienen que responder. Gran parte de la arquitectura del Estado comparte la cultura prevaleciente en donde se normaliza e invisibiliza esa violencia específica contra las mujeres. Entonces les pido como funcionarios del gobierno tener la conversación sobre por qué se tiene que nombrar, nombrar específicamente es importante porque tiene importancia simbólica”. 

El secretario de Derechos Humanos cuestionó a las peticionantes respecto al acceso al aborto legal con una postura antiderechos: “La Convención Americana de Derechos Humanos protege la vida en general desde la concepción. La República Argentina es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño que su preámbulo establece que la vida se debe proteger tanto antes como después del nacimiento. Seguramente los solicitantes están al tanto de que la Plataforma de Beijing y la del Cairo, no incluyen el aborto entre los derechos sexuales y reproductivos”.

Sobre el desmantelamiento del Plan ENIA, Baños sostuvo: “No es razonable exigir que se lleve adelante una política pública en donde les fallamos a las niñas y adolescentes”.

En respuesta, Clarke interpeló al Estado en relación a la violencia contra niñas, niños y adolescentes: “¿Dónde está la voluntad de proteger a los niños? ¿Cuál es el enfoque del Estado para darles a los niños y adolescentes lo necesario para protegerse? Los adultos tienen la responsabilidad de protegerse, pero se les pueden dar herramientas a los niños a través de la escuela, la educación sexual tiene relación. Doctor Baños, usted en la sesión anterior habló de darles autonomía a los niños para el proyecto de vida. Una niña de diez años que ha sido violada y quedó embarazada, ¿Cómo es su proyecto de vida en realidad? Pregunto para hacerme una idea de cuál es el enfoque de protección de los niños en tales situaciones”.

En su momento de réplica, Gerardi aseveró que “no hay una sola manera de garantizar la implementación de políticas públicas, pero sí hay una sola manera de garantizar su existencia y es con financiamiento en el presupuesto nacional. ¿De qué manera piensan que pueden implementar una política pública de atención y de distribución de recursos económicos para atención de violencia doméstica con cero presupuesto para el 2025? Al mismo tiempo, este presupuesto contiene una enorme cantidad de partidas dedicadas a exenciones tributarias y regímenes especiales como el régimen de minería”. También, contrapuso el cuestionamiento de Baños respecto al aumento de las denuncias a la Oficina de Violencia Doméstica: “Claro que aumentó a lo largo de los años la cantidad de consultas recibidas, porque aumentó el conocimiento y la percepción social de las mujeres, en particular de que hay algo que está mal en las formas de violencia que vivimos y que hay lugares donde podemos recurrir. Eso habla bien de la existencia de una política de conocimiento y difusión de derechos y de conocimiento y existencia de los lugares a los que se puede recurrir para conocer si aumenta o disminuye la incidencia de la violencia en el país”. 

Estela de Carlotto: “Vengo a pedir su ayuda”

Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular

Estela Carlotto (Abuelas) junto a Taty Almeida (Madres Línea Fundadora) y, a su derecha, Carlos Pisoni, de H.I.J.O.S.

El auditorio de la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, en el Espacio por la Memoria Ex ESMA, estuvo repleto de movimientos sociales, organizaciones religiosas, sindicatos, universidades, equipos de investigación, organizaciones feministas, clubes y redes de comunicación comunitaria que acompañaron a los organismos de derechos humanos.

En conexión por videoconferencia expusieron sus opiniones Estela de Carlotto por Abuelas, Taty Almeida por Madres y Carlos Pisoni por H.I.J.O.S. De forma presencial en Washington, participó una comitiva de los organismos integrada por Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS; la nieta restituida Claudia Poblete, Carolina Vilella, integrante del equipo jurídico Abuelas de Plaza de Mayo; Verónica Torras, directora de Memoria Abierta, y el escritor Martín Kohan. 

“Vinimos por primera vez a pedir su ayuda cuando en nuestro país nos cerraban todas las puertas y negaban las graves violaciones a los derechos humanos que estaban cometiendo. Desde ese entonces para nosotras y todos los organismos fue siempre fundamental y de gran importancia su acompañamiento. Ya con 94 años, vengo a pedir una vez más su ayuda ante todos los retrocesos que se viven en la Argentina en materia de derechos humanos y el Proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia. Todavía buscamos a 300 hombres y mujeres que hoy son padres y madres, por lo que también nos encontramos buscando a nuestros bisnietos”, expresó Estela de Carlotto como peticionante.

Durante la audiencia los organismos de derechos humanos expusieron el retroceso en las políticas públicas de memoria restaurativa. Explicaron cómo desde diciembre de 2023 el Poder Ejecutivo concretó sus promesas de campaña en la destrucción simbólica y material de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, de Reparación y No Repetición. A través del desfinanciamiento del Banco Nacional de Datos Genéticos y de las recompensas para la búsqueda de prófugos de delitos de lesa humanidad, el cierre de líneas de trabajo en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) para la búsqueda de los nietos apropiados y del Equipo de Relevamiento y Análisis documental del Ministerio de Defensa orientado a la apertura de los archivos. En paralelo avanzó con despidos masivos de trabajadores, vaciamiento de instituciones y la puesta en venta de sitios de memoria. 

El secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa del Ministerio de Defensa, Juan Battaleme, volvió a justificar el ajuste por “la necesidad de optimizar recursos” frente a la crisis económica. A los trabajadores de los organismos de derechos humanos los acusó de que “actuaban como vengadores”, al Ente Público Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex ESMA) y sus representantes los definió como un “ente opaco e inorgánico que funcionaban sin un superior jerárquico que imponga los criterios de actuación” y que “la arbitrariedad en esta dependencia era moneda corriente”. Battaleme expresó la posición del Gobierno en relación a la apertura de los archivos de integrantes de las fuerzas armadas para identificar su participación en el terrorismo de Estado: “No podemos permitir bajo ninguna circunstancia indagaciones generales o excursiones de pesca. Quiero recordar que toda la información de los legajos personales de militares se encuentran clasificados como secreto militar”. 

En el cierre de su exposición, Battaleme quiso dejar un mensaje: “La lucha por la justicia es para nosotros un compromiso con todos los argentinos, no debe ni puede transformarse en un terreno de venganza o abuso de poder. Avancemos juntos en la búsqueda de un futuro donde la justicia sea para todos y la memoria completa una base sólida de libertad”, aclaró el funcionario con sentimientos de “profundo deber y convicción”. Por su parte, Alberto Baños, reafirmó esta posición del gobierno de Milei: “El problema aquí es que se consideran dueños del relato. Hablan de negacionismo y que se abandona la política de memoria. Pero la memoria es para todas las víctimas. Sin excusas ni banderas. Por las señoras que hoy participaron en el video uno no puede tener sino empatía por la situación que han vivido y siguen viviendo. Pero eso no las puede convertir en directoras de las políticas públicas a más de 40 años de perpetrados los hechos. Nosotros seguimos respetando la memoria de quienes hayan perdido sus vidas y hayan sido víctimas. Pero también el Gobierno está respetando la memoria de aquellos que hayan sido víctimas del accionar terrorista. Hablan de negacionismo pero en realidad pretenden dirigir las políticas públicas en materia de derechos humanos de las que el Estado hace honra y no cede ante las presiones ideológicas”. 

La indignación en el auditorio de Abuelas pesaba en el aire. Estela y Taty negaban con la cabeza, se agarraban la mano, resoplaban por el desagrado de escuchar a los funcionarios argentinos hablar de esa manera ante un organismo internacional de derechos humanos. Los participantes aguantaron las ganas de chiflar y putear. Cuando terminó la audiencia, pudieron descargar: “¡30 mil detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre!”, gritaron entre abrazos y dedos en V en alto, con la convicción de no bajar jamás los brazos. 

El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Arif Bulkan, transmitió por videollamada la opinión de la ONU respecto a la Argentina: “La Oficina que represento comparte las preocupaciones de diversos actores sobre el cambio de narrativa de políticas y de institucionalidad en torno al proceso de memoria, verdad y justicia desde la recuperación de la democracia argentina”. Bulkan reconoció el esfuerzo del Estado y de la sociedad “por enfrentarse al legado de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico militar”. Destacó el trabajo de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, puso en valor los museos y sitios de memoria, en particular la Ex ESMA como Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Arif Bulkan fue categórico en remarcar que la situación económica no puede ser motivo de regresiones en materia de derechos humanos: “La existencia de una crisis económica no debería significar la limitación de recursos humanos y financieros para ciertas áreas de crucial importancia para los procesos de justicia transicional y reconciliación, como lo son las entidades dedicadas al esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. La oficina expresa su preocupación por los riesgos que esto podría implicar para la garantía de los derechos a la verdad, justicia y reparación y garantías de no repetición”. 

Además, expresó que en el Alto Comisionado de la ONU “preocupa la retórica de algunas autoridades que parecerían banalizar o relativizar los crímenes de la dictadura y cuestionar el proceso de juzgamiento de los responsables, lo que tiene un impacto real victimizante en las víctimas de la dictadura y además afecta al derecho a la memoria ante la sociedad en su conjunto. La Oficina quisiera alertar a la Comisión que todos estos cambios podrían contribuir a debilitar el proceso de justicia transicional que fue y es tan importante para nuestra región y al mundo”.

Taty Almeida valoró la postura de los organismos internacionales: Las mentiras que hemos escuchado por parte del Gobierno es lamentable, pero fue muy buena la postura de la ONU y de la CIDH. Los invitamos a que nuevamente vengan para que comprueben personalmente que todo lo que se ha denunciado es la verdad”. Por su parte, Miguel “Tano” Santucho, hijo de desaparecidos y parte del directorio de Abuelas, también expresó a lavaca sentir vergüenza de los funcionarios argentinos: “Una vez más hablaron de revanchismo y de organismos militantes, que lo somos, de una justicia y una verdad histórica que estamos reconstruyendo. Los que niegan toda la información son justamente el Estado Nacional y en particular las Fuerzas Armadas. Ellos saben perfectamente dónde están los 300 hombres y mujeres que estamos buscando. Desde que perpetraron los crímenes de lesa humanidad nunca permitieron acceder ni dieron ninguna información. Y ahora, en una tribuna tan importante como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, nos injurian de esta manera”.

Uno de los comisionados habló de la reconciliación en relación a la justicia transicional, un tema sensible en la lucha por el esclarecimiento de los crímenes de la última dictadura, que fue utilizado para instalar la teoría de los dos demonios y evitar el juzgamiento de los responsables. “Desde los 90 que vengo escuchando la palabra reconciliación -siguió Santucho- y yo siempre dije que la reconciliación es posible en la medida que se pueda hacer justicia, que se puedan hablar, que se puedan aclarar los casos que pasaron, que se puedan recuperar los nietos. Pero no hay ningún tipo de colaboración de parte de los perpetradores del terrorismo de Estado, que no hay ninguna persona que haya abierto los archivos o la información. Es muy difícil plantear una reconciliación porque todavía nos falta mucho por reconstruir y mucha justicia por obtener. Mi postura particular es que cuando tengamos justicia y encontremos los 300 nietos, nos sentaremos a hablar de reconciliación”.

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Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas

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En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.  

La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas

Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).

Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.

El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación.  Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.

Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas

La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.

La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.

El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central

Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).

Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas

—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?

—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.

Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.

No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.

Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.

Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.

De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.

En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.

Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.

En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.

En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.

Mediático

Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.

En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.

Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.

Causas judiciales

En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.

Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.

Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.

Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas

Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.

Vienen días bravos

Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.

Por Carlos Del Frade

El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.

Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.

Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.

Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.

Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.

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Hasta siempre, Mirta

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Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.

Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.

Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.

Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.

Gracias, Mirta.

Presente, ¡ahora y siempre!

Hasta siempre, Mirta

Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca

24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca

Hasta siempre, Mirta

Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca

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