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Roberto Tato Iglesias y la represión en San Luis: “Como en la dictadura, cada noche duermo en una casa distinta”
Tato Iglesias, referente de la Multisectorial de San Luis y creador de la Universidad Trashumante, y otros siete opositores “están marcados” según la advertencia que le hizo un funcionario municipal, mientras el gobierno nacional aún mira para otro lado.San Luis hierve. Rodríguez Sáa moviliza patotas oficialistas, pero no doblega a los opositores que piden la intervención de la provincia. (El jueves 13 de mayo a las 19, en Espinosa 2114 de Buenos Aires, la Universidad Trashumante y el MTD han convocado a una multisectorial para coordinar medidas frente a la situación).
“Estamos igual que en la época de la dictadura. Yo estoy durmiendo cada noche en una casa distinta”, dice Roberto Tato Iglesias, creador de la Universidad Trashumante, sociólogo, y uno de los militantes más activos de la Multisectorial compuesta por 64 organizaciones que pide la intervención nacional a los tres poderes de la provincia de San Luis.
Es la noche del jueves 6 de mayo y acaba de terminar una nueva marcha opositora al régimen de Alberto Rodríguez Saá. El oficialismo movilizó unas 3.000 personas para coparle a la Multisectorial la Plaza Independencia, donde se erige desde hace tres meses la Carpa de la Dignidad, donde los docentes puntanos exigen dar marcha atrás con la derogación del estatuto docente decretada por el gobernador.
En la marcha participaron el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y la representante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas. También estuvieron los diputados nacionales José Roselli y Patricia Walsh, entre otros. Todos hablaron al final de la movilización, en la Plaza del Correo, y responsabilizaron al gobierno nacional, haciendo blanco en el ministro de Interior, Aníbal Fernández. “Aquí no existe la división de poderes –señala Iglesias-. Cuando hay represión no tenemos a quién recurrir. La semana pasada, mientras negociábamos con el juez, la policía reprimía a maestros que estaban encadenados. Aquí se sancionó una ley que permite allanar cualquier casa sin orden judicial previa”.
Por eso, la Multisectorial exige que el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, viaje a la provincia para informarse de lo que sucede. “No queremos que se juegue con la vida de los habitantes de San Luis –remarca el sociólogo- No queremos que la intervención dependa de la interna entre Nèstor Kirchner y Eduardo Duhalde. Tenemos un documento con más de 32 pruebas concretas que la justifican. Lo que pasa que para el gobierno sería un mal ejemplo para el resto del país que un pueblo movilizado saque a un gobierno corrupto. Pero no vamos a aflojar. En esta lucha va la vida de nuestros hijos y nietos. Por eso, el martes marcharemos otra vez”.
“Rodríguez Saá hoy montó un escenario terrible. Convocó gente de toda la provincia, la trajo en colectivos. Por suerte nosotros pudimos pasar, pero fue muy duro: nos orinaban, nos escupían, nos tiraban botellazos. Eran todos beneficiarios del plan pico y pala.”, relata el sociólogo. El plan pico y pala, en verdad, se denomina oficialmente Plan de Inclusión Social y consiste en un subsidio de 300 pesos a 60.000 desocupados. Se los ve todos los días a la vera de las rutas provinciales cortando los yuyos o realizando ornamentaciones con piedritas blancas. “Siempre vigilados por un beneficiario leal al gobierno, los mismos que hoy los trajeron a la manifestación”, sostiene Iglesias.
Para él, el plan pico y pala fue el principio del fin de la dinastía Rodríguez Saá: “El plan cuesta 12 millones mensuales y es improductivo. Implicó ajustes en muchos otros sectores. Por ejemplo, hizo que se le recorte el dinero a los hogares religiosos. O motivó las ideas de poner beneficiarios del plan como directores de escuelas o en la policía para ahorrarse plata y tener una red de punteros políticos en todos lados. Nosotros venimos denunciando a los Rodríguez Saá desde hace 20 años, éramos poquitos, pero ahora hizo eclosión”.
Desde hace una semana, Iglesias va a todos lados acompañado por dos compañeros de distintos movimientos sociales, que le brindan protección. Ya durante la marcha del pasado 30 de abril, donde se produjo una represión feroz, un funcionario municipal lo llamó al celular para advertirle que él y otros siete miembros de la Multisectorial están “marcados”. Ese día, el fundador de la Trashumante durmió en la universidad, el único edificio público nacional donde se supone que no puede penetrar la policía.
“Nos tienen apuntados. A mi me acusan de ideólogo, tal vez porque mi figura se hizo visible con la universidad popular. El jefe de Policía anda diciendo que yo organicé todo esto con el grupo Quebracho”, describe. Pero hay más: el diario oficialista República (que antes se llamaba San Luis, pero al que Adolfo Rodríguez Saá le cambió el nombre cuando se presentó como candidato a presidente) también lo señala como el Lucifer provincial.
En verdad, Tato Iglesias es un sociólogo de 61 años que nació en la Capital Federal, donde estudió y vivió hasta los 30 años. Con cuatro hijos a cuesta –ahora tiene siete- decidió irse a trabajar al interior del país. La dictadura lo sorprendió dando clases en la Universidad de San Luis y tras siete años de vida subterránea volvió a la docencia con el regreso de la democracia. Pero esta vez, aplicando las técnicas de la educación popular. “Estuve en Brasil trabajando con Paulo Freire y lo trajimos a San Luis un año antes de su muerte”, se enorgullece.
En 1998, Iglesias fundó la Universidad Trashumante, una experiencia inédita de educación y arte popular en el que participan 20 organizaciones y un total de 600 personas de diversas provincias. “Trabajamos la autonomía y la horizontalidad. Evitamos generar liderazgos, todos somos referentes de todo. Por eso la red cambia de su coordinación todos los años”, explica el sociólogo de voz cascada, que ya recorrió con su proyecto más de 30.000 kilómetros. Siempre arriba de El Quirquincho, el colectivo que traslada a pueblitos donde no llegan las universidades oficiales numerosos talleres que exploran procesos de aprendizaje y reflexión sobre la realidad.
“Buscamos transformar conciencias, generar sujetos, pero no para llevarlos a molinos de nadie, menos para algún partido político. Queremos que el pueblo tome conciencia de sus derechos. De los deberes ya la tenemos hacer muchos años. Vamos a los pueblos del interior del país a aprender junto a sus comunidades, a intercambiar conocimientos con personas condenadas a la miseria por este sistema. Juntos dejamos el inmovilismo al que nos quieren condenar, juntos nos ayudamos a seguir caminando”.
La Trashumanate nació en San Luis, pero de allí se fue cuando comenzaron a arreciar las intimidaciones. A sus miembros, les comenzaron a suceder cosas tan variadas que iban desde el robo de bicicletas hasta la destrucción a pedradas de los vidrios de sus casas. Pero en noviembre pasado, cuando el clima provincial volvió a ponerse denso, decidieron volver. “Hicimos un trabajo de educación popular en la Multisectorial –cuenta Iglesias-. Sirvió para aprender a hablar en ronda, a respetar la palabra de cada uno. También para poder evaluar nuestro accionar, realizar autocríticas y propuestas”.
Autocríticas y propuestas que ahora la Multisectorial seguirá debatiendo frente a la nueva marcha del próximo martes. Mientras tanto, Tato Iglesias no sabe dónde dormirá, o permanecerá desvelado, esta noche.
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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