Nota
Rubén Carballo: cuando la muerte no es dudosa
A dos meses la muerte de Rubén, pero a un tanto más de la apertura de la investigación, la familia Carballo lucha por cambiar la carátula de “muerte dudosa” que mantiene la causa. “Vamos a pedir el cambio por homicidio“, proyecta Eduardo Azcuy, abogado de la querella. El tiempo futuro merece su contexto: el pedido se posterga al ritmo de las conclusiones periciales del cráneo de Rubén. Realizadas por la fiscalía el 22 de enero, estarán listas en 20 días, asegura Azcuy, y podrían determinar oficialmente qué provocó su fractura expuesta. A la espera, oscilan dos variantes: la policial, que argumenta una caída; la de la familia, que denuncia los bastonazos como origen de la muerte.
La causa cuenta con un testigo único: un individuo protegido y de identidad reservada que asegura haber visto a Rubén caído consciente en las inmediaciones de Vélez. Y algo más comprometedor: el mismo testigo denunció la situación a un cabo de la comisaría 44°. (Cabe aclarar: Rubén no fue encontrado por la policía sino por dos jóvenes que jugaban a la pelota dentro de un club cercano a Vélez). “Estamos intentando determinar quién tomó esa denuncia y no la siguió…”, dice Azcoy.
Los hechos
El 8 de diciembre Rubén Carballo falleció tras 24 días de internación y lucha contra un estado de coma farmacológico. Desde el 14 de noviembre – fecha en la que la banda Viejas Locas se presentó en Vélez- arrastraba una severa fractura de cráneo, su hombro izquierdo destrozado y marcas varias de balas de goma en su torso. La Comisaría 44°, a cargo de la seguridad del recital (si es que la palabra “seguridad” conserva algún sentido en este caso) mantiene al día de hoy un argumento inconcebible: que Rubén se cayó de la bajada de la autopista, desde unos 7 metros. Y retumba el caso Bulacio, de nuevo, cuando los policías argumentan sobre el origen de los enfrentamientos: “Pretendían ingresar al estadio sin entradas”.
La familia preserva el ticket que Rubén había sacado con un mes de anticipación. El caso cobró notoriedad, pero es confirmación de una tendencia: más de 2.800 jóvenes, casi todos menores de 25 años, fueron muertos por el accionar de las fuerzas de seguridad desde 1983.
La pericia
La fiscalía estuvo ya presente en el peritaje realizado por la querella, que no tiene validez como prueba aunque sí perfila los resultados que se esperan. Azcoy: “La pericia fue perfecta por prolija. Y el resultado apoyó nuestra hipótesis: que los golpes y heridas que presenta Rubén no son compatibles con una caída”. De ese estudio surgió que hubo “golpes contundentes” propinados por un objeto “romo” y no los golpes típicos de una caída.
La Fiscalía 2 – a cargo del doctor Eduardo Cubría- apunta sin embargo todas sus líneas de investigación a la teoría policial, exonerándola de responsabilidades. “La policía y la fiscalía están mancomunadas, van de la mano…”, remata Azcuy.
La pericia oficial, en efecto, no resultará definitoria: resta el trabajo de la querella por determinar que efectivamente se trató de bastonazos policiales. Queda pendiente también el cambio de carátula, para así empezar la investigación por homicidio, a meses del hecho, lo que implica tiempo perdido, pruebas borradas, desgaste, y comenzar todo de nuevo. Es una lógica conocida en estos casos: su carátula se llama impunidad.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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