Nota
#SeráLey: la fórmula ganadora es la calle
En pleno año electoral, la marea verde demostró una vez más que la política se hace con los pies y en la calle. Una masiva marcha que desbordó partidos políticos y organizaciones volvió a pedir por el #AbortoLegal el día en que por novena vez se presentó el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo en la Cámara de Diputados. Las sensaciones y las palabras dentro y fuera del recinto. La nueva estrategia de las históricas. La raíz de un movimiento juvenil. Y la necesidad de que el Congreso escuche el#AbortoLegalYa!
Son casi las siete de la tarde cuando llega Nora Cortiñas al Anexo C de la Cámara de Diputados. La conferencia de prensa acaba de terminar, y la sala la recibe al grito de “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza”. Nora, pañuelo blanco en la cabeza, levanta con las dos manos el pañuelo verde, y lo agita. Después, un gran aplauso.
El feminismo en Argentina se inscribe en la genealogía de las Madres y las Abuelas. Las históricas forjadoras de imposibles del movimiento feminista y del movimiento de derechos humanos comparten el crear derechos con los pies y en la calle. Eso es precisamente lo que, mientras tanto, sucede afuera del recinto: cientos de miles gritan que nunca se fueron.
Mientras tanto, afuera del Congreso…#AbortoLegal #QueSeaLey pic.twitter.com/EpWMfGZAr5
— lavaca tuitera (@Lavacatuitera) May 28, 2019
Nelly Minyersky, abogada feminista pionera, Dora Barrancos, socióloga e historiadora feminista, y Marta Alanis, fundadora de Católicas por el Derecho a Decidir en nuestro país, salen juntas del ascensor cuando termina la conferencia de prensa que realizó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito junto a diputadas y diputados de diferentes bloques políticos.
Dora y Marta caminan juntas. Es cuando dice Dora: “En Brasil ya hay una insurgencia en los grupos evangélicos. Yo creo que lo que hay que hacer es desafiar adentro”.
“Hay que hacer que aumenten las disidencias religiosas”, contesta Marta. Y Dora se entusiasma con la conversación: “Lo que hay que hacer es adentro: disidencias de las disidencias. Es lo que se va a venir. Lo de Brasil es claro. Los grupos evangélicos están llenos de personas lesbianas, homosexuales, ¿y que van a hacer?”. Marta sigue: “Esa gente que habla y dice estar en contra del derecho al aborto, también aborta”.
¿Cómo fortalecer esa idea?, le preguntamos. Dora contesta: “Hay que armar estrategias para no hacer conglomerados, y hay que hacer estrategias usando elementos que ellos usan”.
Marta suma otra idea y una práctica que ya están impulsando desde Católicas por el Derecho a Decidir: “Estamos promoviendo encuentros interreligiosos con gente de diferentes religiones que se expresan a favor del aborto. Las disidencias religiosas existen, hay que organizarlas, hay que convocarlas. Tenemos musulmanes, judíos, evangélicos, protestantes, luteranos. Las católicas somos una expresión de la disidencia católica pero tenemos pares en todas las religiones. En el Islam, por ejemplo, hay una teoría feminista de maravilla”.
Cuando llegan a la puerta de salida del Congreso se escucha cantar a una marea verde de cientos de miles que llenaron las calles en todo el país.
Hay futuro porque hay memoria y pioneras poniendo el cuerpo y la cabeza para seguir construyendo derechos. Hay futuro porque hay marea abrazándolas, y creando con los pies nuevas formas de hacer lo imposible.
Hay futuro porque es verdad: estamos juntas y no nos vamos hasta que sea ley.

Foto: Martina Perosa
El juego de la calle
Son siete chicas de 18 años, todas ex compañeras del colegio, sentadas en ronda en el pasto de Plaza de los Dos Congresos. A las cuatro de la tarde falta por lo menos hora y media para que dentro del recinto comience la presentación del Proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo; dicen que el mate ya está lavado y frío. Es que las chicas llegaron desde Ramos Mejía pasado el mediodía y desde entonces no se movieron. ¿Por qué? “Venimos por los derechos de la mujer”, dice Agustina. Es la segunda vez que viene a reclamar por el fin de la clandestinidad. “Acá te sentís bien, te sentís acompañada: todas están pensando y sintiendo lo mismo. Este año es importante estar en la calle: hay que alzar la voz”
Esa sensación de comodidad estando con otres que no conocemos pero son nuestras cómplices se repite en muchas charlas a lo largo y ancho de la Plaza. En esta nueva vieja forma de hacer política las jóvenes son las principales hacedoras.
“Mis padres son evangelistas y están en contra de todo”, dice Jaquielina, de Burzaco, 27 años, sentada en el piso. Ella no toma mate pero juega a que lo hace con una pava y bombilla de plástico con sus hijes de 8 y 10 años. “Una trata de que sus hijos puedan elegir y enseñarles que por los derechos hay que pelear y salir a la calle. Ellos me preguntan y yo trato de explicarles que esta convocatoria es sobre el derecho de ser o no madre o padre. Y lo entienden mucho mejor que los adultos”.
Más allá, la calle se transformó en una cancha de futbol y se armó el partido. “Somos parte de la Coordinadora de Futbol Feminsita que reúne a un montón de espacios referidos al fútbol. Organizamos el picadito abotero porque disputamos la calle y la entendemos como potrero”, dice Daniela, 34 años, de Racing Feminista, vestida con los colores de su equipo. “Nos mueve el deseo como jugadoras. Como hinchas también nos entendemos como parte de nuestros clubes, que a veces nos dan la espalda y no nos representan. A veces hay confrontación, otras veces hay diálogo, construcción de sentido. Hay pocas mujeres en las dirigencias que se abrieron los caminos que pudieron . Y también hay mucho desconocimiento. Tenemos que exigir mayor representación, ocupar esos lugares y ocupar las calles con juego”.

Foto: Martina Perosa
Les diputades sin grieta
Adentro del recinto diputadas y diputados de diferentes bloques acompañaron la presentación de prensa del proyecto. El 31 de mayo el proyecto ingresó formalmente a la Cámara con el número e expediente 2810-D-2019 que registra quince firmas.
Algunos de les diputades tomaron la palabra ante la sala teñida de verde con una capacidad colmada:
- Victoria Donda, SOMOS: “Usemos las elecciones, el derecho a decidir y nuestra voz. Si hay algo en lo que creo es en la calle. Y este proyecto lo aprobamos en la calle”.
- Brenda Austin, UCR-Córdoba: “Es un día importante porque es la primera vez que lo estamos presentando en un año electoral. Eso vale mucho porque hemos demostrado esa capacidad de dejar de lado nuestra dirigencia. Pudimos entender que la sororidad es la capacidad de trabajar juntos”
- Romina Del Plá, Frente de Izquierda: “No tenemos tiempo para esperar, para estadíos intermedios, para discutir si hay que despenalizar antes de legalizar, porque se siguen muriendo mujeres. No tenemos tiempo para que los bloques políticos que se arrodillan ante la Iglesia dilaten el tratamiento”
- Mónica Macha, Frente para la Victoria: “Para que el aborto pueda ser seguro y en libertad necesitamos recuperar el Ministerio de Salud y que las mujeres tengan trabajo formal, no precarizado”
- Araceli Ferreyra, Movimiento Evita: “Abortó mi abuela, abortó mi mamá, aborté yo. No vamos a dejar que a las hijas y nietas las sigan sometiendo a la clandestinidad”.
- Carla Carrizo, Evolución-UCR: “No quiero que nos digan despenalización sí, legalización no. La democracia no puede enseñar que los derechos son atajos. Queremos todo”.
- Daniel Lipovetzky, ¨PRO-Cambiemos: “El debate no es aborto sí o aborto o no. Es aborto legal seguro y gratuito o aborto clandestino. En la campaña electoral se va a hablar de futuro, y no hay futuro si seguimos manteniendo una ley de hace 100 años tras”.

Foto: Martina Perosa
Futuro verde
Ludmila, 21 años, toma mate y come budín de banana vegano junto a dos amigxs. “Soy militante de la agroecología”, dice. Estudia Ciencias Ambientales en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires y cuenta que suelen venir a toda movilización feminista. “Acá es un espacio seguro: entre todes nos cuidamos y eso esta tácito, ni hay que decirlo, en otras marchas no es tan así. Siento que es muy necesario estar acá en un año electoral porque es una cuestión de reclamo que les politiques: ninguno está bancando al cien por ciento”.
Para cuando Ludmila habla, la plaza está colmada de jóvenes. “Este movimiento no solo cuestiona el rol de la mujer sino también cuestiones económicas, sociales y ambientales. Es amplio. Y no nos sentimos representadas en el Congreso. Hay que replantear el rol del Estado. No vengo acá para que todo siga funcionando igual; es un reclamo mucho más de raíz, más profundo: un cambio de paradigma total. Estos movimientos abarcan un montón de cosas; se pueden ver muchas injusticias porque si vos ya sufriste esa injusticia, naciste de una manera y fuiste de una determinada manera tratada, entonces podés entender otras injusticias que quizás no te tocan a vos como racismo, el especismo. No estamos solo por esta Ley sino para plantear un cambio de paradigma. Sino, son parches de un sistema capitalista que esta en decadencia”.
¿Cómo salimos de este sistema en decadencia? Ludmila arriesga: “En comunidad, en red, en manada. Así se van cosntruyendo espacios para luchar, para autosustentarsnos entre nosotros, para conseguir otro tipo de futuro u otra forma de organizarnos. Ahora estamos como invisibilizando todo. Caminamos por la calle y ni vemos a la gente tirada durmiendo. El año pasado me puse muy atenta a los movimientos de la tierra, movimientos campesinos, y vi que dentro de esos movimientos había una premisa muy feminsita, porque son las mismas mujeres de la comunidad las que paraban las topadoras. Tenemos que proteger a este planeta, y hacerlo desde un lugar feminista porque sino estas opresiones van a seguir existiendo”.
Sobran más palabras.
La calle, una vez más, lo dijo todo.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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