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Sin orden judicial y a los tiros: así entró la Gendarmería a territorio mapuche cuando desapareció Santiago

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Desde Esquel, Lavaca pudo acceder a la causa penal por la desaparición forzada de Santiago Maldonado en la que se consigna un listado con parte de los efectivos de Gendarmería que participaron de la represión el 1 de agosto. El expediente, además, narra la secuencia de hechos desde que los mapuches cortan la ruta, hasta que los gendarmes deciden entrar sin orden del juez a los territorios de la comunidad. Justo antes del desastre, el racconto de hechos se detiene. Luego, los gendarmes se pasan culpas.
Las causas que investigan la desaparición Maldonado se cruzan en un expediente que lleva adelante el Ministerio Público Fiscal en el que la Gendarmería narra la secuencia de hechos hasta el momento en que entró a territorio mapuche. Según informes que requiere el Ministerio Público Fiscal a Gendarmería, esta fuerza ingresó al Pu Lof a las 11:15, hasta que a las 16:30 finaliza el informe relatando que “se repliega a su asiento natural”. En el medio, Santiago desapareció.

Causas y consecuencia

Las causas que investigan la desaparición Maldonado se dividen en la acumulación de habeas corpus que lleva adelante el Juzgado Federal de Esquel -a cargo del doctor Guido Otranto- y el expediente penal por la desaparición forzada del joven de 28 años que encabeza la fiscal federal Silvina Ávila. Hay una tercera causa que les labraron a tres personas que ingresaron y salieron del Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen, previo a la represión del 1 de agosto.
Lavaca tuvo acceso a información del expediente por la investigación penal por la desaparición forzada de Maldonado que lleva adelante la fiscal Ávila. Consigna una serie de informes que el 7 de agosto de este año el Ministerio Público Fiscal requiere a los Escuadrones 35 y 36 de Gendarmería. En ellos se detallan algunos de los nombres del personal asignado el 31 de julio y el 1 de agosto (día que Santiago fue visto por última vez), en distintos horarios.
Lo más relevante que surge de los informes es que la Gendarmería entró a la comunidad sin orden judicial. Ni siquiera – como aseguró la ministra de Seguridad Patricia Bullrich ayer en el Senado- hubo una llamada telefónica que habilitara el procedimiento: el expediente refiere que las 11:15 del 1 de agosto, luego de un enfrentamiento en la ruta con mapuches, los gendarmes “ingresan a través de la tranquera a fin de proceder a la aprehensión de los agresores”.

La lista incompleta

Todo comienza el 31 de julio. En los detalles del expediente que refieren a los hechos de ese día ya comienzan a figurar algunos nombres de los efectivos que participaron. A las 13 horas, se hacen presente entre los km 1848 y 1849 de la Ruta 40 los gendarmes de apellido Gómez, Coronel, González, Coca Alba, Carmen Saldaño y Echazú. A las 17:15 -mismo día- surge que personal a cargo del Comandante Principal Fabían Arturo Méndez, del Escuadrón 35 de El Bolsón, trae el oficio 972/2017 del Juzgado Federal de Esquel. Esa es la orden para despejar la ruta 40 de los cortes. Más tarde, a las 19:20, consigna que “se hacen fotografías y filmaciones por ser zona despoblada sin testigos”.
Luego, el expediente ya pasa a los hechos de la madrugada del 1 de agosto.

La represión

Según las fojas del expediente que lleva la fiscal federal Ávila, la cronología de los hechos fue así:

  • 3:30 de la madrugada: El 1er Alférez Daniel Gómez informa que personal del Escuadrón 35 de El Bolsón -apoyado por personal del Escuadrón 36 de Esquel- aprovecharon que “los manifestantes no se encontraban sobra la ruta 40” y procedieron a desarmar “cuatro barricadas compuestas por palos, árboles cortados, piedras y chatarras distribuidas estratégicamente”.
  • 5:30: Gómez labra un acta (fojas 14) en la que expresa que “ante la ausencia de manifestantes no hubo enfrentamiento con personal uniformado”. Y que una vez “despejada la ruta en cumplimiento a la demanda judicial 972/2017 se informó lo actuado al magistrado interviniente telefónicamente”. El magistrado interviniente es el doctor Otranto. Es la última vez que se consigna una comunicación con el juez.
  • 9:00: Gómez observa un vehículo color gris que ingresa por un camino al margen de la ruta 40 “a la construcción que se encuentra a 400 metros”.
  • 10:30: Personal apostado observa al auto salir “y ordena a un vehículo oficial realizar un seguimiento controlado”. En ese momento detienen a dos mujeres y un hombre que viajaban allí. Fueron liberados pero les labraron la causa 3144/2017: “NN s/ entorpecimiento de servicios públicos”.
  • 11:15: “En cumplimiento del oficio 972/2017 se procedió al despeje del corredor antes mencionado”. Comienza el desalojo a los integrantes de la comunidad que exigían la liberación de Jones Huala. El acta dice que eran “entre 8 y 10 personas obstruyendo la normal circulación”. Dice que estaban “encapuchadas ostentando piedras en sus manos que comienzan a lanzar hacia el personal de Gendarmería”.

El horario coincide con el relato de la comunidad a la Revista Cítrica: los integrantes del Pu Lof describen que entraron a la ruta “a eso de las once de la mañana”; que bajó un contingente “de unos cien gendarmes y empezaron abrir fuego sin hacer asco a nada”; que se replegaron al territorio porque pensaron que sólo querían despejar la ruta pero “siguieron tiroteando para adentro” y “cruzaron el alambrado”. En ese momento en el expediente Gendarmería confirma la versión mapuche: dice que los gendarmes “ingresan a través de la tranquera a fin de proceder a la aprehensión de los agresores”. Fuentes de la investigación dicen a lavaca que esa acta está labrada mano, y que no especifica el momento exacto del ingreso: según testimonios se produjo entre las 12 y las 14.

  • 13:30: los gendarmes informan dos efectivos lastimados con heridas cortantes en el pómulo y el cuero cabelludo. Surgen nuevos nombres: el subalférez Emanuel Echazu, el cabo Aníbal Ernesto Yáñez, la cabo enfermera Rita Arijona. También aparece el nombre del comandante Juan Carlos Escola: el subalférez Echazu firma en el acta (fojas 18/20) diciendo que Escola estaba a cargo del procedimiento por parte del Escuadrón 36 de Esquel.
  • Finaliza el informe a las 16:30: “Se repliegan a su asiento natural”.

Internas
El 4 de agosto (fojas 9/43) surge otro dato: el comandante del Escuadron 36 de Gendarmería, Juan Pablo Badie , dice que «ellos no hicieron actuaciones sino el Escuadrón 35 de El Bolsón», y ellos acompañan.
La aclaración tiene su efecto: el 7 de agosto el Ministerio Público Fiscal requiere a los Escuadrones 35 y 36 estos nombres del responsable personal asignado, horario de inicio y fin de registro de guardia. El comandante del Escuadrón 36 de Esquel, Juan Pablo Badié, contesta el 8 de agosto quiénes fueron los supuestos efectivos que participaron en apoyo al operativo “a cargo” del Escuadrón 35 y da 8 apellidos más: Lozano, Gauna, Ocampo, Sánchez, Ahumada, Leguizamón, Enciso, y Escola, a cargo del operativo.
Sin embargo, sobre la cantidad de gendarmes hay un vacío: más de allá de lo aportado por los Escuadrones a la fiscal federal, los testigos de la comunidad aseguran que fueron muchos más. Un dato llamativo que da lugar a la sospecha: fuentes de la investigación se alarman de la cantidad de gendarmes mujeres señaladas, en relación a la mayoría de hombres de los escuadrones que participaron.

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

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Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
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Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

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Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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