Nota
Chosmky: «Tenemos una opción»
Escrito el mismo 11 de setiembre y distribuido por el servicio de suscripciones de Znet el día siguiente al atentado a las Torres Gemelas, este es el artículo que a Noam Chomsky le valió odios y respeto.
Los ataques terroristas fueron atroces.
En escala, puede que no hayan alcanzado el nivel de muchos otros atentados.
Por ejemplo, los bombardeos de Clinton en Sudan sin pretexto creíble, destruyendo sus suministros farmacéuticos y matando un número desconocido de personas (nadie lo sabe, porque los Estados Unidos han bloqueado una investigación en la ONU y a nadie le interesa andar tras esta información). Para no hablar de casos peores, que fácilmente vienen a mi mente.
Pero que este fue un crimen horrendo, no hay dudas.
Las víctimas primarias, como de costumbre, fueron trabajadores: empleados de limpieza, secretarias, bomberos.
Las consecuencias de estos crímenes, probablemente, será un aplastante golpe a los palestinos y otros pobres y oprimidos. También será, seguramente, más brutales controles de seguridad, con muchas posibilidades de minar las libertades civiles.
Los sucesos revelan, dramáticamente, la idiotez del proyecto de «defensa misilística.» Como ha sido obvio desde un principio, y apuntado repetidamente por analistas estratégicos, si alguien quiere causar inmensos daños en los Estados Unidos, incluyendo armas de destrucción masivas, es altamente improbable activar un ataque misilístico, y de esta forma garantizar su inmediata destrucción. Hay innumerables modos mas fáciles, que son básicamente imparables.
Pero los acontecimientos de hoy serán, muy probablemente, explotados para incrementar la presión para desarrollar estos sistemas y emplazarlos. La «Defensa» es una delgada cubierta para los planes de militarizar el espacio, y con buena propaganda, incluso los argumentos más débiles acarrearán algún peso entre un publico atemorizado.
En resumen: el crimen es un obsequio para la derecha patriotera más dura, aquellos que esperan usar la fuerza para controlar sus dominios. Lo que es incluso dar paso a las acciones conocidas de los Estados Unidos y lo que desencadenarán: posiblemente más ataques como este. O peores. Las perspectivas son incluso más funestas de lo que parecían ser antes de estas atrocidades. Sobre cómo reaccionar, tenemos una opción.
Podemos expresar un justificado horror; podemos buscar entender qué ha llevado a cometer este acto, lo que significa hacer un esfuerzo por entrar en las mentes de los posibles autores. Si elegimos esto último, no podemos hacer nada mejor que, pienso, escuchar las palabras de Robert Fisk, cuyo conocimiento directo y penetración en los asuntos de la región no tiene precedentes, luego de varios años de una distinguida denuncia. Fisk nos cuenta: «la perversidad y la pavorosa crueldad para con el pueblo oprimido y humillado,» escribe que «esta no es la guerra de la democracia contra el terror. Esto es también acerca de los misiles norteamericanos haciendo pedazos las casas Palestinas, y de los helicópteros norteamericanos disparando misiles dentro de una ambulancia libanesa en 1996, y de los bombardeos norteamericanos dando contra un pueblo llamado Qana, y acerca de una milicia libanesa pagada y uniformada por Israel, el secuaz norteamericano en la región irrumpiendo y violando y asesinando a su antojo a través de los campos de refugiados.»
Y mucho más.
Una vez mas, tenemos una opción: intentamos comprender, o nos negamos a esto, contribuyendo a posibilitar mentiras aún peores.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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