CABA
Todos contra Toledo: la izquierda peruana ante el alzamiento de Andahuaylas
En los 90, la izquierda peruana -que llegó a representar más del 30% del electorado y contaba con uno de los más importantes movimientos sociales del continente- fue literalmente barrida del mapa político-social del país. Atrapada entre el fuego cruzado del senderismo -que asesinó cientos de cuadros y militantes populares- y el terrorismo de Estado del régimen de Alberto Fujimori, la izquierda social y la política vivieron un proceso de desgaste y dispersión que la redujeron a su mínima expresión. Raúl Zibechi presenta los sucesos de la reciente toma de la comisaria policial de Andahuaylas a través de dos entrevistas: una Hugo a Blanco, el legendario dirigente campesino y guerrillero de los 60, y otra a Javier Díez Canseco, ex secretario general del desaparecido Partido Unificado Mariateguista (PUM). Por Raúl Zibechi.
En los 90, la izquierda peruana -que llegó a representar más del 30% del electorado y contaba con uno de los más importantes movimientos sociales del continente- fue literalmente barrida del mapa político-social del país. Atrapada entre el fuego cruzado del senderismo -que asesinó cientos de cuadros y militantes populares- y el terrorismo de Estado del régimen de Alberto Fujimori, la izquierda social y la política vivieron un proceso de desgaste y dispersión que la redujeron a su mínima expresión.
Hugo Blanco, el legendario dirigente campesino y guerrillero de los 60, y Javier Díez Canseco, ex secretario general del desaparecido Partido Unificado Mariateguista (PUM), son algunos de los pocos sobrevivientes del naufragio que mantienen en pie una ética de compromiso. Blanco sigue activo apoyando a sus 70 años y con su salud quebrantada, a los movimientos más dinámicos y menos institucionalizados, participando activamente en los foros sociales de su país. Diez Canseco dirige actualmente el Partido Democrático Descentralista, y ocupa una banca en el parlamento. Ambos comparten una visión crítica del movimiento «etnocacerista», se rehusan a integrarse al coro -de derecha e izquierda- que acusó a los alzados de «fascistas» y culpan de la crítica situación que atraviesa el país al régimen de Alejandro Toledo, al que acusan de corrupto, neoliberal y autoritario.
Javier Diez Canseco
– ¿Cómo calificaría los sucesos de Andahuaylas?
– La toma de Comisaria Policial de Andahuaylas, la madrugada del 1 de enero, por Antauro Humala y elementos de su movimiento -denominado «etnocacerista»- no es una acción armada protagonizada por militares. La toma se produjo sin armas, por sorpresa y, en la dependencia policial se hacen de las armas. No hay muertos en la operación. Los 4 policías muertos vienen después, en un enfrentamiento en otro punto de la ciudad y mueren, luego también, un «etnocacerista» por acción de un francotirador del ejército, así como un estudiante de Andahuaylas por la misma razón, aparentemente.
¿-Qué es el movimiento etnocacerista?
-Antauro Humala es un mayor del ejército en retiro y su movimiento denomina a su gente «reservistas», término dado a quienes han servido en las fuerzas armadas y están en la reserva; pero no todos son ex militares.
La ideologia etnocacerista es una concepción que combina una identidad étnica o racista, una concepción militarista y putchista, profundamentamente autoritaria (amenazas de fusilamientos a diestra y siniestra), así como un ultranacionalismo que linda con la xenofobia.
La acción fue, desde mi concepcion, militarista y aventurera, sin posibilidad alguna de éxito y con el fin de colocarse electoralmente.
Algo preocupante es que el «movimiento» tiene apoyo de oficiales generales en retiro como el ex general Bobbio, y ha venido propugnado un golpe militar para sacar a Toledo.
Mi enfoque es que lo ocurrido es parte de una crisis sistémica general y que Humala fue hábil en apoyarse en dos demandas nacionales que muchos sostenemos: se necesita otro gobierno (el país esta abrumado, agotado, hastiado de la corruptela, ineptitud y servilismo con el poder económico de Toledo) y hay necesidad de un cambio de régimen político (lo que va de la mano con el hastío frente al Congreso) y de una Asamblea Constituyente elegida por el pueblo.
– Según todos los datos, los rebeldes tienen apoyo o simpatías de la población. En ese sentido, y en vista de los sucesos de Puno de este año, ¿la situación social en amplias zonas del país está en la base de los sucesos de Andahuaylas?
-Sin duda, las demandas mencionadas tienen amplio respaldo y la oposición de los partidos tradicionales no ha hecho nada por ellas, no han hecho real oposicion y se afilian al continuismo neoliberal. Pero el accionar violento, militarista y aventurero no tiene ese apoyo. Ya detenidos, el sector de la poblacion andahuaylina que los apoyaba se ha ido calmando. Aunque otros respaldaron, con movimientos pequeños en diversos puntos del país, creo que la ideología etnocacerista y su autoritarismo no deben provocar ni provocan apoyo. Pero la protesta, la reacción frente al gobierno, es amplia.
– ¿Existe alguna conexión entre el movimiento y Montesinos, como afirma una parte de la izquierda peruana?
– No es imposible. Las incoherencias, además, son notorias. El hermano de Antauro, Ollanta (nombre de su semanario), ha sido hasta hace poco agregado militar de Toledo en Europa y luego en Seúl, con ingresos mensuales de varios miles de dólares (dicen que más de 8,000). No parece coherente.
– Algunas «formas» que asume el movimiento, lo conectan con movilizaciones sucedidas en la historia del Perú, que han sido definidas como milenaristas. En este aspecto, ¿hay algo en común con la forma que asumió el senderismo?
– No hay conexión con ningún milenarismo, aunque pretenden reivindicar el incanato dentro de una concepción autoritaria, vertical y muy propia del militarismo.
– ¿Estamos ante un nuevo «ciclo de violencia» como el que comenzó a principios de los 80?
– Es difícil predecir esto.
– Más en general, ¿como ve la situación política del país, que parece marchar hacia un segundo gobierno de Alan García?
– El país afronta una crisis sistémica, que rebasa al gobierno de Toledo y requiere soluciones más de fondo. Encara una crisis de su sistema de representación y político, y sufre una inequidad impresionante, con los ricos cada vez más ricos y los pobres igualmente pobres. No creo que caminamos a un nuevo gobierno de García, lo siento estancado y muy vinculado al gran capital, al coqueteo y la búsqueda del visto bueno de la gran empresa. Difícilmente será alternativa.
Hugo Blanco
– Los sucesos de Andahuaylas, protagonizados por el movimiento etnocacerista, han sido calificados por la mayor parte de los analistas de izquierda como de corte «fascista», aludiendo a la ideología de su portavoz y a las supuestas conexiones con el fujimorismo. ¿Coincide con esa valoración?
– El movimiento surgió contra Fujimori y fue apoyado por todos quienes estuvimos contra el dictador. Me parece que es una estupidez decir que tiene conexiones con Fujimori. Sobre su ideología, se puede hablar de extremismo pero no de fascismo. Más extremista fue Sendero Luminoso pero a nadie se le ocurre decir que fue fascista. El fascismo es una ideología representativa de los intereses del gran capital. Humala está contra ese gran capital.
-¿Cómo explica el hecho de que sectores importantes de las poblaciones andinas muestran simpatías abiertas con los etnocaceristas?
– En su periódico habla contra los enemigos del pueblo en forma sencilla, habla de las cosas que interesan al pueblo y refleja mucho el sentimiento de ese pueblo, por ejemplo cuando dice que hay que fusilar a los corruptos. Yo no estoy de acuerdo con eso, pero una cosa es que yo no esté de acuerdo y otra la impotente rabia de la gente contra la corrupción. Esa rabia se expresó cuando el pueblo de Ilave mató a puntapiés al alcalde o cuando el pueblo de Azángaro (ambos en el sur del país), indignado ante la corrupción de autoridades judiciales y policiales pagados por los ladrones, quemó vivo a un ladrón.
-Al parecer, las realidades económico-sociales imperantes en el país permiten pensar que hay condiciones para que se desarrollen amplias luchas sociales. Pero los sucesos más significativos de los últimos años, no han sido protagonizados por las organizaciones populares sino que han sido «desbordes» desde abajo. ¿Cree que el movimiento popular está a la altura de los desafíos?
– Depende a qué llamas organizaciones populares. Yo llamo auténticas organizaciones populares a las que han protagonizado esos «desbordes», mis esperanzas están depositadas en ellas. Esto no quiere decir que desprecie a las otras, creo que son necesarias y espero que sean parte del proceso, pero la vanguardia está en los «desbordes».
-¿Hay condiciones político-culturales en Perú hoy para el surgimiento de algo similar a lo que fue e senderismo? ¿Cómo valora hoy, 20 años después, los resultados del Sendero de los 80?
– Desgraciadamente, si no surge un movimiento rebelde, anti-sistema, que apoye, intente unificar e impulse los «desbordes» que tienen un profundo sentido antisistémico (contra la corrupción, en defensa de la ecología, por una auténtica democracia), sí, es posible el resurgimiento de Sendero.
El resultado de Sendero Luminoso han sido más de 70.000 muertos, fundamentalmente indígenas y una dictadura que aplastó al movimiento popular, a la cual pudimos expulsar cuando Sendero fue derrotado, fundamentalmente por el movimiento campesino.
-¿Coincide con la propuesta del subcomandante insurgente Marcos de «no tomar el poder»?
– Él dice «No se trata de tomar el poder sino de construirlo». Coincido con esa apreciación que yo la expondría en otra forma: Primero el pueblo, no un partido en nombre de él, tiene que construir poder. Creo que en el Perú estamos haciendo eso desde abajo, poco a poco en forma dispersa, estoy porque se supere esa dispersión, pero eso será hecho por el propio movimiento no por una vanguardia que dé línea. El proceso de construcción de poder es permanentemente agredido por el enemigo, esa agresión le enseña a defenderse. Cuanto más avance en la construcción de poder, más fuerte será la agresión y mayor el aprendizaje del pueblo para defenderse. Creo que el proceso llevará inevitablemente a confrontaciones fuertes, el enemigo no ha de conciliar. El poder popular tendrá que desplazarlo por la fuerza para desarrollar su propia verdadera democracia. Pero ese será el paso final. Lo malo de la izquierda, por lo menos en el Perú, es que siempre pensaba en la toma del poder sin haber construido el poder popular, por lo tanto unos tomaron las armas declarando que «salvo el poder todo es ilusión», con ese objetivo todo estaba justificado, incluyendo masacres a campesinos calificados de «soplones». Otros se acomodan con gobiernos «progresistas» como Velasco Alvarado o Toledo. Por último hay quienes «toman el poder» apoderándose en forma antidemocrática de las direcciones de los gremios.
Creo que esa obsesión por la toma del poder ha hecho mucho daño, por eso vi con simpatía la declaración de Marcos. Desgraciadamente no fue entendido y siguen abundando los «tomadores de poder».
– Por último, ¿cómo ve a la izquierda continental? ¿Cree que ha sacado conclusiones de las derrotas de los 70-80? ¿Cuáles serían?
– Es indudable que nos encontramos en un período muy bueno. Tengo 70 años y nunca vi una Sudamérica tan avanzada. Nuestros pueblos han avanzado mucho en diversas formas.
Creo que la izquierda, por lo menos en el Perú, pecó de sectarismo, dogmatismo y verticalismo. Además una parte optó por la lucha armada que no reflejaba el sentir de la gente y por lo tanto produjo el reflujo. Otra parte se dejó absorber por el sistema. Me parece que debemos corregir esos errores. Creo que falta más atención a los «desbordes», pero en forma modesta, no yendo a «dar línea».
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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