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Una para festejar: Zanón es de los trabajadores

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Tras nueve años de persecuciones, amenazas e incertidumbre, la cerámica Zanón de Neuquén quedó definitivamente y por ley en manos de la gestión obrera encarnada en la Cooperativa Fa.Sin.Pat (Fábrica Sin Patrón) que integran 451 trabajadores, que no se harán cargo de la deuda. Segunda noticia: dos de los trabajadores, Alejandro López y Raúl Godoy, finalizan sus mandatos como secretario general y adjunto del Sindicato de Ceramistas, y vuelven a la línea de producción para facilitar el recambio y surgimiento de nuevos dirigentes. A quién dedican este logro, y datos sobre cómo se dieron cuenta de qué tenían que hacer.
Una para festejar: Zanón es de los trabajadores
Cuando se contaron los votos y quedó claro el triunfo de 26 a 9 en la Legislatura neuquina en favor de la expropiación, los trabajadores de Zanon agrupados en la cooperativa Fa.Sin.Pat (Fábrica Sin Patrón) pegaron el grito que inaugura una fecha, el 12 de agosto de 2009, como un día para la historia.
Después de nueve años con toda clase de peripecias, espionajes, represiones, amenazas y confrontaciones políticas, policiales, judiciales y todos los etcéteras imaginables, Zanon quedó definitivamente en manos de los trabajadores, hecho que fue celebrado en Neuquén por una comunidad (incluso los que votan al oficialista Movimiento Popular Neuquino) que siempre se mostró a favor del reclamo de los obreros. “La opinión pública neuquina fue una de las cosas fundamentales. Los gobernadores en todos lados se encontraban con gente que les decía: ¿por qué no solucionan lo de Zanon?”.
Así lo explica Alejandro López, trabajador de la fábrica y Secretario General del Sindicato de Ceramistas de Neuquén. “Los momentos previos fueron complicados porque las cámaras empresarias se pusieron como locas cuando ya estábamos en la instancia definitoria de la expropiación. Decían que no puede ser que la fábrica quede en manos de los trabajadores. Pensamos que al gobierno logramos arrinconarlo y no tenia otra salida, porque si no había expropiación llegaba el desalojo y remate de la fábrica”.
Dos problemas para tal desalojo: ya son 451 los trabajadores de Zanon, casi el doble que al comienzo del conflicto, y lograron en todos estos años comunicar a la comunidad cuál era el sentido de su reclamo. En los comienzos del conflicto hicieron piquetes informativos (no detenían el tránsito sino que aprovechaban el paso de los autos para repartir volantes), subían a los colectivos para explicar sus posiciones, y cuando pusieron en marcha la fábrica realizaron donaciones a escuelas y hospitales, bajo el concepto de que su producción es un bien social que debe volcarse a la sociedad.
López cree que “se consiguió el apoyo de gran parte de de los sectores sociales, políticos, estudiantiles, de derechos humanos, compañeros desocupados, y la opinión pública. Se le torció el brazo al MPN, que tuvo que presentar el proyecto de expropiación”.
Cree además que un momento bisagra de la situación fue el asesinato del maestro Carlos Fuentealba, en abril de 2007 y la posterior llegada a la gobernación de Jorge Sapag (reiteración genealógica de porqué al MPN le dicen “sapagismo” desde hace casi medio siglo): “Tenían que despegarse de Jorge Sobisch y el tema Zanon seguía siendo un caso sin resolver”.
La expropiación es gratuita para los trabajadores, el Estado se hará cargo de las deudas, y no se logró lo que planteaban los ceramistas respecto de la estatización con control obrero. “Creo que igualmente es un paso enorme para la clase trabajadora porque estamos hablando de un medio de producción de los más grandes que hay en Neuquén, en manos definitivas de los obreros” dice López. “Creemos que ha sido un acto de justicia después de tanto sacrificio, amargura y movilización. Pero esto demuestra, en medio de una crisis financiera internacional, que de las empresas con problemas los que se tienen que ir son los patrones, y no los trabajadores”.
El día de la sesión legislativa tuvieron el apoyo del gremio docente y de ATE, entre muchas otras organizaciones, y López considera que hay dedicatorias que ofrendar: “Cuando la ley se votó se me pasaron millones de cosas por la cabeza. Pero pensé: esto es para los 30.000 desaparecidos. La lucha no ha sido en vano. En cierta medida esto empieza a armar una construcción desde los trabajadores tras tanto daño que nos han hecho con las dictaduras, tanta opresión. Pero también muestra una salida, un camino que está hecho por la mano de los propios trabajadores”.
Otra mención inevitgable, la de Carlos Fuentealba, pero López va aún más atrás: “Darío Santillán y Maximiliano Kosteki fueron asesinados en Puente Pueyrredón, en una manifestación donde uno de los puntos que reclamaban los desocupados era justamente poner Zanon bajo control obrero”
Una de las condiciones que plantea la ley de expropiación es que la fábrica producirá a precio de costo cerámicos para ser utilizados en obras públicas. “Y me parece perfecto ese punto, es justamente lo que siempre hemos planteado, y es lo que tendrían que hacer también con los compañeros de las demás fábricas recuperadas. A nosotros hasta ahora el Estado no nos compró ni un metro cuadrado de cerámico, y además tampoco tenemos los subsidios a la electricidad, al gas y a los salarios que tienen las empresas comerciales. Nada de eso tenemos, pero sabemos cómo hacer para producir y generar más puestos de trabajo”.
Cuando se le pregunta por el momento más difícil de estos años, Alejandro dice: “No fue por algo de Zanon, sino lo de Fuentealba. Él había estado en la fábrica, yo lo conocía de vista nomás, pero perder a un compañero así….”. El silencio de Alejandro es porque la emoción no lo deja hablar.
El entusiasmo le renace cuando relata otra novedad: “A fin de mes yo dejo la Secretaría General y Raúl Godoy la Adjunta del Sindicato de Ceramistas. Queremos demostrar que necesitamos otros dirigentes sindicales. Estaría bueno que Moyano vuelva también un día como lo hacemos nosotros”.
Ambos regresan a la línea de esmalte de la fábrica “a la par de los compañeros de base. Propusimos reformamos el estatuto del Sindicato, que no haya reelección y que otros compañeros exploren a su manera lo que haya que hacer. Nos cargan pensando qué va a pasar cuando levantemos la mano en una asamblea, pero lo nuestro será apoyar”.
Godoy y Lòpez volverán al sector Línea de Esmalte. “Para mi es el corazón de la fábrica y fue desde donde nos dimos cuenta qué pasaba y qué teníamos que hacer. Ahí podíamos desregular la producción cuando no nos pagaban sueldos, o veíamos que no había medidas de seguridad. Y ahí aprendimos a hacer los números, a calcular nuestra producción, los costos, lo que se vendía, y vimos que el viejo (Luis Zanon) nos mentía porque ganaba millonadas y nos dejaba migajas. Muchos nos dicen que la lucha empezó cuando tomamos la fábrica en 2001 pero en realidad fue antes, en 1998, cuando hicimos números, nos dimos cuenta de lo que pasaba y la cabeza nos hizo click. Ahí cambió la historia. Y mirá hasta donde llegamos”.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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