Nota
Allanan la casa de Santiago Maldonado: la familia critica la medida y reclama no desviar el eje
Luego de los rastrillajes en los escuadrones de Gendarmería, y de la multitudinaria marcha en Plaza de Mayo reclamando la aparición con vida, el Juzgado Federal de Esquel ordenó una requisa en la casa de El Bolsón donde vivía Santiago Maldonado. La abogada de la familia, Verónica Heredia, criticó la medida: “En vez de allanar Gendarmería se pone la lupa en Santiago”. La letrada cuestiona que los procedimientos del juez Otranto y la fiscal Ávila no apuntan a investigar una desaparición forzada, mientras que la familia, la comunidad, la Defensoría Federal y los organismos de derechos humanos señalan a la Gendarmería como la responsable de la desaparición: “Es la única hipótesis racional, lógica y objetiva que existe desde el 1 de agosto”. En ese sentido, la abogada Heredia cuestiona que el Estado, a pesar de haber sido condenado por la CIDH en otra desaparición forzada en democracia, sigue sin adoptar medidas para buscar desaparecidos.
A once días de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, el Juzgado Federal de Esquel ordenó una requisa en la casa en la que vivía el joven de 28 de años en El Bolsón, para buscar “cualquier dato que pueda ser útil para seguir la investigación”, según declaró en el lugar el juez Guido Otranto. La medida se produjo dos días después de que el Juzgado ordenara un rastrillaje en los Escuadrones 35 y 36 de Gendarmería de El Bolsón y Esquel, respectivamente. “No tienen ninguna orden pero, como está el juez, entraron a la casa, rompieron la cerradura de frente”, informaron fuentes desde el lugar. “Están con el gorro que había encontrado la comunidad y con perros de rastreo no sabemos bien para qué. Dicen que están buscando pistas pero no explican cuáles”.
También estaba presente la fiscal subrogante de Esquel, Silvina Ávila.
En diálogo con lavaca, la abogada de la familia Maldonado, Verónica Heredia, criticó la medida: “El juez Otranto fue a buscar a Santiago a su casa, pero todavía no lo busca en Gendarmería. En vez de allanar Gendarmería pone la mirada en Santiago. ¿El juez se habrá enterado que Santiago es víctima de desaparición forzada?”.
-¿Qué significó esta medida?
-Lo concreto: la familia de Santiago no sabía que iban a ir a requisar la casa. No era necesaria la medida de esta manera. Si querían ir a buscar rastros de Santiago, se hubieran comunicado con la familia. La familia habría acompañado, por supuesto. Pero esta no es la forma: fueron y entraron como si Santiago hubiera estado escondido en la casa. Su madre, en Buenos Aires, está pensando si también la van a ir a allanar a ella. Su hermano Sergio y su cuñada Andrea, también. Esto es terrible. No es cierto que es sólo una medida más: fueron a buscarlo como si estuviera allí. Si no, no era necesaria esta forma.
Por qué el Estado es responsable
El juez federal Guido Otranto ordenó los rastrillajes a los escuadrones de Gendarmería señalados desde el primer momento por la comunidad mapuche, la familia, los abogados y los organismos de derechos humanos recién a nueve días de la desaparición de Santiago. Ocurrieron el jueves. ¿Qué resultados hubo?
- El rastrillaje con perros en el Escuadrón 36 de Esquel no encontró ningún rastro de olor ni restos cadavéricos. Las pericias se hicieron con prendas de Santiago: una boina y un buzo.
- El mismo rastrillaje en el Escuadrón 35 de El Bolsón arrojo el mismo resultado. Sin embargo, se hicieron pericias en uno de los Unimog de Gendarmería. La comunidad denunció el día de la represión que los efectivos se llevaron allí a una persona que, luego, trasladaron a una de las camionetas blancas de la fuerza. Dos veedores de la Regional Noroeste de Chubut de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) -que participaron de las pericias- confirmaron a lavaca que se encontraron “restos de cabellos, huellas dactilares, una soga con manchas que serán peritadas y un cono naranja cuya base tenía rastros de sangre”.
Todo será sometido a estudios en los próximos días.
Quién busca a Santiago
La abogada puntualiza su preocupación en que se cuide la cadena de custodia para preservar la evidencia, que será analizada por el Laboratorio de Bioquímica de la UBA. Heredia: “Lo cierto es que aún no sabemos si ese Unimog fue uno de los que participó en la represión del 1 de agosto. Las medidas llegaron tarde, pero todo hay que seguir haciéndolo. Todo sirve, en la medida en que no nos corramos del eje: encontrar a Santiago. Lo cierto también es que no tenemos el listado de todas las personas ni los móviles que participaron ese día. Todo el mundo está pidiendo un allanamiento, menos el juez: a 11 días todavía no adoptó esa medida. Lo del jueves no fue un allanamiento: fue un rastrillaje. Ese mismo día, donde también estaba el secretario de Seguridad Interior del Ministerio de Seguridad, Gerardo Milman, se podría haber hecho: secuestro de todas las computadoras, de todos los móviles, de todos los celulares. Pero el juez no lo hace”.
-¿Por qué no lo hace?
-Porque el juez dice que todavía no tiene elementos para pensar en una desaparición forzada. Entonces, por ejemplo, la fiscal Ávila llama al hermano de Santiago para preguntarle si tenía una dirección de mail: ¿piensa realmente la fiscal que un delito por desaparición forzada de Gendarmería puede resolverse con un correo electrónico? Es un absurdo. Son todas medidas que están en contra de lo que es una desaparición forzada. En agosto de 2011 se dictó la sentencia de la Corte IDH (Corte Interamericana de Derechos Humanos) en el que condenó al Estado argentino por la desaparición forzada de Iván Torres en 2003. Fue la primera condena al Estado por una desaparición forzada en democracia. Desde ese momento, el Estado no adoptó ninguna medida. Sólo hay un protocolo de búsqueda de personas, que es para trata de personas. Si bien no está dicho así, sino que es para “búsqueda de personas desaparecidas y extraviadas”, en el escrito se refieren directamente a la ley de trata y cita jurisprudencia en relación a la trata. Allí la primera medida que recomienda el protocolo es verificar el entorno de la víctima en las primeras horas. ¿Qué tendrá que ver el entorno con una desaparición forzada? Otra de las medidas que propone es que es crucial que el fiscal le recuerde al personal policial que no es necesario que pasen 24 horas para actuar. Acá lo crucial es que el fiscal no trabaje ni con la policía ni con la Gendarmería. No tiene sentido.
–¿Eso es lo que rige a nivel local?
-Un ejemplo. Esta semana le tuve que contestar a la CIDH por la desaparición forzada de César Monsalve (un niño de 13 años) el 27 de mayo de 2013, en Trelew. El Estado le dijo a la CIDH que tiene que desestimar la denuncia porque no agoté los recursos internos. Qué le contesto el 7 de agosto: con otra desaparición forzada en Chubut. Es fundamental que admitan esas denuncias, porque la Argentina no ha adoptado ninguna medida desde la sentencia del 2011 por Iván Torres. No sólo no desarticuló las fuerzas de seguridad para que no vuelva a producir ninguna víctima, sino que no hizo nada para que el juez o la fiscal sepan. A tal punto que lo único que hay hoy es un escrito de búsqueda de personas desaparecidas y extraviadas, que es para la trata, y no es efectivo. Llegamos hasta acá precisamente porque no hubo nada: ni antes, ni durante ni ahora.
-¿Cuáles son las medidas que, entonces, adoptó el juez?
-Hacer un alerta de extravío en los aeropuertos y las terminales de colectivos. Está escrito: el 4 de agosto. Otra: la recompensa. El jueves le pregunté al personal de búsqueda de personas extraviadas del Ministerio de Seguridad de Nación cuántos delitos por desaparición forzada resolvieron así. ¡Ninguno! Son totalmente ineficaces las medidas. Hay que apuntar en el lugar específico. Apuntarle a la Gendarmería no es un capricho: es la única hipótesis racional, lógica y objetiva que existe desde el primer momento del 1 de agosto. No es una cuestión antojadiza. Porque, además, la otra hipótesis que tiene el juez es que Santiago haya cruzado el río ese día. Esto tampoco es lógico ni racional ni posible porque hace exactamente una semana se hizo un rastrillaje en el lugar y el perro hizo el recorrido y llegó hasta la punta del río, confirmando que Santiago estuvo ahí y no cruzó. Además, Santiago no sabía nadar. Pero supongamos que hubiera cruzado: ¿por dónde andaría? ¡La comunidad está ahí, lo hubieran encontrado! Es irracional cualquier otra hipótesis: la única hipótesis lógica es la desaparición forzada. Y eso acá todavía no se empezó a investigar: todavía no existe un expediente penal que diga «Santiago Maldonado, víctima de desaparición forzada, artículo 142 ter del Código Penal». No: la carátula que tiene el MPF se llama todavía «NN sobre averiguación de delito»
De la flagrancia a la desaparición forzada
Julio Saquero, miembro de la Mesa Directiva Nacional de la APDH y de la Regional Noroeste de Chubut de ese organismo, dijo a lavaca que los efectivos del Escuadrón de Gendarmería de El Bolsón no los dejaron ingresar a la comunidad el día de la represión, y puntualizó en la responsabilidad de Fabián Méndez, comandante del Escuadrón 35: “Así lo han dicho también autoridades del Escuadrón de Gendarmería de Esquel cuando fuimos a la citación por la búsqueda de paradero el primer día: ellos niegan que hayan participado en esa parte del operativo”.
El presidente del CELS, Horacio Verbitsky, sostuvo en la audiencia de urgencia convocada por la Comisión de Derechos Humanos del Congreso (en la que faltó la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, pese a la invitación) que la orden del ingreso a la comunidad no fue del Juzgado Federal. “Había una orden despejar la ruta 40 por cortes intermitentes, pero no de entrar a la comunidad. Los efectivos entraron y abrieron fuego con municiones de caucho y plomo”. En ese sentido, las miradas también se posan sobre el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, quien se ubicó en tiempo y espacio en la coordinación del operativo represivo esos días. El funcionario -quien fue defensor de represores de la última dictadura cívico militar-admitió que coordinó personalmente a fuerzas federales y provinciales de Río Negro y Chubut a “tomar intervención y detener a todos y cada uno de los miembros del RAM que produzcan delitos en vía pública en flagrancia”.
-¿Cuál es su lectura de la participación de Noceti? -preguntó lavaca a la abogada Heredia.
-Pasamos de la flagrancia a la desaparición forzada sin una coma en el medio. ¿Por qué? Porque la orden de Otranto del corte de ruta del 31 de julio y que se implementa el 1 de agosto, es solo eso: una orden para desalojar la ruta. La cuestión es que Noceti venía haciendo apología de la flagrancia y de todo lo que se puede hacer con esta figura. Entonces la explicación de por qué la Gendarmería ingresó al territorio mapuche es porque dijeron que habían vuelto a intentar cortar la ruta, y esa flagrancia los habilitaba para ingresar. Eso es lo terrible: flagrancia es igual a desaparición forzada. ¿Y quién lo habilitó? Noceti. Por eso no tiene que declarar ante el juez: tiene que ser indagado.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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