Nota
Santiago Maldonado: qué pasó según la comunidad y la familia, y las medidas que el juez no toma
A dos semanas de la desaparición de Santiago Maldonado no hay una lista de los efectivos que intervinieron en la represión, de las camionetas que se usaron ni de los llamados telefónicos de aquel día. La unidad fiscal especializada en Violencia Institucional se sumó a la investigación, lo cual refuerza la hipótesis de una desaparición forzada. Y tomó declaración a tres testigos de la comunidad, que dieron su versión. Mapuches también hablaron con la prensa independiente (Revista Cítrica), donde contaron detalles sobre la última vez que vieron a Santiago. En entrevista con lavaca, la familia Maldonado sospecha de la dilatación de la investigación y dice: “Desde un primer momento creímos en la versión de la comunidad: fueron ellos los que nos avisaron. Esa etapa ya está: ahora tienen que tomar indagatoria a quienes estuvieron en el operativo”.
Hace dos semanas que a Santiago Maldonado lo vieron por última vez en el Pu Lof en Resistencia del Departamento de Cushamen, en el paraje Vuelta del Río, Chubut, en medio de un operativo represivo de Gendarmería. La familia, la comunidad mapuche, la Defensoría Pública Federal y organismos de derechos humanos señalan a la fuerza de seguridad nacional como la principal responsable de la desaparición forzada del joven de 28 años, que había llegado al Pu Lof el día anterior a la represión.
“Nosotros nos enteramos el miércoles por la tarde, cuando estuvimos en el Juzgado Federal de Bariloche, y ahí tomamos contacto con la gente de la comunidad que estaban esperando que salieran los detenidos del lunes 31 de julio”, dice a lavaca Andrea Antico, cuñada de Santiago, una de las oradoras el viernes en la Plaza. Andrea habla de las 9 personas detenidas luego de la represión de la Policía de Seguridad Aeroportuaria –con apoyo de Gendarmería- a una protesta que exigía la liberación del lonko Facundo Jones Huala, preso de forma ilegal desde el 27 de junio. “Hasta ese momento no sabíamos qué estaba pasando. Ellos nos dijeron. Fuimos a la comunidad. Y nos contaron todo”, cuenta Andrea, convertida en una de las voceras de la familia Maldonado.
Lo que contaron fue lo que la comunidad sostiene desde el primer día: en la huida de la represión con balas de caucho y plomo, integrantes del Pu Lof cruzaron un río para refugiarse. Según relataron a lavaca, afirman que Santiago no lo cruzó, que los gendarmes lo golpearon, lo subieron a un camión Unimog y, de allí, lo pasaron a una camioneta blanca de la fuerza nacional. Ahora, en una versión que la comunidad dio a la revista Cítrica en Esquel, se detalla esta hipótesis: «Entraron a punta de pistola disparando y disparando. Aguantamos todo lo que pudimos hasta que en un momento hicieron un ingreso todos los efectivos. Y ahí nos corren hasta el río, unos setenta metros. Donde nos tirábamos por diferentes partes, por donde podíamos, porque la lluvia de balas no cesaba. Ahí es donde el compañero Santiago no logra cruzar. Porque mientras nosotros íbamos nadando por el río, la Gendarmería igual nos seguía tirando adentro del agua. Nos tiraban con nueve milímetros, con escopetas y con piedras algunos. No les importaba nuestra vida a la Gendarmería. Ellos vinieron a matar a uno acá. El compañero nadó hasta una parte y al ver que las piedras llovían de arriba y los tiros no cesaban, decidió volverse para la orilla. Y ahí es donde hay otro peñi que lo ve al compañero Santiago agarrado de una rama, con el agua hasta las rodillas y los gendarmes arriba. Y después hay otro peñi más que también ve a tres efectivos de la Gendarmería que están golpeando a alguien que no logra reconocer.
Era Santiago…
Y sí.. Ahí sale el Unimog cargado. Sube hasta el cruce de allá. Y vemos cómo se atraviesa una camioneta blanca junto al Unimog. Varios gendarmes hacen una pantalla para que no se vea lo que están haciendo. Y la camioneta blanca de Gendarmería sale para allá, como rumbo a Esquel. Por eso no hay la menor duda de que se lo llevó la Gendarmería.
Apoyo fiscal
El Ministerio Público Fiscal confirmó a través de un comunicado oficial que tres integrantes del Pu Lof prestaron declaración testimonial en la causa: la investigación por la desaparición de Santiago ya cuenta con los testimonios que certifican que Santiago estuvo allí el día de la represión y que no cruzó el río, una de las hipótesis que manejaba el juez federal Guido Otranto, según comunicó a lavaca la abogada de la familia, Verónica Heredia.
A su vez, la Fiscalía Federal de Esquel informó –a través de un comunicado– que desde la semana pasada cuenta con la asistencia de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) para “la investigación de la desaparición forzada” de Santiago Maldonado. Comunicaron así que el fiscal de la Procuración General y cotitular de la Procuvin, Félix Crous, trabajó junto a personal a cargo en las “diferentes diligencias” dispuestas por la fiscal federal Silvana Ávila.
El comunicado brinda la siguiente información:
- “Durante las últimas jornadas, los representantes del MPF receptaron tres declaraciones testimoniales en la comunidad mapuche Pu Lof”.
- “Se aguardan los peritajes dispuestos sobre las muestras de pelos y los rastros hemáticos levantados en la inspección realizada en el escuadrón de la Gendarmería Nacional de la ciudad de El Bolsón. Los análisis están encaminados a confirmar o descartar que se trate de sangre y, en caso de confirmación, determinar el perfil genético que luego permita realizar un cotejo con muestras aportadas por los familiares del joven desaparecido”. Andrea confirmó que Sergio se extrajo sangre el lunes.
- “En paralelo a estos estudios, la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) sugirió a la fiscal obtener información específica sobre el día del operativo, como los recorridos de los móviles, los roles de los uniformados y los sistemas de comunicación tanto de la fuerza como privados”.
- “También, propuso peritajes con Microscopio de Comparador Balístico sobre vainas servidas recolectadas en la zona para determinar el tipo de munición utilizada y ofreció a sus técnicos y un listado detallado de laboratorios de distintas especialidades para concretar esos estudio”.
La voz de la familia
Andrea es clara: “Desde un primer momento creímos en la versión de la comunidad: fueron ellos los que nos avisaron a nosotros. Las pericias concuerdan, ya testificaron personas. O sea: esa etapa ya está. Ahora tienen que tomar indagatoria a quienes estuvieron en el operativo”.
Sobre el allanamiento a la casa de Santiago, Andrea dice: “No nos avisaron nada del allanamiento. Tampoco a la Defensoría, ni a la abogada. A Nadie. Que quede bien claro: no estamos en contra de que se haga, pero nos podrían haber avisado. Ni nos dijeron qué era lo que buscaban. Tampoco lo que se llevaron. No sabemos si eso está en la causa. Y se suma a una agonía de no saber aún qué le pasó a Santiago. Se están haciendo cosas, pero los rastrillajes llegaron nueve días tarde. Todo muy lento. Sergio se extrajo sangre para la muestra de ADN recién ayer, cuando la prueba la habíamos pedido el lunes de la semana pasada. Fijate todo lo que pasó. Nosotros vemos todo muy lento y las cosas más importantes que se tendrían que haber hecho al principio no se hicieron. Es como dilatar algo, y eso a nosotros nos da qué pensar. Me parece que no están a la altura o no toman dimensión de que estamos ante una desaparición forzada. Se apunta al Escuadrón de El Bolsón porque allí se encontraron cosas, pero uno no puede cerrar nada porque aún no tomaron declaración a los gendarmes. A dos semanas ni siquiera hay una lista de los efectivos que intervinieron, de los llamados telefónicos de ese día, de las camionetas que estuvieron. Nada”.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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