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El silencio no es salud: masiva marcha en defensa de la salud pública
Miles de profesionales de la salud, pacientes y trabajadores marcharon desde la sede del ex Ministerio hasta Plaza de Mayo en otra masiva movilización. Los impactos en los programas a nivel nacional. El recorte en los territorios. La voz de los pacientes. Los despidos del Posadas. La salud mental en el conurbano. Postales de una crisis terminal.
Nora Cortiñas levanta su puño y una masiva marcha la abraza en aplauso. Está en la cabecera de la columna que arrancará desde 9 de Julio y Moreno, en la puerta del ex Ministerio de Salud, hoy convertido en secretaría bajo el ala de Desarrollo Social.
A su alrededor hay profesionales de salud del Hospital Posadas, del Hospital El Cruce de Florencio Varela, de los centros de salud que el Gobierno porteño pretende cerrar en la Ciudad de Buenos Aires. Son ocho cuadras de movilización, acompañada de una fuerte columna de movimientos sociales. Una mujer de la Federación de Organizaciones de Base (FOB) resume en un cartel:
- “Los hospitales se caen en pedazos”.
“No hay metáfora”, agrega.
Otro hombre lleva en su cuello una pancarta: “El silencio no es salud. No nos callarán”.
La marcha arranca.
El ruido y la furia se ponen, así, en movimiento para intentar parar el desastre.
La calle y el consultorio
Karina Almirón, una de las despedidas del Posadas tras 15 años como técnica de anatomía patológica especializada en inmunohistoquímica, dice a lavaca: “Soy una más de los 1300 que echaron desde hace más de dos años. Y siguen llegando telegramas. Están vaciando el Hospital, sacando especialidades de adultos y pediatría, dejando sólo consultorios externos y sacando alta complejidad. Les están negando insumos a pacientes, también medicación. Tuvimos un paciente que entró en coma irreversible”.
Curar la lucha: Historia y presente de represión y ajuste en el Hospital Posadas
Corina Fornacieri, psicóloga del Hospital Mi Pueblo de Florencio Varela: “La situación es compatible con lo que pasa en el resto de la provincia. Los hospitales están muy desprotegidos en cuanto a recursos y cantidad de profesionales. La guardia tiene un problema grave: no hay médicos ni enfermeros para la atención. Es un área crítica».
Sigue el relato la psicóloga: «Al consultorio llega mucha gente que se quedó sin trabajo, sin obra social. Obviamente el impacto de la crisis se ve, también, en el impacto de salud mental. Nos llegan muchos intentos de suicidios, y eso es alarmante, porque lo estamos viendo también en el área pediátrica. Chicos de 12 o 10 años, que vienen con ingesta de medicación, de autolesión, de ahorcamiento. Cosas graves. Es muy preocupante. La familia ya no contiene.
La sociedad está desprotegida. No hay contención desde lo institucional, y eso se palpa”.
La salud del FMI
Florencia Braga, integrante de la Federación Argentina de Enfermedades Poco Frecuentes (Fadepof): “Tengo un hijo con la enfermedad de Stargardt. La tiene una persona cada 10.000. Son desatendidas. Yo soy directora de pacientes de la Fundación Investigar, que trabaja investigando enfermedades y terapias nuevas que aparecen. Tenemos una ley que es la 26.689 (de Enfermedades Poco Frecuentes). Esperábamos que creciera el presupuesto para investigar estas patologías, pero no. Somos el último eslabón. Muchas de ellas son discapacidades mortales. Y están olvidadas. Necesitamos un Ministerio fuerte, no una secretaría. Argentina tiene una historia sanitarista de excelencia, con Premios Nobel. Hoy la gente se muere. Hoy tampoco tenemos Ministerio de Ciencia y Tecnología. No puede ser que el FMI esté decidiendo la política sanitaria del país. Tenemos que defendernos de todo. Los pacientes tenemos voz. Y queremos que se nos escuche. Imaginate que si no ponen plata en vacunas, es una vergüenza lo que va a pasar con enfermedades de poca prevalencia. Somos más de 3 millones de familias en Argentina. Estamos cada vez más olvidados”.
No sacar el cuerpo
Adriana Palacios es secretaria de Salud del municipio de Moreno. Dice a lavaca: “La situación es cada vez más apremiante y angustiante debido a los recortes de salud en nuestro territorio. Eso provoca que cada día más familias tengan cada vez más difícil el acceso a lo que tenían de forma gratuita. Cuestan mucho que bajen programas al municipio. La educación sexual cuesta mucho implementarla en las escuelas, ni entregan preservativos. Tenemos un programa, Médicos Comunitarios, para el que hace nueve meses que el ex Ministerio, hoy Secretaría, no gira fondos para que podamos pagar a los profesionales. Hoy no se giran recursos y muchos están directamente sin cobrar.
Están haciendo desaparecer programas vitales, y cuando eso sucede, sobre todo en tiempos de crisis, la enfermedad aparece cada vez más en el cuerpo. Cuando asumimos en 2015, teníamos 15 personas con tuberculosis: hoy tenemos en tratamiento 570. Todo el año pasado estuvimos sin medicación. Recién este pudimos lograr algo. Muchos se atienden en el Posadas, pero vuelven a Moreno porque allí hay cada vez menos profesionales.
Cierra: «Y Moreno es un distrito muy golpeado. Pasó lo de la Escuela 49, el secuestro de la docente Corina… Todas las mañanas me despierto y me pregunto: ´¿Y ahora qué?´. Estamos muy castigados, pero hay mucha gente en el territorio. Y mucha organización. No podemos sacar el cuerpo. Muchos menos en este contexto”.
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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