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Volver a las Madres de Plaza de Mayo, para fundar lo que viene: ¿quién toma la posta?

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Cómo resuenan los cacerolazos del día del DNU. La protesta que no entra en los protocolos. Lo que no puede esperar. Las palabras de niñas, jóvenes y abuelas, y el traspaso generacional de la lucha por los derechos. Lo que dijo un sobreviviente de Cromañón en la ronda. La voz de Susy Shock en la marcha. Las palabras de Elia Espen y Nora Cortiñas, para vivir sin miedo y organizar la rabia: «El pueblo no está dormido, está tanteando qué hacer para salir todos a la calle. No abandonen la lucha porque cada vez se va a ir dando con más fuerza. Pensemos que atrás nuestro hay mucha gente que nos necesita”. Texto: Lucas Pedulla

Irupé, con ocho años, le pregunta a su abuela Patricia, que tiene setenta y dos, por qué hay una sola madre en la Plaza. Todavía no había llegado Nora Cortiñas, y por eso esta niña de nombre guaraní, que ahora solo ve a Elia Espen, lanza una pregunta que toca el corazón.

-Porque están grandes -responde su abuela.

Patricia llegó hace unos días de Misiones a una ciudad de la furia que explica cerrando los ojos. “Ya vine mal pero hace dos días es todo una angustia -dice-. Pero qué suerte lo de anoche”. Es que anoche fueron los cacerolazos que marcaron el estribillo de cierre de un día que arrancó con imágenes orwellianas en las estaciones de tren, se extendió con un despliegue coral de gendarmes y prefectos y federales para evitar una marcha que sucedió igual, y un anuncio de un megadecreto que encendió, entiende Patricia, una chispa.

“De repente tuve alegría cuando escuché y vi que la gente salía, porque pudo sacar su bronca y su angustia afuera”, cuenta esta mujer, que sabe lo que fue el exilio en dictadura, cuando tuvo que irse a España con su marido. “Ahora hay que esperar a ver qué hacen los legisladores, y confiar en que esta espontaneidad continúe”, expresa.

Irupé escucha. 

¿Por qué es importante venir, corazón? -le pregunta lavaca.

-Para recordar y respetar a las Madres. Acordarnos que están acá y saber que siempre nos van a acompañar.

Su abuela, Patricia, sonríe orgullosa.

El disparate político

Una de las personas que camina alrededor de la Pirámide de Mayo es Ana Longoni. Doctora en Artes, especialista en el cruce de arte y política en América Latina, hizo la curaduría de la muestra El futuro detrás, junto a la investigadora y especialista en fotoperiodismo Cora Gamarnik, que se estrenó a principios de mes en el Parque de la Memoria. La muestra presenta un conjunto de obras y registros (entre los que se encuentran el libro Sin patrón de lavaca y el testimonio de la fundadora de la cooperativa, Claudia Acuña) alrededor del estallido social del 2001 de una manera original en un contexto particular, con foco en las creaciones sociales de grupos artísticos, asambleas y fábricas recuperadas. 

Hace mucho, dice, que no venía a una ronda. “Es el sostenimiento, la insistencia y la persistencia de un ritual fundante de un modo en el que el movimiento de derechos humanos argentino confrontó con la dictadura, y tomó el espacio público, en un lugar tan connotado, con una ronda como una forma de contradecir la orden policial de desalojo. Ahí se fundó un modo de ocupación muy valiente donde, al principio, eran un puñado de mujeres y después se fue haciendo masivo al final de la dictadura. Hay momentos particulares donde una se siente convocada a estar acá, y este es uno de ellos”.

Apunta que, en estas cuatro décadas y media, las rondas tuvieron “modulaciones”: “Momentos de mucha masividad como cuando volví del exilio: recuerdo que en el 84-85 éramos muchos jóvenes en esta plaza. Y otros momentos donde sufrió un remezón, como con los indultos en el menemismo. Pero siempre ese lazo se sostiene y está allí, y creo que una sabe que puede volver. Por eso es importante que se vuelva a construir como lugar de encuentro, asambleario: hay algo de la transmisión de una experiencia generacional. Las Madres están grandes, y es muy importante ese legado sostenido. Hay que abrazarlo”.

Ese legado sienten Verónica y Pía, madre e hija, que vinieron en transporte público desde Olivos, partido bonaerense de Vicente López. “Antes de las elecciones me agarró una necesidad de ir a ciertos lugares de la memoria -dice Verónica, 45 años, docente particular de música-. Fuimos a la ESMA, por ejemplo. Tuve la necesidad de estar en un lugar para no olvidar. Hablo de nuestra democracia, y de pensar cómo llegamos a lo que llegamos ayer”.

Pía, 16 años, estudiante de quinto año en escuela pública, lo sintió en el cuerpo: “Había lugares donde no podía respirar”.

Verónica también siente dolor por este contexto: “Tengo mucha gente alrededor que me dice que hay que esperar, que hay que aguantar, ¿pero qué? Y me dicen pesimista. Estoy peléandome con gente que hasta hace poco nos queríamos”.

Mabel es geógrafa, tiene 72 años, también siente tristeza, pero anoche hizo algo: “Salí con mi cacerola al balcón”. Después escuchó otras. Luego, a los de enfrente. Al instante, un vecino sacó un bafle y puso la marcha peronista en Caballito. No dudó: bajó y se fue a Acoyte y Rivadavia, una de las esquinas porteñas donde se congregaron vecinos y vecinas. “Fue un granito de arena -celebra-. Mucha gente salió a pesar a la amenaza de represión. Y eso es muy bueno. Hay que volver al eje, como argentinos, de esta cosa disparatada”.

Fundar nueva época

La artista Susy Shock también piensa en ronda. “La primera sensación desde que ganó Milei es que hay que repensarlo todo de nuevo -agita-. Cuando una mira todo el paisaje que nos constituye, volver a las Madres es un punto que siempre nos hace fundar nueva época. Es trayendo a las propias acá, a las viejas, a las infancias trans, como un punto de encuentro re potente, porque habla de memoria cuando se la pone en discusión de una forma muy violenta. Y también porque el 24 de Marzo tenemos que ser una plaza gigante. No podemos darnos el lujo de ser dos plazas, si no vamos a tener Milei ocho años. Hay que tener grandeza y humildad de no heredar las diferencias. Bancarnos y, en todo caso, ir contra el gobierno facho que viene por todo. Vengo para llevarnos la energía irreverente de las viejas pero también para apuntalar a las compañeras de los costados para asumir esa rebeldía y esa humildad. No lo podemos hacer en soledad. Ellos saben juntarse y comerse sus diferencias para tejer sus destrozos. Tenemos que hacer lo mismo”.

Susy también invita a pensar cómo activar en esta época: “No queremos que nos inviten a resistir de la misma manera. Eso ya fracasó. No quiero correr atrás de la izquierda. Quiero que se sumen con humildad y autocrítica, todos los partidos, a hacer todo de nuevo. Por eso la espontaneidad de anoche fue superadora, y ojalá no se apague, sino que crezca”.

¿Quién sigue?

Al terminar la ronda, habla una sobreviviente de Cromañón, recordando que el 30 de diciembre se cumplirán 19 años de la masacre que dejó 194 muertes. 

Luego, dos recordatorios de la Madre Mirta Baravalle, que no está presente, pero manda una hojita para que los lean: Ezequiel María Cetrangolo, asesinado el 18 de septiembre por la Triple A, y Ana María Guzner, asesinada el 5 de septiembre de 1975.

Después, le pasan el micrófono a Elia Espen. “A nosotros nos tiran de todo, pero acá estamos: no les damos ni cinco de bolilla -dice y sonríe-. Vamos a seguir estando por más que ellos provoquen y quieran ser únicos. Pareciera que somos un agregado. No tengo mucho para decir hoy porque estoy con mucha bronca y me tengo que cuidar porque por ahí largo algo que no debe ser. No nos abandonen y no se abandonen, porque siempre resurgimos y volveremos a resurgir, aunque ellos no quieran. Cuando no estemos más las Madres, seguirán ustedes. Adelante y a cuidarse”.

Luego, habla Nora Cortiñas: “Me pasa como a Elia, después de que la marcha excepcional de ayer, donde no pudieron usar toda la cana que pagaron, ni hubo ningún desmán ni nada para reprimir. ¿Qué bronca tendrían, no? No pudieron. Desde luego a cada uno de nosotros nos dejó una dosis de bronca, de nervios, de indignación, de impotencia porque nos dijeron que va a haber más. Ayer regalaron el país: ¿qué más quieren hacer?”.

Celebra los cacerolazos, porque fue “el merecido” que tuvieron después del anuncio: “A la noche tuvieron su pago. El pueblo no está dormido, está tanteando cómo hay que hacer para salir todos a la calle. Y vamos a salir. Hay que estar atentos. Estamos poniendo la barrera para que este pueblo no se enferme. Hoy le preguntaba a una amiga psicoanalista cuántos pacientes tendrás hoy -dice-. Quieren enfermarnos, no les demos el gusto. Salgamos a la calle con convicción. Cuando veamos a nuestros amigos, hay que abrazarnos. No se contagia la bronca: la sacamos en la calle saliendo a pelear. No tengamos miedo. Con decretos no nos pueden vencer. Pusieron carteles por todos lados desde la mañana, pero no les sirvió de nada: la gente salió igual”. 

Y cierra: “No abandonen la lucha porque cada vez se va a ir dando con más fuerza. Pensemos que atrás nuestro hay mucha gente que nos necesita”.

Nora pide terminar la jornada cantando La Cigarra, de María Elena Walsh.

El jueves que viene, a las 15:30, habrá ronda otra vez, como hace 46 años.

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

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Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.

Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.

La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.

El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.

Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.

Pero falta para eso.

Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.

En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.

Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.

Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.

Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.

Fin.

Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.

Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.

Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.

Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.

Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.

Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.

Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.

Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.

Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.

Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.

Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.

¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.

¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.  

Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.

¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.

¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Fotos: Sebastian Smok

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.

Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.

Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.

De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.

Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.

Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.

Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Vera, candidato a presidente por la lista Ruge el cambio del centro de estudiantes del colegio Nicolás Avellaneda.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.

Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.

¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Lila Lemoine apareció vestida de playera de YPF.

Otras celebridades que se llevan las miradas:

El Zorro con la bandera de Argentina.

Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.

Lila Lemoine vestida como playera de YPF.

Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:

  • Castrá
  • Adoptá callejeritos
  • Educá
  • No compres
  • No + piroctenia

Son tatuajes.

En la cara.

Fin.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?

Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.

La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Franco Carcedo y su libro.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.

¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.

¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.

Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.

Fin.

Equivalencias y bebidas.

Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.

Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.

Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.

Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.

Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.

Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.

La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.

Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.

Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.

Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.

Le han robado el celular.

Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.

El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.

Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:

-Es que está lleno de negros.

Fin.

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