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Dunga dunga laboral, cuarta parte: la noticia que no es chiste
En esta cuarta nota dedicada al proyecto de reforma laboral lavaca dialoga con la Federación Aceitera y la Asociación Argentina de Árbitros, dos de los gremios que cerraron algunas de las paritarias más altas del año. Qué significan en este contexto de reforma laboral y del intento del Gobierno de poner techo a las negociaciones salariales. “Nuestra única preocupación es enfrentar a los obreros en una asamblea y que no nos puteen”, dice Daniel Yofra, secretario general de Aceiteros. Además, analiza qué revela la negociación de la cúpula de la CGT con el Ministerio del Trabajo por la reforma que será girada al Congreso: “La sociedad está alertaVa a haber manifestaciones en las calles, en las fábricas y en los lugares de trabajo”.
El dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica de Tierra del Fuego y diputado nacional, Oscar Martínez, firmó un acuerdo que congela los salarios por dos años: dijo que era muerte o dunga dunga. Fue la previa y el marco del acuerdo entre la CGT y el Gobierno por la reforma laboral. Si bien algunos dirigentes del triunvirato valoraron que el Gobierno diera marcha atrás a algunos de los artículos más resistidos (por ejemplo, la creación de un “banco de horas”, la incorporación de la figura de “trabajador independiente”, el fomento a las tercerizaciones), muchos sectores sindicales cuestionaron el principio de acuerdo del proyecto que, ahora, será girado al Congreso nacional.
¿Cómo interpretar esta noticia?
En esta nota Lavaca dialogó con Daniel Yofra, secretario general de la Federación Aceitera (CGT) y Federico Beligoy, secretario general de la Asociación Argentina de Árbitros (AAA).
“Lo que pedimos es coherente con la realidad del país”
“Todo lo que salió en los diarios está mal”, comienza diciendo Federico Beligoy, secretario general de la Asociación de Árbitros Argentinos, en referencia a que en varios medios de comunicación se comunicó que los arbitros cerraron una de las mejores paritarias del país y que cobrarían como “un gerente”, por sobre los 80 mil pesos. Beligoy no quiso hablar de cifras para “salvaguardar los derechos” de los representados, pero aclaró: “Es un aumento para los árbitros nucleados en la Asociación de Fútbol Argentino (AFA). Son aproximadamente 700. Lo que arreglé y homologué en el Ministerio de Trabajo es un aumento en dos partes de 23% y 7%, que termina siendo un 31,4% porque es acumulativo. Después, lo que salió en todos lados es una restructuración de los honorarios por partido del torneo de Primera División, que no es paritaria”.
¿Qué es?
Es una restructuración producto de que se ha iniciado una nueva etapa en el fútbol argentino, con la Superliga, donde hay un volúmen de dinero más amplio producto de los derechos de la televisión. Y dentro del volúmen que ha entrado a los clubes y a la AFA, también ha llegado a los árbitros.
¿Qué representa que hayan podido cerrar una de las mejores paritarias del año en un contexto donde se está discutiendo la reforma laboral?
Estamos entre los cinco gremios que más aumento han conseguido. Hay un diálogo permanente con las autoridades de AFA: tenemos un presidente que habla el mismo idioma que nosotros porque es un trabajador (Claudio Tapia) y entiendo que lo que necesitamos es absolutamente coherente con la realidad del país. Además, del otro lado, hay un interlocutor que sabe que no estamos solicitando cualquier cosa y pedimos realmente lo que estamos convencidos que hay que pedir.
Dunga dunga laboral, segunda parte: una noticia que no es chiste
“El culo en la pared”
Los trabajadores aceiteros cerraron en mayo una de las paritarias más altas del año con un aumento del 31,6 por ciento, en medio del intento del Gobierno por poner un techo que no supere el 20. En las últimas semanas iniciaron una serie de medidas de fuerza ya que el Ministerio de Trabajo estaba “demorando” el certificado de autoridades y, además, no estaba homologando los últimos acuerdos ni el bono que habían cerrado en diciembre. “Cerramos un buen porcentaje de la misma forma que hicimos en épocas del kirchnerismo, cuando hicimos 25 días de huelga”, dice Daniel Yofra, secretario general del sindicato. “El beneficio de no estar en ningún partido es que la única preocupación que tenés es la de enfrentarte a los obreros en una asamblea y que no te puteen. En la medida en que hagas las cosas bien y representes los deseos de los trabajadores y sus derechos, no hay problemas. Nosotros estamos en la CGT, pero tenemos autonomía: no le debemos explicaciones a nadie”.
¿Qué evaluación hacen del contexto como gremio dentro de la CGT?
Estamos en estado de alerta. Lo más preocupante es el silencio de la Central que arregla los distintos puntos de la reforma sin hacer siquiera un plenario de secretarios generales nacionales. Ese silencio y esa espalda que le dan al movimiento obrero trae mucha preocupación porque arreglan algo sin el consenso de los trabajadores. Me parece que, independientemente de los casos puntuales, debería haber una comunicación y no que nos tengamos que enterar por algún medio que pueda tener llegada a cierta información. O por el propio Gobierno, que es el más interesado en la reforma.
Había dos posturas respecto a la discusión de la reforma: mantener el diálogo o salir a la calle. ¿Qué piensa usted?
El diálogo que hay con este Gobierno es a través de la imposición. No hay diálogo. Me parece que son muy astutos en ese sentido: negocian con mucha debilidad frente a ellos, mientras avanzan a pasos agigantados para sacarle no sólo los derechos a los trabajadores sino el poder, y se lo dan a los empresarios. Ese es el díalogo que hay con el Gobierno: no hay consenso. Nadie puede hacer un consenso que perjudique a los trabajadores.
Algunos dirigentes valoraron que el Gobierno sacara los puntos más resistidos.
Pero es como que te digan que te van a sacar la casa, el auto y la bicicleta, pero te dicen que te dejan la bicicleta y vos te vas conforme porque te sacaron la mitad de las cosas. Y acá no pasa por lo que sacaron o no: el tema es que si la CGT no sale a decir qué es lo que arregló con el Gobierno, puede haber algo turbio y oscuro que perjudique a los trabajadores. Los 140 artículos nos perjudicaban: ¿cuál punto es más duro? Son todos duros. Hablamos de supuestos, porque la CGT no salió a decir nada, pero evidentemente hay mucho ruido en varios sectores que no están de acuerdo. La sociedad está alerta, y si llega a pasar algo va a haber manifestaciones en las calles, en las fábricas y en los lugares de trabajo.
¿Qué significa en este contexto lo que dijo el dirigente de la UOM de Tierra del Fuego?
Hace dos años que los dirigentes gremiales vienen aceptando el dunga dunga. No es dunga dunga o muerte: el dunga dunga ya lo tenemos incorporado. Hace dos años que nos vienen proponiendo eso. Que vos, dirigente gremial, que representás a los trabajadores, digas “o me agacho y me arrodillo ó muerte”, es porque tenés realmente pocas alternativas, pero en la medida en que no haya democracia sindical van a seguir poniendo ejemplos estúpidos que lo único que hacen es angustiar más a los trabajadores y darle más bronca.
¿Cuál la salida al dunga dunga?
El culo en la pared. Con eso lo vamos a evitar: salir a enfrentar como muchos lo estan haciendo. No vamos a aceptar el dunga dunga, y la muerte solo puede venir como consecuencia de alguna represión del Gobierno hacia aquellas organizaciones que quien velar por los derechos de los trabajadores. Nosotros no lo vamos a aceptar, no lo hicimos nunca y tampoco lo haremos ahora.
Dunga dunga laboral, tercera parte: la noticia que no es chiste
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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