Sigamos en contacto

CABA

El Titanic, la salud, y otras reflexiones pandémicas

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

“El mundo que se paralizó ante la presencia de un microorganismo con especial predilección por las vías respiratorias, que se aprovecha de quienes tienen sus sistemas inmunológicos comprometidos, es el mismo mundo que sigue sin reconocer que quizás el mayor impacto negativo en la salud de las víctimas directas de este virus sean las condiciones de vida que precedieron la aparición del COVID-19” explica el médico Damián Verzeñassi en estas reflexiones enviadas a lavaca.org.

Plantea en ellas una analogía con la situación del Titanic, donde estar en el mismo barco no significaba acceder a los mismos recursos. Señala una serie de condicionantes para comprender la situación actual: la influencia del extractivismo, la contaminación y la destrucción de la naturaleza sobre los procesos de salud individuales y colectivos. La falta de alimentación adecuada. Los transgénicos, la industria de alimentos ultraprocesados y plagados de químicos. Las carnes de animales criados en condiciones de hacinamiento con antibióticos y ansiolíticos. La contaminación del aire, las aglomeraciones urbanas y las poblaciones con sus sistemas inmunológicos deprimidos. Ideas y preguntas para repensar el sistema de alimentación, el sistema de salud y nuevas lógicas de producción económicamente sustentables.

Verzeñassi es profesor titular de Salud Pública y Director del Instituto de Salud Socioambiental de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. Dirige además la carrera de Medicina en la Universidad del Chacho Austral, y fue el inspirador de los Campamentos Sanitarios que relevaron (y revelaron) la situación de salud en más de 30 comunidades argentinas. El texto completo de sus “Reflexiones pandémicas”.

Por Damián Verzeñassi

Analizar el metabolismo sociedad-naturaleza es clave para poder comprender la génesis antrópica de la proliferación de mutaciones microbiológicas que ponen en alerta a la población humana.

El mundo microbiano se reorganiza permanentemente para resistir y sobrevivir a las drásticas transformaciones que los modelos de producción y reproducción socio-económica dominantes en las sociedades humanas, imponen a los territorios.

La crisis pandémica actual, también permite evidenciar la determinación de los modelos de producción extractivista sobre los procesos salud-enfermedad de los sujetos tanto en la dimensión individual como en la colectiva.

El extractivismo, en todas sus facetas, conlleva a la explotación extensiva de los territorios, con la consecuente contaminación del agua, aire y suelo. Agrotóxicos, microplásticos, metales pesados, gases tóxicos, deforestación y corrimiento de la frontera agrícola, explotación animal (que constituye el caldo de cultivo ideal para la génesis de este tipo de mutaciones virales, como ya quedó demostrado con la gripe aviar, la gripe porcina y el SARS), son evidencias incontrastables de la alteración que hemos generado a los procesos metabólicos del planeta, a partir de la instalación y globalización de los modos de producción extractivistas.

Todo ello conlleva un deterioro progresivo en la salud de las comunidades y reduce la capacidad de respuesta inmunológica humana ante diferentes agresiones, tanto a nivel individual como colectivo.

Hemos construido sociedades que no son capaces de garantizar una alimentación adecuada para sus pueblos, y con ello pierden el primer y esencial elemento sustancial para el cuidado de su salud y la recuperación de la misma ante diferentes injurias.

Los modos de comer han cambiado drásticamente en los últimos 40 años en nuestras sociedades, de la mano de la creciente migración hacia los conurbanos, así como de la disminución de las granjas y áreas de producción de alimentos, cuyos territorios fueron ocupados por plantaciones de transgénicos adictos a venenos que para sostenerse contaminan y dañan a quienes viven en sus cercanías (y no tan cerca).

Productos ultraprocesados, en los que abundan colorantes, conservantes, aromatizantes, y otras sustancias cuyas siglas no nos permiten ni siquiera adivinar su origen, han ocupado el lugar de los alimentos tradicionales que se servían en las mesas de los hogares de hace 40 años atrás.

Los animales, cuyos derivados terminan en nuestros organismos, son engordados a base de transgénicos, ansiolíticos, antibióticos, en condiciones de hacinamiento propios de campos de concentración, obligados a comer sin descanso. ¿Qué es entonces lo que comemos y cuanto de eso puede realmente acompañar a nuestro organismo para nutrirse y desarrollar un sistema inmunológico adecuado?

El mundo que se paralizó ante la presencia de un microorganismo con especial predilección por las vías respiratorias, que se aprovecha de quienes tienen sus sistemas inmunológicos comprometidos, es el mismo mundo que sigue sin reconocer que quizás el mayor impacto negativo en la salud de las víctimas directas de este virus sean las condiciones de vida que precedieron la aparición del COVID-19.

Según la propia OMS, ya en 2012 la contaminación atmosférica fue responsable de la muerte de 7 Millones de personas a nivel planetario. [1]

El asbesto, contaminante pandémico si los hay, tiene un amplio prontuario de daños en la salud, fundamentalmente a partir del daño de las vías respiratorias, con un historial judicial en varios países, fundamentalmente Italia, donde pueblos enteros fueron contaminados por este material a partir de su extracción para la fabricación de tanques, chapas y otros elementos con fibrocemento y terminaron ante los tribunales exigiendo se les indemnice por el daño generado.

Quienes vivimos en Rosario, además de la contaminación del aire urbano por las emanaciones de gases de vehículos, estamos expuestos a los gases que llegan con el humo del cordón industrial, al que estacionalmente se le suma el humo de los incendios intencionales en las islas frente a la ciudad, resultado del uso de ese humedal como espacio para la cría de ganado (que ha sido expulsado de los campos por los transgénicos adictos a venenos.

¿Cuánto facilitará el daño que el covid-19 pueda hacer en los rosarinos, el humo que respiramos hasta el 7 de marzo, producto de la quema intencional de las islas entrerrianas, que los gobiernos locales y regionales fueron incapaces de evitar o sancionar?

Si el 92% de las personas que viven en ciudades no respiran aire limpio, y por lo tanto con el acto más primitivo de la existencia, el respirar, incrementan su riesgo a padecer patologías que ponen en riesgo sus salud y su vida, ¿no será que nuestros modos de vida son claves para incrementar el daño que pueda generar un virus respiratorio?

El Titanic, la salud, y otras reflexiones pandémicas

Las ciudades (donde vive hoy más del 50% de la población del mundo), se han transformado en aglomeraciones de personas en edificaciones para nada saludables. El sol es prácticamente un privilegio, y el hacinamiento es una constante de la mano de la desaparición de los espacios públicos a manos de la especulación inmobiliaria. ¿Cómo dejar que entre el sol en nuestras casas, tal como recomiendan los expertos en tiempos de virus respiratorios, en ciudades donde los edificios de altura han ocupado cada centímetro de terreno urbano?

El volumen y la característica de la basura que generan nuestros modos de consumo, supera la capacidad del planeta para metabolizarlo y en muchos casos es un proceso imposible.

Aire contaminado, comida que engorda pero no siempre es alimento, viviendas que parecen más cajas de zapatos que hogares, sistemas inmunológicos deprimidos, son sin dudas un combo ideal para cualquier patógeno que circule entre nosotros.

Ante la preocupación que manifiestan nuestros Gobiernos por el COVID-19, los medios de comunicación masiva llenan sus espacios con cifras de testeados, infectados, recuperados y muertos, pantallas en rojo con cortinas sonoras que alarman… una sociedad confinada y literalmente aislada en sus propios domicilios, no tiene tiempo (paradójicamente) para pensar que significan en términos de salud los más de 7862 casos de dengue que ya se confirmaron en Argentina desde el 1 de enero hasta el 25 de marzo, los 12 feminicidios en los primeros 14 días de cuarentena, los muertos por desnutrición en las comunidades de pueblos originarios, la terrible fragmentación del sistema de atención de enfermedades que tiene nuestro país, qué significa la extraordinaria bajante actual del rio Paraná, porqué en lo que va de este siglo ya hemos asistido a la aparición de, al menos, cuatro mutaciones virales 2 de las cuales provocaron pandemias, o que estará ocurriendo con nuestros sistemas inmunológicos cada vez menos capaces de defendernos, por enumerar algunos temas que coexisten con la crisis pandémica y son elementos coexistentes en la situación sanitaria que vivimos.

El Principio Precautorio es desempolvado de los textos jurídicos para justificar políticas de Aislamiento Obligatorio contra un virus, en el mismo decreto que se habilita a los fumigadores, a la minería a cielo abierto, a las curtiembres, a las madereras, a seguir contaminando y destruyendo nuestros territorios. Contradicciones de difícil explicación, que desnudan con claridad la ausencia de análisis más allá de las “curvas epidemiológicas” que adolecen de lecturas críticas y miradas más allá de los números de “casos”.

Evidencia dolorosa de cuán lejos estamos de aprovechar la crisis generada por este nuevo virus para repensar los modos de organización, producción y reproducción de nuestras sociedades.

Quienes entendemos a la Salud como el derecho a luchar por una vida digna, así como una condición esencial para la libertad (individual y colectiva), vemos con preocupación la exacerbación de rasgos autoritarios, intolerantes y discriminatorios que florecieron al calor de esta crisis pandémica que, usando un virus como vector, contagia miedo, desconfianza y desazón en una sociedad en la que ya sobresalía como rasgo el culto a la meritocracia, al individualismo, al sálvese quien pueda.

En este contexto, cabe la pregunta: ¿quijén fue responsable de la tragedia del Titanic? ¿El iceberg que se puso en su camino, el vigía que no avisó a tiempo, el capitán que sobreestimó sus capacidades, la banda que no paró de tocar dando la falsa idea de que no pasaba nada, el fabricante que puso botes salvavidas solo para los camarotes caros, el que sobrevendió los pasajes?

Si fuese cierto que estamos atravesando una tormenta todos en el mismo barco, no deberíamos olvidar que en él hay varios pisos, y en los más profundos viajan los que tienen menos posibilidades de llegar a los botes salvavidas, por sus condiciones objetivas y en algunos casos, porque puede haber quien piense en poner cadenas a las puertas, impidiéndoles salir a cubierta y generando así la falsa sensación de que “hay botes para todos” entre los que viajan en los pisos más altos.

Ante la actual situación entendemos que, más allá de la necesidad de atender la urgencia que emerge por la aparición del COVID-19, urge avanzar en la generación y fortalecimiento de vínculos solidarios que nos permitan visualizar colectivamente estrategias de superación de esta crisis, que va más allá de una cuestión microbiológica.

Debemos estimular y recuperar un sistema inmunológico a nivel colectivo, que nos ayude a resolver los problemas estructurales que hacen a nuestros territorios (y a nuestros cuerpos), vulnerables a diversas enfermedades.

Recuperar inmunológicamente a nuestras sociedades implica reconstruir lazos y redes solidarias, de cooperación y ayuda mutua, que respeten y se nutran de las diversidades para hacer más resistentes las tramas.

¿Y si pensamos nuevos escenarios de producción y distribución de alimentos (comida sana, sin venenos, ni transgénicos) dignificando a quien los genera y garantizando el acceso a toda la comunidad, desde los principios del comercio justo y la soberanía alimentaria?

¿Qué pasaría si en lugar de salidas a partir de aislarnos, optamos por generar redes que nos encuentren desde el cuidado solidario, con lógicas de acompañamientos y recuperación de saberes y haceres colectivos?

¿Nos animaremos a construir un sistema de atención de la salud, alrededor de la ética del cuidado, desde la integralidad, con trabajadores bien remunerados y comprometidos con la defensa del derecho a la vida digna, sin hegemonías, desde la horizontalidad, que entienda la integralidad de la vida y por tanto la Salud de la Madre Tierra como una Sola Salud?

¿Aceptaremos replantear las estructuras curriculares e institucionales de nuestras universidades y carreras de la salud, para redimensionar el peso de lo socioambiental, de la epidemiología, de la salud pública y colectiva, del pensamiento crítico en la formación de profesionales?

¿Seremos capaces de asumir el desafío de una construcción colectiva de nuevas lógicas de producción y reproducción, económicamente sustentables, biológicamente estables, políticamente horizontales, socialmente integradoras de la diversidad, en comunión con el territorio y la salud de la Madre Tierra?

En la búsqueda colectiva de respuestas, nacerán nuevas preguntas que nos animen a seguir caminando, tratando de hacer de éste un mundo más saludable…

El Titanic, la salud, y otras reflexiones pandémicas

[1] https://www.who.int/mediacentre/news/releases/2014/air-pollution/es/

Portada

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Seguir leyendo

Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
Seguir leyendo

CABA

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Publicada

el

Con poquito aportás muchísimo ¡Sumate!

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Seguir leyendo

Lo más leido

Anticopyright lavaca. Todas nuestras notas pueden ser reproducidas libremente. Agradecemos la mención de la fuente. ©2025 Agencia lavaca.org. Riobamba 143, Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina - Editor responsable: Cooperativa de Trabajo Lavaca ltda. Número de propiedad intelectual: 50682265 - [email protected] | Tel.: +54 9 11 2632-0383

Vistas el día de hoy: 37.074