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Jornadas La protesta social no es delito: los costos de defender derechos

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Fue una pregunta llana que cambió el clima de la noche, que ya estaba terminando. «¿Qué costos y qué beneficios tiene defender a los luchadores sociales?», preguntó Neka Jara, miembro del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano a Mara Puntano, defensora de 600 procesados por cortar rutas de la Unión de Trabajadores Desocupados de General Mosconi, Salta.

«Es difícil..», llegó a decir la abogada antes de que su garganta se anudara y sus ojos se llenaran de lágrimas. De pronto, desnudó toda su sensibilidad una mujer que parece a prueba de balas, acostumbrada a enfrentarse -sin siquiera tinta para su impresora- a jueces que sobrevivieron la dictadura, a multinacionales que le ponen precio a todo y a políticos que convirtieron sus gobiernos en verdaderos feudos militarizados. Ante el silencio profundo y respetuoso del auditorio, Puntano se apuró a retomar la respuesta no bien recuperó un hilo de voz: «Se puede perder todo, hasta la vida. Pero lo que se gana, no te lo quita nadie. Porque se gana dignidad».

La última palabra retumbó en el primer piso de un galpón de Puente Saavedra, habitualmente utilizado para grabaciones televisivas. Pero este jueves, no había actores: copó el lugar un centenar de personas abrumadas por la realidad que, en una actividad más de la Semana contra la Criminalización de la Protesta, participó del Encuentro de Asambleas Autónomas de Zona Norte con Puntano, sus defendidos Pepino y Hippie Fernández, y la primera argentina condenada por cortar una ruta, la docente Marina Schifrin.

Puntano respiró profundo y siguió adelante con una especie de alegato: «Cuando alguien pide ayuda hay que estar. En el lugar del planeta que sea. No hace falta dinero, solo hacen falta ganas. Y hay que actuar rápido, porque un minuto de demora puede significar una vida que se pierde. A veces, puede cambiar la situación un llamado a una comisaría, una denuncia a una radio, un mail o un fax a un juzgado. Es importantísimo que se sepa que no somos locos que estamos solos, que hay gente que nos acompaña. A Mosconi llegan muchísimos sociólogos, antropólogos, estudiantes, para analizar como si fueran bichos a los miembros de la UTD. Ellos obtienen sus curros, sus becas, venden sus trabajos, y a los luchadores no les dejan nada, ni siquiera los libros que escriben sobre ellos. Es muy importante ser consecuente, hacer lo que se dice».

A la derecha de Puntano estaba sentado Juan Carlos «Hippie» Fernández que, también conmocionado, tomó la palabra: «El virus está acá, les va a tocar a todos. Para vencerlo hay que tener esto», dijo y con su puño se golpeó fuerte el corazón. «Las universidades -completó- preparan grandes técnicos, pero se olvidan de los aspectos humanos. Así son los dirigentes que tenemos hoy: hay que recuperar el sentimiento».

Acurrucada de tanto frío, Marina Schifrin introdujo factores internos al tema: «Acuerdo en adjudicarle la culpa de nuestros problemas a los políticos, pero también tenemos que mirarnos hacia adentro -propuso con serenidad- Tenemos mucha fuerza para estallar, pero poca para consolidar. Necesitamos transformarnos a nosotros mismos, ser más amplios, más solidarios. Un procesado, si no tiene un partido atrás que lo respalde, se siente muy solo. La clase media cuando le conviene cacerolea y cuando quiere exige mano dura. Así no sirve».

A esa altura, el encuentro llevaba más de dos horas. Había empezado con una pregunta de Schifrin: «Ustedes, ¿qué hacen?». Los vecinos autoconvocados -pertenecientes a seis asambleas- contaron, entonces, que tienen una olla popular y dos merenderos, que ayudaron a la recuperación de la panificadora El Aguante, que tratan de construir un colectivo de salud y que formaron una comisión contra la represión policial y la impunidad a partir del asesinato de Martín Suárez, un chico de 17 años, por parte de la policía. «No es fácil construir en un barrio cajetilla de la zona norte», se justificó un hombre canoso cuando terminó la enumeración.

Todos escuchaban en ronda, donde abundaba el mate y el cigarrillo. La palabra iba de un sector a otro, sin dueño. De pronto recayó en Gastón Sánchez, abogado de la Comisión contra la Represión Policial y la Impunidad en la Zona Norte. Relató dos casos de procesamientos de militantes de las asambleas. «El Ferrocarril Belgrano nos denunció porque en la estación se hizo una pintada con la cara de Martín Suárez y de El Boli, otro chico que está desaparecido. La causa fue archivada porque no se pudo determinar quién era la comisión contra la represión. La otra denuncia la hizo Carrefour porque encontraron a un asambleista pintando en el frente: ¿Si Evita viviera sería piquetera? Como era época electoral el juez dictaminó que el denunciado no sabía que cometía un delito ante la cantidad de graffiti políticos que había» El abogado comparó este fallo con el dictamen que el Procurador General de la Nación realizó en el caso Schifrin. «Recomienda el sobreseimiento argumentando que tenía falta de conciencia de que realizaba un delito, pero sigue sin resolver la cuestión de fondo: el derecho a la protesta”.
Detrás del abogado, y haciendo saltitos para evitar el frío, un delegado ferroviario con la campera de TBA, describió los procesamientos de sus compañeros, acusados de interrumpir el paso de los trenes por las vías por una protesta gremial. «Es necesaria la unidad de todos los procesados -advirtió-. Cada uno por separado, de nada sirve».

Fue Jojó Lucero Belgrano, de la Universidad Trashumante, quien vinculó la criminalización de la protesta con lo que sucede por estos días en San Luis, «El nuevo artículo 242 permite a la policía allanar y detener sin orden judicial alguna. Los referentes de la Multisectorial que pide la intervención en la provincia tienen que dormir cada noche en otra casa, como en la dictadura, para preservar su seguridad. Hay 45.000 beneficiarios de planes sociales que, extorsión mediante, se transformaron en el ejército privado de los Rodríguez Saá. Quieren una guerra del pueblo contra el pueblo». Con responsable persistencia al fin de cada uno de los encuentros de esta Semana, la propia Jojo – o algún otro integrante de la Universidad- se encargó de denunciar lo que pasa en San Luis,

Pepino Fernández interrumpió para explicar cómo ellos evitaron en Mosconi esa situación: «Cuando a nosotros nos ofrecieron un plan para ir a hacer pozos a la ruta, dijimos que no, que íbamos a ir a arreglar las escuelas, porque ahí van nuestros hijos. Hace falta la autorización de la directora, nos dijeron. Y cuando fuimos a hablar con ella, nos contestó: ¿qué va a decir el ministro? Nosotros le dijimos que si no aceptaba íbamos a la radio a contar todo. ¿Qué iban a opinar los padres, los alumnos, sus propios hijos?»

Tímidamente, un joven tomó la palabra. Enumeró todo lo que había escuchado: Salta, Río Negro, Buenos Aires, San Luis y concluyó: «Está claro cuál es el juego de los políticos». Enseguida agregó: «Los jóvenes no protestamos porque no sabemos por qué tenemos que protestar. No tenemos conciencia de los derechos, porque nadie quiere que la tengamos.»

La palabra pasaba más lento que el mate, pero a todos le llegaba. «Tenemos que comunicarnos mejor. Aprovechemos las innovaciones tecnológicas como el e-mail. Los medios no nos cuentan lo que nos cuentan ustedes», señaló un señor calvo, un tanto mayor. Hippie Fernández lo cortó en seco: «La realidad está al lado de cada uno. Hacen lo que quieren con nosotros. Si hasta hoy se está jugando Boca-River sin una hinchada y nadie dijo nada.»

Neka Jara, del MTD Solano, recordó que organizarse permite romper el aislamiento y la incomunicación. «Hay que socializar los recursos para potenciar cada movimiento», subrayó.

En la ronda hubo tiempo, como en cada charla de la semana, para que la UTD desarrollara sus proyectos productivos. «Además de protestas, tenemos propuestas», volvió a decir Hippie Fernández antes de comenzar a sacar carpetas sobre huertas, aulas, salas de primeros auxilios, agua potable, basureros y muchos etcéteras. Además, volvió a señalar que la crisis energética es un verdadero bleff: «El gas debería ser gratis», aseguró y agregó: «Las empresas sacan el metro cúbico a 0,45 en boca de pozo. Pero no invierten en extracción para que la Argentina le compre a esas mismas empresas que sí invierten en Bolivia a 1,78».

Una larga mesa y varias pizzas esperaban en la planta baja. La última charla de esta Semana contra la Criminalización de la Protesta había terminado.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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