Nota
La doctrina del shock: el documental de Naomi
La escritora canadiense comenzó a filmar aquí el documental que sobre su libro dirigen Michael Winterbottom y Mat Whitecros, la misma dupla premiada por el filme Camino a Guantánamo. Los detalles de una agenda increíble y sin respiro. Y un resumen del monumental libro que el próximo año se podrá ver en la pantalla global.
Llegó a la Argentina el sábado, pero hasta el martes a la mañana su alma estuvo muy lejos, atrapada en el artículo sobre China que tenía que entregar para la edición de mayo de la versión norteamericana de la revista Rolling Stones. Le pregunto si pudo investigar sin problemas y me responde que no tuvo inconvenientes mientras se mantuvo como un simple turista, pero que apenas la detectaron los radares la cosa se complicó y tuvo que dar por terminada la visita. La policía le robó su Ipod, me dice sonriendo como para sintetizar con esa paradoja la situación. A su lado, su pareja Avi Lewis también sonríe. Está feliz de regresar a la Argentina y reencontrarse con los afectos que sembró en los largos meses que pasó aquí filmando su documental La toma. Avi me cuenta que dejó la poderosa CBS donde trabajó en los últimos años para conducir un programa periodístico en la cadena Al Jazzera, lo cual le significó, entre otras cosas, mudarse a Nueva York. Le pregunto qué reacción ha recibido por parte de la comunidad judía, especialmente por la suma que significa para esta pareja trabajar uno en una televisora árabe y escribir, el otro, un capítulo memorable sobre lo que representa hoy el Estado de Israel, sin duda una de las piezas memorables de La doctrina del shock. Naomi me responde que ha sido peor desde que ella decidió sumarse a la campaña de boicot contra la economía israelí. Por eso, su libro no fue editado por el mismo sello que No logo, sino por una pequeña editorial palestina. El dinero de la venta de ejemplares, además, está destinado a imprimir más títulos, para fortalecer la difusión de esa cultura y así ayudar a resistir su exterminio.
El muro
Apenas Naomi despachó la nota, se concentró en las entrevistas con la prensa: siete en un día. El miércoles, preparó su primera presentación en la Feria del Libro: una entrevista pública auspiciada por la revista Ñ, del diario Clarín. Naomi siempre prepara sus intervenciones públicas, anotando en una libreta y a mano los ejes de lo que quiere transmitir. Es tímida y se nota que la incomodan las multitudes, pero ha encontrado una forma de lidiar con eso: entiende a la fama como un medio de comunicación masivo. Y Naomi es una periodista profesional. Cuando habla, escribe.
Ya es viernes y estamos en el Parque de la Memoria. Es el comienzo del verdadero motivo del viaje de Naomi a la Argentina. Aquí se están filmando las primeras imágenes del documental que sobre La doctrina del shock dirigen Michael Winterbottom y Mat Whitecross, la misma dupla que ganó el premio a la mejor dirección en el Festival de Berlín con el extraordinario filme Camino a Guatánamo, también basado en hechos reales. Whitecross estuvo en la Argentina en 2006, invitado por el Festival de Cine de Mar del Plata. Mat conoce mucho mejor este país: sus padres fueron secuestrados por la dictadura argentina en 1976. Cuando fueron liberados se exiliaron en Londres, donde él nació. Desde allí llegó ayer a la noche y sin respiro, se puso a preparar la producción que hoy lo trae al Parque de la Memoria, con un equipo de locales: cámara, sonidista y traductor.
Las tomas registran el interminable muro con los nombres de las víctimas del terrorismo de Estado. Naomi está buscando allí el nombre de Rodolfo Walsh, el escritor que con su Carta Abierta a la Junta Militar inspiró la investigación que dio forma a La doctrina del shock.
–Debe estar por aquí, ¿no es cierto?, pregunta Naomi cuando ya ha caminado doscientos metros de ese muro.
–Todavía estamos en 1976 – le señalo- Y él desapareció en el 77.
Naomi recorre con la mirada la distancia que hay desde el inicio de ese año hasta su fin, la inmensidad de esa lista. Entiende el significado que encierra cada metro, cada paso, cada ladrillo, cada nombre. Y aguanta las lágrimas.
No hay tiempo para almuerzo, porque a las dos de la tarde la espera Victor Basterra en el Instituto de la Memoria. Basterra es uno de los sobrevivientes del campo de concentración que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Con él conversará hasta la hora de su segunda presentación en la Feria del Libro, donde será entrevistada por el periodista Nelson Castro. Naomi quiere esa noche hablar sobre el rol geopolítico del Imperio y apunta algunos ejes sobre su visión de lo que ella entiende que esto significa para los latinoamericanos.
Cavallo y la ESMA
Es sábado y Naomi se prepara para boxear. Subirá al ring para enfrentar ante las cámaras a Domingo Cavallo, ministro de Economía de la dictadura y de la democracia. No tiene tiempo para festejar su triunfo por nock out: ya es la hora de filmar en la ESMA, donde recorre los pabellones del terror. Dos horas después, los espera en su casa Lilia Ferreira, la viuda de Rodolfo Walsh. Es un encuentro intenso, como intensa es Lilia. Las dos tiemblan cuando Lilia le muestra, casi como ofrenda, los legendarios anteojos del escritor.
A las seis de la tarde está prevista su presentación en la inauguración de nuestra casa y a las seis en punto suena el teléfono para pedir una tregua: recién termina su entrevista con Lilia, pero ya está en camino. Lo que sucedió cuando llegó será contado en otra nota, porque forma parte de otra historia.
El domingo, Naomi, Avi y Mat volaron hacia Chile, a su encuentro con la viuda de Orlando Letelier, el ministro y embajador de Salvador Allende, asesinado en Washington en 1978. El próximo martes, llegará a Bolivia, en lo que será su primera visita como invitada oficial de un gobierno.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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