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Los cambios en el sindicalismo: cuando el poder está en las asambleas

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Trabajadores telefónicos, de hospitales, de subtes, docentes y tantos otros abrieron una era de conflictividad sindical con una novedad: ganan, logrando consenso interno, pero no lo evalúan como un aumento de “conciencia política”. Varios referentes provienen del trotskismo, lo abandonaron, y analizan críticamente a los partidos de izquierda. La paradoja de la lucha salarial, y el apoyo a Kirchner. Vanguardia, piqueteros y autocríticas para comprender las nuevas claves sindicales.

De pronto, la efervescencia sindical volvió a la Argentina. Pararon los telefónicos, pararon los subtes, también los docentes bonaerenses y universitarios. Los obreros de las automotrices pusieron en jaque las exportaciones del sector, y los empleados de las distribuidoras de gas también presentaron sus reclamos.
Y este miércoles, los hospitales Garraham, Posadas y Francés, volverán a parar en reclamo de un aumento de 600 pesos, en concepto de adelanto hasta llegar a los 1800 pesos que cuesta la canasta familiar básica.
Ocurre además algo aún más novedoso: los trabajadores ganan los conflictos después de más de una década en la que sólo habían obtenido retrocesos.
Claudio Marín, secretario adjunto de los telefónicos de Capital, Roberto Pianelli del Cuerpo de Delegados de Subterráneos y Gustavo Lerner de la Comisión Interna del Garraham, encabezaron las protestas más ruidosas de los últimos meses. Los tres se formaron en el trotkismo y participaron de esa masiva experiencia que fue el Movimiento al Socialismo (MAS), en los 80. También protagonizaron su implosión. Dos de ellos abdicaron de la militancia partidaria, Lerner en cambio insiste en el Partido Socialista Revolucionario. Reunidos por lavaca, analizan el escenario gremial, las nuevas y viejas formas de organización y las contradicciones y dilemas que surgen de las diversas experiencias.

-¿Hay un nuevo sindicalismo? ¿Por qué volvieron los conflictos llamados ofensivos, después de tanto tiempo de estar a la defensiva?
CM (telefónicos)
: No sé si son conflictos ofensivos. En realidad estamos recuperando terreno perdido, que fue mucho. Para ofensivo faltará un poco más. Lo que pasa ahora es que cuando luchás, ganás; mientras que antes se perdía. Antes peleabas para conservar la fuente de laburo, para que no se siguiera degradando el trabajo. Nadie salía a pelear salario. Lo novedoso es que se puede pelear y se gana.
-¿Y por qué ahora se gana?
CM (telefónicos)
: Creo que hay un escenario distinto, hay algún tipo de recuperación económica, y esto posibilita que la gente se sienta también más segura. No hay tantos despidos a mansalva como había hace un tiempo. Esto te da la posibilidad de tener una situación más a la ofensiva. Yo calculo que somos un emergente. Hay una cosa curiosa. Hace un año y medio hicimos una pelea salarial donde logramos un aumento superior a éste: un 40 y pico por ciento. Pero nadie nos dio bola. Lo que está cambiando es la sensación de que se puede ganar, y de que es necesario organizarse y pelear. Me parece que hay una revalorización de lo colectivo. No de los sindicatos, pero sí de la organización gremial, por eso me parece que somos bien vistos por la opinión pública.
-¿Cuál sería la diferencia?
CM (telefónicos)
: Si vos le preguntas a la gente por los dirigentes sindicales te dicen que son todos chorros.
GL (Garraham) : Este es el triunfo de sectores que están por fuera de los dirigentes tradicionales. Es un proceso que empezó para mí, con la caída de De la Rúa. Lo que hay ahora es una percepción de que se puede pelear con una metodología diferente, y con unos dirigentes distintos.
–¿Cómo es esa metodología?
GL (Garraham)
: Hacer lo que dice la asamblea. Así de sencillo, el abecé de lo que hacían los anarquistas de principio de siglo.
–¿Antes cómo era?
GL (Garraham)
: Decidía la cúpula sindical, y no había asamblea que pudiera torcerle el brazo.
CM (telefónicos) : Nosotros tenemos 170 edificios donde trabajan compañeros. Pero funcionamos con un plenario de delegados que va con una propuesta a la asamblea de cada edificio. Al plenario de delegados vuelve la respuesta y sale un despacho que va a la asamblea general. La asamblea general es la que decide. Esto es lo que nos permite tener masividad en los paros. La gente se siente participando. No todo el mundo está de acuerdo, siempre hay bemoles, hay diferencias, hay disidencias. También es cierto que como uno va acompañando todo el proceso de discusión y de elaboración de las propuestas, las diferencias son muy menores. Pero las asambleas son de 3.000 personas. Esto nos da un marco donde la gente siente que participar tiene sentido. El problema que sucedió en la década del 90, fue que los dirigentes habían dejado de ser una polea de transmisión de los mandatos entre las empresas y los laburantes, y pasaron a ser directamente empresarios. Los tipos pasaron a ser dueños. Tienen ferrocarriles enteros, compañías navieras, microemprendimientos. Ahora responden a los intereses de tal o cual sector de la patronal. No tienen independencia de clase.

-Mencionan asambleas de 3.000 trabajadores. ¿Aumentó la conciencia política?
CM (telefónicos)
: Ni siquiera hay una conciencia política. No es que se dice: “Yo tengo tal o cual ideología”. Dicen: “A mí me conviene ir a la asamblea porque yo quiero aprobar esta propuesta salarial”. Y por eso participa. Después, lo demás le chupa un huevo. Lo digo para ser realistas. Hay 300, 400 compañeros que tienen una visión más de la organización. Pero todos entienden que así crean un poder frente a la empresa, que implica que no los van a echar, que no los van a forrear, que les van a dar el aumento, que van a mejorar las condiciones de trabajo. Las empresas se están dando cuenta, y entonces ellas también empiezan a hacer asambleas. En Parque Norte, Telefónica reunió a 3.500 personas para explicarles cuáles son los planes de acá a cinco años. No son boludos. Intentan construir un contrapoder con métodos que no son los empresarios.
GL (Garraham) : Nosotros no somos el sindicato, somos una comisión interna. Pero en nuestro hospital hay cuatro sindicatos. ¿Por qué los trabajadores creen en nosotros? Porque somos laburantes. De los otros, no labura nadie. Porque de nosotros, ninguno hizo entrar a sus familiares. Jamás firmamos nada que no fuera refrendado en asamblea. Recorremos todos los sectores mañana, tarde y noche. La gente te ve, sos uno más. Cuando empecé a discutir, hace ocho años, me decían: “Vos sos un delincuente igual que esos”. Y fuimos dando vuelta la pelea. Nuestros compañeros puteaban contra los cortes de puentes, pero cuando vieron que estos tipos que ganan 150 pesos, que no tienen laburo, venían a apoyarnos para que ganemos 1.500 mangos, empezaron a decir: “Tenemos que hacer algo por esta gente para que tengan laburo”.
-¿Ninguno de ustedes hace ingresar a parientes desocupados a las empresas?
CM (telefónicos)
: El viejo convenio de Entel tenía la bolsa de trabajo, que le daba al sindicato la posibilidad de meter el 50% de los ingresos que tenía Entel. Se anotaban en la bolsa e ingresaban los parientes. Era la gran familia telefónica. Privatización y retiros voluntarios mediante, no quedaron parientes de nadie. Hoy recuperamos la bolsa de trabajo, el 30% de los que ingresan lo pone el sindicato. Pero nunca te alcanza, por la demanda insatisfecha de diez años mínimo. Todo el mundo manda los currículums del grupo familiar, y va a sorteo. De esa forma ingresamos cien. Lo curioso fue que la gente dijo: “Sí, pero el sindicato tiene que tener un plus para lo social, por ejemplo para el hijo del tipo que muere en un accidente laboral…
GL (Garraham) : Nosotros pusimos ahora una bolsa de trabajo. ¿Qué nos decían los compañeros? Ustedes son puros y castos, pero todos los que están entrando son de los otros.
Dijimos: vamos a seguir siendo puros y castos. Vamos a hacer una bolsa de trabajo y vamos a pelear y vamos a hacerlo más democrático. O por sorteo, o por quien tenga un ingreso familiar menor, madre soltera, ponemos una serie de ítems.
RP (subtes) : A nosotros nos generó una discusión: hicimos una pelea gigantesca por las 6 horas de trabajo, la ganamos y la gente que entró por las 500 vacantes que se generaron pertenece a la burocracia de la UTA (Unión Tranviarios Automotor) –que no participó del conflicto- o a los gerentes. Mientras que familiares nuestros o de organizaciones de desocupados que habían actuado con nosotros no pudieron meter ni a uno. Entonces se abrió todo un debate, ahora queremos recuperar la bolsa de trabajo, pero aplicarla de manera democrática.
–Ya van varias menciones a movimientos de desocupados, ¿cuál es la relación que tiene la militancia gremial con ellos?
RP (subtes)
: Nosotros hablábamos de la necesidad de actuar en común, trabajadores ocupados y desocupados. En nuestro caso en particular, se planteaba algo concreto: la reducción de la jornada laboral. Hicimos toda una campaña donde pedíamos: más salud para los trabajadores, más seguridad para el usuario, más puestos de trabajo para los desocupados. Les decíamos: si ustedes están en búsqueda de trabajo genuino, el lugar donde se puede dar esa pelea es en el subte. A partir de ahí se creó un lazo, una relación que al principio fue dramática. Ya se había acabado la época de piquetes y cacerolas.
–¿Hubo resistencia de los trabajadores del subte a convocar a piqueteros?
RP (subtes)
: Hicimos una jornada donde participaron la FTC, el Polo Obrero, el Teresa Vive, el MTR, todas las organizaciones de desocupados que participaron haciendo un bloqueo, volanteando en las bocas del subte. Algunos compañeros preguntaban por qué venían, qué es lo que quieren. Y otros con reticencias: “Son los que me cortan el camino y yo llego tarde al laburo”. Entones hicimos asambleas con ellos. Eso logró que se empezara a revertir la situación de demonización, sumado a que las organizaciones de desocupados vinieron a solidarizarse cuando tuvimos conflictos largos.
GL (Garraham) : Siendo delegados, tratamos de vincularnos a todos esos procesos de lucha. Y en la medida en que nos involucramos, después nos vienen a apoyar. Pero nosotros nunca hemos podido sacar al conjunto de nuestros compañeros para ir a apoyar a los piqueteros. Eso se empieza a emparejar ahora, sin que haya terminado de cerrar la vuelta, en este conflicto que fue muy masivo, y que tuvimos que enfrentar a todo el mundo. Los compañeros vieron que los únicos que estaban de nuestro lado eran las organizaciones sociales. Eso pegó mucho. Hoy, sin decir que está totalmente dirimida la situación, hay un avance muy importante. Aparte, los desocupados son nuestros pacientes, son los que vienen al hospital público. A muchos compañeros les dio vuelta la cabeza el conflicto. Porque durante las 24 horas había compañeros del movimiento de desocupados haciendo el aguante. Eso tiene su valor.

– Hasta hace muy poco ningún trabajador paraba por temor a perder su empleo. ¿Se perdió el miedo?
CM (telefónicos)
: Hay una percepción de que la plata está.
– Entonces, estamos mejor: vote Kirchner.
CM (telefónicos) : Hay billetes. Y todo el mundo lo ve. Los niveles gerenciales, subgerenciales, cuadros de empresas medias, han recibido buena plata. Esto empuja para arriba. Como se ve una reactivación hay menos despidos, entonces se ve la posibilidad de ganar. Antes no se veía. ¿Qué tenías? Cierre acá, cierre allá, despidos de mil, de dos mil. Era agarrarte el culo, a ver cómo la paramos. Hoy la percepción es otra. Y en esa percepción está la clave. A eso le daría una vuelta de tuerca: tenemos el tema democrático, participativo. Hacemos lo que la gente quiere y reclama de nosotros. No tomamos de la gente lo que nosotros queremos que la gente quiera. Es importante no construir entelequias donde no las hay. Porque yo, por mí, quiero otra cosa…
–¿Qué?
CM (telefónicos)
: Una sociedad distinta, socialista. Yo quiero tomar el poder y terminar con este sistema de explotación. Ahora, la gente no quiere eso. Y yo lo tengo que tener muy clarito.
-Es la renuncia a la idea de “vanguardia”.
CM (telefónicos)
: Hay que tener una política para la gente, no para la vanguardia. La gente no piensa como pienso yo. Y si yo eso lo pierdo de vista hago cagadas. Como hicimos en algún momento. Hay un aprendizaje. ¿Es más importante decir que el gobierno es bueno o malo, o que la gente se organice para pelear por lo suyo y se movilice y pelee? Hoy la gente tiene acuerdos mínimos y masivos. Y esos hay que respetárselos, porque donde uno quiere imponer lo de uno, empiezan los problemas las fracturas. Es una barbaridad que nosotros tengamos cada vez más fracturas en el campo popular. La cantidad de movimientos piqueteros, de desocupados, y no hablemos de la izquierda partidaria…
GL (Garraham) : Nosotros hacemos lo que quiere la gente. El problema es que la gente también quiere vivir mejor, y en este sistema no se puede vivir mejor. Entonces la cuestión es: ¿cuál es la política que uno se va dando para seguir? Porque no alcanza con que yo tenga un salario de 1.700 mangos mientras el tipo desocupado gana 150 pesos. Nadie puede vivir mejor mientras siga existiendo eso.
El problema es cuando te quieren decir lo que tenés que hacer. Lo que tenés que hacer lo decide la asamblea. Pero para mí justamente, la gente quiere vivir mejor, y en la medida que haya más luchas como la de telefónicos, como la del subte, como la nuestra, y esto se extienda, todo eso va a ser mucho más fácil. Por ejemplo, el paro de subtes por lo de LAFSA para mí es histórico. No son marcianos los compañeros…
-¿Cómo se logra que un gremio pare en solidaridad con otro de una manera tan activa?
RP (subtes)
: Hubo un debate muy, muy grande. Es parte de un balance que todavía estamos haciendo. Para algunos fuimos muy apresurados en la forma elegida. Hubo mucho de impulso de un sector de vanguardia que dijo “como ellos estuvieron con nosotros, nosotros tenemos que estar con ellos”. Empezamos a debatir a fondo hasta dónde vamos y hasta dónde no vamos. Porque no podés hacer en cada conflicto un paro de media hora. Lo que sí, no hay compañeros que digan que estuvo mal. El problema es cómo dosificar esa fuerza que uno puede tener para solidarizarse. Hubo una autocrítica, veníamos de mucha efervescencia. Es importante saber ubicarse, respetar el contrato que uno tiene con los compañeros, con la base, porque si no aparece el riesgo del vanguardismo. O un riesgo peor, el de las micro sectas que transforman un organismo de frente único de los trabajadores, de representatividad colectiva, en un campo de batalla para ver quién tiene razón. Nosotros reivindicamos la política de actuar en un frente único, inclusive con grandes diferencias. Priorizamos los pequeños acuerdos sobre las diferencias.

-Cuando fue el paro telefónico los medios dijeron que iban a colapsar las comunicaciones, a los huelguistas del Garraham los responsabilizaron de la muerte de un niño, a los del subte le echan en cara que otros trabajadores pierden el presentismo por su culpa y, a pesar de todo eso, da la sensación de que no se logró poner a la opinión pública en contra…
GL (Garraham)
: Si hubiéramos tenido la opinión pública en contra, el gobierno nos habría matado. No lograron, ni en el caso del subte ni en el nuestro, demonizar a un sector de trabajadores que pide vivir mejor. Todos se vieron reflejados, porque todos quieren ganar más.
RP (subtes) : Siempre cuento esta anécdota. Llaman a una radio y dicen: “A esos delegados del subte hay que matarlos, laburan seis horas…, a nosotros hace diez años que no nos aumentan el sueldo”. Cuando corta llama otro y le contesta: “La señora tiene razón, a los delegados hay que matarlos. A los de ella, porque hace diez años que no les aumentan…”
– Hay todo un discurso que señala que la confrontación con el gobierno de Kirchner favorece a la derecha y ustedes toman medidas de fuerzas que, para muchos, son virulentas. ¿Sienten que pueden ser funcionales a la derecha?
CM (telefónicos)
: Los que dicen eso es porque tienen algún rollo político. La gente en la calle no dice: “No hay que pedir aumento”. Pero no se puede hacer tortilla sin cascar los huevos. Si le hago el juego, me chupa un huevo. Lo importante es que vas por el aumento salarial. Esto es lo que te da fortaleza. Ahora, es verdad que si nosotros llegamos a decir en el plenario de delegados, que vamos contra el gobierno de Kirchner, se nos parte en cuatro. Porque hay gente que está a favor. Ese es nuestro límite, no podemos avanzar sobre eso. En el gran frente que formamos hay compañeros que son kirchneristas, y compañeros que no. Ahora, ¿dónde ponemos el mínimo común denominador? Si no hubiésemos largado la pelea salarial, si hubiéramos priorizado una posición en relación con el gobierno, no habríamos hecho nada. Me parece que hay que tener siempre presente donde dónde ponemos el eje.
GL (Garraham) : La consigna que nosotros planteamos es: “No hay que pagar la deuda, para poder aumentar los salarios”. Lo cantan todos nuestros compañeros. También hicimos campaña contra los yanquis en Irak. Nosotros decimos: con la guita que manda Argentina para pagar la deuda están financiando los misiles que tiran en Irak. ¿Por qué hoy, con tanto conflicto, no hay un paro general? Porque Moyano y De Gennaro están con el gobierno. Entonces no es secundario el problema del gobierno.
RP (subtes) : En una cena de amigos, me preguntan: ¿Hubieran podido conseguir las seis horas y el aumento salarial con otro gobierno? Intenté explicarle que el de Kirchner es un gobierno débil debido a la crisis del 19 y 20 y por eso…ta, ta, tá. Terminé de hablar y me preguntaron lo mismo. ¿Qué ven? Que recibieron 450 mangos, y eso fue gracias al Poder Ejecutivo. A algunos no se lo pagan, pero sienten que no se lo paga la patronal y que el gobierno se lo está dando. Es más, entre nosotros, que somos los que hemos dado pelea, la sensación de los compañeros en muchos casos es: “Este gobierno acepta estas reglas de juego. El otro te cagaba a palos.” Para mí lo importante es eso: que la gente sienta y entienda que lo que consiguió no es una concesión alegre del gobierno de Kirchner. Lo consiguió peleando, a través de la acción directa, a través del paro, de la toma de su lugar de trabajo. Yo coincido con que este gobierno vino para pagar la deuda externa, para estar al servicio de las multinacionales, sobre todo las petroleras. Pero tengo que decir que si hubiera elecciones, si pongo una urna en el subte, seguramente la primera minoría va a ser el kirchnerismo. Después viene la izquierda
–¿Está cambiando el modelo sindical?
CM (telefónicos)
: Obviamente. Se pasa a acumular de otra manera. Y esa forma genera otro tipo de relación con la gente. Ahora, la CGT de todas formas se va a llevar un buen pedazo. Va a salir y en algún momento va a plantear la huelga general. No es que se va a quedar mirando cómo surgen los nuevos dirigentes que se comen todo. Si no, estamos subestimando la capacidad de adaptación que tiene. Y no nos tenemos que desanimar por eso. Hay que seguir haciendo las cosas bien, va a haber listas antiburocráticas. Y también debemos aceptar que cometemos errores, y las cosas no se solucionan de un día para otro.
-¿Qué errores cometen?
CM (telefónicos)
: Poner el carro delante del caballo. A veces pensamos que la gente piensa como piensa uno.
RP (subtes) : A mi no me votaron por ser trotskista, me votaron a pesar de ser trotskista. Me votaron porque dicen: “Es trotskista, qué vamos a hacer, pero es un buen muchacho. Es honesto, no chorea, va al frente.”
CM (telefónicos) : El problema de los aparatos partidarios es que van por delante de las necesidades de la gente. Eso pasa cuando el aparato va y te impone necesidades que no tienen que ver con lo que está pasando en el lugar.
–Hay una cantidad de delegados que se asumen como trotskistas. ¿Es mera casualidad?
GL (Garraham)
: Es la acumulación de lo que fue el morenismo (referencia a Nahuel Moreno, fallecido en 1987, dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores y fundador del Movimiento al Socialismo). Todos venimos de ahí y de la experiencia de lo que fue el MAS en los 80.
– ¿Entre todos estos nuevos dirigentes se creó algún espacio de trabajo conjunto?

CM (telefónicos)
: Hicimos un plenario en Filosofía y Letras, en abril, pero fue un papelón. Nos juntamos 400 compañeros, pero a la mesa central tenían que subir 40. Es una falta de respeto, no podemos ponernos de acuerdo como para que suban dos tipos y digamos dos cosas en las que estamos todos de acuerdo.
-¿Y por qué pasa eso?
CM (telefónicos)
: Se prioriza el individualismo sobre las cuestiones de conjunto, a mi gusto. El aparato tiene una lógica propia.

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Continúa el destierro mapuche: Desalojan a otra comunidad para favorecer a un empresario forestal

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La lof Quemquemtrew, en Cuesta del Ternero, El Bolsón, fue desalojada tras la denuncia del empresario Rocco, que ocupa esas tierras fiscales y goza de impunidad judicial, con aval político. El fallo que da la razón a la comunidad, versus las presiones que reconoció la fiscalía local a la comunidad mapuche. El testimonio de sus integrantes, y la relación con los recientes incendios. La voz de la abogada que desmiente las relaciones con la RAM y el «circo» montado para justificar el despojo con argumentos racistas. El post del gobernador Weretilneck, alineado a la bajada de Nación, y las amenazas a los pobladores locales. Una de terror que sucede en la Patagonia, donde las comunidades originarias se encuentran sin ley y sin derechos, y con cada vez menos territorios. «Vamos a presentar una medida cautelar para volver a nuestro territorio lo antes posible”.

Por Francisco Pandolfi

El 10 de diciembre pasado, Javier Milei derogó la ley de Emergencia Territorial Indígena dando así vía libre a los desalojos de las comunidades originarias y allanando el terreno para el destierro, sobre todo del pueblo mapuche y sobre todo en la Patagonia. Ayer, el Gobierno de Río Negro, mediante un despliegue de más de 150 agentes de la Policía provincial, dio un nuevo paso en ese sentido: desalojó de sus tierras a la comunidad Quemquemtrew, en el paraje Cuesta del Ternero, El Bolsón.

El operativo se realizó por orden judicial tras una denuncia del empresario forestal Rolando Rocco, que ocupa esas tierras fiscales desde hace años, gozando de beneficios tanto por parte del Ejecutivo como de la Justicia. En noviembre de 2021, dos empleados de Rocco atacaron a la comunidad y asesinaron a Elías Garay e hirieron de gravedad a Gonzalo Cabrera, dos de sus integrantes. 

La voz de la comunidad

Romina Jones es integrante del lof Quemquemtrew, pero no habla con lavaca desde ahí. “Nos dejaron sin nada”, comienza.

¿Qué hay detrás de este despojo?

Los intereses de un empresario forestal, Rolando Rocco, a quien la provincia prácticamente le regaló más de 2500 hectáreas en Cuesta del Ternero, en un proceso de muchísimas irregularidades. A un fiscalero (quien ocupa tierras fiscales) se lo obliga a vivir en el lugar, pero él vive incluso en otra provincia (Chubut); a un fiscalero se le otorga un terreno único, pero a él le dieron diferentes porciones de la Cuesta, un montón de parcelas. A un fiscalero también se le exige que tenga buena relación con sus vecinos, pero él tiene denuncias de varios por amenazarlos con armas de fuego y armas blancas. Y ni hablar que él fue quien contrató a las dos personas que entraron al territorio a matar a Elías (Garay, asesinado en noviembre de 2021). La Justicia lo eximió, pero la vinculación es evidente, no sólo por sus amenazas previas de que lo iba a hacer, sino que su abogado es el mismo que defiende a uno de los asesinos de Elías. En ese crimen también estuvo involucrado el Ministerio Público Fiscal y el Ministerio de Seguridad provincial, ya que los autores materiales eludieron, portando armas de fuego, varios retenes policiales, en un momento donde nadie podía pasar. Hubo una cadena de responsabilidades que nadie las paga, como las hay ahora también con el desalojo de ayer. Hicimos varios reclamos a la Dirección de Tierra de Río Negro, pero es un organismo que ha venido regalando grandes extensiones a distintos empresarios, como es el caso de Joe lewis (el magnate británico que tiene la llave de Lago Escondido). Nosotros teníamos todas las de ganar, pero sin embargo nos desalojaron.

¿Por qué tenían todas las de ganar?

Porque estamos en territorio mapuche y eso fue reconocido por la jueza Romina Martini en la sentencia del juicio. Habló de nuestra ancestralidad, nos reconoció como comunidad mapuche, el derecho a reagruparnos, la necesidad de desarrollar la espiritualidad, pero ni eso alcanzó. El fallo que ordena el desalojo es una gran ironía, que se explica por los aprietes que hay hacia el Poder Judicial, que no es autónomo, sino que se inclina según las presiones políticas. Desde la propia fiscalía nos reconocieron las presiones del gobernador y de su partido Juntos Somos Río Negro. 

Circo y mentiras

Andrea Raile integra la Liga Argentina por los Derechos Humanos y es la abogada que representa a la comunidad Quemquemtrew. Dice que le gustaría que algo quede bien claro: “Tiene que dejar de hablarse de desalojo porque aunque la sentencia de la jueza sí ordenó la desocupación del predio, lo que hizo la lof fue un cumplimiento voluntario de la sentencia”. Se pregunta y se responde: “¿Qué significa esto? Significa que tanto el operativo que hizo ayer la provincia de Río Negro llevando tantos policías, así como sus discursos que hablan de una vinculación con la RAM, es todo circo y pura mentira. No hay ninguna vinculación con la RAM y lo único que encontraron en la comunidad fueron banderas mapuche y cartelería de Eíias Garay, recordando su asesinato”.

El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, ayer hizo una publicación en sus redes sociales en la que se jacta del magnífico operativo (cuando ya sabían que no habría nadie) y endilga a la comunidad de violenta y desobediencia judicial, así como de ser un sector radicalizado “que pretende imponer sus propios términos, desafiando al Estado y a la Justicia”. 

Andrea tiene muchísima bronca. Dice que la provincia siempre se escuda en un privado, pero es la que “tiene que dar la cara, porque es la dueña de la propiedad de la tierra”. Y aclara: “Esta comunidad siempre estuvo abierta al diálogo, aún después de que entraran en la comunidad y asesinaran a uno de sus integrantes, burlando dos retenes policiales. Lof Quemquemtrew siempre estuvo a derecho y cuando quedó firme la sentencia, la comunidad la cumplió y dejó su tierra, sin violencia. El circo que hicieron ayer no sé quién lo pagará, no era necesario”. 

Patagonia en venta

El desalojo de ayer se da en un contexto de persecución general al pueblo mapuche. A principios de este año el gobierno provincial desalojó a la comunidad Paillako; hace dos semanas comenzó el juicio a lof Lafken Winkul Mapu; todo en medio de monumentales incendios que desde el poder político buscaron culpabilizar al pueblo ancestral:

Romina Jones cuenta lo que percibe que sucede en la Patagonia: “Se están vendiendo todos los recursos naturales que todavía existen, a capitales extranjeros israelitas, cataríes, yanquis, a los amigos del poder. Y se va contra quienes defendemos estos bienes, sean del pueblo mapuche o no. Hace un mes, en el incendio de Mallín Ahogado, detuvieron a brigadistas a partir de mentiras, ensuciándolos, diciendo que en vez de apagar los incendios los prendían. Hoy sale a la luz, a punto de empezar las clases, que una escuela arranca con cuatro hectáreas menos en su predio, por habérselo vendido a terceros. El empresario Rocco tiene una plantación de pino, y justamente el pino es uno de los factores de incendios, porque además de secar la tierra, al prenderse el lugar se expande la pinocha, que vuela y genera distintos focos en poco tiempo. Entonces, el trasfondo de todo es la entrega de la tierra y para eso valen todos los hostigamientos, vale toda la campaña mediática que nos tilda de terroristas e incendiarios. Y esto se está extendiendo a cualquiera que nos acompañe”.

Romper el silencio

Daniela tiene 32 años y desde hace seis que se mudó de Buenos Aires a la Comarca Andina. Es productora hortícola y vive en Mallín Ahogado, paraje rural de El Bolsón. Integra la red de apoyo al lof Quemquemtrew. Daniela, anteayer, no dio más, y necesitó decir. Escribió un comunicado, en el que denunció: 

“Cómo es de público conocimiento, hoy jueves 6 de marzo 2025, durante la mañana se llevó adelante el nefasto operativo de desalojo en dicha Lof. Hoy también, alrededor de las 12hs, mientras el ministro de seguridad de la provincia (Daniel Jara) y el jefe de la policía de Río Negro (Daniel Bertazzo) daban una conferencia de prensa en la Comisaría N°12, se presentaron frente a la casa donde vivo junto a una amiga, un móvil y una 4×4, ambos de la policía de Río Negro. Desde hace un mes, en distintos momentos, venimos siendo amedrentadas por la policía. Empezó el 6 de febrero, cuando agentes subidos en tres motos señalaron nuestra casa desde el camino”. 

Horas después, Daniela habla con lavaca: “Desde que fue el desalojo a la comunidad Paillako, en el Parque Nacional Los Alerces, comenzó una campaña mediática acusando al pueblo mapuche de terrorista. Empezaron los incendios en Epuyén (noroeste de Chubut) e inmediatamente militarizaron la Cuesta del Ternero, donde está el territorio del Lof Quemquemtrew. Luego se prendió fuego Mallín y la solidaridad que empezó a gestarse entre la comunidad fue impresionante, para  gestionar donaciones, armado de viandas. Eso molesta mucho al poder, lo pone en jaque, así que en respuesta arrancó una embestida de medios de comunicación demonizándonos, se escrachó a gente que estaba ayudando a apagar el fuego para generar pánico y divisiones, que detonó en detenciones al voleo y una patota (de Joe Lewis) golpeándonos a quienes reclamábamos por las liberaciones. Ese circo que se armaba era alrededor de un montón de vecinos de a pie que pedían el linchamiento y la muerte de todos los que estábamos ahí. Desde ese día empiezo a notar el hostigamiento policial hacia mí y a otras personas”.

¿Qué tipo de hostigamiento? 

Al día siguiente, tres motos de las fuerzas especiales de la Policía rionegrina se apostaron frente a mi casa a señalarla. Yo estaba adentro. Me asusté, me paralicé; sabía que no era algo individual, sino un un mensaje para el conjunto. Para resguardarme, decidí apagar el celular, y a los diez días aproximadamente se me prendió. Estaba muy caliente y tenía la fecha cambiada: decía 24 de marzo, una fecha lo suficientemente sugerente para nuestro país. Una semana después, volviendo a mi casa una noche, me apuntaron con un láser hasta que me perdieron de vista. Y ayer fue el detonante, tras el desalojo de la comunidad, el apostarse en la puerta de mi casa. Primero le resté importancia, pero después uní todo y decidí salir a hablar, y en las próximas horas presentar un hábeas corpus para averiguar qué pasa, qué están haciendo realmente conmigo y por qué merodean mi casa”.

Cuando le pregunto a Daniela cómo está, cómo se siente, su primera respuesta es en llanto. Y después le sale la voz, un poco entrecortada pero le sale, porque decidió decir: “Tengo mucha bronca, mucha impotencia y si estoy así de mal es por mi vieja, que vive en Buenos Aires; ella fue presa en la dictadura, estuvo un año y tres meses detenida en Chaco y todavía no he podido contarle la situación para no asustarla. El llanto, en realidad, es porque no sé cómo abordar la situación con mi mamá. Pero otra enseñanza que nos dejó el periodo de la dictadura es que hay que decir, que si me llega a pasar algo, se sepa el por qué”.

Quemquemtrew, en mapudungún, significa el sonido que se produce con la corriente de un río y las piedras. Romina Jones, integrante de la comunidad, adelanta que presentarán una medida cautelar en resguardo al sitio ceremonial y al rewe (sitio sagrado) y para que la machi (guía sanadora y espiritual) pueda volver al territorio: “Como pueblo originario lo que reclamamos es recuperar nuestros sitios ceremoniales, que son de suma importancia para nuestro físico, para lo espiritual, lo emocional. Entendemos que gran parte de la sociedad no llega a comprenderlo, porque hay un trabajo muy fino del discurso oficial, con expresiones racistas de distintos gobiernos, que reforzado por los medios hegemónicos da como resultado que no haya ni un pequeño interés en nuestra cosmovisión, al punto de banalizarla. Pero quienes menos respeto nos tienen son los que toman las decisiones, y que en realidad están obligados a proteger nuestras creencias, como lo establece la Constitución Nacional. Porque si bien hay leyes que protegían nuestros derechos y que Javier Milei ha derogado, siguen vigentes la Constitución y varios convenios internacionales que nos amparan. Vamos a presionar, porque el objetivo es claro: volver a nuestro territorio lo antes posible”. 

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Alerta Lugano: a espaldas de la comunidad, AUSA y el GCBA avanzan con el Máster Plan 

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La obra que pretende modificar al barrio sin ningún beneficio vecinal, para colocar entre otras cosas un nuevo peaje, se estima que acabará con 70 mil metros cuadrados de espacio verde. Ayer la empresa concesionaria de la autopista Dellepiane comenzó con la tala, pese a que se había pactado una “mesa de trabajo” previo al inicio de las obras, que la comunidad rechaza. La voz de las y los vecinos, el silencio del gobierno porteño y la postura de AUSA: no dar entrevistas “en on”. Hoy por la tarde el barrio se autoconvoca a una ceremonia de reflexión y concientización: 18.30, en Cañada de Gómez y Riestra. 

Por Francisco Pandolfi

Ni el gobierno porteño ni la empresa AUSA (Autopistas Urbanas Sociedad Anónima) cumplieron lo que habían prometido: ayer, con la luz verde del Gobierno de la Ciudad, la empresa concesionaria de la Autopista Dellepiane empezó con la tala indiscriminada de árboles, incumpliendo la promesa de no comenzar la obra del Máster Plan Autopista Dellepiane hasta iniciar una mesa de trabajo conjunta con las y los vecinos autoconvocados de Lugano, que la vienen exigiendo desde noviembre pasado.

Silencios y engaños

El pedido de diálogo primero fue en una audiencia pública. Ante el silencio como respuesta, se exigió por escrito un pedido de información pública a AUSA, a APRA (Agencia de Protección Ambiental), al Ministerio de Infraestructura y a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano porteño. No hubo ninguna respuesta hasta el pasado jueves 20 de febrero, cuando en una reunión en la Junta Histórica de Lugano, el Gobierno de la Ciudad se comprometió a iniciar las mesas de trabajo previo al inicio de la obra. Los representantes gubernamentales en la reunión fueron Facundo Echeverría, de la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano de la Ciudad, y Jorge Fiorentino, asesor de la secretaría de Ambiente y Espacios Arbolados. “La obra empezó y de las mesas de trabajo no hubo noticias, hasta que hoy vinieron y arrasaron con los primeros siete árboles”, denuncia la comunidad. 

Desde AUSA, la semana pasada habían informado que hoy harían la extracción y posterior trasplante de cuatro especies (dos ceibos y dos aguaribay) en Dellepiane Sur, pero el accionar fue otro: no hubo trasplante, sino tala directa, tanto en Dellepiane Sur como en Dellepiane Norte.

‼️ Ahora, urgente. El Gobierno de la Ciudad empezó hace minutos con una tala indiscriminada de árboles, incumpliendo la promesa de no empezar la obra del Máster Plan Autopista Dellepiane hasta iniciar una mesa de trabajo conjunta con las y los vecinos autoconvocados de Lugano.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-05T15:20:39.551Z

Sin beneficios

En esta nota publicada la semana pasada (https://lavaca.org/actualidad/lugano-resiste-al-master-plan-que-quiere-imponer-macri/), contamos los pormenores de una obra que modificará al barrio sin ningún beneficio vecinal, y de la que no está enterada (como figura por ley) la mayoría de los frentistas a la Dellepiane. Allí, a metros de la General Paz, el gobierno porteño pretende colocar un nuevo peaje, a sólo 4 kilómetros del ya existente en avenida Lacarra.

El “Máster Plan Autopista Parque Dellepiane” se emplazará sobre la traza de la autopista Dellepiane, desde el cruce de la avenida General Paz hasta el Peaje de Lacarra, y abarcará 4,6 km. La comunidad afirma que en ese tramo se talarán cientos de árboles, entre los cuales hay álamos, ceibos, ombúes, aguaribay, algunos de más de 100 años, que ahora están marcados con una cruz, como señal de la muerte anunciada. Dice Silvina Cammarotta, vecina: “Según un ingeniero de AUSA, 121 árboles los van a arrasar con una máquina y triturar, hasta convertirlos en aserrín”. 

El rediseño de la autopista incorporará dos carrilles exclusivos para metrobús y la terminación de las colectoras, por lo que se eliminarán de cada lado diez metros de espacio verde. Dice Néstor Muñoz, vecino de Villa Lugano: “El Gobierno de la Ciudad presentó esta obra de modernización de la autopista para poder cobrar un nuevo peaje, y para hacerlo, la ley obliga que cada camino con peaje debe tener un camino alternativo. La ampliación de las colectoras significa más asfalto, y la destrucción de 70 mil metros cuadrados de espacio verde”.

Policías y más policías

A sabiendas de la extracción que devino en tala, los vecinos autoconvocados fuera de toda bandera partidaria, se convocaron este miércoles a las 6 de la mañana, de manera pacífica, para registrar los movimientos de la empresa. Presagiaban que podía pasar lo que finalmente ocurrió: el aniquilamiento de los árboles. Cuando arribaron –todavía de noche–, ya había una camioneta de la Policía de Ciudad esperándolos. Luego llegó otra. Y luego otra. Y luego una más. 12 agentes uniformados y otros de civil se apostaron frente a la autopista, para garantizar que se llevara a cabo la tala, sin inconvenientes. 

Enzo es frentista de la Dellepiane. Le dicen el Tano. Mira la situación, con una docena de efectivos de un lado, con máquinas del otro. Y dice: “Es lamentable que destruyan, en vez de construir”. 

Recurso de amparo

Hace dos semanas, los vecinos y vecinas de Villa Lugano presentaron un amparo solicitando que el Gobierno porteño y AUSA detuvieran la obra hasta que se iniciaran las mesas de trabajo conjuntas. El amparo cuenta con el patrocinio del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad de Buenos Aires y lo presentó la Defensora Oficial, Giselle Furlong Pader, que exigió convocar a un proceso participativo institucional y vinculante, previo al desarrollo de la primera etapa de la obra. 

Eso ya no se cumplió. 

La Defensoría también exhortó a que el gobierno porteño convoque a una audiencia “para facilitar el diálogo entre las distintas partes del proceso judicial”. Y solicita suspender la extracción de los árboles hasta que no se dé cumplimiento “con la obligación de brindar información pública y se otorgue la debida participación en asuntos ambientales”.

Esto tampoco se cumplió.

Qué democracia

Silvina tiene una angustia que se le nota en los ojos. Y en la voz: “Nos mintieron en todo y en la cara. No hicieron nada de lo que dijeron. Talaron en vez de trasplantar; dejaron los troncos al ras. Vamos a hacer una denuncia penal. Llamamos a Facundo Echeverría, de Vínculo Ciudadano de la Ciudad y nos re boludeó; dijo que la obra se iba a hacer igual y que nosotros éramos unos subversivos. Siento mucha impotencia, dolor, un nudo en el pecho, se manejan con muchísima impunidad. Hicimos todo lo que había que hacer, sin violencia, buscando todos los canales de diálogo y nada. No parece un gobierno democrático, sino una tiranía”.

Néstor: “Seguiremos exigiendo al gobierno un plan integral de ciudad, donde se contemplen espacios verdes necesarios de mantener. Internacionalmente se busca que las ciudades tengan un 12% por ciento de espacios verdes, y nosotros con suerte pasamos los 6. Nosotros no tomamos un camino de violencia para reclamar, pero en cambio, la violencia la está generando este gobierno, vallando los caminos, no conformando las mesas de trabajo y ahora talando los árboles. El artículo 1 de la Constitución lo dice muy claro, y parece que este gobierno no lo sabe: el sistema que desarrollemos en la Ciudad de Buenos Aires debe ser democrativo y participativo” 

Cecilia, también vecina: “Esperamos que el Jefe de Gobierno, Jorge Macri, entre en razón; lo que hicieron hoy es de sinvergüenzas. Hoy se llevaron puestos siete árboles. Hoy asesinaron siete árboles”. 

Que en esta nota hablen sólo vecinas y vecinos tiene un por qué. O dos, en realidad. Comunicarse a la Secretaría de Gobierno y Vínculo Ciudadano es una tarea titánica, que no da resultado. Nadie atiende. 

Con AUSA la cosa es distinta, aunque parecida: el prensa de la empresa le dice a lavaca que la política interna es “no dar entrevistas en ON, que con los medios se manejan así”. 

Los vecindad organizada sigue en pie y para mañana jueves por la tarde (18.30, en Cañada de Gómez y Riestra) convoca a una ceremonia de reflexión y concientización ante el ombú centenario de Lugano. Es una más de las decenas de movidas que la comunidad viene haciendo desde noviembre, cuando se enteró del Máster Plan. Como la convocatoria casa por casa a los frentistas desinformados; como la repartición de volantes en los corsos de carnaval; como la juntada de firmas en los centros comerciales; como las innumerables reuniones presenciales y virtuales para organizarse; y hasta la creación de dos ideas fuera de lo común, pero bien dentro de lo comunitario: una cumbia que cuenta y canta la problemática (subir video) y un concurso donde se premiará (con una semana en San Clemente del Tuyú, gracias a una vecina que prestará su casa) a la pancarta más llamativa y original. Hay una en donde vuelan dólares, con el lema “Una obra que de verde, sólo tiene los billetes”; otra que muestra una topadora llevándose puesta un árbol; y hay otra que es una cartulina celeste, con letras rojas y negras, que dice: 

No hay peor 

Jorge Macri

que el que 

no quiere ver. 

Alerta Lugano: a espaldas de la comunidad, AUSA y el GCBA avanzan con el Máster Plan 

Silvina y Néstor, dos de los guardianes de los árboles. / Foto: Elena Gorocito.

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Nota

Megaminería, patotas y Cornejo junto a Milei: la asamblea de Uspallata resiste al proyecto San Jorge

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En la localidad mendocina de Uspallata el gobierno provincial junto a la multinacional Solway -radicada en paraísos fiscales, con denuncias de contaminación y agresión a pobladores originarios de Guatemala- buscan imponer (otra vez) el proyecto minero San Jorge, rechazado por la comunidad desde hace más de 15 años. Esta vez la ofensiva se dio a través de la represión (patota de la UOCRA, un vecino detenido y varios allanamientos), y la censura. El rol de la Justicia, los daños y perjuicios de la megaminería en una zona cordillerana y de glaciares, y la resistencia de un pueblo que sigue de pie: “Sin licencia social no hay minería”. El agua como recurso estratégico, y la figura del gobernador Cornejo, que mientras tanto se encuentra junto a Karina Milei en la «feria minera más importante del mundo en Canadá».

Por Francisco Pandolfi

Uspallata es una localidad del departamento de Las Heras, en el norte de Mendoza, que está a 120 kilómetros de la capital provincial y a 90 del paso fronterizo con Chile. Es un sitio estratégico: pasa la ruta del Mercosur. E histórico: albergó el Paso Sanmartiniano y el Camino del Inca. Uspallata es el pueblo argentino más grande a menor distancia del cerro Aconcagua (62 km). Y es, también, el epicentro donde el gobierno mendocino junto a la empresa multinacional Solway Holding, buscan imponer (por enésima vez) un proyecto minero de cobre, oro y plata, sin la licencia social y pese a la vigente Ley 7.722 que regula la actividad minera, prohibiendo el uso de sustancias tóxicas para el cuidado del ambiente y el agua.

Al proyecto minero San Jorge (PSJ) intentan instalarlo desde 2007, y es desde ese entonces que tiene la resistencia de la población. A inicios de este año volvió la ofensiva gubernamental y empresarial, sostenida en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Volvió con la fuerza de los millones, y también de la censura y la represión.

¿Qué está pasando en Mendoza?

A fines de enero se inauguró en Uspallata una oficina de la Cámara de Proveedores de Servicios Mineros, en un acto al que acudieron empresarios del sector, legisladores y funcionarios provinciales y municipales, así como el intendente de Las Heras, Francisco Lo Presti. Nora Moyano tiene 73 años e integra la Asamblea de las Heras por el Agua Pura de Mendoza. Le dice a lavaca: “El intendente, que en un año de gestión no fue nunca a Uspallata para conocer las necesidades de la gente, apareció para este acto acompañado por la patota de la UOCRA. Vinieron a amedrentar a las vecinas y vecinos de Uspallata en contra de la minería. A uno de nuestros compañeros la patota de la UOCRA se le vino encima, le rompió el tabique, y un vecino comerciante, para evitar que le siguieran pegando agarró un matafuegos de un negocio y le tiró el polvito (sic) para que se fueran”. Agrega Nora: “Este vecino se llama Mauricio Cornejo y el lunes 24 de febrero iba caminando por la calle del pueblo y lo detuvieron. Desde ese día está preso. A eso hay que sumarle varios allanamientos a vecinos de las asambleas. Es una locura lo que está pasando. Es tal la ambición y codicia que avanzan y ya no respetan ni las mínimas leyes de nuestras libertades democráticas. Defender el agua y los bienes comunes no es delito. Delito es llevar a la patota de la UOCRA a pegarle a los vecinos”.

El artículo 213 bis

Eugenia Segura conforma la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Uspallata, que denuncia la persecución del gobierno provincial con Alfredo Cornejo (UCR) al mando. Alfredo y Mauricio tienen el mismo apellido, pero no son parientes. Uno es el gobernador de Mendoza. Otro, está preso. Eugenia dice que “el foco y el ojo” de lo que pasa en su pueblo “hay que ponerlo en el artículo 213 bis del Código Penal”. Explica el por qué: “La figura penal que se agarran para detener a Mauricio apunta a convertir toda forma de protesta y organización en algo que puede ser tildado de terrorista; no importa si hacés algo que esté contra la ley o no, igual te pueden imputar porque hay un otro que se supone hizo algo ilegal y es de tu organización, lo cual debería ser completamente inconstitucional. Es inadmisible que corran el arco de los derechos humanos como lo están haciendo”.

El artículo 213 bis fue incorporado al Código Penal en 1984 y refiere al delito denominado de “prepotencia ideológica”, y apunta contra quien “comete, organiza o toma parte en agrupaciones que tengan por objeto principal o accesorio imponer sus ideas o combatir las ajenas por la fuerza o el temor”. La pena es de 5 a 15 años de prisión. 

Exclama Nora Moyano: “Estamos sufriendo una persecución y en esta peligrosidad nos encontramos. No puede ser que a tantos años de recuperar la democracia todavía esté en vigencia un artículo que nos quieren aplicar a todos los que somos de las asambleas socioambientales por defender el agua y los bienes comunes”.

Censura

En el marco de un ciclo de cine y ante la ofensiva minera, el 14 de febrero se iba a proyectar en el Club Gimnasia y Esgrima de Mendoza, el documental “HAM, historia del agua en Mendoza”, sobre cómo el pueblo revirtió la derogación de la Ley 7722 en 2019, que además de la decisión del entonces gobernador Rodolfo Suárez (UCR), también contaba con el apoyo del presidente de la Nación, Alberto Fernández (PJ).

Se iba a proyectar, hasta que desde parte de la comisión directiva del club la dieron de baja por ser una película “politizada”. Rápidamente se consiguió otro lugar (la radio comunitaria La Mosquitera), pero no cesó el hostigamiento. Bernardo Blanco es el director de HAM y le cuenta a lavaca: “Desde temprano se empezó a presentar la policía y a preguntar si iba a realizarse una manifestación por el agua o qué íbamos a hacer. Primero vinieron dos agentes, luego cuatro y después ya eran nueve. ¡Un montón! Tenían la intención de entrar y pudrirla”. A partir de este nuevo amedrentamiento, se pensó la idea de hacer funciones simultáneas de HAM: el sábado pasado se realizaron 29 en Mendoza y 46 en todo el país. Dice Bernardo: “Fue muy fuerte la respuesta de la gente en todo el país. Esto va más allá de los nombres propios y de la película, lo interesante es el fenómeno social/cultural/político que se pone de manifiesto con tantas proyecciones simultáneas”.

HAM es un documental independiente que “cumple la ley de cine, califica apta para todo público y tuvo su estreno en salas comerciales. Esto lo digo para acentuar aún más los intentos de censura y la presencia policial”, destaca el director.

HAM puede verse de manera gratuita en la plataforma BAFilma.

El fondo de la cuestión 

¿A qué se oponen quienes se oponen al proyecto San Jorge? 

Nora: “Nuestra provincia tiene agua por el deshielo de los glaciares de la Cordillera de los Andes. Por ella vivimos, cultivamos; por ella ustedes conocen la vid de la que hacemos el vino. Eso defendemos: el agua, nuestros bienes comunes, nuestros glaciares. Con los explosivos que usan en la megaminería van a destrozar las vegas alto andinas (pequeños oasis en el desierto). El polvillo que generan no se auto consume y en esa zona de vientos fuertes irá hacia los glaciares. La contaminación no sólo afectará a Uspallata: el río Mendoza es una cuenca que atraviesa toda la provincia y cuyo cauce desemboca en Neuquén, Río Negro, La Pampa y el sur de la provincia de Buenos Aires”.

Eugenia: “Uspallata es un pueblo de montaña que está en un valle. En Mendoza tenemos solamente tres oasis, el norte, el centro que es el valle de Uco y el sur. En el norte, donde está Uspallata, nace el río Mendoza que abastece al Gran Mendoza, donde vive la mayor parte de la población; más de un millón de habitantes beben de ese río, que riega las más de 250 mil hectáreas de malbec y que también sostiene el cuarto polo industrial del país. Uspallata se ubica en las nacientes de este río que el proyecto megaminero va a contaminar. Estamos protegiendo el área natural Uspallata- Polvaredas, patrimonio cultural, natural, paisajístico, un lugar bellísimo. Lo estamos haciendo desde hace más de 15 años de manera pacífica, y así seguiremos”. 

Megaminería, patotas y Cornejo junto a Milei: la asamblea de Uspallata resiste al proyecto San Jorge

Nora Moyano (a la izquierda) y parte de la Asamblea de las Heras por el Agua Pura de Mendoza, en una de las movilizaciones en Uspallata.

El rol de la Justicia

Otro actor clave en este conflicto es la Corte Suprema de la Nación, que en 2021 se hizo eco de la apelación de la minera San Jorge ante la ley 7.722 y declaró inconstitucional un puñado de palabras del artículo 1, que hacía referencia a la prohibición de “otras sustancias tóxicas similares”.

Este era el Artículo 1° completo: 

A los efectos de garantizar debidamente los recursos naturales con especial énfasis en la tutela del recurso hídrico, se prohíbe en el territorio de la Provincia de Mendoza, el uso de sustancias químicas como cianuro, mercurio, ácido sulfúrico, y otras sustancias tóxicas similares en los procesos mineros metalíferos de cateo, prospección, exploración, explotación y/o industrialización de minerales metalíferos obtenidos a través de cualquier método extractivo.

La Corte Suprema eliminó el “otras sustancias tóxicas” y consideró constitucional el resto de la ley. ¿Qué permite esa eliminación? Detalla Nora: “El fallo facilita la explotación de proyectos mineros que utilicen otras sustancias también muy contaminantes y dañinas para la salud, como el xantato, la poliacrilamida y otras, que están incluidas en la ley de residuos peligrosos y son prohibidas. Son tan graves como el cianuro y el mercurio, así que ahora está abierta la puerta para que revienten nuestra cordillera, nuestra montaña, pasarla por una sopa química por el proceso de flotación a través del xantato o la poliacrilamida”. 

Daños y perjuicios

¿Qué perjuicios trae el Xantato? Enumeran desde las asambleas:

-No sólo es altamente tóxico para la salud humana y de animales y plantas, sino que además es muy inflamable, explosivo y reactivo.

-Su combustión produce gases irritantes, corrosivos y/o explosivos.

-Reacciona violentamente al contacto con el agua y el dióxido de carbono, generando disulfuro de carbono, más tóxico aún.

-La inhalación de subproductos gaseosos de sus reacciones al contacto con el agua y el aire puede causar lesiones o la muerte.

-El contacto con la piel u ojos puede causar severas quemaduras.

-Las fugas pueden causar contaminación.

Retoma Nora: “El gobierno mendocino está tocando las leyes ambientales para adaptarlas a este negocio. Por ejemplo, el código de minería lo reformó Cornejo a sus intereses; tampoco cumplen la ley de glaciares, ni de bosque nativo. Sólo arrasan y arrasan. También acaban de presentar el plan maestro donde se revierten las históricas prioridades de la Ley de Agua, (que data de 1884 en Mendoza), y que establece que primero está el consumo humano, el riego agrícola, los árboles, las industrias, no la minería. Si llegaran a votarlo en la Legislatura, que es lo más probable porque casi no hay oposición, el gobernador tendrá la potestad de hacer lo que quiera y eso será gravísimo para los mendocinos. Están constituyendo, como decía Jauretche, un nuevo estatuto legal del coloniaje”.

La preocupación en Nora se le nota en su habla acelerada. “No tenemos problemas con la minería común, tanto la ripiera, como la cementera. Estamos en contra de la megaminería metalífera hidrotóxica que llevan adelante megacorporaciones internacionales como Solway, que además de estar radicada en paraísos fiscales, tiene denuncias de contaminación y agresión a pobladores originarios de Guatemala. A esa gente no la queremos. No queremos su violencia. Y como decimos junto a Víctor Jara, tenemos derecho a vivir en paz”. 

Megaminería, patotas y Cornejo junto a Milei: la asamblea de Uspallata resiste al proyecto San Jorge

Viernes 7 de febrero, Ciudad de Mendoza. Manifestación contra el proyecto minero San Jorge.

Un pueblo de pie

El pueblo mendocino dio una lección en 2019 de cómo organizarse (y vencer) al tándem lobby minero y apoyo estatal. En aquel entonces, enormes movilizaciones en toda la provincia torcieron la votación de diputados y senadores en sólo 10 días. Seis años después, Mendoza vuelve a estar en alerta. Cuenta Nora: “A raíz de todos estos atropellos volvimos a salir a la calle. Hicimos multitudinarias manifestaciones en Uspallata y en la Ciudad Capital. A mucha gente le parece increíble que nuevamente quieran hacer lo que no lograron en el 2019, pero hay motivos”. Describe: “Tenemos un gobernador lamebotas del presidente, que hasta salió a defender lo que dijo Milei sobre el saludo nazi de Elon Musk. Así de bestial. Cornejo es un alfil de Milei y hay muchos intereses económicos por encima de las necesidades y decisiones de nuestro pueblo. Volvieron a la carga porque sienten que tienen más poder aún que antes, por la ligazón con la Casa Rosada”. 

Cornejo acompañó a la Ley Bases, al Rigi y al Pacto de Mayo. Ahora mismo, al cierre de esta nota, está en Canadá junto a la Secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, y otros cinco gobernadores (San Juan, Catamarca, Jujuy, Santa Cruz y La Rioja) en la PDAC 25, la feria minera más importante del mundo.

Cierra Nora: “Cornejo durante todos estos años generó una especie de suma del poder público: tiene a su favor el poder judicial y también el legislativo, que le vota todo. Construyó una red muy fuerte de contención, y al frente de toda esa telaraña estamos nosotros, de pie, nunca arrodillados. Y así seguiremos, defendiendo nuestro patrimonio, defendiendo lo que es nuestro”.

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