Nota
Los cambios en el sindicalismo: cuando el poder está en las asambleas
Trabajadores telefónicos, de hospitales, de subtes, docentes y tantos otros abrieron una era de conflictividad sindical con una novedad: ganan, logrando consenso interno, pero no lo evalúan como un aumento de conciencia política. Varios referentes provienen del trotskismo, lo abandonaron, y analizan críticamente a los partidos de izquierda. La paradoja de la lucha salarial, y el apoyo a Kirchner. Vanguardia, piqueteros y autocríticas para comprender las nuevas claves sindicales.
De pronto, la efervescencia sindical volvió a la Argentina. Pararon los telefónicos, pararon los subtes, también los docentes bonaerenses y universitarios. Los obreros de las automotrices pusieron en jaque las exportaciones del sector, y los empleados de las distribuidoras de gas también presentaron sus reclamos.
Y este miércoles, los hospitales Garraham, Posadas y Francés, volverán a parar en reclamo de un aumento de 600 pesos, en concepto de adelanto hasta llegar a los 1800 pesos que cuesta la canasta familiar básica.
Ocurre además algo aún más novedoso: los trabajadores ganan los conflictos después de más de una década en la que sólo habían obtenido retrocesos.
Claudio Marín, secretario adjunto de los telefónicos de Capital, Roberto Pianelli del Cuerpo de Delegados de Subterráneos y Gustavo Lerner de la Comisión Interna del Garraham, encabezaron las protestas más ruidosas de los últimos meses. Los tres se formaron en el trotkismo y participaron de esa masiva experiencia que fue el Movimiento al Socialismo (MAS), en los 80. También protagonizaron su implosión. Dos de ellos abdicaron de la militancia partidaria, Lerner en cambio insiste en el Partido Socialista Revolucionario. Reunidos por lavaca, analizan el escenario gremial, las nuevas y viejas formas de organización y las contradicciones y dilemas que surgen de las diversas experiencias.
-¿Hay un nuevo sindicalismo? ¿Por qué volvieron los conflictos llamados ofensivos, después de tanto tiempo de estar a la defensiva?
CM (telefónicos) : No sé si son conflictos ofensivos. En realidad estamos recuperando terreno perdido, que fue mucho. Para ofensivo faltará un poco más. Lo que pasa ahora es que cuando luchás, ganás; mientras que antes se perdía. Antes peleabas para conservar la fuente de laburo, para que no se siguiera degradando el trabajo. Nadie salía a pelear salario. Lo novedoso es que se puede pelear y se gana.
-¿Y por qué ahora se gana?
CM (telefónicos) : Creo que hay un escenario distinto, hay algún tipo de recuperación económica, y esto posibilita que la gente se sienta también más segura. No hay tantos despidos a mansalva como había hace un tiempo. Esto te da la posibilidad de tener una situación más a la ofensiva. Yo calculo que somos un emergente. Hay una cosa curiosa. Hace un año y medio hicimos una pelea salarial donde logramos un aumento superior a éste: un 40 y pico por ciento. Pero nadie nos dio bola. Lo que está cambiando es la sensación de que se puede ganar, y de que es necesario organizarse y pelear. Me parece que hay una revalorización de lo colectivo. No de los sindicatos, pero sí de la organización gremial, por eso me parece que somos bien vistos por la opinión pública.
-¿Cuál sería la diferencia?
CM (telefónicos) : Si vos le preguntas a la gente por los dirigentes sindicales te dicen que son todos chorros.
GL (Garraham) : Este es el triunfo de sectores que están por fuera de los dirigentes tradicionales. Es un proceso que empezó para mí, con la caída de De la Rúa. Lo que hay ahora es una percepción de que se puede pelear con una metodología diferente, y con unos dirigentes distintos.
–¿Cómo es esa metodología?
GL (Garraham) : Hacer lo que dice la asamblea. Así de sencillo, el abecé de lo que hacían los anarquistas de principio de siglo.
¿Antes cómo era?
GL (Garraham) : Decidía la cúpula sindical, y no había asamblea que pudiera torcerle el brazo.
CM (telefónicos) : Nosotros tenemos 170 edificios donde trabajan compañeros. Pero funcionamos con un plenario de delegados que va con una propuesta a la asamblea de cada edificio. Al plenario de delegados vuelve la respuesta y sale un despacho que va a la asamblea general. La asamblea general es la que decide. Esto es lo que nos permite tener masividad en los paros. La gente se siente participando. No todo el mundo está de acuerdo, siempre hay bemoles, hay diferencias, hay disidencias. También es cierto que como uno va acompañando todo el proceso de discusión y de elaboración de las propuestas, las diferencias son muy menores. Pero las asambleas son de 3.000 personas. Esto nos da un marco donde la gente siente que participar tiene sentido. El problema que sucedió en la década del 90, fue que los dirigentes habían dejado de ser una polea de transmisión de los mandatos entre las empresas y los laburantes, y pasaron a ser directamente empresarios. Los tipos pasaron a ser dueños. Tienen ferrocarriles enteros, compañías navieras, microemprendimientos. Ahora responden a los intereses de tal o cual sector de la patronal. No tienen independencia de clase.
-Mencionan asambleas de 3.000 trabajadores. ¿Aumentó la conciencia política?
CM (telefónicos) : Ni siquiera hay una conciencia política. No es que se dice: Yo tengo tal o cual ideología. Dicen: A mí me conviene ir a la asamblea porque yo quiero aprobar esta propuesta salarial. Y por eso participa. Después, lo demás le chupa un huevo. Lo digo para ser realistas. Hay 300, 400 compañeros que tienen una visión más de la organización. Pero todos entienden que así crean un poder frente a la empresa, que implica que no los van a echar, que no los van a forrear, que les van a dar el aumento, que van a mejorar las condiciones de trabajo. Las empresas se están dando cuenta, y entonces ellas también empiezan a hacer asambleas. En Parque Norte, Telefónica reunió a 3.500 personas para explicarles cuáles son los planes de acá a cinco años. No son boludos. Intentan construir un contrapoder con métodos que no son los empresarios.
GL (Garraham) : Nosotros no somos el sindicato, somos una comisión interna. Pero en nuestro hospital hay cuatro sindicatos. ¿Por qué los trabajadores creen en nosotros? Porque somos laburantes. De los otros, no labura nadie. Porque de nosotros, ninguno hizo entrar a sus familiares. Jamás firmamos nada que no fuera refrendado en asamblea. Recorremos todos los sectores mañana, tarde y noche. La gente te ve, sos uno más. Cuando empecé a discutir, hace ocho años, me decían: Vos sos un delincuente igual que esos. Y fuimos dando vuelta la pelea. Nuestros compañeros puteaban contra los cortes de puentes, pero cuando vieron que estos tipos que ganan 150 pesos, que no tienen laburo, venían a apoyarnos para que ganemos 1.500 mangos, empezaron a decir: Tenemos que hacer algo por esta gente para que tengan laburo.
-¿Ninguno de ustedes hace ingresar a parientes desocupados a las empresas?
CM (telefónicos) : El viejo convenio de Entel tenía la bolsa de trabajo, que le daba al sindicato la posibilidad de meter el 50% de los ingresos que tenía Entel. Se anotaban en la bolsa e ingresaban los parientes. Era la gran familia telefónica. Privatización y retiros voluntarios mediante, no quedaron parientes de nadie. Hoy recuperamos la bolsa de trabajo, el 30% de los que ingresan lo pone el sindicato. Pero nunca te alcanza, por la demanda insatisfecha de diez años mínimo. Todo el mundo manda los currículums del grupo familiar, y va a sorteo. De esa forma ingresamos cien. Lo curioso fue que la gente dijo: Sí, pero el sindicato tiene que tener un plus para lo social, por ejemplo para el hijo del tipo que muere en un accidente laboral
GL (Garraham) : Nosotros pusimos ahora una bolsa de trabajo. ¿Qué nos decían los compañeros? Ustedes son puros y castos, pero todos los que están entrando son de los otros.
Dijimos: vamos a seguir siendo puros y castos. Vamos a hacer una bolsa de trabajo y vamos a pelear y vamos a hacerlo más democrático. O por sorteo, o por quien tenga un ingreso familiar menor, madre soltera, ponemos una serie de ítems.
RP (subtes) : A nosotros nos generó una discusión: hicimos una pelea gigantesca por las 6 horas de trabajo, la ganamos y la gente que entró por las 500 vacantes que se generaron pertenece a la burocracia de la UTA (Unión Tranviarios Automotor) que no participó del conflicto- o a los gerentes. Mientras que familiares nuestros o de organizaciones de desocupados que habían actuado con nosotros no pudieron meter ni a uno. Entonces se abrió todo un debate, ahora queremos recuperar la bolsa de trabajo, pero aplicarla de manera democrática.
Ya van varias menciones a movimientos de desocupados, ¿cuál es la relación que tiene la militancia gremial con ellos?
RP (subtes) : Nosotros hablábamos de la necesidad de actuar en común, trabajadores ocupados y desocupados. En nuestro caso en particular, se planteaba algo concreto: la reducción de la jornada laboral. Hicimos toda una campaña donde pedíamos: más salud para los trabajadores, más seguridad para el usuario, más puestos de trabajo para los desocupados. Les decíamos: si ustedes están en búsqueda de trabajo genuino, el lugar donde se puede dar esa pelea es en el subte. A partir de ahí se creó un lazo, una relación que al principio fue dramática. Ya se había acabado la época de piquetes y cacerolas.
¿Hubo resistencia de los trabajadores del subte a convocar a piqueteros?
RP (subtes) : Hicimos una jornada donde participaron la FTC, el Polo Obrero, el Teresa Vive, el MTR, todas las organizaciones de desocupados que participaron haciendo un bloqueo, volanteando en las bocas del subte. Algunos compañeros preguntaban por qué venían, qué es lo que quieren. Y otros con reticencias: Son los que me cortan el camino y yo llego tarde al laburo. Entones hicimos asambleas con ellos. Eso logró que se empezara a revertir la situación de demonización, sumado a que las organizaciones de desocupados vinieron a solidarizarse cuando tuvimos conflictos largos.
GL (Garraham) : Siendo delegados, tratamos de vincularnos a todos esos procesos de lucha. Y en la medida en que nos involucramos, después nos vienen a apoyar. Pero nosotros nunca hemos podido sacar al conjunto de nuestros compañeros para ir a apoyar a los piqueteros. Eso se empieza a emparejar ahora, sin que haya terminado de cerrar la vuelta, en este conflicto que fue muy masivo, y que tuvimos que enfrentar a todo el mundo. Los compañeros vieron que los únicos que estaban de nuestro lado eran las organizaciones sociales. Eso pegó mucho. Hoy, sin decir que está totalmente dirimida la situación, hay un avance muy importante. Aparte, los desocupados son nuestros pacientes, son los que vienen al hospital público. A muchos compañeros les dio vuelta la cabeza el conflicto. Porque durante las 24 horas había compañeros del movimiento de desocupados haciendo el aguante. Eso tiene su valor.
– Hasta hace muy poco ningún trabajador paraba por temor a perder su empleo. ¿Se perdió el miedo?
CM (telefónicos) : Hay una percepción de que la plata está.
– Entonces, estamos mejor: vote Kirchner.
CM (telefónicos) : Hay billetes. Y todo el mundo lo ve. Los niveles gerenciales, subgerenciales, cuadros de empresas medias, han recibido buena plata. Esto empuja para arriba. Como se ve una reactivación hay menos despidos, entonces se ve la posibilidad de ganar. Antes no se veía. ¿Qué tenías? Cierre acá, cierre allá, despidos de mil, de dos mil. Era agarrarte el culo, a ver cómo la paramos. Hoy la percepción es otra. Y en esa percepción está la clave. A eso le daría una vuelta de tuerca: tenemos el tema democrático, participativo. Hacemos lo que la gente quiere y reclama de nosotros. No tomamos de la gente lo que nosotros queremos que la gente quiera. Es importante no construir entelequias donde no las hay. Porque yo, por mí, quiero otra cosa…
¿Qué?
CM (telefónicos) : Una sociedad distinta, socialista. Yo quiero tomar el poder y terminar con este sistema de explotación. Ahora, la gente no quiere eso. Y yo lo tengo que tener muy clarito.
-Es la renuncia a la idea de vanguardia.
CM (telefónicos) : Hay que tener una política para la gente, no para la vanguardia. La gente no piensa como pienso yo. Y si yo eso lo pierdo de vista hago cagadas. Como hicimos en algún momento. Hay un aprendizaje. ¿Es más importante decir que el gobierno es bueno o malo, o que la gente se organice para pelear por lo suyo y se movilice y pelee? Hoy la gente tiene acuerdos mínimos y masivos. Y esos hay que respetárselos, porque donde uno quiere imponer lo de uno, empiezan los problemas las fracturas. Es una barbaridad que nosotros tengamos cada vez más fracturas en el campo popular. La cantidad de movimientos piqueteros, de desocupados, y no hablemos de la izquierda partidaria
GL (Garraham) : Nosotros hacemos lo que quiere la gente. El problema es que la gente también quiere vivir mejor, y en este sistema no se puede vivir mejor. Entonces la cuestión es: ¿cuál es la política que uno se va dando para seguir? Porque no alcanza con que yo tenga un salario de 1.700 mangos mientras el tipo desocupado gana 150 pesos. Nadie puede vivir mejor mientras siga existiendo eso.
El problema es cuando te quieren decir lo que tenés que hacer. Lo que tenés que hacer lo decide la asamblea. Pero para mí justamente, la gente quiere vivir mejor, y en la medida que haya más luchas como la de telefónicos, como la del subte, como la nuestra, y esto se extienda, todo eso va a ser mucho más fácil. Por ejemplo, el paro de subtes por lo de LAFSA para mí es histórico. No son marcianos los compañeros
-¿Cómo se logra que un gremio pare en solidaridad con otro de una manera tan activa?
RP (subtes) : Hubo un debate muy, muy grande. Es parte de un balance que todavía estamos haciendo. Para algunos fuimos muy apresurados en la forma elegida. Hubo mucho de impulso de un sector de vanguardia que dijo como ellos estuvieron con nosotros, nosotros tenemos que estar con ellos. Empezamos a debatir a fondo hasta dónde vamos y hasta dónde no vamos. Porque no podés hacer en cada conflicto un paro de media hora. Lo que sí, no hay compañeros que digan que estuvo mal. El problema es cómo dosificar esa fuerza que uno puede tener para solidarizarse. Hubo una autocrítica, veníamos de mucha efervescencia. Es importante saber ubicarse, respetar el contrato que uno tiene con los compañeros, con la base, porque si no aparece el riesgo del vanguardismo. O un riesgo peor, el de las micro sectas que transforman un organismo de frente único de los trabajadores, de representatividad colectiva, en un campo de batalla para ver quién tiene razón. Nosotros reivindicamos la política de actuar en un frente único, inclusive con grandes diferencias. Priorizamos los pequeños acuerdos sobre las diferencias.
-Cuando fue el paro telefónico los medios dijeron que iban a colapsar las comunicaciones, a los huelguistas del Garraham los responsabilizaron de la muerte de un niño, a los del subte le echan en cara que otros trabajadores pierden el presentismo por su culpa y, a pesar de todo eso, da la sensación de que no se logró poner a la opinión pública en contra…
GL (Garraham) : Si hubiéramos tenido la opinión pública en contra, el gobierno nos habría matado. No lograron, ni en el caso del subte ni en el nuestro, demonizar a un sector de trabajadores que pide vivir mejor. Todos se vieron reflejados, porque todos quieren ganar más.
RP (subtes) : Siempre cuento esta anécdota. Llaman a una radio y dicen: A esos delegados del subte hay que matarlos, laburan seis horas
, a nosotros hace diez años que no nos aumentan el sueldo. Cuando corta llama otro y le contesta: La señora tiene razón, a los delegados hay que matarlos. A los de ella, porque hace diez años que no les aumentan
– Hay todo un discurso que señala que la confrontación con el gobierno de Kirchner favorece a la derecha y ustedes toman medidas de fuerzas que, para muchos, son virulentas. ¿Sienten que pueden ser funcionales a la derecha?
CM (telefónicos) : Los que dicen eso es porque tienen algún rollo político. La gente en la calle no dice: No hay que pedir aumento. Pero no se puede hacer tortilla sin cascar los huevos. Si le hago el juego, me chupa un huevo. Lo importante es que vas por el aumento salarial. Esto es lo que te da fortaleza. Ahora, es verdad que si nosotros llegamos a decir en el plenario de delegados, que vamos contra el gobierno de Kirchner, se nos parte en cuatro. Porque hay gente que está a favor. Ese es nuestro límite, no podemos avanzar sobre eso. En el gran frente que formamos hay compañeros que son kirchneristas, y compañeros que no. Ahora, ¿dónde ponemos el mínimo común denominador? Si no hubiésemos largado la pelea salarial, si hubiéramos priorizado una posición en relación con el gobierno, no habríamos hecho nada. Me parece que hay que tener siempre presente donde dónde ponemos el eje.
GL (Garraham) : La consigna que nosotros planteamos es: No hay que pagar la deuda, para poder aumentar los salarios. Lo cantan todos nuestros compañeros. También hicimos campaña contra los yanquis en Irak. Nosotros decimos: con la guita que manda Argentina para pagar la deuda están financiando los misiles que tiran en Irak. ¿Por qué hoy, con tanto conflicto, no hay un paro general? Porque Moyano y De Gennaro están con el gobierno. Entonces no es secundario el problema del gobierno.
RP (subtes) : En una cena de amigos, me preguntan: ¿Hubieran podido conseguir las seis horas y el aumento salarial con otro gobierno? Intenté explicarle que el de Kirchner es un gobierno débil debido a la crisis del 19 y 20 y por eso
ta, ta, tá. Terminé de hablar y me preguntaron lo mismo. ¿Qué ven? Que recibieron 450 mangos, y eso fue gracias al Poder Ejecutivo. A algunos no se lo pagan, pero sienten que no se lo paga la patronal y que el gobierno se lo está dando. Es más, entre nosotros, que somos los que hemos dado pelea, la sensación de los compañeros en muchos casos es: Este gobierno acepta estas reglas de juego. El otro te cagaba a palos. Para mí lo importante es eso: que la gente sienta y entienda que lo que consiguió no es una concesión alegre del gobierno de Kirchner. Lo consiguió peleando, a través de la acción directa, a través del paro, de la toma de su lugar de trabajo. Yo coincido con que este gobierno vino para pagar la deuda externa, para estar al servicio de las multinacionales, sobre todo las petroleras. Pero tengo que decir que si hubiera elecciones, si pongo una urna en el subte, seguramente la primera minoría va a ser el kirchnerismo. Después viene la izquierda
¿Está cambiando el modelo sindical?
CM (telefónicos) : Obviamente. Se pasa a acumular de otra manera. Y esa forma genera otro tipo de relación con la gente. Ahora, la CGT de todas formas se va a llevar un buen pedazo. Va a salir y en algún momento va a plantear la huelga general. No es que se va a quedar mirando cómo surgen los nuevos dirigentes que se comen todo. Si no, estamos subestimando la capacidad de adaptación que tiene. Y no nos tenemos que desanimar por eso. Hay que seguir haciendo las cosas bien, va a haber listas antiburocráticas. Y también debemos aceptar que cometemos errores, y las cosas no se solucionan de un día para otro.
-¿Qué errores cometen?
CM (telefónicos) : Poner el carro delante del caballo. A veces pensamos que la gente piensa como piensa uno.
RP (subtes) : A mi no me votaron por ser trotskista, me votaron a pesar de ser trotskista. Me votaron porque dicen: Es trotskista, qué vamos a hacer, pero es un buen muchacho. Es honesto, no chorea, va al frente.
CM (telefónicos) : El problema de los aparatos partidarios es que van por delante de las necesidades de la gente. Eso pasa cuando el aparato va y te impone necesidades que no tienen que ver con lo que está pasando en el lugar.
Hay una cantidad de delegados que se asumen como trotskistas. ¿Es mera casualidad?
GL (Garraham) : Es la acumulación de lo que fue el morenismo (referencia a Nahuel Moreno, fallecido en 1987, dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores y fundador del Movimiento al Socialismo). Todos venimos de ahí y de la experiencia de lo que fue el MAS en los 80.
– ¿Entre todos estos nuevos dirigentes se creó algún espacio de trabajo conjunto?
CM (telefónicos) : Hicimos un plenario en Filosofía y Letras, en abril, pero fue un papelón. Nos juntamos 400 compañeros, pero a la mesa central tenían que subir 40. Es una falta de respeto, no podemos ponernos de acuerdo como para que suban dos tipos y digamos dos cosas en las que estamos todos de acuerdo.
-¿Y por qué pasa eso?
CM (telefónicos) : Se prioriza el individualismo sobre las cuestiones de conjunto, a mi gusto. El aparato tiene una lógica propia.
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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Fin de campaña de Adorni: crónica de un país olvidado
Todo lo que se narra a continuación sucedió mientras, en el Congreso, la policía reprimía a mansalva a jubilados, periodistas –incluido Lucas Pedulla, integrante de lavaca– y personas que se acercan a movilizarse cada miércoles. Fin.
Crónica de Franco Ciancaglini. Fotos de Sebastian Smok.


La historia comienza así: el partido del gobierno La Libertad Avanza organizó un acto de cierre de la campaña del vocero presidencial y candidato a legislador porteño Manuel Adorni, en Plaza Mitre, Recoleta.
El montaje del escenario afirma: “Adorni es Milei”.
Se espera que ambas personalidades estén y hablen hoy.
Pero falta para eso.
Media hora antes de la convocatoria, en distintas esquinas de la avenida Libertador, hay grupos de personas que, muy organizadas, esperan.
En las esquinas la mayoría va vestida de negro pero, en un acto de magia política, luego se las verá llegar a la plaza con la misma remera violeta, puesta arriba de sus verdaderas remeras o incluso de buzos y camperas.
Un notero de TN primero y luego de C5N hablaron con estas personas, que confesaron haber sido convocadas para trabajar en “prevención” bajo la promesa de una paga de 25 mil pesos.
El Whatsapp de la convocatoria, revelado a cámara por uno de ellos, decía: “Ahy (sic) un acto político de 17 a 21. 25 mil pesos. El que quiere se anota”.
Finalmente no era para prevención, sino para “presencia”.
Pero lo peor no es nada de esto, sino que finalmente no les pagaron los 25 mil, sino que quisieron darles 10 mil; ante la presión, algunos recibieron 20 y otros, nada: “Porque no me quiero poner la remera esa sucia no me quieren pagar”, denunció el más sincero ante las cámaras.
Fin.


Lo cierto es que estas columnas de unas 50 personas cada una fueron las que lograron ocupar una plaza Mitre que estaba semivacía.
Temprano, los remera violeta se negaban a hablar con la prensa, aún disciplinados por la promesa de la paga. Luego, ante la deflación de lo prometido descargaron su bronca ante las cámaras dejando en evidencia cómo trabaja el puntero Sebastián Pareja en la provincia de Buenos Aires, de donde provenían estas personas, para el cierre de una campaña porteña.
Alicia es jubilada pero no está marchando alrededor del Congreso, sino que está acá, colándose entre los violetas para saltear unas vallas y pasar más rápido hacia el sector del escenario. Hace un año y medio que se afilió al partido en la Comuna 13 Belgrano, Núñez. Habla de Milei como obnubilada, apurando su paso como ansiosa por la posibilidad de verlo en vivo. Faltan, al menos, dos horas.
Describe a Milei como un “bocho en economía” y se ríe al recordar que en la última elección, hace dos años, votó al actual jefe de gobierno, Jorge Macri. Está claro que no repetirá voto: “Está la ciudad muy abandonada. Mucho linyera, ratas por todos lados. En mis 82 años nunca había visto ratas en la ciudad”. Voto cantado: Adorni, a quien define como “alguien muy correcto”.
Sobre el otro Macri, el Mauricio, dice que “en su momento gobernó bien” pero ahora lo ve fuera de escena. No está al tanto de sus últimas apariciones contra Caputo, Karina y al propio Presidente, o no le interesan.
Alicia prefiere no hablar más y busca un lugar cerca del escenario para ver a su Presidente.


Lucía y Paula, también jubiladas, vinieron de Vicente López y prefieren mirar la escena desde atrás de todo. Es que llevan dos perritos de raza, o de diseño: Coca y Cola. ¿Qué les gusta de Milei? “Te puede gustar o no pero él habla desde el sentimiento. De lo que sentimos muchos”, dice Paula. Lucía suma: “Me gusta porque va a fondo”.
Sobre Mauricio Macri: “Yo lo voté. Ahora, de política no entiendo mucho, pero me da un poco de tristeza porque creo que tienen (con Milei) más coincidencias. Pero tiene que haber una oposición con responsabilidad. Tal vez Macri sea la oposición”.
Marta también es jubilada de 87 años bien llevados. Por qué vino acá (y no al Congreso): “Porque quiero escuchar quiero informarme quiero saber. Son tantos años de lo otro, que esto merece una oportunidad”.
Sigue sola: “El tono no me gusta. Cuando dice malas palabras es un mal ejemplo para la juventud”.
Qué le pedirías al gobierno a nivel Ciudad: “Por favor que saque las villas. La 31 es infernal”. Se pregunta y se responde: “¿Porque avanzaron tanto? Porque les han dado plata”.

¿Marra? “Sí, me gusta. Qué paso ahí, no sé. Me gusta, te soy sincera, pero ahora hay que unir fuerzas”.
¿Está de acuerdo con la medida anti-inmigratoria? “¿Vos te podés hacer ciudadano dinamarqués, o paraguayo? Acá entran todos. Los chorros, los burros. Y si no les gusta que se vuelvan a sus países”.
¿Y la pobreza? Marta cambie el eje: “Basta de decir ‘hagan lío’. Francisco se terminó. Basta de decir la iglesia de los pobres. Pepe Mujica era comunista. Se han hecho ricos con los pobres”.
Precisamente Mujica pareciera que no. Ella: “No sé. Déjame dudar. Pero basta”.
¿Qué representa para vos Mujica y qué Milei? “Apoyo a Milei y lo nuevo. Y que dios nos ayude”.
¿Y si sale mal? “Creo que ya no voy a estar con vida. Que se arreglen los que quedan”.
Fin.

A su lado hay un joven con una pala gigante. Posa sonriente para decenas de cámaras. Parece haber logrado su objetivo: llamar la atención.
Se llama Santiago y se tomó dos colectivos desde “la zona más fea de la provincia”, Florencio Varela, donde vive. Tiene 21 años, camisa manga larga a cuadros y una enorme mochila roja sobre la que ató un pañuelo celeste.
Cuenta sobre el sentido de la pala: “Hay que trabajar en este país. Nada se puede conseguir gratis. Todo es trabajo en la vida”.
De qué trabaja: “Soy Rappi y Pedidos YA”. ¿Cuánto gana? “Un poco, mi mamá me decía: muy bien Santiago, ese dinero lo sacaste de tus esfuerzos”. No dice números. Y finalmente revela que ahora ya no trabaja.
Al joven de la pala lo interrumpe Franco, otro joven, vestido de traje, que quiere sacarse una foto con el instrumento. Me da la cámara y posa de mil maneras para fotos que luego subirá a su Instagram. Franco Vera, sabré después, es un joven militante que ha irrumpido hace pocos meses en el colegio Nicolás Avellaneda de Palermo –estando él domiciliado en el conurbano- para postularse como Presidente del centro de estudiantes de la institución.
Franco Vera es de estatura pequeña pero en el debate del centro de estudiantes miró a sus contendientes de la lista oficialista, asociada al peronismo, y al ver que eran 8 personas dijo: “Yo estoy solo pero me la aguanto”. Primera gran ovación del público que recién lo conocía en un debate que ganó con comodidad con palabras clave como fútbol, Messi, Dios, diversidad.
Su lista, hasta antes del debate compuesta por él solo, se llama Ruge el cambio.

Ahora tiene una decena de seguidores, más después de su segunda jugada: hacerle una cámara oculta a la directora. En la cámara, subida a las redes, se ve cómo la mujer lo apercibe por una serie de hechos difíciles de entender desde afuera, supuestas actitudes de Franco desde que llegó al colegio. Es cierto, se lo nota sobre excitado y concentrado en su carrera estudiantil. Y si bien el video no lo muestra, él asegura que el objetivo de la directora es censurar a Ruge el Cambio para que no se presente –y gane- las elecciones del centro.
Así utilizó la cámara oculta para denunciar la censura institucional.
Su historia merece un documental aparte, que no entra en esta nota. Sobre la elección porteña, él no puede votar. Y pese a las preguntas sobre la actualidad él hablará como representante de los jóvenes de LLA en tono candidato y pedirá que sea a través de videos: “Menos Estado es menos peso al sector público. O sea… Si una persona no capacitada no nos sirve, ¿para qué lo vamos a tener como empleado? Necesitamos tener personas capacitadas. Hay que aprender en esta batalla cultural que los que nos gobiernan son personas normales, no son entes superiores, no tienen título de nobleza”.
¿Los Menem no serán parte? A Franco no le entra una bala: “Los jóvenes somos el cambio” responde en casete y mostrando su sonrisa de dientes con aparatos. Corta la charla para seguir sacándose fotos que subirá tanto a su Instagram como al de la agrupación Ruge el cambio, actividad que le sale muy bien: durante la tarde noche logrará cosechar selfies con personajes como el Gordo Dan o el diputado Martín… Menem.
Fin.




Otras celebridades que se llevan las miradas:
El Zorro con la bandera de Argentina.
Mickey Mouse con un cartel que dice “Aguante Adorni”.
Lila Lemoine vestida como playera de YPF.
Una mujer que tiene tatuada en la cara, justo arriba de su ceja, la palabra “Castrate”. Hay que acercarse bien para entender bien de qué va… o no tanto. En su cachete izquierdo amplía las siguientes consignas:
- Castrá
- Adoptá callejeritos
- Educá
- No compres
- No + piroctenia
Son tatuajes.
En la cara.
Fin.

Franco Carcedo es autor de un libro recién salido del horno que se llama Milei: Conexiones filosóficas. Lo escribió junto a su esposa en La Pampa, donde vive, de donde llegó hoy 7AM y a donde vuelve hoy mismo a las 22. Vino, además de para ver a Adorni y Milei con el objetivo concreto de vender su libro. Lleva 5 ejemplares en la mano, y cuenta que ya vendió otros 5. “Es un camión”, anuncia. Y cuenta sobre su contenido: “El libro relaciona distintos acontecimientos que sucedieron durante la vida de Javier Milei, lo que hizo y muchas veces lo que dijo y dice”. ¿Un ejemplo?
Lo que sigue es literal y no está trucado ni escrito maliciosamente: es parte del libro editado por la editorial Dunken, que cualquiera puede comprar. Dice Franco: “Cuando habla de la felicidad él sin saberlo está hablando de algo que dijo Oscar Wilde en 1888”. ¿Cómo? “Cuando Milei dice que la felicidad es no tenerle miedo a la muerte. Oscar Wilde dice algo parecido”.
La pido mejor hojear el contenido; al inicio hay dos citas. Una de Napoleón que dice: “Los hombres excepcionales son parte de un momento excepcional”. Y otra de Javier Milei: “No seré reconocido como economista sino como rockstar”. Ahí nos vamos entendiendo.

En el libro, profundiza Franco, “hay referencias a Nietzche, Maquiavelo, hay cosas de Spinoza… y la frutilla del postre”. Atención: “La cita de Wilde de la felicidad es de 1888. Milei en 1998 funda una banda que se llama Everest. ¿Sabés cuantos metros tiene el Everest? 8848.88”. Ante mi mirada atónita, Franco Carceda prosigue: “Pero hay más. El día que nació Milei se jugó un partido amistoso para homenajear a Arsenio Erico (futbolista paraguayo muy querido en Independiente). En ese partido debutan Bianchi, Carrascosa y César Laraignée. Ese día nació Milei”.
¿Y entonces? Franco Carceda repite: “El día que nació Milei ellos debutan con la casaca argentina”.
¿Pero cuál sería la conexión filosófica: “Es algo piola porque Milei es fanático de Boca y Bianchi es casi el máximo ídolo de Boca, con Riquelme y Palermo, ponele”.
Vuelvo a pedirle el libro. Sobre el nacimiento de Milei, se informa también que nació el mismo día que el guardameta ruso «Araña» Yasín (¡dos arqueros!) y que se editó un álbum del conjunto Jackson 5 de donde saltaría a la fama Michael Jackson.
Fin.


Equivalencias y bebidas.
Una señora envía videos a un grupo y le responden “como quisiera estar ahí”, “cuidate” y le ponen emojis de un león.
Una nena con la careta de Milei y una motosierra posa para las fotos mientras la mamá, al lado, tiene una careta de Adorni, un caniche y muchos pañuelos celestes atados a la mochila, como si los hubiera llevado para hacerse unos pesos.
Un remera violeta grita “viva la libertad” y otros remera violeta, alrededor, lo miran y estallan en carcajadas. Él también.
Franco Vera me contará luego, orgulloso y dolorido, que le tocó la mano a Milei pero que eso le costó que, literalmente, que los seguridad lo tiraran al piso y le pisaran la cabeza: “Estoy bendecido”.
Suena en el escenario un tema con acordes punk cuya letra asegura que Milei es “el último punk” y “el último superhéroe de la libertad”; eso significa que están al caer el Presidente y también Adorni, a quien nadie parece esperar demasiado. Menos que nadie, los remera violeta.
Aparece más allá otro contingente de remeras violetas que ahora llevan bengalas violetas y tocan bombos violetas, siguiendo a una bandera sostenida por jóvenes prolijos y sonrientes sin remera violeta.
La inscripción de la bandera en la cabecera dice «Jóvenes LLA» y otra atrás “Lugano”. La entrada es de cancha: se canta “el domingo cueste lo que cueste” y “un minuto de silencio para Macri que está muerto”.
Otro de los hits son “El que no salta es radical” y uno que cambia la palabra “Perón” por “León”.

Un hombre de 40 y pico, vestido de traje, es el que saca las canciones y agita.
Lidera a la barra hasta meterla en el centro mismo del escenario.
Mientras este cronista anota otras cosas, como la presencia de francotiradores en las terrazas de Recoleta y al lado del escenario, se ve que el hombre sale del tumulto, ofuscado.
Le han robado el celular.
Habla con una persona de seguridad, que abre las manos en señal de “no puedo hacer nada”.
El hombre está visiblemente afectado, dice “no lo puedo creer” y pide un celular para “dar de baja las tarjetas”.
Consigue una cómplice, a quien le confesará lo que él cree es la razón del robo:
-Es que está lleno de negros.
Fin.
