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Los peritajes confirman la contaminación con agrotóxicos provocada por Atanor en San Nicolás y en el río Paraná
La Justicia Federal de San Nicolás recibió el informe pericial del equipo científico que confirmó la contaminación de Atanor, una de las compañías de agroquímicos más grandes del país, denunciada por los vecinos del Barrio Química que censaron más de 200 muertes en sólo seis cuadras lindantes a la empresa. “Los resultados son escandalosos y nunca vistos. Es un paso fundamental para demostrar la conducta criminal de Atanor”, sintetiza a lavaca el abogado Fabián Maggi, del Foro Ambiental de San Nicolás, la organización que representa a un grupo de vecinos. El caso llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Qué implican los resultados. Las expectativas de indagatorias. Y las declaraciones de exoperarios que describen el “asco” de la contaminación. El informe completo.

Cinco meses después del allanamiento a Atanor, una de las compañías de agroquímicos más grandes del país, el Juzgado Federal Nº2 de San Nicolás recibió los resultados del informe pericial que realizó el Centro de Investigación de Medio Ambiente de la Universidad Nacional de La Plata (CIMA-UNLP) sobre las muestras extraídas para evaluar científicamente lo que los vecinos vienen denunciando hace seis años, y que ya tuvo eco a nivel internacional en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH): la contaminación en el Barrio Química, donde los propios vecinos relevaron más de 200 muertes en un radio de solo seis manzanas.
“Mientras estamos hablando, Atanor está contaminando el Río Paraná”, sintetiza a lavaca el abogado Fabián Maggi, del Foro Ambiental de San Nicolás (FOMEA), en representación de los vecinos, sobre lo que implica el informe de los peritos. “Los resultados son escandalosos y nunca vistos, y confirman lo que los vecinos vienen denunciando y ya declararon estas semanas en sede judicial: el vuelco de tóxicos al Paraná y el enterramiento de residuos peligrosos”.
El allanamiento se produjo a mediados de julio, ordenado por el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo a instancias del fiscal Matías Di Lello, un mes después de que la CIDH remitiera al Estado argentino las denuncias que los propios vecinos elevaron al organismo internacional, luego de no obtener ninguna respuesta en el ámbito argentino durante todos estos años.
Los resultados
El primer hallazgo del CIMA -un equipo liderado por el doctor en Química Damián Marino- fueron los plaguicidas detectados y cuantificados en muestras de agua. El abogado Maggi precisa que las muestras M1 y M2 del cuadro que se ve a continuación coresponden al conducto de vuelco de efluentes de Atanor sobre el Paraná: “Es el análisis que acredita la contaminación actual que está sucediendo mientras estamos hablando”.

El estudio indica 52,4 unidades de atrazina por litro y de 321,3 unidades de metabolitos de atrazina, un hercibida prohibido por la Unión Europea en 2013. En el informe final, el equipo del especialista Marino recomendó que la toxicidad de los metabolitos sea considerada equivalente a la de la molécula original de atrazina.
Maggi explica: “Para poder evaluar tenemos que pensar que el nivel de protección de la vida acuática es de 3 unidades. Por encima de eso, ya se considera que está en riesgo. Acá hay 52: son 20 veces más. Y en el caso de los metabolitos, son 100 veces más. Es escandaloso”.
El segundo hallazgo refiere a los plaguicidas detectados y cuantificados en muestras de suelos. “Acá se confirma la revelación de las denuncias históricas que hacían los operarios sobre enterramiento de residuos tóxicos”, apunta Maggi. Las muestras M9 y M10 corresponden a esos sitios: el abogado advierte sobre los elevados números registrados de cipermetrina. “Pensemos que en un suelo fumigado, después de que pasa el mosquito, los análisis indican 50 unidades por kilo. Acá tenemos más de 22.000”.

También hay alarma sobre la presencia de trifluralina, otro de los químicos denunciados por sus efectos en la salud: “Es un herbicida peligroso y tenemos 6090 pero medido en miligramos. Si lo transformáramos a las mismas unidades de los otros, son 600.000, lo cual es un despropósito”.
El asco
Atanor pertenece al grupo multinacional Albaugh LLC, con sede en Estados Unidos. En su página web se presenta como “la compañía líder en protección de cultivos”, tras una imagen del Herbifen Advance, que promocionan como un producto “rápido y efectivo” para el control de malezas, además de ser “compatible con todos los glifosatos”. La planta de San Nicolás abarca un área 500 mil metros cuadrados, tiene “108 colaboradores”, y produce herbicidas a base de Ácido 2,4D, Ácido 2,4DB, Ésteres 2,4D y 2,4DB, MCPA, Dicamba, Imazetapir e insecticidas como Cipermetrina y Clorpirifos.
En noviembre de 2016 se produjo un incendio en la fábrica que dos meses atrás había sido clausurada por orden del juez Facundo Puente al comprobar que se arrojaban químicos al Río Paraná. Fue reabierta semanas después para que la Autoridad del Agua (ADA) pudiera extraer muestras, pero el juzgado no dispuso ninguna medida de control: la fábrica siguió funcionando como si las denuncias por contaminación, muertes y enfermedades respiratorias del barrio no existieran.
Uno de los trabajadores que inició las primeras denuncias es Darío Álvarez, 50 años. Comenzó a trabajar en la planta de San Nicolás a fines de los 90. Lo echaron en 2005 por un accidente laboral, y fue uno de los testimonios de la nota de MU enviado como prueba de los reclamos a los expertos de la CIDH. Álvarez contó allí el caso de un extrabajador que relataba los constantes derrames tóxicos que iban al Paraná, el enterramiento de residuos peligrosos y los propios casos de contaminación.
Otro extrabajador, Eduardo Ochoa, declaró en las últimas semanas ante la fiscalía como uno de los diez testigos que brindaron testimonio en los últimos tres meses. Contó que hacía 12 años que trabajaba en Atanor cuando lo despidieron alegando una “reestructuración” mientras la empresa incorporaba personal por la inauguración de una nueva planta de atrazina sólida, aun en medio de las denuncias y de la intervención de la CIDH. Ochoa subrayó que el verdadero motivo fueron sus denuncias por las pésimas condiciones laborales y la contaminación: “Era un asco”, describió, sobre “la cantidad de polución” en toda la fábrica.
Las denuncias le generaron discusiones hasta con el propio sindicato, cuyas autoridades le llegaron a plantear si su intención era “cerrar la fábrica”. Ochoa: “Le dije al Secretario General (Ricardo García) que los hacía responsables de lo que pasara en el barrio Química”. El trabajador describió que, cada vez que se iba de la empresa, para volver a su casa debía subirse a su auto que estaba cubierto de atrazina.
Y dejó constancia de los problemas de salud en el barrio: “Vecinos, muchísimos han muerto de cáncer y en la familia mi tío y mi hermana de cáncer. Mi tío murió de cáncer de esófago y mi hermana murió a los 50 años de cáncer de mama, hígado y cerebro”.
La conducta criminal
Otro de los casos emblemáticos del Barrio Química fue el de Lina Abigail Ramírez: murió a los 6 años por cáncer de pulmón y abdomen. Su familia vivía enfrente a Atanor. La enfermera que la trató fue Mercedes Meche Méndez, del Hospital Garrahan, una especialista que desde el área de cuidados paliativos suele tratar niñes con estos cuadros: la mayoría tienen en común vivir en zonas expuestas a agroquímicos. Méndez también declaró ante el fiscal Di Lello sobre el impacto en la salud de la aplicación de estos “venenos”, tal como remarcó en su testimonio.
Para el abogado Maggi hay suficiente prueba producida para avanzar en la causa: “Esto permite el pedido de indagatoria de los empresarios involucrados de Atanor. También en la imputación de los funcionarios de la Autoridad del Agua y del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), que durante décadas inspeccionaron irregularmente la planta, confeccionaron informes falsos y decretaron que la planta estaba en correctas condiciones”.
El abogado apunta también al fiscal provincial Rubén Darío Giagnorio: “Fue un factor determinante de la impunidad de esta empresa, con participación de encubrimiento y ocultamiento de pruebas”. Menciona como precedente la reciente imputación al exjefe de los fiscales de Rosario, Patricio Serjal, sospechado de frenar de forma deliberada la investigación por contaminación de una petroquímica del cordón industrial santafesino.
Por ese motivo, los vecinos tienen expectativas respecto al proceder de la justicia federal para el comienzo de 2021, con el informe del CIMA como un gran aporte.
Maggi concluye: “Es un paso fundamental para demostrar la conducta criminal de Atanor”.
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani