Nota
Megaminería: un manual para descargar y entender el presente y el futuro
La Unión de Asambleas Ciudadanas de Chubut (UACCH) editó un manual que sintetiza los principales aportes teóricos que vecinas y vecinos construyeron a lo largo de 17 años sobre los impactos y los efectos de la megaminería en la salud, el trabajo y la vida. Todos esos conocimientos no parten desde ningún ministerio, sino de las propias comunidades como lade Esquel, que se organizaron, ganaron plebiscitos y defendieron la soberanía de los territorios. Los manuales se reparten en escuelas y hospitales, y su versión web es de descarga gratuita (desde ahora también en www.lavaca.org). Desde la Asamblea de Esquel, una de las impulsoras del trabajo, dice a lavaca: “Nos saca del lugar en el que nos quieren instalar quienes defienden la megaminería. No somos fundamentalistas: tenemos fundamentos”.
Un libro impresionante, que empieza así:
“´Nuestra lucha se basa en la información y la difusión´, suelen decir los/las vecinos/as de Chubut que resisten la instalación de emprendimientos mineros a gran escala, de extracción metalífera y de radioactivos mediante el uso de sustancias tóxicas. Gracias a los conocimientos sobre “megaminería” que supieron gestionar y compartir en asambleas y en diversas acciones de difusión pudieron posicionarse, organizarse y manifestarse de mil maneras para ponerle freno a la explotación de su territorio”.
Tal es el prefacio de Hablemos de megaminería, un manual diseñado por un grupo de vecinos y vecinas de la Unión de Asambleas Ciudadanas de Chubut (UACCH) que compila los saberes sobre los impactos y los efectos de la megaminería que lograron acumular a lo largo de más de 15 años de construcción de lucha y memoria colectiva.
El trabajo, que cuenta con edición web y con una edición gráfica que se vende al público y se dona en instituciones educativas y sanitarias, está focalizado en colectar y desarrollar todos los conocimientos “en la necesidad de seguir aprendiendo y enseñando” a partir de “fundamentos científicos e informaciones de fuentes comprobables y válidas”.
No es casual allí la referencia a los vecinos de Esquel. En 2002 -hace ya 17 años- el pueblo se enteró del interés de la empresa minera transnacional Meridian Gold, que buscaba explotar el oro y la plata en las montañas cercanas a la ciudad. Se pusieron a investigar, descubrieron sus efectos contaminantes, el riesgo de los explosivos y el uso de cócteles químicos que suelen incluir el cianuro, se organizaron para compartir la información y un año después, el 23 de marzo de 2003, conquistaron una consulta popular en la que el 81 por ciento de la población votó por el “NO” a la explotación megaminera.
Esa lucha fue inspiradora para otras asambleas en Chubut y del país, y esos conocimientos están socializados en este manual.
Viviana Moreno, integrante de la Asamblea No A la Mina de Esquel es una de las inspiradoras del proyecto. Dice a lavaca: “No somos fundamentalistas: tenemos fundamentos”.
Esos fundamentos están separados en los siguientes capítulos:
- Características de la megaminería: sus definiciones, tipos de minería, qué es el extractivismo, los ciclos de una mina, sumado a conceptos técnicos sobre lixiviación, los métodos de los proyectos y el uso –por ejemplo- del cianuro.
- Megaminería y ambiente: los metales pesados, los daños ambientales, efectos sobre el agua, el impacto en los niños y cuál es la legislación que protege el medioambiente.
- Megaminería y patologías relascionadas: enfermedades a causa de la contaminación, descomposición del cianuro, intoxicaciones.
- Megaminería de uranio: su radiactividad, sus emisiones, sus métodos de extracción.
- Megaminería, trabajo y desarrollo: los mitos sobre el empleo, cuáles son sus características, su incidencia en el PBI, las desigualdades económicas y ecológicas.
- Megaminería y aspectos económicos: la estabilidad fiscal, la amortización acelerada del capital, las exenciones de impuestos, eliminación de retenciones a la exportación o de todo gravamen los primeros cinco años de la concesión de un yacimiento.
- Megaminería, aspectos legales: propiedades del subsuelo, amparos ambientales, proyectos de ley sobre iniciativa popular, convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la cosmovisión de la madre tierra de los pueblos originarios.
El recorrido teórico y técnico las 60 páginas que componen este manual es ni más ni menos que la acumulación de conocimientos sobre geografía, jurisprudencia, trabajo y ecología que quienes integran las asambleas tuvieron que aprender para discutir contra Estados sin grieta, poderes judiciales no siempre justos, y empresas transnacionales.
Y algo más revolucionario: cómo ganarles.
Descargalo haciendo click: Hablemos de Minería: El Manual
Teoría de la acción
Moreno explica que la idea surgió a comienzos de 2018 cuando en la provincia volvió a instalarse la posibilidad de la megaminería, motivada por la visita del exministro de Energía, Juan José Aranguren.
“La ley 5001, que prohíbe en Chubut la megaminería con uso de cianuro, habla en su artículo 2 de la creación de un Comité Provincial de Ambiental que, a partir de una zonificación, debe designar un área donde se pueda habitar la megaminería. Nunca se hizo. Pero de ese hilo suelto se quisieron agarrar para volver a impulsarla. Las asambleas, entonces, se reactivaron con mucho trabajo”.
Una docente planteó entonces la inquietud: niños y niñas en las escuelas decían “No a la Mina”, pero había falta de fundamentos teóricos.
“En 10 días juntamos 20 mil firmas contra el proyecto de zonificación y lo presentamos en la Legislatura. También nos dimos cuenta de que no todas las asambleas tenían el nivel de teoría de todo lo que habíamos desarrollado en Esquel en 17 años”.
Moreno propuso desarrollar un manual para difundir ese conocimiento. “Buscamos un autor para cada temática, que son los mismos vecinos que han trabajado en charlas y conferencias. La base fue lo que dice nuestro prefacio: Nuestra lucha es la información y difusión, la esencia de nuestra asamblea en Esquel, un trabajo horizontal, de puerta en puerta, para quien quiera interesarse y puntualizar, con una herramienta fácil y sencilla”.
Cáncer, neurología y política
Además del manual, al que desde hoy puede accederse libre y gratuitamente en lavaca.orgb, la edición digital cuenta con videos de cada capítulo explicado por los propios vecinos.
Por ejemplo, en Megaminería, trabajo y desarrollo, se muestra que la promesa de generación de empleo es uno de los principales comodines de las empresas transnacionales. Sin embargo, si bien al construirse las instalaciones de la minera se emplea mano de obra intensiva principalmente del gremio de la construcción, esa obra dura poco tiempo: a nivel mundial, se crean entre 0,5 y 2 empleos cada millón de dólares invertidos. También lo ejemplifican a escala local: en Veladero, Bajo la Alumbrera o Potasio Río Colorado, entre otros, se genera 1 puesto de trabajo directo cada 1,2 millones de dólares invertidos, lo cual redunda en ínfima cantidad de puestos de trabajo para los locales, que suelen ser los más precarizadosy peor pagos.
Otros detalles investigados por las asambleas:
- “Existe poca actividad económica independiente de la mina”.
- “No se genera actividad económica a largo plazo”.
- “Hay competencia y exclusión de la actividad económica tradicional”.
- “Falta de oportunidades de trabajo para pobladores locales”.
Lo mismo ocurre con el capítulo dedicado a Megaminería y patologías relacionadas: el pediatra Flavio Romano cuenta cómo la liberación de arsénico produce manifestaciones no cancerígenas (dermatológicas, reproductivas, neurológicas) y cancerígenas (de piel, de riñón, intestinos).
Respecto al plomo, en su forma de intoxicación aguda, la especificidad más frecuente es la encefalopatía aguda, que tiene el 25 por ciento de mortalidad y un 40 por ciento de trastornos neurológicos.
En ese sentido, sostiene que la situación a nivel provincial es similar a la del año pasado. “Los políticos, más en campaña, no pueden decir que están a favor de la megaminería, porque es una mala palabra: perderían votos. Pero tampoco salió ninguna legislación de ningún partido que amplíe los términos de la ley 5001, con parámetros de sustentabilidad, como habíamos hecho nosotros con la iniciativa popular en 2014, y no aprobaron”.
La actual secretaria de Minería es Carolina Sánchez. “La situación está más disfrazada. Hubo un cambio de autoridades, con un perfil más ameno y amigable. El discurso es presentar un programa que se llama Hacia una minería sostenible, que viene de Canadá. Nosotros planteamos que fue planteado desde Canadá, implementado en 2004, pero en 2014 se desbordó el dique de cola e hizo el mayor desastre ambiental en el país en Jáchal. Entonces estar en un programa no te hace más o menos sustentable: la minería sigue siendo igual de riesgosa”.
¿Cómo impacta el manual en ese contexto? Moreno cuenta que ya está circulando en la provincia. “Un grupo de chicos de una escuela secundaria en Chacay Oeste tenía que presentar un trabajo en innovaciones educativas. Eligieron como tema la megaminería y muchos de los conocimientos los sacaron de acá. Sacaron el segundo premio en una presentación de 1000 trabajos en un concurso en Córdoba. Eso es lo principal: cuando uno emprende una lucha con la verdad en la mano, busca herramientas genuinas para comunicarla a otra persona. Eso es lo que estamos haciendo”.
Nota
Mía: Cuando el arte abraza

Mía es una obra de teatro que podríamos encuadrar dentro del biodrama o autoficción. Y es mucho más: es grito, es abrazo y, también es un espejo. La actriz y médica psquiatra Mercedes Bertuzzi expone en escena su propia historia: una situación de violencia machista que sufrió por parte de una ex pareja. Este sábado 18 de marzo y en el marco del 8M, esta obra testimonial se presenta en MU Trinchera Boutique a las 21 hs, entradas a la gorra.
“Los primeros años, luego de salir, fueron de mucha confusión, angustia y mucha bronca. Escribir me permitía depositar esas emociones en el texto. El primer objetivo fue descargar. Siempre estuvo el deseo de poder denunciar a través de ese texto que iba escribiendo, pero no estaba segura de si iba a encontrarle la forma. En el proceso empecé a entrenar con Marina Otero, ella hace autoficción, y ahí algo se destrabó, la vi, vi la obra”, cuenta Mercedes. Al terminar de escribir el texto, tomó conciencia de que no era exclusivamente autorreferencial sino que involucraba la historia de muchas otras. Así tomó coraje para llevarla a la escena. “En cada función se me acercan decenas de mujeres emocionadas a abrazarme diciéndome ‘somos muchas’. Todas pasaron por una situación de violencia o acompañaron a otra mujer que la pasó. Siempre termino la función con ganas de gritar cada vez más fuerte el texto de esta obra. Siento que estoy entregando mi historia al colectivo y eso hace que ya no me pese, ya no lucho contra ella. Cada mujer que se identifica con la historia se la apropia un poquito y le va dando más cuerpo al personaje de Mía”.
Con sus herramientas artísticas, Mercedes logró una obra poética, sin golpes bajos, con ironía y momentos muy divertidos.
En una escena, dos niñas juegan a ser actrices, prueban vestuario y declaman en nombre del amor. Las palabras son extraídas de las típicas canciones románticas de cantantes famosos, las que hemos aprendido y cantado a lo largo de los años. “Para quienes fueron víctimas, no es fácil hablar. La violencia nos deja mudas, vacías, solas, no hay palabras que alcancen para explicar. El arte nos habilita un lenguaje a través del cual poder decir lo indecible, nos devuelve la voz, en la forma que cada una elija expresarse. Y para quienes son público, adentrarse a la temática desde una propuesta artística creo que les permite hacerlo sin tantas resistencias. Te permite escuchar con otra disponibilidad. El relato atravesado por la dramaturgia, la música, los cuerpos. Mantiene su fuerza y su crudeza, pero es amortiguado de ternura, poesía, risa. Y eso permite que hablemos de violencia con personas que quizás no se acercarían de otras formas”.

Cada vez que Mía fue presentada en distintos teatros —Mercedes quiere que la obra circule y abra a la reflexión— los comentarios de personas del publico se multiplican: “Presencié ese mismo diálogo”, “sentí exactamente eso”, “estuve en pareja con un tipo igual”. No solo es reparador para ella sino para muchas. “Romper el silencio es imprescindible. Me sigue sorprendiendo la cantidad de mujeres que se acercan después de la función a abrazarme emocionadas por haber ‘contado su historia’, estuvieron ahí mismo o acompañaron a otra. De todas las edades, todas las clases sociales. Es escalofriante, es triste. Pero es también esperanzador encontrarnos. Ya no nos estamos quedando calladas, estamos denunciando y estamos convencidas de cambiar esa realidad. El haber sido víctima de violencia ya no queda solo como una herida que duele y mejor callar y olvidar. Hoy somos víctimas enojadas, creativas y sobre todo, en red. Compartir Mía me abrió los ojos a eso… Es mi historia, es la de muchas otras y, por suerte, es parte de la historia que estamos modificando”.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143
Sábado 18 de marzo a las 21 hs
Actúan: Mercedes Bertuzzi, Juliana Gotta, Gonzalo Pungitore, María Tibi
Entradas “a la olla”.
Podés reservar en este link:
Nota
Punitivismo y feminismo en el caso de Lucía Pérez: una mirada sobre esa falsa dicotomía

La abogada trans Cristina Montserrat Hendrickse analiza por qué es falsa la dicotomía que pretenden instalar sectores que siempre trabajan para categorizar las divisiones del movimiento feminista. Así crean grietas sociales que les permiten alentar congresos, investigaciones y polémicas de las cuales viven.
Por Cristina Montserrat Hendrickse
Una corriente muy minoritaria de los feminismos entiende que reclamar la sanción penal del femicidio es una actitud punitivista.
Llegan a tal conclusión partiendo del concepto de que el castigo refuerza la violencia.
Evidentemente la idea de la que se parte es correcta, pero el error de la conclusión reside en asociar pena a castigo. En no distinguir la finalidad de la pena que impone nuestro Derecho de la triste realidad de castigo que significa la ejecución efectiva de las penas privativas de libertad.
Los feminismos en nuestro país se encuentran justificados jurídicamente en la Convención Contra Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) incorporada a nuestra Constitución en 1994; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer (Convención de Belem do Pará) que es un tratado internacional de jerarquía superior a las leyes; y las leyes nacionales y provinciales que reglamentan a estos tratados.
Nótese que la convención de Belem do Pará obliga a los Estados a “sancionar” la violencia de género, además de prevenirla y erradicarla. El marco jurídico “sancionatorio” por excelencia es el Derecho Penal.
De allí que en nuestro sistema de derecho pretender eludir o abolir la punición de la violencia de género resulta jurídicamente anticonvencional, y por tanto anticonstitucional.
No por ello se deja de valorar el aporte del antipunitivismo feminista en cuanto sostiene que el castigo refuerza la violencia. Pero el problema del antipunitivismo reside en cuestionar al sistema (de origen convencional interamericano) de sanción de la violencia de género, y no al sistema de castigo que en los hechos (y apartándose del Derecho) sucede con la aplicación de la pena.
En efecto, la finalidad esencial de las penas privativas de la libertad es la reforma y la readaptación social de los condenados (art. 5.6. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también incorporada a nuestra Constitución en 1994), sin olvidar el mandato de que “…Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas…” (artículo 18 de la Constitución Nacional). De ambas reglas de jerarquía superior surge que la finalidad jurídica de las penas no es el castigo, como erradamente lo entiende cierta expresión del feminismo antipunitivista, sino la resocialización.
De allí que se impone una diferenciación entre “antipunitivismo” y “abolicionismo” que permita distinguir: si se pretende que la pena no se constituya en castigo sino como resocialización (antipunitivismo); o si se pretende abolir todo tipo de pena (abolicionismo penal).
La primera debería hacer foco en una reforma penitenciaria feminista, que lejos de reforzar el patriarcado lo deconstruya, no aboliendo las penas, sino modificando su ejecución a la finalidad que el impone el Derecho.
La segunda implicaría la abolición de todas las prisiones; y además, el desafío de construir respuestas ante los crímenes o lo que cada sociedad considera crímenes.
Evidentemente el castigo refuerza la violencia. Por lo que el mismo debe ser eliminado del sistema de ejecución penal, pero no el sistema de sanción; salvo que se sostenga el abolicionismo, teoría también respetable, pero que resulta anticonstitucional en nuestro sistema de Derecho, al menos en materia de violencia de género ya que la República Argentina se obligó ante la comunidad interamericana a sancionarla.
Toda decisión que se aparte de ese compromiso violentaría el sistema jurídico argentino y comprometería a nuestra Nación frente a la Comunidad Interamericana exponiéndonos a ser destinatarios de reclamos, cuando no de sentencias condenatorias, ante el sistema interamericano de Derechos Humanos.
En resumen: debatamos sobre las cárceles, no sobre las penas.
Cristina Montserrat Hendrickse
Nota
Pergamino: sentencia contra los agrotóxicos y triunfo de la comunidad frente a un intendente

La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la distancia de 1.095 metros dentro de las cuales están prohibidas las fumigaciones terrestres con agrotóxicos, y de 3.000 metros para las aéreas. De ese modo denegó el recurso de amparo presentado por el intendente pro agronegocio de Pergamino, Javier Martínez. La denuncia original había sido presentada por Sabrina Ortiz (en la foto principal), vecina de Pergamino, que en su reclamo contra el envenenamiento cotidiano que sufrían ella, su familia y sus vecinos, y sin encontrar quien la defendiera legalmente, terminó recibiéndose de abogada para encarar sus propias causas. La sentencia de primera instancia había sido dictada por el juez del juzgado penal 2 de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo.
Frente a la ratificación de la Corte dijo a Sabrina Ortiz a lavaca, entre otras cosas:
- “Se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa”.
- “Celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.
Publicamos además la nota completa realizada en la revista MU.
Por Francisco Pandolfi

Un fallo de la Corte Suprema de Justicia ratificó la distancia de 1.095 metros de prohibición de fumigaciones terrestres y de 3.000 metros para las fumigaciones aéreas, denegando el recurso de amparo que había presentado nada menos que el intendente de Pergamino, Javier Martínez, pretendiendo fumigar en todas partes, pese a las denuncias sobre los efectos de los agrotóxicos en la comunidad, el suelo, el aire y el agua.
El fallo en primera instancia, apelado por Martínez, había sido del Juez Carlos Villafuerte Ruzo, titular del Juzgado Penal Número 2 de San Nicolás, en septiembre de 2019, como medida protectoria paliativa urgente frente a las masivas fumigaciones.

Quien realizó la denuncia original ante la justicia federal fue la activista ambiental y abogada Sabrina Ortiz, también víctima de los agrotóxicos. Ante este fallo de la Corte Suprema de la Nación, explica a lavaca: “Esperábamos la resolución desde hace bastante tiempo, con muchas expectativas, pese que los últimos fallos que ha tenido la Corte en materia ambiental no han sido para nada alentadores. Sin embargo, para nosotros era casi seguro que iba a fallar a favor. Se me vinieron un montón de situaciones a la cabeza, sobre todo por cómo comenzó esta causa, por la salud de mis hijos, por las afectaciones que tuvieron, con las afectaciones que tuve en mi cuerpo; se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa. Fueron recuerdos muy tristes, muy angustiantes, dolorosos, del vivir cotidiano, de hecho todavía están en controles mis hijos y hay un montón de gente que la sigue sufriendo”.

Relata también con asombro: “Me da mucho dolor, que sea el propio municipio el que intenta ir en contra de la salud de las personas. Me da mucha impotencia que el intendente Javier Martínez sea quien quiere que nos fumiguen en la cabeza. Al mismo tiempo, celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.
Aquí, el viaje, la investigación y la nota completa sobre la situación en Pergamino publicada en la revista MU: La capital del veneno.
https://lavaca.org/mu163/mu-en-pergamino-la-capital-del-veneno/

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