CABA
Ni una más: Familiares Sobrevivientes de Femicidios reclamaron por quinta vez una audiencia con el Presidente
El colectivo Familiares Sobrevivientes de Femicidios retomó sus encuentros mensuales que habían pausado durante la pandemia con una acción en Plaza de Mayo que concluyó con una carta con pedido de audiencia que le hicieron llegar al Presidente Alberto Fernández. Es la quinta que le entregan desde el primer encuentro, en diciembre de 2019, y hasta el momento no fueron escuchadas: “Necesitamos imperiosamente que nos reciba”. La jornada había sido convocada antes del femicidio de Úrsula Bahillo en Rojas, por lo que el grito resonó aún más fuerte. La actividad se replicó en Palpalá (Jujuy), Capilla del Monte (Córdoba) y los territorios bonaerenses de Mar del Plata, Moreno y San Martín. Como cierre, el actor Tomás Fonzi leyó los nombres de las 44 vidas que este año destrozó la violencia patriarcal. Cada nombre fue contestado con un grito de rabia: “Ni una más”.

Mónica Ferreyra dice que pone un plato sobre la mesa todos los días para su hija, Araceli Fulles, asesinada en San Martín en 2017: “No nos podemos acostumbrar”.
A su lado, Marisa Rodríguez, mamá de Luna Ortiz, asesinada en Tigre en 2017, habla con rabia: “Hay un Estado que es ciego, es sordo, y es muy corruptible. Estamos cansadas de que los casos queden impunes. Y la lista sigue creciendo. Necesitamos una sociedad que nos apoye: hoy estamos nosotras acá, pero no queremos que haya más familiares en esta plaza”.
Ambas están acompañadas por cientos de personas y sentadas frente a más de 30 periodistas de medios gráficos, radiales y televisivos, con la Casa Rosada a sus espaldas, al lado de Eugenia, cuñada de Esther Mamani, asesinada en el Bajo Flores el 24 de enero de este año; de Alfredo Soggiu, papá de Carla, asesinada en Pompeya 2019; y de Daniel Basaldúa, Susana Reyes y Gisela Basaldúa, papá, mamá y hermana de Cecilia Basaldúa, asesinada en Capilla del Monte en abril de 2020. Mónica, además, leyó una carta escrita por Adriana Belmonte, mamá de Lola Chomnalez, asesinada en Uruguay en 2014.

A sus espaldas, también, al lado de más de 130 fotos pegadas sobre el cemento de Plaza de Mayo con rostros de mujeres y niñas asesinadas por la violencia patriarcal, el actor Tomás Fonzi leyó el listado con los nombres de los 44 femicidios de este año.
El encuentro fue convocado por Familiares Sobrevivientes de Femicidios -un colectivo tejido por madres, padres y hermanas de niñas y mujeres asesinadas en diciembre de 2019- antes del femicidio de Úrsula Bahillo, en Rojas, que conmovió al país. Eso hizo que el grito en Plaza de Mayo resonara aún más fuerte, en una actividad que también se convocó en Palpalá (Jujuy), en Capilla del Monte (Córdoba) y en los territorios de Mar del Plata, Moreno y San Martín.
Previo a la pandemia, el colectivo venía reuniéndose los segundos miércoles de cada mes, entregando en cada ocasión una carta con pedido de audiencia dirigida al presidente Alberto Fernández. Nunca fueron atendidas. Hoy entregaron la quinta carta.
Por eso, Alfredo Soggiu expresa: “Imperiosamente necesitamos que nos reciba”.
Cinco cartas
El 11 de diciembre de 2019 el presidente Alberto Fernández recibió en la mesa de entrada en Casa Rosada lo que probablemente fue el primer petitorio enviado a esta gestión. Estaba firmado por cinco familias que se unieron para tejer la voz colectiva del grupo Familias Sobrevivientes de Femicidios y contenía cinco puntos fundacionales del colectivo:
- Cumplimiento efectivo de la pena: ningún femicida puede quedar en libertad sin que el Estado garantice que la cárcel no haya sido una escuela de más violencia.
- Ayuda inmediata a los hijos de víctimas de femicidios: los abuelos se hacen cargo desde el yogur hasta la psicóloga.
- Acompañamiento integral a las familias desde el Estado que incluya los recursos necesarios para llevar adelante el pedido de justicia: las familias deben pagar desde el ataúd hasta el abogado.
- Capacitación sobre femicidios a los jueces, fiscales y defensores judiciales: debe ser dada por los familiares, que somos expertos en el maltrato, misoginia y crueldad judicial.
- Reconocimiento de las familias como víctimas por parte del Estado, y su consecuente tratamiento.

El petitorio fue firmado frente a la misma Casa Rosada, en Plaza de Mayo, y entregado colectivamente luego de una ronda de más de dos horas en la que esas familias compartieron sus historias y pensaron estrategias para la búsqueda de justicia.
- La primera carta fue entregada el 11 de diciembre de 2019.
- La segunda, el 12 de febrero de 2020.
- La tercera, el 11 de marzo.
- La cuarta, ya con el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, 10 de abril de manera virtual.
- Hoy, 10 de febrero de 2021, la quinta.
La única respuesta que obtuvieron fue en septiembre del año pasado: la Casa Rosada les comunicó oficialmente, en una carta dirigida a Alfredo Soggiu y a Marta Montero (mamá de Lucía Pérez), que el presidente no podría recibirlas por la “intensa actividad del gobierno”. El pedido fue derivado al Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, que organizó un encuentro virtual, pero en el que no participó la ministra, Elizabeth Gómez Alcorta.
Alfredo, desde la Plaza, razona: “Acá estamos viendo falta de prevención. Lo de Ursula era totalmente evitable: 18 denuncias hizo esa chica. Y es la gente que te tiene que cuidar, ¿para qué dicen que vaya a hacer la denuncia? Porque hay que tener valentía para denunciar, y fue ninguneada. A la amiga le pegaron un tiro en el ojo. Evidentemente no está funcionando nada, la Justicia, la policía ni hablar, y yo creo que quien puede empezar a ordenar esto es la primera persona del país, que es el Presidente. Sé que hay muchos problemas pero el femicidio es uno de los más grandes, sino el más grande, porque la pandemia es del mundo, y acá es un desastre lo que está pasando. Queremos brindarle testimonio, a ver si cambian el enfoque porque decir que van a dar 40 mil pesos en un velorio, como nos dijeron en la reunión funcionarias de segunda y tercera línea del Ministerio de la Mujer, es terrible. Me gustaría más que hablen de prevención así no hay velorio”.
Y remarca: “Los argentinos nos tenemos que despertar”.

“No son triviales nuestras vidas”
El femicidio de Úrsula Bahíllo en Rojas, asesinada por el efectivo de la Policía Bonaerense Matías Ezequiel Martínez, desató una pueblada que fue brutalmente reprimida por oficiales de esa fuerza, disparando al rostro de las amigas de la joven de 18 años. La bronca por un nuevo femicidio –el Observatorio Lucía Pérez lleva contabilizados 44 en lo que va del año- se conjugó con la violencia policial y judicial, luego de la inacción ante las denuncias de Úrsula, y conmovió al país. Por eso, al encuentro de Familiares se acercaron medios comerciales que hablaron de lo que las familias denuncian hace años: responsabilidad estatal, complicidad policial, impunidad judicial y la necesidad de medias urgentes y efectivas.
Las familias nuevamente reflejaron esa trama:
- Alberto y Susana, papá y mamá de Cecilia Basaldúa: “Después de 10 meses el principal sospechoso, que es el dueño de la casa donde estuvo Cecilia, declaró y como testigo. Si la fiscal de Cosquín Paula Kelm no puede, que se haga a un costado. Todavía no tenemos acceso al cuerpo, no lo vimos. Y esta fiscal está apañando a los asesinos”.
- Alfredo, papá de Carla: “Estamos esperando por Justicia. El asesino fue condenado por la violación que le provocó a mi hija. Le dieron 6 años: en cualquier delito financiero, te dan más que eso. Mi hija tenía hidrocefalia y esta bestia le pegaba en la cabeza. Estamos esperando que cambien la causa de ´muerte dudosa´ a ´femicidio´, porque a raíz de esos golpes ella termina ahogada en el Riachuelo”.
- Eugenia, cuñada de Esther Mamani: “Que la Justicia actúe como debe ser. No pido más que eso”.
- Mónica, mamá de Araceli: “Queremos que el Gobierno nos haga un poquito más de caso, porque lamentablemente estamos rodeadas de corrupción”.
Mónica leyó una carta escrita por Adriana Belmonte, mamá de Lola Chomnalez, asesinada el 28 de diciembre de 2014 en Barra de Valizas (Uruguay). “En el caso de mi hija, ha sido poco feliz ver que el lugar geográfico donde fuera asesinada sea parte de una trivia en un programa televisivo”, escribió, en referencia a que el sitio fue incluido en un programa de entretenimientos de Telefé. “No es juego nuestra vida. No son cultura general los casos de violencia. No son triviales nuestras vidas”.
Belmonte pidió de forma urgente “declarar la emergencia en femicidios”.
En paralelo, en Mar del Plata, la acción se realizó frente al palacio de Tribunales, sobre la calle Tucumán, donde participaron Marta y Guillermo, mamá y papá de Lucía Pérez; Blanca, mamá de Agustina Fredes; Ana, mamá de Analía Aros. “Organizadas, exigimos justicia y denunciamos la falta de políticas públicas y el abandono que el Estado ejerce”, sostuvieron.
En Plaza de Mayo, y previo a la entrega de la quinta carta al presidente Fernández, el cierre estuvo a cargo del actor Tomás Fonzi, que leyó el listado con los nombres de los 44 femicidios de este año.
A cada nombre, resonó en Plaza de Mayo un grito.
Ni una más.

Estas son las 44 vidas que destrozó este año la violencia femicida:
- Graciela Flores, 44 años
- Elisa Robles, 36 años
- Bebé de Elisa Robles, 1 día
- Analía del Rosario Barbosa Martínez, 26 años
- Néstor Hernández, tío de Ailén Quiroga, 52 años
- Martín Ariel Salto, pareja de Ailén Quiroga, 34 años
- Alexis Salto, cuñado de Ailén Quiroga, 27 años
- Noelia Albornoz, 32 años
- Gabriela Verónica Lencina, 43 años
- Mariana Madonna, 63 años
- María Florencia Ascaneo, 41 años
- Yésica Celina Paredes, 22 años
- Ana Astorga, 29 años
- Alicia Moreno, 72 años
- Anabella Viviana Olmos, 26 años
- Jaqueline del Carmen Pino, 43 años
- Nancy Villa, 14 años, estaba embarazada de 4 meses
- Marcia Acuña, 16 años
- Natalia Maldonado, 24 años
- Felipa Correa, 39 años
- Yésica Viviana Palma, 23 años
- Karen Jazmín Ponce, 19 años
- Jacinta Ester Acosta, 81 años
- Cintia Edith Romero, 37 años
- Carla Yanina Gomelsky, 39 años
- Corina Soledad Irazu, 24 años
- María José Villalón Escudero, 41 años
- Ivana Soledad Juárez, 32 años
- Margarita Mercedes Zárate, 28 años
- Nilda Peano, 57 años
- Rosa Gabriela Vallejos, 51 años
- María Belén Montenegro, 23 años
- Rocío Macarena Quesada, 28 años
- Esther Mamani Canaviri, 35 años
- Melina Laura Rojas Urbano, 20 años
- Noelia Vanina Sánchez, 36 años
- Milagros Orieta, 21 años
- Melisa Moyano, 40 años
- Liliana Beatriz Stefanatto, 45 años
- Mariano Tornatore, esposo de Ángeles Castañares, 83 años
- Ángeles Castañares, 80 años
- Noelia Vanessa Lobo Noble, 35 años
- Florencia Belén Linchinsky, 34 años
- Úrsula Bahillo, 18 años
Paren de matarnos
Ni una más.
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
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