Nota
Por esto el Encuentro: se preparaba para ir a Trelew y fue asesinada por su ex pareja
Patricia Parra fue asesinada a puñaladas por su ex pareja, Eduardo Valenzuela, cuando se preparaba para ir al 33º Encuentro Nacional de Mujeres. Tenía 55 años, ocho hijxs y una orden de restricción que no la protegió. “Últimamente por lo vivido intrafamiliarmente Patricia estaba un poco alejada de la militancia, no así de nosotras”, cuenta desde Río Negro Marta Dalinger, del Partido del Trabajo y del Pueblo, con quien Patricia compartía la Multisectorial de Fiske Menuco. La historia y los datos que demuestran por qué hay seguir gritando Ni Una Menos.
La noticia llega como una puñalada, como una de las que mató a Patricia.
Se conoció hoy: a Patricia Parra la asesinó su ex pareja, Eduardo Valenzuela, a golpes y cuchilladas enfrente de su nieta, que se escondió debajo de la cama.
Tenía 55 años, ocho hijxs, y una orden de restricción que no la protegió.
Sucedió ayer en la localidad de Colonia Fátima, Río Negro, desde donde iba a viajar este fin de semana, por primera vez, al Encuentro Nacional de Mujeres. “Tenemos un dolor enorme, una impotencia aún mayor, ya que una vez más perdemos a una compañera por ser trabajadora y ser mujer en manos de un femicida”, escribieron en un comunicado la Multisectorial de Mujeres de Fiske Menuco, donde participa la Corriente Clasista y Combativa (CCC) de la que Patricia era parte.
“Su militancia viene de vieja data, últimamente por lo vivido intrafamiliarmente Patricia estaba un poco alejada de la militancia, no así de nosotras”, cuenta desde Río Negro Marta Dalinger, del Partido del Trabajo y del Pueblo. Las hijas de Patricia también militan en la CCC: fueron ellas y sus compañeras quienes la acompañaron en la denuncia. “Así se logra que ella empezara a animarse a denunciar hasta que la justicia le hace una prohibición de acercamiento dentro de la Ley provincial N°3040. Ahí empieza un camino a poder vivir mejor y a juntarse de nuevo con nosotras. Estaba separada, preparándose para ir al Encuentro. Era una laburante, hacía comida para vender”.
Según reconstruyó Cosecha Roja, Valenzuela llegó en auto, entró a la casa de Patricia y trabó la puerta. La golpeó y después la acuchilló. Los vecinos escucharon los gritos. Marta: “En el momento alguien sale a buscar a la policía, lo va a buscar al destacamento y no había nadie. Ahí cerca funciona un comedor, un merendero, estaban en la hora del comedor y las compañeras del comedor y un señor mayor fueron los que salieron a acudir”.
Este mediodía Valenzuela fue acusado de homicidio triplemente calificado y quedó bajo prisión preventiva por seis meses. La Multisectorial de Mujeres y movimientos sociales estuvieron en la audiencia donde se formularon los cargos, y horas más tardes marcharon reclamando justicia. Cuando terminó la movilización una compañera pidió la palabra: antes de hablar se desmayó. “Hace unos meses tuvo una situación de violencia muy jodida, fue muy fuerte”, sintetiza Marta.
Según el Observatorio de Violencia contra las Mujeres, Ahora que sí nos ven, hasta el 25 de septiembre de este año se registraron 200 femicidios, uno cada 32 horas.
Otro dato: el 12% de las mujeres asesinadas en Argentina por violencia machista poseían órdenes judiciales de restricción.
Marta pone la lupa en su provincia, que desde mañana será sede del 33º Encuentro Nacional de Mujeres: “Acá se dan muchos casos, nosotras estamos permanentemente en la calle y tratando de visibilizar porque el gobierno mira para otro lado. El mismo gobernador de la provincia ha declarado públicamente que acá la emergencia no es necesaria porque en Río Negro no hay tantos casos de violencia”.
¿Cuánto es tanto?
El grito se repite: ni una menos, vivas nos queremos.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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