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Teorías y realidades, de Suecia a Argentina: cifras, críticas y lo que está en juego

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Las cuentas que no cierran, con datos oficiales y comparando otras causales de muerte en Argentina. Las matemáticas que no se muestran: aborto clandestino, pobreza, responsabilidad y control social. La teoría sueca del amor, y las lecciones que nos deja ese país que tiene una estrategia para enfrentar la pandemia única en el mundo. Las críticas por derecha e izquierda. Y la lista de cosas que no queremos más: todo esto y más en otro intercambio de cartas de Estocolmo y Buenos Aires entre Claudia Acuña y América Vera Zavala.

Teorías y realidades, de Suecia a Argentina: cifras, críticas y lo que está en juego

Buenos Aires, Argentina, 20 de abril de 2020

Querida América:

Hoy se cumple un mes del aislamiento obligatorio y según informa el Ministerio de Salud de la Nación el saldo es de 136 muertes y 2.941 infectados. Uno sólo de los muertos tenía menos de 30 años; el resto eran mayores de 83, edad promedio de los fallecidos; todos padecían patologías previas, según el informe oficial. No sé cómo analizar estas cifras. No tengo la capacitación para hacerlo ni la sabiduría para analizarlas.

Busco en la web datos que puedan contextualizarlas y me desoriento aún más. En el portal del ministerio de Salud de la Nación encuentro la siguiente información: “El último Informe de Estadísticas Vitales, publicado por la Dirección de Estadística e Información de Salud (DEIS) de la cartera de Salud, reportó que en 2018 murieron 31.916 personas por neumonía e influenza, de las cuales 13.246 fueron mayores de 85 años, lo que representa el 41,05% de los fallecimientos y constituye la segunda causa de muerte en esa franja etaria”.

Saco cuentas: si divido esa cifra por los 365 días del año, el promedio es de 87 muertes por día. Y en un mes, 2610. ¿Estamos entonces por debajo de esa cifra o, como aseguran las autoridades, el aislamiento evitó muchas muertes? Si así fuera, ¿se trata de una medida excepcional para alertarnos sobre cómo nos enferma este sistema?

Encuentro otro dato más aterrador: en 2013 la cantidad de mujeres infectadas por abortos clandestinos que tuvieron que ser internadas en hospitales públicos sumó 49.000. “Se hospitalizaron 135 mujeres por día. De ellas, dos de cada diez tenían 19 años o menos y tres de cada diez tenían entre 20 a 24 años”. Vuelvo a sacar cuentas: según estas cifras, el aborto clandestino infectó al mes a 4020 mujeres, mil más que las personas infectadas por el coronavirus.

Sé que no corresponde hablar de números y usar las matemáticas para analizar muertes e infecciones, pero es lo que hacen las autoridades sanitarias todos los días, dos veces –una a la mañana y otra a la tarde- para informar sobre la pandemia. En cambio nunca informó cotidianamente sobre las mujeres infectadas por abortos clandestinos ni tampoco ahora lo hace sobre las asesinadas durante la cuarentena, que ya acumula 25 femicidios.

Ninguna sociedad resiste conocer estos datos todos los días sin traumatizarse y eso es lo que más me preocupa de este encierro: las consecuencias de estos sesgos informativos. Noto, por ejemplo, que para justificar la obligación del aislamiento se está remarcando el “peligro” de contagio y una consecuencia inesperada es la criminalización de los infectados y del personal de salud que trabaja con las personas enfermas: vecinos instando a abandonar el edificio donde viven médicos y enfermeras, por ejemplo. Hay algo en el discurso sanitario oficial que no encuentra el matiz entre la prevención y el estímulo de conductas fascistas que se descargan siempre sobre las más débiles. El delicado equilibrio entre la responsabilidad social y el control social es lo que está en juego y no es una cosa menor, sino central para nuestro futuro.

En tanto, durante la cuarentena se desmontaron 6.565 hectáreas de bosque nativo. Ese es otro de los datos que ninguna autoridad informa y que es vital para detener el deterioro que provocó esta pandemia.

Simplificar la complejidad es peligroso por muchos motivos, pero principalmente porque reduce las conclusiones y con ese estrechamiento, también las opciones de futuro.

Tampoco es fácil informar sobre esa complejidad, porque necesitaríamos tener un acceso a fuentes de datos diversas, específicas y expertas en diferentes disciplinas, algo que hoy los que ejercemos el periodismo ya no sabemos hacer.

Nos queda lo que siempre es claro, transparente y todavía accesible para nuestro oficio: la calle. Y allí fui a ayer a buscar la información que nos falta.

Buenos Aires está bendecida por un otoño maravilloso y castigada por una cruel desigualdad. En las calles están aquellos que no pueden quedarse en casa porque no tienen casa. Hay que decirlo así, redundante, para que se entienda lo que representa emitir un decreto que obliga a permanecer en el hogar a toda la ciudadanía, pero no te contempla. Y aunque las autoridades municipales obligan a a usar un barbijo, no provee ninguno a estas familias, hombres, mujeres, adolescentes. Así, sobreviviendo en el desierto que son hoy las veredas porteñas, hacen sus ranchadas sobre colchones sin sábanas. En la avenida Corrientes, por ejemplo, vi una escena que ni sé cómo clasificarla: los más pobres de esta ciudad durmiendo en la puerta de los teatros cerrados mientras en la vereda de enfrente una fila de viajeros repatriados de Miami hacía fila en el lobby de un hotel cinco estrellas para cumplir ahí la cuarentena, con los gastos pagos por el gobierno porteño.

Todavía estoy conmovida por lo que me contás del entierro del niño que murió de cáncer y abrazo desde acá a Ernesto con el dolor que me hace brotar sus lágrimas. Es también otra escena inclasificable, por tremenda pero también por lo que representa para nosotras: el límite, lo insoportable.

Me proponés que haga una lista de cosas que no queremos más y pongo a la cabeza de ese listado estas dos: ni la cruel desigualdad ni la desolación que nos provoca no poder abrazarnos cuando más lo necesitamos.

¿Es mucho pedir?

No creo.

Creo, sí, que es mucho trabajo. Que implica que tengamos muy claro ese objetivo y que no lo perdamos de vista cada día y que, si para no olvidarlo hiciera falta, proclamarnos a nosotras mismas ministras de Salud para darnos así un parte diario que nos informe sobre las cifras de estas dos injusticias sociales, que son las que las importantes, definitorias, las que nos deben dar fuerza para seguir adelante.

La noticia es esa: habrá adelante. Siempre lo hay.

Y cómo será ese camino dependerá mucho de que estemos dispuestas a crecer hasta alcanzar la medida que necesita esta batalla: enormes.

Te abrazo,

Claudia

Estocolmo, Suecia, 26 de abril 2020

Querida Claudia:

Pienso que hay mucha gente en el mundo que está en sus casas tratando de sacar cuentas y entender estadísticas que son muy difíciles de comprender. Pienso que la pregunta puede ser qué hay detrás de todo y por qué en este caso paramos todo cuando en tantos otros casos no hicimos nada. ¿Por qué ahora? ¿Por qué no antes? Y acá hay como dos grupos opuestos. En un extremo tienes a esos norteamericanos -que seguramente viste en los noticieros-, que salen con armas, furiosos, protestando contra la cuarentena, y que reciben el apoyo moral del Presidente Loco, Trump. En el otro extremo estamos gente como tú y yo, que durante años reclamamos políticas para parar muerte, parar femicidios, parar muertes por pobreza, parar muertes por tratar de entrar en Europa como refugiados, para muertes por fumigaciones o por el sucio aire de las emisiones de carbono. Y nada se paraba, solamente se aumentaba las políticas que llevaban a muerte. Yo tampoco entiendo por qué ahora, pero profundamente espero que algo bueno salgo de esto, que el mundo post-corona sea algo mejor. Vamos a ver. Va depender de nosotros, pero está quedando claro que el tiempo post-corona no está cerca.

Ayer mi editora me contó que se pospone la salida de mi libro que estaba planificada para agosto. Un libro en el que pasé años trabajando, un libro que durante un año he estado segura que iba salir en agosto, después de mis vacaciones de verano. Ahora no sé ni lo que pasar con mis vacaciones ni con el libro. Seguramente sea lo mejor…

Probablemente todos (por lo menos, todos aquellos que no somos epidemiólogos) pensamos que esto iba pasar rápido. Dos semanas, creímos al principio; después “bueno, será hasta e linicio del verano (junio-agosto)” , y ahora notamos cómo las cosas que se iban a concretar en el otoño (septiembre- noviembre) se están cancelando. El volver está lejos.

¿Cómo es la situación en Suecia ahora?

La Agencia de Salud Publica cada día a las 14 horas da una conferencia de prensa, casi siempre a cargo del epidemiólogo del Estado, Anders Tegnell, siempre acompañado con tres otras personas, también expertas. El gobierno da sus conferencias de prensa sólo cuando lo necesita. Los últimos días la preocupación es que las muertes ni aumentan ni disminuyen. Estamos como en una meseta.

Las cifras en Suecia al 24 de abril son estas:

· 2152 personas han muerto, 939 mujeres, 1213 hombres.

· 16 755 han pasado un test positivo de coronavirus.

· 1217 personas han necesitado ser internadas en terapia intensiva.

Las recomendaciones que existen son las siguientes: no viajar al extranjero, no viajar dentro de Suecia; la población de Estocolmo debe de trabajar en casa y no utilizar transporte público. Mayores de 70 no deben salir a la calle ni ver a otra gente, y el resto, cuando salimos a la calle debemos mantener un metro y medio de distancia con cualquier otra persona.

En las conferencias de la Agencia de Salud, pero también por todos lados -escuelas, buses, periódicos- estas cosas se repiten una y otra vez para que quede muy claro:

1. Todas estas medidas son para que gente no se contagie tan rápido,

2. Como es un virus que todavía no tiene vacuna probablemente toda la población va ser contagiada. O sea, la idea no es que nunca tengas el virus: lo puedes tener ahora sin saberlo. La idea es que no todos estemos contagiados al mismo tiempo porque entonces el sistema sanitario público no va poder responder bien.

3. Las mayores precauciones tomadas en Suecia son para proteger a la población anciana, una de las mayores de Europa, una de las grandes diferencias con otros continentes donde la población es más joven.

Existe una película del director Erik Gandini que se llama The Swedish Theory of Love que es un documental muy bueno. Es como una mirada de la doctrina sueca sobre cómo convivir. Existen explicaciones en ese documental que puede ayudar a comprender por qué en este país no estamos en cuarantena obligatoria. Por ejemplo, la palabra “recomendación” cuando es dicha por la Agencia de Salud Pública debe de ser interpretada como una regla. Ademas en nuestro país normalmente la gente mantiene cierta distancia de los otros, y mucha vive sola.

Existe un debate en Suecia, obviamente. Hay críticas a las medidas del gobierno, que en cuanto a la salud son determinadas por la Agencia de Salud Pública. De un lado, está la crítica porque las medidas son demasiado extremas y la economía está siendo muy estropeada. Crítica de derecha, digamos. Del otro lado, hay gente que dice que la verdadera razón por la cual las medidas no son más duras es porque el gobierno neoliberal quiere sacrificar a su población más vieja, por la economía. Crítica de derecha e izquierda. Existe, además, gente que quiere que entremos en cuarentena obligatoria. Pero la gran mayoría de los suecos tiene mucha confianza en las autoridades sanitarias y el gobierno. Por la primera vez en muchos años el Partido Socialdemócrata crece en sondeos y el partido de extrema derecha y racista también por primera vez en muchos años casi no tiene visibilidad en el debate público.

Hay gente muriendo en Suecia, eso es real, pero las cifras son muy menores a la de otros países europeos o las de Estados Unidos. ¿Qué significa esto? No que Suecia está bien y los otros mal, porque esto no se trata de una competición, pero quizá permite pensar que, por ejemplo, cerrar las escuelas no tiene mucho impacto en el número de muertos, pero sí en que los niños pueden sufrir por falta de comida, alegría y contención que les da la escuela. Otra conclusión que puede sacarse de la experiencia sueca: tener un salud pública fuerte es lo que hace en esto momentos la diferencia.

El gran problema que tenemos por delante es el verano. Hace unos dias atrás disfrutamos de un par de dias calientes de primavera: 20 grados. Los suecos se ponen locos cuando sale el sol y hace calor. No es difícil de comprender: si durante ocho meses no lo tuviste, lo necesitas mucho. Bueno: con 20 grados la gente sale a los parques, se saca la ropa, se echa al sol, se sienta en las veredas a tomar cerveza con un amigo. ¿Cómo vamos a parar ahora esa tremenda ganas de adorar el sol?

Besos, abrazos, y fuerza.

America

PD) Resumo nuestras listas:

Claudia:

1. La cruel desigualdad

2. No poder abrazarnos cuando más lo necesitamos.

América:

1. Que los niveles de contaminación no suban en las ciudades.

2. Que los llamados influencers y youtubers dejen de ganar salarios enormes por no hacer nada

3. Que los salarios y las condiciones de trabajo de las enfermeras y otra gente que trabaja en hospitales mejore, esta vez y para siempre.

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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos

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Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.

Por Claudia Acuña

Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.

Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.

Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.

A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

Hasta lograrlo.

Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.

Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.

Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.

Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.

Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.

Quizá.

Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.

Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.

La presentación

Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.

Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.

Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».

El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.

Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

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La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.

Por Francisco Pandolfi

Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.

La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”. 

Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».

Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.

En la conferencia de prensa convocada por la familia de Pablo Grillo, fotógrafo que fue impactado por una granada de gas lacrimógeno lanzada por las Fuerzas comandadas por Patricia Bullrich, Fabián, su papá, habló sobre la salud de su hijo.

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:35:39.538Z

Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.

Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”. 

En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.

La causa, sin avances

Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.

Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”. 

La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.

Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.

Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.

Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, es junto a Paula Litvachky, del CELS, la abogada que representa a la familia jurídicamente. En este video cuenta los avances de la causa judicial:

www.lavaca.org (@revistamu.bsky.social) 2025-03-21T19:54:48.310Z

Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.

Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.

Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.

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La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

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Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.

Por Franco Ciancaglini.

La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo. 

En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso. 

“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.

La que habla es una de sus hijas, Paula.

El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10. 

Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.

El arma y la palabra

Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.

Es jubilada.

Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.

Tiene tres hijas.

Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.

Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.

Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.

La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.

Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.

El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.

Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.

Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.

Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.

“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.

Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.

Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.

Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.

Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.

La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”. 

¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.

La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.

¿Necesitan algo? “Sí: paz”.

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